Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Eduardo Galeano
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre,
muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
(….).
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Este celebre texto del escritor uruguayo nos permiten identificar a quien se dirige Francia Márquez la nueva Vicepresidenta electa de Colombia, cuando se refiere a las nadies y los nadies de su país; quienes, en sus propias palabras, constituyen la verdadera mayoría en un estado de más de 50 millones de personas “la mayoría son la gente oprimida, excluida y marginada de Colombia.
En ese contexto, no fue un gesto menor, sino un poderoso anuncio de lo que irrumpe, las escenas de su visita a la Casa de Nariño, donde fue recibida por la actual Vicepresidenta de derecha, quien notablemente se incomoda frente al abierto saludo de mano que Márquez dirige a su personal doméstico femenino. En la actitud de la uribista Marta Lucía Ramírez está representada de cuerpo completo el desprecio que las élites colombianas han sentido por amplísimos sectores de sus compatriotas; al mismo tiempo, la actitud de Francia Márquez solo puede entenderse desde la experiencia de quien también trabajó en el servicio doméstico durante una etapa de su vida, siendo ella misma, una víctima más de la violencia del conflicto armado interno, que suma más de 9 millones de personas, principalmente víctimas de desplazamiento forzado.
Colombia es una tierra marcada por la violencia política, producto de un conflicto armado de más 70 años que aún mantiene en armas a uno de sus ejércitos guerrilleros, pero donde aún existen decenas de grupos irregulares y paramilitares, vinculados al narcotráfico, y a los grandes terratenientes, quienes a menos de un mes de las pasadas elecciones presidenciales, organizaron un nuevo “paro armado” como estrategia de control de la población por medio del miedo. Este entorno social convulso, si bien afecta a todos los sectores de la población colombiana, se han ensañado por décadas con esos nadies que han tenido que abandonar sus territorios para vivir en la miseria de las periferias de las grandes ciudades, los mismos a los que ahora se dirige el próximo gobierno de Márquez y Petro.
Pero la figura de Francia Márquez no es una “historia de éxito”, para contradecir a los discursos hoy tan de moda, sobre el empoderamiento femenino y la superación individual, con que la están encasillando los grandes medios de comunicación, para usarla como ejemplo de apertura a la primera mujer afrocolombiana en ocupar ese cargo. Su trayectoria política como militante de los derechos ambientales y los derechos de las mujeres, son producto de las luchas colectivas, precisamente que esos nadies han protagonizado en medio de la más férrea represión criminal y estrategias de manipulación desde los gobiernos conservadores y de derecha, en contra de los integrantes del pueblo raso: los pobres y marginados del desarrollo económico, los pueblos indígenas y los afrodescendientes, los obreros y los campesinos, los habitantes de los barrios, sus jóvenes sin acceso pleno a la educación superior y sus mujeres sin acceso a una vida libre de todas las formas de violencia.
La reciente elección presidencial, la primera que gana la izquierda histórica colombiana por medio de un pacto entre todas las fuerzas progresistas, tiene que romper muchos sentidos establecidos, en un país donde toda su población es clasificada en un sistema de estratos según su actividad económica. Sin perturbar ese sistema político, los nadies seguirán sin existir a plena vista de todos, como hoy día sigue sucediendo con la figura del gamín que el mismo Eduardo Galeano supo retratar como “Los hijos de nadie, apaleados, puro hueso y mugre…” quienes:
Tiene la calle por casa. Son gatos en el salto y en el manotazo, gorriones en el vuelo, gallitos en la pelea. Vagan en bandadas, en galladas; duermen en racimos, pegados por la helada del amanecer. Comen lo que roban o las sobras que mendigan o la basura que encuentran; apagan el hambre y el miedo aspirando gasolina o pegamento. Tienen dientes y caras quemadas por el frío.
La dignificación que propone Francia Márquez de todos los marginados y olvidados por la historia oficial, la saca del lugar de “lideresa” con que ahora la promocionan sus ayer detractores, sino, más la acerca a la postura ética de los poetas, como la que nos legó Roque Dalton en su Poema de Amor, reivindicando políticamente a los siempre olvidados por las estructuras de poder:
Los arrimados, los mendigos, los marihuaneros,
Los guanacos hijos de la gran puta,
Los que apenitas pudieron regresar,
Los que tuvieron un poco más de suerte,
Los eternos indocumentados,
Los hacelotodo, los vendelotodo, lo comelotodo,
Los primeros en sacar el cuchillo,
Los tristes más tristes del mundo,
Mis compatriotas,
Mis hermanos.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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