5 de Junio de 2009 en Hermosillo, Sonora a las 14:35 de la tarde, ocurrió la mayor tragedia infantil en México que se tenga memoria. Este terrible acontecimiento ocurrió en la Guardería ABC, justo a la hora de la siesta de los bebés y tomó por sorpresa al personal que ahí laboraba y la oportuna intervención de vecinos y trabajadores que estaban cerca del lugar, impidieron que la mortandad de bebés fuera aún mayor.
Era un viernes caluroso, los niños que aún permanecían en la estancia infantil habían visto una película, ya era la hora de la siesta y estaban descansando en lo que sus padres iban por ellos. Todo transcurrió normalmente para bebés y cuidadoras, nadie imaginaba que en la bodega de al lado, en dónde se almacenaban documentos de la administración del Gobierno de Sonora y del SAT, se estaba originando el fuego que se propagó con velocidad y a través del cooler, ascendería por los tubos del aire acondicionado y quedaría atrapado entre el techo y una lona plástica que cubría los techos de la Guardería para dar la impresión que era la carpa de un circo.
El plástico de la lona se derritió por la fuerza del calor y cayó sobre los bebés que dormían en las distintas salas, aparentemente solos y de pronto quedaron abrasados por la lumbre, la Guardería ABC se volvió el infierno. Las maestras y cuidadoras se percataron del olor a humo, los detectores fallaron y vieron que algo no estaba bien, fueron presas de la desesperación y cómo pudieron sacaron a los niños que pudieron, pese a que habían tenido simulacros, a la hora del siniestro no estaban preparados.
Los gritos y el humo alertaron a los vecinos y comenzaron a movilizarse, las puertas de emergencia estaban cerradas, “El Cayetano” y los otros chavos banda que siempre deambulaban cerca de la zona, reaccionan con prontitud y se movieron para sacar a los pequeños, estos hombres que eran discriminados en ese momento se convirtieron en héroes sin capa, que se concentraron en salvar todas las vidas que se pudiera.
En la desesperación, un hombre tomó su preciada troca y decidió estrellarla contra la pared para abrir un boquete en la pared, los minutos se volvieron eternos y la confusión se hizo presa de las personas que testificaron la conflagración que se vivió en la famosa “Y griega” de Hermosillo. El rumor del incendio corrió como pólvora, la gruesa columna de humo era visible desde muchas colonias, era la hora de más tráfico y los camiones de bomberos no podían llegar, parecía que todo se confabuló en contra, ese incendio cambió para siempre la vida cotidiana de los habitantes de Hermosillo y al conocer las noticias, conmovería al país entero y al resto del Mundo.
Las personas que fueron testigos describen aquellos acontecimientos como una auténtica pesadilla, un infierno y sin pretender ser amarillista, a todos ellos los marcó de por vida. Maestras y rescatistas lo vivieron en lo inmediato, al pasar los minutos y entre la confusión, el incendio de la Guardería ABC fragmentaria de por vida a los padres y madres, hermanos, abuelos y familiares de los niños, es más, hasta a los vecinos vivieron en el corazón un dolor que laceró el alma. Nunca nadie imaginó que un hecho tan terrible afectaría a tantas personas.
Varias sombras se posaron sobre aquellos que tenían a sus hijos en la Guardería ABC, poco se habla al respecto pero también hubo maestras que salvaron a otros niños y perdieron a los suyos.
Ellas además de vivir en carne propia la situación tienen que vivir con la culpa de no haber estado ahí para sus propios hijos, como ocurrió a la maestra Danissa López Arvizu, quien no pudo rescatar a Luis Denzel de tres años de edad quien se encontraba en Maternal B y ella estaba en otra sala con bebés de tres a año y medio de edad. O el caso de María Josefina Carretas, quien no pudo salvar la vida de la pequeña Daniel, quien tenía dos años de edad. A pesar del paso de los años, sigue presente en sus mentes esa culpabilidad.
Una vez que el fuego se apagó se vivieron los momentos más complicados, rescatados los bebés que estaban vivos y sin heridas considerables fueron resguardados en domicilios cercanos de vecinos solidarios que abrieron sus casas, los bebés quemados eran trasladados en patrullas junto a voluntarios que apoyaron en ese momento, se hacían listas improvisadas con nombres de los sobrevivientes, los padres y familiares ya estaban rodeando la Guardería y reclamaban a sus hijos, buscando con desesperación respuestas que no llegaban, los bomberos finalmente llegaron a las zonas donde el fuego comenzó y se enfrentaron a la pesadilla de los niños fallecidos, nadie estaba listo para enfrentar esa situación.
