Días pasan y no parece que las cosas vayan tomando forma o se vayan aclarando las cosas. Tal parece que, con lo días, cada vez es más confuso lo que ocurre en Nuevo León.
A estas alturas, lo prudente sería no afirmar nada sobre quién es el gobernador de Nuevo León, sino dejárselo a los tribunales (si acaso a la SCJN) ya que la tensión entre Samuel García y el Congreso de Nuevo León, ha creado otro capítulo bochornoso de lo que es la política en México y especialmente en Nuevo León.
Ahora bien, el problema de dejar este asunto a los tribunales es que mientras estudian el caso, el ambiente de ingobernabilidad crecerá.
Hay un lío enorme entre los dichos de unos y de otros. Samuel García dice que reasume sus funciones; el Congreso de Nuevo León, afirma que su licencia sigue vigente; y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que el nombramiento de Luis E. Orozco es constitucionalmente válido.
Así las cosas, formalmente no parece haber mayor lío. Sin embargo, en lo material, es todo lo contrario; Fuerza Civil, por ejemplo, rodeó el palacio de gobierno de Nuevo León, acto con el cual, afines a Samuel García, desconocen a Luis E. Orozco como gobernador interino.
Por tanto, se ha creado un escenario de incertidumbre, similar al creado con las dos constituciones de Nuevo León en el primer semestre del año.
Con esto, también existe ingobernabilidad, ya que no hay seguridad jurídica sobre quién es el gobernador de Nuevo León.
Imagine que debe presentar un escrito o solicitud ante el gobernador, pero que no puede presentarlo o ejercer derecho alguno porque no sabe a quién dirigirlo. Esto se llama ingobernabilidad.
Peor aún, existen miles de problemas en la entidad, como la seguridad, pero que por el conflicto entre Samuel García y el Congreso de Nuevo León, en lugar de que Fuerza Civil esté en las calles para cuidar de los ciudadanos, deben acudir al palacio de gobierno para asegurarlo.
Al final, todo esto pudo ser evitado, pero parece claro que las aspiraciones y deseos de los políticos están por encima de los derechos de los ciudadanos.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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