El presidente de EUA, Donald Trump, generó indignación al burlarse públicamente del asesinato del cineasta Rob Reiner y su esposa, atribuyendo el crimen a una supuesta “locura anti-Trump”. Sus declaraciones provocaron críticas incluso de congresistas republicanos.
Donald Trump provocó una fuerte polémica tras referirse de forma burlona al asesinato del actor y director de cine Rob Reiner y su esposa, ocurrida en su residencia de Brentwood, en Los Ángeles. A través de un mensaje difundido en Truth Social, el mandatario sugirió que la muerte de la pareja estuvo relacionada con lo que llamó el “Síndrome de Locura por Trump”, una expresión con la que ha descalificado a sus críticos.
Trump describió el homicidio como un “triste suceso”, pero al mismo tiempo afirmó que Reiner padecía una supuesta obsesión enfermiza contra su figura, lo que —en sus palabras— habría generado ira a su alrededor. Aunque reconoció el talento del cineasta y cerró su mensaje con un “descansen en paz”, el tono fue percibido como despectivo y politizado.
La reacción no tardó en llegar. Legisladores del propio Partido Republicano calificaron las declaraciones como inapropiadas, subrayando que se trata de una tragedia familiar y no de un debate político. Congresistas advirtieron que ninguna diferencia ideológica justifica burlarse de un asesinato, y menos cuando el presunto responsable es un hijo de las víctimas.
La Policía de Los Ángeles confirmó que Nick Reiner, hijo de la pareja, fue detenido como sospechoso del homicidio y enfrenta cargos con una fianza millonaria. Las autoridades mantienen abierta la investigación mientras familiares y allegados atraviesan el duelo.
Rob Reiner, reconocido por filmes emblemáticos como Cuando Harry conoció a Sally y La princesa prometida, fue también un crítico abierto de Trump y un defensor de posturas progresistas. Su muerte, además de sacudir al mundo del cine, ha reavivado el debate sobre el uso del discurso político en contextos de violencia y tragedia personal.


Deja un comentario