32 años ya, de la debacle creada por las mentes mafiosas de Carlos Salinas De Gortari y su perro faldero Dante Delgado Rannauro. Junto con Joseph Marie Cordoba Montoya, Fernando Gutiérrez Barrios y más ladrones, robaron a los Sindicatos de Veracruz con la ILEGAL REQUISA DEL PUERTO, aquel fatídico 1 de junio de 1991.
Los obreros portuarios de Veracruz son naturales herederos de la faena en los muelles jarochos desde que se puso la primera piedra en 1882. Más de un siglo contribuyendo al desarrollo económico de la ciudad, el estado y el país.
Hasta que llegó Carlos Salinas de Gortari y contraviniendo a su mantra de Solidaridad, destruyó las cooperativas que alimentaban a más de 5,000 familias. Un acto inconstitucional. La mayor afrenta contra los derechos humanos y laborales de un grupo honorable de trabajadores veracruzanos. El jefe de la Mafia del Poder despojó al sindicato de Maniobristas, Carretilleros, Cargadores, Abridores y Conexos de la Zona Marítima y del Comercio de la Ciudad y Puerto de Veracruz; a la Unión de Estibadores y Jornaleros de Veracruz; y a la Unión de Checadores o Tarjadores y Similares de Veracruz, de sus patrimonios.
Además, hundió la economía del Puerto Jarocho, durante años. Una de las justificaciones de Salinas de Gortari para adueñarse de las concesiones laborales y el patrimonio de los Sindicatos fue que en el puerto de Veracruz había robos, tráfico de mercancías, malos manejos y pérdidas financieras en la empresa que el otrora gobierno federal tenía en sociedad con los Maniobristas de Veracruz. Todas tremendas mentiras.
Existe un reporte de 1991, firmado por Roberto Ríos Ferrer, representante de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes mediante el órgano desconcentrado Puerto Mexicanos, dónde se le informa al presidente 1 mes antes de que firmara el decreto de la Requisa, que la operación en los muelles realizada por los sindicatos y las empresas, generaban confianza y sustanciales rendimientos económicos a la Federación.
Pero esto le importó muy poco al inescrupuloso modernizador de México pues ya tenía listos a sus fieles prestanombres para operar la privatización del Puerto de Veracruz por 100 años.
El plumazo del sicario neoliberal hizo que las dependencias federales encargadas entonces, de la ejecución del decreto, generara un vacío burocrático e ilegal que aprovecharon Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña para ignorar a los Portuarios. 5 sexenios de ladrones de derecha fueron demasiado pero también suficientes para que ahora, el gobierno federal encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, haga justicia. Aun cuando la jurisprudencia protege las demandas presentadas por los sindicatos, la voluntad política del ejecutivo federal actualmente parece respaldarlos.
La instrucción en la Secretaría de Gobernación, de Adán Augusto López, fue dada al INSABI, SAT, INDEP y SHCP para resolver de manera expedita, cada una de las razonables peticiones que por más de 30 años les fueron desestimadas a los Sindicatos Portuarios de Veracruz oprimidos por Carlos Salinas y Dante Delgado.
Hoy, en AMLO y en Adán Augusto, ¡confían!
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