Zedillo reaparece para criticar la democracia en México mientras cobra pensión vitalicia del Banxico

El expresidente recibe más de 141 mil pesos al mes con dinero público, pese a haber privatizado las pensiones en 1997 y endosado a los mexicanos la deuda del Fobaproa.

Aunque lleva más de dos décadas viviendo fuera del país, Ernesto Zedillo Ponce de León sigue costándole caro a México. Cada mes recibe del Banco de México (Banxico) una pensión vitalicia de 141 mil 977 pesos, aun cuando en su sexenio impulsó la privatización del sistema de pensiones mediante la reforma de 1997, que abrió la puerta a las Afores, de acuerdo con una investigación de Nancy Flores para Contralínea. 

El expresidente priísta volvió a la escena pública con una entrevista para The Objective, en la que acusó al gobierno de Claudia Sheinbaum y de Andrés Manuel López Obrador de destruir la democracia con las reformas judicial y electoral. Sin embargo, la memoria histórica recuerda que fue él quien, en su mandato, dejó una huella marcada por represión, privatizaciones y el mayor endeudamiento público con el Fobaproa

Zedillo es señalado por haber pactado en el año 2000 con el PAN para entregar la Presidencia, además de cargar con los antecedentes del fraude electoral de 1988 y del dedazo que lo llevó al poder tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio. Su administración estuvo marcada por la represión a movimientos sociales como el Barzón y el Consejo General de Huelga de la UNAM, así como por una estrategia de contrainsurgencia contra el EZLN, el EPR y el ERPI, que derivó en violaciones a derechos humanos y masacres como Acteal, Aguas Blancas, El Charco y El Bosque.

En lo económico, su mayor legado negativo fue el Fobaproa-IPAB, con el que convirtió la deuda privada de los bancos en deuda pública. Hoy, esa carga financiera todavía supera los 900 mil millones de pesos, con proyecciones que alcanzarán billones en los próximos años, presionando las finanzas del país. A ello se sumaron rescates carreteros, azucareros y ferroviarios, que beneficiaron a grandes corporaciones nacionales y extranjeras.

Mientras Zedillo busca dar lecciones de democracia desde el extranjero, su paso por la Presidencia dejó millones de nuevos pobres, privatizaciones en sectores estratégicos y una crisis económica que el propio Banco de México calificó como la peor desde 1929.

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