Donald Trump propuso un plan de alto el fuego en Gaza que incluye desplegar 200 soldados de EUA en Israel para coordinar una fuerza multinacional integrada por Egipto, Qatar, Turquía y Emiratos Árabes Unidos. El objetivo es supervisar la tregua y desarmar a Hamas, sin que tropas estadounidenses ingresen a Gaza. El plan también contempla una policía local sin funciones militares y la eliminación de la infraestructura de la resistencia palestina.
Donald Trump pretende desarmar a Hamas mediante la creación de una Fuerza Internacional de Estabilización (FSI) que operaría en Gaza con la participación de países árabes y Turquía. Como parte de este plan, EUA desplegará hasta 200 soldados en Israel para integrar una fuerza multinacional que supervise el alto el fuego con Hamas.
El contingente estadounidense estará encabezado por el almirante Brad Cooper, del Comando Central (Centcom), y dirigirá un centro de coordinación militar con la participación de Egipto, Qatar, Turquía y Emiratos Árabes Unidos. De acuerdo con el plan, las tropas estadounidenses no entrarán a Gaza, sino que operarán desde un centro de control conjunto encargado de monitorear violaciones a la tregua y de informar tanto a Israel como a Hamas, a través de Egipto y Qatar.
El plan de Trump plantea que la FSI sea una misión temporal con el propósito de desarmar a Hamas, una demanda que Israel no ha podido cumplir mediante la fuerza. Además, busca desmantelar la infraestructura de la resistencia palestina, en particular la red de túneles subterráneos. También se contempla la creación de una policía local que se encargue de la seguridad civil, pero sin autorización para conformar una fuerza militar.
El antecedente más reciente de intervención estadounidense en Gaza se remonta a la primavera pasada, cuando EUA desplegó mil soldados para construir un puerto frente a la costa gazatí con fines humanitarios. El proyecto, que costó 230 millones de dólares y operó apenas 20 días, terminó siendo utilizado por el ejército israelí como punto de apoyo en una incursión para rescatar rehenes en el campamento de Nuseirat. La operación dejó 226 palestinos muertos y más de 400 heridos, en lo que los médicos locales describieron como un “baño de sangre” dentro del Hospital Al Aqsa.
Con información de MPR21.

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