Todo apunta a que la resignación de perder la contienda el 2 de junio llegó al bloque opositor y tanto a ellos como a sus principales voceros, incluyendo los de la prensa, no les queda más remedio que soltar la última carga de calumnias y mentiras para justificar tanto la derrota como el evidente distanciamiento con el ciudadano que sigue creyendo en el obradorismo. A veces pareciera que la lluvia de mentiras les hace creer en la posibilidad manchar la reputación de Sheinbaum que a estas alturas ya todos la observan como la próxima presidenta del país. Aunque dicha estrategia que ningún resultado positivo les trajo en todo lo que va de la segunda mitad del sexenio, se mantendrá todavía por mucho tiempo, esta poco permeará en lo que será el próximo gobierno, pero de que a la guerra sucia le queda camino, es indudable.
El bloque opositor tiene mucho más qué perder a parte de la elección. El PAN por ejemplo llevará mano seguramente en las curules del bloque, lo que les significará fricciones con el PRI. Este por su lado, comenzará en una nueva etapa de reacomodo que verá otro episodio de desbandadas que lo alejará de las estructuras sólidas que llegó a tener en algún momento y, por último, el PRD está condenado a la desaparición inevitable que probablemente les deje algunas diputaciones, sin que eso les permita mantener el registro, aunque se aferren sus cúpulas a negarlo. Aún recuerdo la frase de Jesús Zambrano cuando decía que el muerto que vos matáis goza de cabal salud. ¿cuál salud? La desaparición está a la vuelta de la esquina y parece ser que la pena de hoy en el partido del sol azteca, será mucho más grande que la gloria que alcanzó a tener en algún momento.
La desaparición del PRD también obligará a algunos movimientos a la desaparición, entre ellos una parte del movimiento campesino que en este proceso terminó por desdibujarse a tal grado que les obligó a sumarse a un bloque que desnuda las ambiciones personales. Los casos son conocidos y lamentables, pero más lamentable aún resulta la traición a los ideales y causas que les dieron vida, así que, dicho en términos jurídicos, la suerte del accesorio, será la misma suerte del principal, por lo tanto no les quedará más remedio que resignarse a la derrota y a su fin como movimiento.
Es triste ver en qué acabó el perredismo y a los traidores de aquel movimiento hay que señalarnos abiertamente: tienen nombre y apellido y lejos de pasar a la historia como los grandes dirigentes y luchadores sociales que en algún momento aportaron a la construcción de la vida democrática del país, ahora sólo serán recordados como los sepultureros del perredismo que cambiaron la bandera de lucha por la matraca en los eventos de la derecha. Adiós al PRD y a sus orígenes, el daño está hecho y todo está perdido, pero nos queda (a algunos pocos) la nostalgia y a otros muchos la culpa, cada quien que ocupe el lugar que eligió en la historia.
P.D. Un abrazo solidario al Movimiento Ciudadano, las diferencias son claras con su dirigencia pero ante la tragedia hay que ser solidarios pues la pena que acompaña a las familias exige la bondad y el humanismo de quienes hemos participado en las concentraciones. No resta más que desear pronta resignación y dedicarles oraciones a los deudos. Al mismo tiempo, también nos queda rechazar cualquier manifestación de burla o escarnio de los eternos miserables que viven en las redes sociales.
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