Pareciera ser que la oposición de nuestro país se encuentra completamente echa bolas, o bien comienzan a resignarse dada su incapacidad de articular un movimiento unitario en el ámbito electoral o de plano, cada partido terminó cayendo en la cuenta que sólo les resta definir estrategias que cuando menos les permita mantener una presencia digna en la cámara de diputados capaz de hacer contrapeso a MORENA después de la elección de 2024. Mientras el PAN tiene claro que es la única fuerza real opositora en la que se aglutinarán varios de los enemigos de López Obrador, en Movimiento Ciudadano tratarán de sortear el proceso con la misma lógica que han utilizado hasta ahora y que les ha dado representación importante. El PRI no tiene más que aminorar la desbandada aunque poco podrán hacer por detener la estrepitosa caída atribuible a Alito Moreno y el PRD, desgraciadamente (como todo indica) perderá su registro.
Pero aún estando así las cosas, si se analiza desde un punto de vista objetivo, habría que reconocer que la oposición si está valorando un aspecto que probablemente MORENA esté dejando peligrosamente de lado y se trata nada más y nada menos que la elección de la Ciudad de México. Este tema es de suma relevancia, pues por más que los liderazgos morenistas en la capital quieran tapar el sol con un dedo, en honor a la verdad, más que madruguete o albazo, las aspirantes de la oposición que comenzaron a hacer públicas sus intenciones de contender para gobernar la capital, lo hicieron en buen momento. Por supuesto que las figuras de Kenia López, Xóchitl Gálvez o Sandra Cuevas, lejos están de representar un proyecto de ciudad acorde a lo que requiere la capital con toda su versatilidad y complejidades, pero lo que no se debe dejar de lado, es que está ciudad vivió hace poco más de un año, un proceso electoral que modificó por mucho la hegemonía con la que gozó el PRD en su momento y posteriormente MORENA.
Quizá el principal problema del morenismo capitalino sea el de circunscribir las actividades del partido a la agenda de gobierno y a la figura de López Obrador, pero esto no sugiere que las acciones emprendidas por Claudia Sheinbaum sean malas, todo lo contrario, su gobierno ha consolidado la visión de la izquierda haciendo de la capital una ciudad de derechos más que de leyes. Sin embargo, lo que no se coloca por parte de MORENA en el centro de atención, son las alcaldías en las que el desempeño ha sido pobre. Esto se convierte en un verdadero problema que pudiera resolverse si los cacicazgos hicieran a un lado la soberbia y comenzaran por articular a quienes se identifican con la cuarta transformación.
Si se realizara un ejercicio de autocrítica, se debería de considerar en su justa dimensión las verdaderas razones por las que se perdieron en 2021 Alcaldías clave como la Cuauhtémoc o Tlalpan y, por supuesto que éstas no se debieron al carisma o trabajo político de las hoy alcaldesas, sino a la incapacidad de MORENA de anteponer el proyecto por encima de los intereses de grupo. Y, aunque los niveles de aceptación de estos dos casos se encuentran por debajo de lo “decoroso”, la realidad es que defenderán esos territorios haciéndose valer de todo lo que se pueda, sea legal o no.
Existen voces que tratan de minimizar esta situación y que suelen irse con la finta de que la ciudad se ganará caminando dado que el resultado electoral de la presidencia arrastrará el capitalino, pero esta es una visión sumamente reduccionista, la experiencia vivida en el 2021 debería de ser el parámetro para ir midiendo a los posibles contendientes emanados de MORENA y los alcances que se pueden lograr. Ojalá que las ya pocas, pero significativas fuerzas progresistas de esta ciudad, comiencen a articularse en torno a un proyecto plural e incluyente que discuta lo verdaderamente importante y que es blindar a la CDMX regresándola a la calidad de bastión de la izquierda. No hacerlo, sería tanto como quedarse al margen del proceso y, para como están las cosas, un triunfo de la derecha sería un fracaso y un retroceso que no se puede permitir.
Se puede cuestionar todo a la oposición y argumentos sobran, pero en este caso, pareciera un acierto haberse adelantado, por eso MORENA está obligado a operar desde ya con la ciudadanía y con la militancia, quiénes pudieran ser los próximos abanderados.
Para acabarla de amolar.
Adán Augusto López anda de arriba para abajo en plena operación política y nadie puede decirse sorprendido de las capacidades del Secretario de Gobernación, en cuanto a generar canales de diálogo para lograr su cometido, (en este caso el cabildeo con los congresos estatales respecto a la permanencia de las Fuerzas Armadas en las calles); tampoco sorprenden sus “modos” muy tabasqueños para generar polémica; ya durante su comparecencia dejó en mal las recriminaciones de la oposición en el senado y, en esta semana le tocó un “llegue” al gobernador Enrique Alfaro. A este distinguido militante de MC no le bastó con ser exhibido por el titular de la SEGOB, todavía creyó viable publicar un video en redes sociales con sobrada molestia para desmentir al tabasqueño. Alguien por favor debiera decirle al gobernador jalisciense que “a confesión de parte, relevo de pruebas”.
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