Kenia no habla, grita; no dialoga, agrede; no propone, insulta; no tiene ideas, es fanática; no predica, escupe odio; no informa, miente; no sugiere, reclama por nada; no plantea soluciones, se queja de lo que solo existe en su larga cabeza, y llora, berrea y patalea a grito pelado. Su voz es un látigo que no solo lastima los oídos, sino que arruina todo lo que está a su alrededor. Ella revienta cualquier tranquilidad y destroza la quietud. Además, tiene pésima dicción. Es una bomba de harina y tierra, tan inofensiva como enturbiadora. Ahora dice que será Jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Qué se le va a hacer: Kenia es diminuta. Kenia es del tamaño de la oposición.
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Kenia, acabas de subir un extraño tuit en el que dices, en resumen, que con Felipe Calderón México goleaba a Estados Unidos, pero ahora es al revés. Y que en 2024 la selección mexicana volverá a la senda del triunfo, pues deduces que todo es culpa de AMLO. En serio, ¿te gustó el gobierno de Calderón? ¿Con la guerra que inició y que ha sido tan difícil terminar? ¿Con el crecimiento de la deuda, el narcogobierno y el operativo Rápido y Furioso?
El problema no es Felipe Calderón. Es Andrés Manuel López Obrador, que procura a los delincuentes y ha generado cuatro millones de nuevos pobres.
Dices que en las elecciones pasadas la oposición le empató a Morena. Festejas los resultados, y aseguras que el 4 de junio “empataron”. ¿Qué celebran? Ahora Morena gobierna en 23 entidades federativas (…y contando).
Lo único que te puedo decir es que ¡hay tiro en el 2024!, y eso a pesar del cinismo de los miembros de Morena, ya que fue una elección de Estado. El presidente era el coordinador de campaña de la señora Delfina. Además, empatamos en número de votos, pues la diferencia fue de solo 1.5 por ciento.
Permíteme contradecirte, en las pasadas elecciones, Morena tuvo un incremento de más de 300 mil votos, y el PAN solo creció 16 mil, mientras que el PRI perdió 62 mil. Del PRD mejor ni hablamos. En ambas elecciones, los fraudes a favor del PRIAN estaban a la orden del día. Aun así, ganó Morena en una de las entidades federativas que reúne más electores: el Estado de México.
Hay gentes como tú que no saben de números. Por eso están como están.
¿Por qué eres tan beligerante? Ya no te juntes con Xóchitl y Lilly. Te hace daño tanto odio.
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Kenia anunció hace dos años, con bombo y platillo, la contramañanera (así, con minúscula), con la que echaría para abajo todas las “mentiras” del presidente López Obrador. Nada más que no pudo. Aburridos, deslucidos, sus bodrios no duraban más de 15 minutos y salían cuando quería; después prácticamente desaparecieron. Como si fuera la conductora de noticias de un pésimo noticiero se ponía a leer, y muy mal, pésimas notas redactadas por sus achichincles, que así les ha de llamar a los integrantes de su staff, porque Kenia López Rabadán no solo es gritona, ignorante y acartonada: es clasista. La contramañanera refleja lo que es la oposición: una mentira que se infla e infla hasta que revienta.
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¿Quieres ser Jefa de Gobierno?
No quiero ser Jefa de Gobierno. Voy a ser Jefa de Gobierno. Todos los capitalinos estamos cansados de la corrupción. Lo mejor que ha hecho Claudia Sheinbaum es renunciar, pero debió haberlo hecho hace años. La Regenta dejó muchos problemas en la Ciudad de México: inseguridad, falta de agua y de vialidades, corrupción. No tenemos un transporte público de calidad. Seré candidata y habrá un gobierno decente, honesto y daré resultados. La regenta no los dio, y en lugar de solucionar los problemas del Metro o el déficit de vivienda hizo un arranque ilegal de su precampaña.
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Kenia le grita en tribuna al senador en turno que es un comunista subordinado al régimen, es decir al poder y al dinero. Que lo que los morenistas quieren es vivir de la corrupción. En un mundo al revés, dice que el de AMLO es un gobierno oligarca, que roba y es impune.
Grita todo eso, pero no lo demuestra, y nada dice de que ella forma parte del partido del cártel inmobiliario ni que hace sociedad con el priismo más corrupto, el de Alejandro Moreno o el del hoy casi extinto grupo Atlacomulco.
La vicecoordinadora del PAN, con gesto de desprecio, señala que el Senado es la casa de la oposición, y con fanatismo arremete, un día sí y otro también, contra Claudia Sheinbaum y el presidente López Obrador.
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Háblanos de la denuncia que acabas de presentar.
Presenté una denuncia ante el Instituto Nacional Electoral contra Morena y sus corcholatas por iniciar un proceso interno que a todas luces es un fraude a la ley, porque anticipa actos de campaña, viola el debido proceso electoral y la equidad en la contienda.
¿No le estarás copiando a Xóchitl Gálvez en eso de las denuncias?
Hay que denunciar a un gobierno que persigue científicos, intelectuales, medios de comunicación y apapacha delincuentes.
¿Algo más que agregar?
Hago un llamado a la oposición, a Movimiento Ciudadano, a la mitad de la población que no está de acuerdo en las mentiras de López Obrador, a la Marea Rosa, a la Marea Blanca, a que detengamos esta brutal corrupción que genera muerte y desesperanza en Palacio Nacional. Detengamos este gobierno corrupto.
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En la tribuna del Senado de la República, es común ver a la senadora vociferar “¡Como se atreven!” y empezar a manotear so riesgo de golpear a alguien. Luego de chillar esa frase, a la senadora, como una poseída, parece hacérsele el rostro aún más largo y entrar en trance. Comienzan los gritos, los pujidos, el delirio… pero si se fija uno bien todo eso es actuación y en realidad no está tan desesperada, y todas sus palabras son vacías. Ella es la peor de las tres, o por lo menos la más escandalosa. “¡Cómo se atreven!”, se desgañita, y más de una vez por poco ha tenido que ser sacada del Senado atada a otra camisa que no es precisamente la de los Pumas, con la que ha llegado vestida al Parlamento.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.