Tras la destitución del expresidente de Perú, Pedro Castillo, miles de campesinos, comuneros y obreros, en diversas regiones del país presentaron numerosas protestas en contra de la detención del exmandatario y de la toma de posesión de la exvicepresidenta, Dina Boluarte, como nueva presidenta del país.
Cabe recordar que, el pasado miércoles 7 de diciembre, Castillo Terrones anunció la disolución del Congreso de su país y la implementación de un Gobierno de excepción con toque de queda nocturno, sumado a la convocatoria de unas elecciones para renovar al legislativo, los cuales deberían crear una nueva Constitución en el futuro cercano.
Por lo anterior, el ahora ex presidente del Perú, fue detenido por elementos de la policía de su país, cuando presuntamente se dirigía a la Embajada de México para buscar refugio junto a su familia, sin embargo esto último no se ha confirmado.
En torno a las manifestaciones, medios internacionales reportan que en regiones como Andahuaylas y Apurímac las concentraciones y choques entre la Policía Nacional del Perú (PNP) y protestantes provocaron la muerte de al menos tres personas entre el 10 y 11 de diciembre.
No obstante, la PNP lamentó el fallecimiento de un manifestante y aseguro que el Ministerio Público ya se encuentra investigando lo sucedido. Sin embargo, señaló que uno de sus elementos también resultó herido cuando se enfrentó a los manifestantes.
Por otra parte, el Frente Agrario y Rural Del Perú (FARP) se declaró en “insurgencia popular” frente a lo que llamaron un “golpe de Estado planificado y perpetrado por el Congreso de la República, la cúpula de las FF. AA. la prensa, el Poder Judicial y el Ministerio Público”. La FARP exigió la libertad y reposición en el mandato del expresidente Pedro Castillo.
Por su parte, el gobernador de Apurímac, Baltazar Lantaron, exigió elecciones anticipadas, el cierre del Congreso y una Asamblea Constituyente. Mientras tanto, el aeropuerto de la región de Andahuaylas tuvo que cerrar su terminal producto de las protestas y de los “ataques vandálicos”.
En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador respaldó y pedió que se respeten los dereches humanos en el país andino. “Es un principio fundamental de nuestra política exterior la no intervención y la autodeterminación de los pueblos. A eso nos ceñimos en el caso de lo sucedido en Perú”, indicó el mandatario en su cuenta de Twitter.
De acuerdo a el President, López Obrador, su entonces homólogo, Pedro Castillo llamó a su oficina para avisar que se dirigía a la embajada. Sin embargo, aseguró que el teléfono del expresidente de Perú, pudo ser intervenido porque lograron cerrar el camino hacia la embajada de México y posteriormente su captura.
Posteriormente, López Obrador indicó que tras la llamada con el expresidente de Perú, Pedro Castillo, el primer mandatario mexicano, se comunicó con el Canciller Marcelo Ebrard para dar la orden de abrir la puerta a Castillo para poder entrar.
Respecto a lo anterior, el secretario de Relaciones Exteriores, a través de una entrevista por radio, aseguró que si el expresidente de Perú, Pedro Castillo, solicita asilo a México, se la dará. Por lo cual, quedó abierta la posibilidad de que así sea.
Pablo Monroy, embajador de México en Perú, visita a Pedro Castillo
El pasado jueves 8 de diciembre, el embajador de México en Perú, Pablo Monroy, visitó a Pedro Castillo, al centro penitenciario donde se encuentra recluido, en donde se entrevistó con el expresidente de Perú, quien le extendió formalmente la solicitud de asilo.
Durante su conferencia matutina del pasado 8 de diciembre, el Presidente López Obrador reiteró su respaldo a Castillo y criticó que bajo el argumento de haber violado la Constitución peruana, se haya decidido destituirlo.
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