Vale la pena recurrir a una frase muy mexicana y celebrar el orgullo que debemos tener porque las cosas están saliendo bien. Démonos nuestro taco porque la economía del país lleva buen rumbo.
Me satisfizo sobremanera, ver complacido consigo mismo al presidente Andrés Manuel López Obrador cuando declaró que México no tendrá participación en el grupo de los BRICS: “Por razones económicas, de vecindad, de geopolítica, nosotros vamos a continuar fortaleciendo la alianza de América del Norte y de toda América”.
¡Pe…pe…pero AMLO es COMUNISTA! Es un dictador de extrema izquierda. ¿Cómo puede llevarse también y preferir la alianza con los capitalistas estadounidenses y canadienses?
Sin duda, los economistas y analistas opositores debieron hacer corto circuito en su interior cuando se enteraron de lo dicho por López. ¡Saludos Oppenheimer, Zukermann, Gurría y demás fauna financiera!
Por cierto, ¿cómo le estará yendo a Chumel Torres con todos los dólares que compró y que recomendó comprar a sus ingenuos seguidores? En fin.
Primero lo primero, ¿Qué son los BRICS? Pues son un grupo de países liderados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (de ahí sus iniciales para el acrónimo) que de acuerdo con distintos análisis de economía internacional y de la propia Organización de las Naciones Unidas, concentran el 40% de la población mundial, el 20% del Producto Interior Bruto (PIB) y producen más de un tercio de la producción mundial de cereales.
O lo que es lo mismo, son países cuyas economías están dejando de ser emergentes y comienzan a perfilarse como sólidos jugadores mundiales con miras al cumplimiento de la agenda 2030 y este supuesto reacomodo social, político y económico; que viene.
También es importante mencionar que el espíritu que originó esta alianza de “nuevos ricos” fue sin duda el crear un contrapeso al sobrevaluado poder hegemónico del dólar estadounidense. Por ahí se ha escuchado a muchos decir y a otros tantos escribir, que uno de los principales sueños de las economías emergentes es destronar al dólar. Veremos.
Por todo esto y que además sean Brasil, Rusia y China los principales representantes del grupo hace suponer a muchos que la carga ideológica es de izquierda y que lo más propio hubiera sido que México se integrara a los BRICS, porque nos gobierna un marxista-leninista-maoista que vive en un Palacio.
Pero la decisión colegiada del presidente López Obrador fue correcta. No integrarnos al grupo de los BRICS formalmente pero sí quedar cerca para influir en decisiones competentes a intereses comunes; sin dejar de honrar nuestra palabra y fortalecer las relaciones comerciales que benefician el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Fue una carambola de tres bandas.
A muchos no les va a gustar, pero creo que esta declaración le dejó a AMLO cierta aura de estadista que muy difícilmente la oposición podrá quitarle. Por más que sigan pataleando o inventando presidenciables al vapor.
La economía mexicana en la actualidad es estable. No lo digo yo, lo dice El País: “La economía mexicana se perfila a cerrar con buen ritmo en 2023 catapultado por la fortaleza en el consumo. En junio, el Producto Interior Bruto (PIB) reportó un incremento del 4%, en comparación al mismo periodo del año anterior, un alza por encima del 3,6% reportado en mayo, según las cifras del Indicador Oportuno de Actividad Económica (IOAE)”.
O lo que es lo mismo, “ahorita no jóvenes gracias por la invitación, pero tenemos compromisos con los vecinos de arriba. Sin embargo, andamos cerca por si la fiesta se hace más grande y necesitan un buen maestro de ceremonia”.
Qué bien se siente haber votado por el candidato que era un peligro para México, en todos los anuncios de campaña que los conservadores promovían en el primer semestre del 2018 y ver ahora los resultados positivos que AMLO va dejando, como presidente.
Ahora, más que nunca, ¡Sí se puede!
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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