“Ni huevones, ni rateros ni pendejos” exclamó la aún senadora panista Xóchitl Gálvez en el Ángel de la Independencia frente a unas mil personas aproximadamente; a su lado, se encontraban los tres dirigentes de los principales partidos políticos opositores, Marko Cortés del PAN, Alejandro Moreno del PRI y Jesús Zambrano del PRD, curioso y trágico, ya que cada uno representa por lo menos una las tres definiciones que Xóchitl lanzó para referirse al proyecto de la Cuarta Transformación.
Lo que parece una ocurrencia más dentro de la interminable lista de disparates de la señora Gálvez, en esta ocasión creo que se trata más de eso, de fondo hay un plagio y una antítesis.
El dogma que el presidente López Obrador ha creado para personalizar su movimiento se ha fundado en tres principios: No mentir, no robar y no traicionar. Simple pero efectivo a la hora de llevar su discurso en la guerra narrativa; nadie podría estar en contra de tales principios en el debate público, justo como nadie podría estar a favor de que en el gobierno se encuentren funcionarios “huevones”, “rateros” y “pendejos”.
Este nuevo fraseo de Xóchitl Gálvez ha llegado para permanecer por lo menos un rato en su discurso político, es la lengua larga que caracterizaba a Fox combinada con el cinismo de Calderón, un panismo disfrazado de izquierda que repudiarán todos los seguidores de la ultraderecha mexicana; para muestra un botón, y he ahí Gilberto Lozano, que califica de falsaria a Xóchitl y espera un milagro encarnado en un 3er candidato. En fin.
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