En el municipio enclavado de Bacadéhuachi, ubicada en la Alta Sierra del estado de Sonora, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó el Decreto sobre la nacionalización del litio el pasado 18 de febrero. Este acuerdo instruye a la Secretaría de Energía, efectuar labores de seguimiento para su extracción de este mineral, que es la base para la elaboración de baterías que necesitan los automóviles eléctricos.
El mandatario afianzó en su discurso que “el petróleo y el litio son de la nación”, por lo que no permitirá que ninguna empresa extranjera puedan explotarlo. ¿Es posible sostener el argumento que la privatización del sector energético es para el bien de las mayorías?
La administración del presidente López Obrador dejo en claro que el gobierno daría apoyo a Pemex y devolverle su papel de actor central en la economía mexicana. Echar abajo las políticas neoliberales que facilitaron la entrega de bienes nacionales a manos privadas, es parte de la tarea del gobierno de la 4T, aunque no ha sido sencillo, porque los beneficiarios de la reforma energética de Enrique Peña Nieto, han interpuesto recursos legales contra la nueva legislación en materia de litio y ampararon a las grandes empresas energéticas como Iberdrola y Enel, las cuales pagan una tarifa eléctrica menor que el de un hogar familiar de clase media.
La política petrolera de AMLO, tiene como objetivos: producir gasolina para el consumo interno y dejar de importarla. Para ilustrar mejor, podemos mencionar dos avances en esta política: la compra de la refinería de Deer Park, en Texas y la construcción de la refinería de Dos Bocas en Tabasco, planeada para procesar hasta 340 000 barriles diarios de crudo. En menos de un año, Pemex recuperó la inversión en Deer Park y duplicó la producción de combustible, el cual representó utilidades adicionales por 400 millones de dólares. “En el 2021 se procesaron 244 mil barriles diarios y el año pasado [2022] fueron 279 mil barriles diarios. Esto es muy importante porque se planteaba que bajo la administración de Pemex las cosas en el parque no iban a ser iguales, que iba a decaer su producción. Resultó todo lo contrario” destacó Octavio Romero Oropeza, director general de Petróleos Mexicanos.
En cuanto a la refinería de Dos Bocas, aún en construcción, considerada la tercera refinería más grande de América Latina, comenzará a procesar petróleo en julio del 2023 para alcanzar la soberanía energética, así lo aseguró la titular de la Secretaria de Energía, Rocío Nahle.
En relación con el tema del litio, la reciente declaración de la reserva de este oro blanco dará inicio a los trabajos para convertir al país en un productor mundial relevante del mineral. El gobernador Alfonso Durazo fue muy claro sobre el potencial que implica la explotación del litio, porque Sonora es la entidad del país con la mayor reserva de litio que “va a ser un pilar para para el desarrollo nacional”. Tras la reforma a la Ley Minera en agosto del año pasado, el presidente López Obrador decretó la creación de la empresa estatal LitioMx, dirigida por Pablo Daniel Taddei Arriola, que se encargara de explorar, producir y comercial litio, por lo que se retirarían todas aquellas concesiones que no mostraran un significativo avance en su desarrollo. No obstante, la empresa estatal se mostró abierto a la inversión privada, por lo que permitió un acuerdo con empresas que forman parte del T-MEC, es decir, empresas estadounidenses y canadienses, para participar en este proyecto.
Violeta Núñez Rodríguez, investigadora y profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana, afirma que el acercamiento del gobierno federal con el sector privado tiene como objetivo “fortalecer la cadena de valor, de modo que sean un modelo íntegro que abarque desde la exploración hasta la elaboración de las baterías de litio, que son el producto final para la industria automotriz. No es entreguismo de los recursos naturales a otro país, es fortalecer el mercado”.
Desde Carlos Salinas de Gortari hasta Enrique Peña Nieto, las empresas privadas nacionales y extranjeras adquirieron derechos de explotación en zonas petroleras y generación de energía eléctrica. Los medios de comunicación vendieron el proyecto neoliberal al público, como un proyecto de modernización que permitiría la creación de empleos, la modernización del sector energético y la aseguración del abasto de energéticos como el petróleo, la luz y el gas natural. Promesas que nunca se cumplieron y solo nos dejó una herencia de deuda.
Los ideales revolucionarios de los presidentes Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos, hombres que llevaron a cabo la expropiación petrolera (1938) y la nacionalización de la industria eléctrica (1960), siguen vivos gracias al proyecto del presidente López Obrador. Por lo que es necesario, seguir la lucha para lograr la soberanía energética contra el México de las oligarquías, por las que abogan Felipe Calderón, Lilly Téllez y Marko Cortes por obtener jugosas ganancias a costa del pueblo.
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