En un anuncio conmemorativo por el quinto año de gobierno, nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador reveló un significativo aumento del 20% en el salario mínimo a partir del 1º de enero de 2024, llevando el salario diario a 249 pesos y el mensual a 7,508 pesos. Esto representa la culminación de una promesa de campaña para duplicar el salario mínimo en términos reales y evidencia un cambio sustancial en la política salarial de México.
Históricamente, antes de la llegada de AMLO al poder en 2018, los salarios mínimos en México se mantenían en una senda de ajustes modestos. Bajo el gobierno de Zedillo, a pesar de la apertura económica, los salarios apenas experimentaron mejoras significativas. La transición a los gobiernos de Calderón y Peña Nieto tampoco vio avances sustanciales en los ingresos básicos de los trabajadores, ya que la desaceleración económica y la inflación impactaron negativamente en la capacidad adquisitiva, generando inestabilidad financiera para las familias mexicanas.
Durante décadas, el salario mínimo en México enfrentó desafíos persistentes. En 1994, bajo el gobierno de Zedillo, el salario mínimo era de alrededor de 20 pesos diarios. La llegada de Calderón en 2006 presenció un aumento, pero aún en 2012, al final de su mandato, el salario mínimo apenas superaba los 60 pesos diarios. En el sexenio de Peña Nieto, en 2018, el salario mínimo se situaba en alrededor de 88 pesos diarios, mostrando un crecimiento relativamente modesto a lo largo de décadas.
No obstante, la llegada de AMLO marcó un cambio sustancial. Su compromiso de duplicar el salario mínimo en términos reales se tradujo en un aumento del 20% a partir de enero de 2024. Esta medida contrasta fuertemente con la tendencia de los gobiernos anteriores, resaltando una nueva dirección en las políticas que buscan mejorar significativamente el poder adquisitivo de los trabajadores mexicanos. A medida que evaluamos el histórico salarial en las últimas décadas, es innegable que la administración actual ha desafiado las limitaciones previas, colocando la mejora salarial como un pilar central de su agenda transformadora.
El impacto de estos aumentos ha sido reconocido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), destacando que México lidera la región en términos de incremento salarial desde finales de 2018 hasta junio de este año. Los cuantiosos aumentos cuadruplican a los del segundo lugar, República Dominicana, situando a México a la vanguardia en la región. Este logro es un claro indicador de que la nación está en el camino correcto hacia la equidad económica y la reducción de la desigualdad.
El informe de la Cepal también revela que la concentración extrema de la riqueza en México ha experimentado una disminución en los últimos tres años, pasando del 4.5% del PIB en 2018 al 3.3% en 2021. Este fenómeno se explica en gran medida por el crecimiento más lento del patrimonio de los ultrarricos en comparación con la riqueza de la población general. Es innegable que el aumento de los salarios mínimos ha desempeñado un papel clave en la mejora de las condiciones de los estratos más desfavorecidos.
El presidente López Obrador ha agradecido el apoyo tanto de los representantes del sector obrero como del empresarial, subrayando la importancia del consenso logrado para este aumento salarial. Este logro se presenta como un ejemplo de cómo la colaboración entre diferentes sectores puede resultar en beneficios tangibles para la población en general.
En contraposición a las políticas neoliberales que abogaban por la contención salarial como estrategia para atraer inversión extranjera, la administración actual ha desafiado con éxito esta ortodoxia. La idea errónea de que el aumento de los salarios mínimos generaría desequilibrios macroeconómicos graves ha sido desacreditada. La realidad es que la dignificación de las condiciones laborales es esencial para el crecimiento económico sostenible y la construcción de una base sólida para el desarrollo futuro de México. A medida que la Cuarta Transformación celebra este logro, queda claro que la mejora salarial es una parte integral de la narrativa de cambio y progreso en México. La dignificación de las condiciones laborales no sólo impulsa el bienestar de los trabajadores, sino que también se erige como un cimiento sólido para un crecimiento económico sostenible en el futuro del país.
El aumento salarial además de representar un logro cuantitativo, simboliza también un cambio en la narrativa económica del país. Esta transformación beneficia a los trabajadores y sus familias, contribuye a una distribución más equitativa de la riqueza al priorizar la mejora del poder adquisitivo de la base de la sociedad, el gobierno de México demuestra su compromiso con un desarrollo económico que incluye a todos los ciudadanos. Este enfoque inclusivo es esencial para construir una nación más resiliente y justa, donde la prosperidad se comparta de manera equitativa. La consolidación de este cambio en la política salarial no sólo es un logro para el presente, sino también un paso firme hacia un futuro más prometedor para México y sus ciudadanos.
- La columnista es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales, Subdirectora Ejecutiva en la Unidad de Desarrollo Comercial del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, ex Titular de la Secretaría de la Mujer Oaxaqueña, contáctala en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira.
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