Miserable

Un día después de que el INEGI diera a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares 2022 (ENIGH 2022), el director editorial de El Financiero, Enrique Quintana, tuvo a bien titular su columna “Nada que celebrar con AMLO”. Sin exagerar, la ENIGH provee una inmensidad de datos que permiten analizar la profundidad del cambio que de diciembre de 2018 a la fecha está experimentando México en materia de políticas públicas y modelo de desarrollo, y si bien el análisis detallado requiere tiempo, abundan las buenas noticias evidentes. Adelanto que, a diferencia de lo que escribe el columnista Enrique Quintana, yo sí encuentro mucho que celebrar. Enseguida, van algunos botones de muestra:

En su newsletter del jueves 27, muy temprano El Financiero promocionaba la lectura del texto de Enrique Quintana, con el siguiente adelanto: “Hay resultados positivos de las políticas sociales sobre el ingreso y la desigualdad. Pero, nada espectacular. No hay un cambio cualitativo en México”. El clásico “sí pero no”, y la reiterada postura miserable de la reacción conservadora. Y reitero, miserable, y en todos los sentidos…

En principio, hay que lamentarse: ¡qué miserable, pobre señor Quintana! —el adjetivo miserable tiene su origen en el latín miserabĭlis que significa “digno de compasión”, “lamentable”—.

Ahora, la RAE en su diccionario alude cinco acepciones para el vocablo miserable:

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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