El gobierno de Nicolás Maduro anunció la detención de un grupo de mercenarios con presuntos vínculos con la CIA, a quienes acusa de preparar un ataque de falsa bandera desde Trinidad y Tobago. Caracas calificó las maniobras militares en el Caribe como una “provocación hostil” impulsada por Washington y advirtió que su Fuerza Armada permanecerá en alerta.
El gobierno venezolano informó que los detenidos habrían operado con información directa de la CIA y que su captura permitió detectar un supuesto plan para desencadenar un conflicto militar en el Caribe. La vicepresidenta Delcy Rodríguez difundió el comunicado oficial y denunció en redes sociales una “provocación militar” en coordinación con el gobierno trinitense, a quien acusó de servir a los intereses de EUA.
Desde el 26 de octubre, Trinidad y Tobago realiza ejercicios conjuntos con tropas estadounidenses bajo el mando del Comando Sur. A estas maniobras se sumó la llegada del destructor misilístico Gravely y se prevé la incorporación del portaviones Gerald Ford, el más grande del mundo en su tipo. Para Caracas, dichas operaciones constituyen una amenaza directa que contraviene la Carta de la ONU y la declaración de la Celac que proclama a la región como zona de paz.
El gobierno de Maduro señaló a la primera ministra Kamla Persad-Bissessar de “subordinar” su política a los intereses hegemónicos de Washington, al permitir que su territorio se utilice “como un portaviones de Estados Unidos contra Venezuela y Sudamérica”. Caracas también criticó el uso de la fuerza contra civiles en ese país, tras denuncias de asesinatos de pescadores trinitenses ocurridos el 14 de octubre.
En respuesta, el Ejecutivo venezolano afirmó que no se dejará intimidar por ejercicios militares ni por campañas mediáticas, y que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana permanecerá desplegada y vigilante. Maduro comparó la coyuntura con episodios históricos como el hundimiento del Maine en 1898 o el incidente del golfo de Tonkin en 1964, los cuales sirvieron de pretexto para iniciar conflictos bélicos. Caracas sostuvo que se enfrenta a una estrategia de provocación cuyo fin es justificar una agresión imperial en la región.
Con información de Ángel González para La Jornada.


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