Según testimonios los policías y bomberos lloraron durante el rescate, nadie sabe de dónde sacó fuerzas ante semejante situación. Trasladaron a los bebés a hospitales y SEMEFO. La situación se agravaría cuando se empezó a hablar de niños fallecidos, las madres y padres al saber la noticia corrieron a la Guardería ABC, abandonaron sus áreas de trabajo; abuelos, tíos y hasta vecinos comenzaron a buscar a los pequeños, todo era confuso. Se dividieron la búsqueda entre hospitales, las maestras fueron llevadas primero a declarar y luego a intentar identificar, había cuerpos irreconocibles y solamente con un fragmento de tela o zapatos se trataba de poner un nombre, al menos pretendían hacer la cosa menos difícil pero definitivamente no fue así.
Pasadas las horas el calvario se movió a los hospitales, de pronto surgieron sacerdotes que intentaron brindar consuelo, los psicólogos de Hermosillo fueron convocados a brindar soporte emocional porque el colapso mayor era cuando algún padre o madre desesperada por fin, localizaba al hijo extraviado en una sala del hospital con quemaduras graves y poca expectativa de vida o cuando tenían que ingresar a identificar al suyo entre los fallecidos. Los desmayos, los gritos y los sollozos fueron eternos. Ninguno podía entender cómo había dejado en la mañana a su bebé alegre y con la seguridad que sería resguardado y de pronto se había ido para siempre.
Las noticias invadieron las redacciones de los periódicos, los reporteros eran testigos de aquel duelo e incredulidad, varios de ellos también se rompieron ese viernes al tener que describir esos hechos. Las psicólogas también siguen con aquella experiencia en la memoria, los sacerdotes no pudieron dar fortaleza porque era complicado tener fe en ese momento. Para los padres y madres que perdieron a sus hijos aquel fatídico 5 de Junio de 2009 no ha vuelto a haber paz.
49 bebés fallecidos y 75 de los sobrevivientes han padecido secuelas físicas y psicológicas permanentes. La Guardería ABC estaba construida en una bodega que fue habilitada sin las medidas de protección adecuadas. Se fijaron más en detalles estéticos como la lona de plástico que simuló ser la carpa de un circo y que resultó fatal al derretirse. Aunque aparentemente se contaba con todos los requisitos para la operación correcta de una Guardería del IMSS subrogada poco a poco salieron a la luz aquellas omisiones que hicieron que la tragedia fuera de tales dimensiones, salieron a la luz los nombres de los propietarios y se descubrió que estaban emparentados directamente con el Presidente de la República Mexicana Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala Gómez del Campo: Marcia Matilde Gómez del Campo, Gildardo Francisco Urquides, quien fuera Secretario de Finanzas del PRI, Alfonso Escalante Hoeffer, conocido inversionista del Gobernador Eduardo Bours. Lourdes Laborín y Sandra Lucia Téllez Nieves.
La corrupción e impunidad afloraron y la intervención del Presidente con el Poder Judicial inclinó la balanza de la Justicia para que no se castigara a los culpables. El Presidente del Tribunal de Justicia Arturo Zaldívar, este año declaró abiertamente que el Estado, a través de Felipe Calderón solapó el Caso de la Guardería ABC evitando que se hiciera justicia por la muerte de aquellos niños inocentes y los sobrevivientes. Los culpables también fueron las autoridades cómplices
Después del incendio y los entierros de los bebés, los padres de los niños fallecidos iniciaron una lucha, muchos de ellos ni siquiera han tenido su duelo porque el reclamo por la Justicia se volvió bandera de vida, muchas movilizaciones ha habido desde aquel 5 de Junio, incluso uno de los movimientos tiene ese nombre. Se han escrito libros inspirados en el incendio, múltiples reportajes, entrevistas y documentales, incluso hasta dos novelas: 49 cruces blancas de Imanol Caneyada y Paloma querida de Fanny Ávila Juárez. Se redactó una Ley Cinco de Junio en donde se instituyó la protección a los niños de Guarderías garantizando su seguridad como prioridad y derecho. Año con año se hacen marchas en Hermosillo, Sonora y en la Ciudad de México con carriolas vacíos y las fotografías gigantes de los rostros de los Bebés ABC. La verdadera JUSTICIA sigue pendiente, ahora la estafeta la tiene el Presidente Andrés Manuel López Obrador quien pudiera dar el bálsamo a los dolientes, sin embargo se debe aclarar que es un tema de competencia del Poder Judicial, no del Ejecutivo.
Desde mi trinchera envío todo mi apoyo y solidaridad a los padres y madres de los bebés fallecidos. Ustedes saben que mi corazón y mi voz también se une a la de ustedes exigiendo #JusticiaABC y exigiendo no borrar de la memoria colectiva aquella afrenta.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios