Pablo Gómez confirma que el sistema de espionaje “Pegasus” fue comprado a sobrecosto; investigaciones revelan que Calderón pagó 8 mil MDP por el software que también usó EPN

Este viernes, Pablo Gómez Álvarez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, aseguró que hubo un fraude en la compra del sistema de espionaje Pegasus, y que fue usado por los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, para espiar periodistas, fue comprado a sobreprecio.

Desde Palacio Nacional, Gómez Álvarez reiteró que la unidad a su cargo nunca ha tenido reparo en entregar información sobre este caso, en el cual para no variar, se cometieron varios fraudes al erario público.

“¿Qué es el que lo que le corresponde a la UIF? Dar los elementos para documentar que el equipo que se compró estaba sobrevaluado, hubo un fraude. Se compró por más de lo que valía lo que se compró”.

Puntualizó

Sobre el tema, agregó que no le corresponde a la UIF explicar como es que se empleó el sistema de espionaje, siendo esto responsabilidad de otras autoridades, además de que ya hay una carpeta de investigación en la Fiscalía General de la República.

Durante su espurio sexenio, Calderón pagó con dinero del pueblo 8 mil MDP al cambio actual para contratar “Pegasus”, revela ContraLínea

De acuerdo con un reportaje e investigación de Contralínea y que fue publicado en su portal de noticias, en el gobierno de Felipe Calderón pagó con dinero del pueblo, cerca de 8 mil millones de pesos para contratar a “Pegasus”.

“Pegasus” es un sistema de espionaje masivo, el cual, fue traído a México, durante el sexenio del entonces Presidente de México, del PAN, Felpe Calderón.

Cabe destacar que el costo inicial que en aquellos años de 2006-2012, fue con un costo inicial de 5 mil 628 millones de pesos, los cuales, actualmente representan 8 mil millones de pesos con el tipo de cambio actual.

Con este dinero se instaló la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de acuerdo con lo que revelan los contratos firmados entre la dependencia federal de seguridad y la empresa privada Security Tracking Devices, la cual, Contralínea revela en su investigación.

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