Donald Trump advirtió que podría invocar la Ley de Insurrección para desplegar tropas federales en ciudades gobernadas por demócratas, en medio de disputas legales por el uso de la Guardia Nacional. La medida reaviva temores sobre un uso autoritario del poder presidencial.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este lunes que está dispuesto a invocar la Ley de Insurrección —una norma que permite al mandatario desplegar fuerzas militares para sofocar disturbios internos— como parte de sus medidas contra las ciudades gobernadas por demócratas.
“Tenemos una ley de insurrección por una razón. Si tuviera que aplicarla, lo haría”, declaró Trump desde el Despacho Oval. Su advertencia llega mientras los estados de Illinois y Oregón, ambos con gobiernos demócratas, emprenden acciones legales para frenar el despliegue de la Guardia Nacional ordenado por el republicano.
Trump sostuvo que la intervención militar sería necesaria si las autoridades locales o los tribunales impiden actuar a las fuerzas federales. “Si la gente estuviera siendo asesinada y los gobernadores nos detuvieran, claro que lo haría”, afirmó.
El control de la Guardia Nacional recae habitualmente en los gobernadores, salvo que las unidades sean federalizadas, como ya ocurrió en California pese a las objeciones de su mandatario estatal. En circunstancias normales, los gobernadores deciden si movilizarla dentro o fuera de sus territorios.
Críticos advierten sobre un uso excesivo del poder
Trump ha llevado el uso de la Guardia Nacional a niveles nunca antes vistos, llevando el papel central del ejército en asuntos internos, desde el combate a la inmigración ilegal hasta la seguridad en zonas urbanas. Sus intentos por enviar tropas de Texas a Illinois o de California a Oregón han sido calificados por expertos como un “uso desmesurado del poder presidencial”.
La semana pasada, en una reunión con altos mandos militares, Trump propuso usar las ciudades estadounidenses como “campos de entrenamiento” y alertó sobre una supuesta “invasión desde dentro”. Para sus críticos, la estrategia refleja una visión peligrosa: el uso de la fuerza militar contra la propia población.

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