Cada cabeza, un mundo
15 de noviembre de 2022. Miro con atención las noticias que desde hace varios días nos indican que hoy, ni un día más ni uno menos, seremos ocho mil millones los seres humanos. No entiendo cómo pueda obtenerse la cifra. Me imagino a una máquina sumadora (y restadora), multicolor y metálica, dando vueltas a unos engranes que hacen girar los marcadores cada que un nuevo pequeño se asoma a este mundo sin entender qué es lo que le deparará. Muchos tendrán un camino muy difícil; otros, más que eso. Mientras tanto, el gobierno de López Obrador sigue avanzando, a diferencia de los sexenios anteriores, como el del corrupto Peña Nieto cuyo eslogan era paradójico: “Mover a México”. Ese mismo día, en la Mañanera, el presidente muestra los avances logrados en salud, luego de que la pandemia por covid-19 exhibiera la enorme crisis que en ese sector padecía el Estado mexicano.
Un día después, alcanzamos ese número mágico: ocho, dos círculos unidos, como el infinito. Ocho mil millones de seres de carne y hueso, gracias al esfuerzo descomunal de la India que muy pronto superaría a China por casi tres millones de habitantes. En 2023 habría cerca de mil quinientos millones de coterráneos del gran Mahatma Gandhi.
En este lado del mundo, acaba de haber una marcha de conservadores que se dicen en favor del INE. Entre gritos de que ese instituto no se toca, le preguntan a una joven llamada Victoria por qué no se toca. A veces desquiciada y otras desquiciante, con voz de androide, casi sin respirar, vocifera esto: “Porque el INE nos da la democracia que Morena nos quiere quitar, porque Morena es comunista, ellos son marxistas, ellos son estalinistas y ellos son masones y quieren quitar a todos los católicos de México y a los judíos y a todas las personas que tienen creencias espirituales, y a todas las personas que tienen creencias democráticas, ellos las van a quitar, y por eso les quitan las medicinas de cáncer a los pobres niños, porque son satánicos, porque son masónicos, porque son comunistas, porque ellos les quieren quitar a los mexicanos todo lo que tienen para poderlos arreglar con papá gobierno”.
Definitivamente, en China, en India, en México somos muchos, y hay quienes están de más…
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Un mundo sin cabeza y un México sin pobres
Dicen que cada cabeza es un mundo, y el mundo está de cabeza pues es mucho mayor el número de pobres de lo que uno pudiera creer. Lo extraño es que pocos gobiernos se preocupan por ello. Se estima que en 2030 todavía habrá 575 mil personas atrapadas en el yugo de la pobreza extrema.
“Por el bien de todos, primero los pobres” fue el lema que acuñó desde un principio Andrés Manuel López Obrador. Y su máquina despobretizadora ha estado bien aceitada, ha funcionado bien. Ahora me imagino al Peje dándole vueltas a su máquina mágica y hablando con los ingenieros para ver de qué manera podría tener aún un mejor rendimiento. De acuerdo con los datos del Banco Mundial, en nuestro país, entre 2018 y 2023, se logró una reducción de la pobreza estimada en 9 millones 500 mil mexicanos. En otras palabras, cada minuto –en menos de lo que usted ha leído lo que va de este texto– tres mexicanos salen de la pobreza. Una persona a la que quiero mucho me decía hace meses, en relación con otra crónica (https://losreporteros.mx/la-alegria-de-que-haya-menos-pobres/) que le parecía patético que yo midiera la pobreza con el número decreciente de indigentes que veía en las calles. Pues esa organización multinacional llamada Banco Mundial hoy me da la razón.
Estorbosos y estorbados
En México, al igual que en China e India, hay muchos tipos de individuos, y es fácil distinguir a dos: los estorbosos y los estorbados. Entre los primeros están los llamados opositores, que en México llevan seis años sin hacer otra cosa que tratar de detener la transformación cuyo primer piso está por concluir, aun y cuando esa extraña actividad estorbadora afecte a los mexicanos.
¿Qué sería de los éxitos del gobierno de AMLO si los grupos conservadores no hubieran estado poniendo obstáculos, dale que dale, dale que dale, con el propósito de detener este esfuerzo nacional? ¿A dónde hubiéramos llegado sin la desinformación de los medios de comunicación? ¿Dónde andaríamos sin las ruindades del Poder Judicial, sin los sucios manejos del poder económico liados con los políticos de oposición? En fin, con todo, no pudieron con la Cuarta Transformación, pero ¡cómo estorbaron!
Cómo dieron lata los conservadores atentando todo el sexenio contra la transformación del país, por ejemplo, con los amparos promovidos por el exministro José Ramón Cossío y su equipo de Litigio Estratégico (con el dinero que Claudio X González recibía de Estados Unidos) para detener el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la Refinería Olmeca, el Tren Maya, el Transístmico o el Insurgente México-Toluca, y obras diversas como la construcción de presas, carreteras, hospitales, etcétera.
Mentirosos y engañados
También están los que engañan y los que se dejan engañar. Por fortuna, el pueblo de México es ahora mucho más consciente: se ha quitado las vendas de los ojos. Los mismos poderes fácticos se la pasaron mintiendo. Dijeron que este gobierno iría al precipicio, que seríamos Venezuela, que López no dejaría la presidencia pues se reelegiría, que compráramos dólares, que saliéramos del país. Me pregunto si los mentirosos mienten porque les conviene mentir o mienten porque no saben que mienten. Para el caso da lo mismo.
Uno de los programas sociales de este gobierno es la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores. Hombres y mujeres de 65 años o más reciben seis mil pesos bimestrales. Me incluyo en ese paquete, pero hay quienes se dan su paquete y se hacen los humillados por este gobierno que les quitó los privilegios que no tenían, que les aumentó su salario y quizá mejoró su pensión. Ellos, sin embargo, se sienten ofendidos y dicen que ese dinero es de nuestros impuestos y que la pensión para adultos la inventó Fox, o incluso Peña… ¿Pueden creerlo?
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