Para hablar del Tren Maya, es pertinente recordar que al menos un ochenta por ciento de esta megaobra, está siendo financiado con un ahorro de 125 mil millones de pesos, logrado por la cancelación del aeropuerto en el Lago de Texcoco. Quizá lo más importante de esta hazaña, es que la logramos junto a nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, mediante un proceso de Democracia Participativa, cuando él todavía era presidente electo.
La consulta para cancelar o seguir con la construcción del ahora frustrado aeropuerto, ocurrió del 25 al 28 de octubre del año 2018. A este ejercicio de Democracia Directa acudimos 1 millón 096 mil 990 mexicanas y mexicanos. El 69.5% de los participantes votamos a favor de suspender la construcción del corrupto proyecto aeroportuario. Esta decisión popular brindó seguridad financiera al Tren Maya y a partir de ese momento, empezó a florecer nuestro empoderamiento. Así dejó de ser letra muerta el artículo 39 de nuestra Constitución Política, el cual establece que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo.
La decisión de López Obrador de consolidar la Democracia Participativa en nuestro país ha seguido manifestándose en diversos temas, uno de ellos ha sido el Tren Maya. Una muestra clara de la voluntad política del Gobierno de México por conocer la opinión del pueblo y de obedecerlo, se manifestó en los procesos de consulta a las comunidades indígenas sobre la construcción del Tren Maya.
En la página oficial del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), pueden descargarse documentos digitales sobre la convocatoria, protocolos, actas y listas de asistencia a las asambleas, tanto en las lenguas ch’ol, maya, tseltal y tsotsil. Estas asambleas se llevaron a cabo en las siguientes poblaciones: Chichimilá, Yuctán; Dzitas, Yucatán; Maxcanú, Yucatán; Palenque, Chiapas; Tenabo, Campeche; Tixpéhual, Yucatán; Tunkas, Yucatán; Bacalar, Quintana Roo; Carrillo Puerto, Quintana Roo; Cobá, Quintana Roo; Escárcega, Campeche; Tenosique, Tabasco; X-Hazil, Quintana Roo; Xpujil, Quintana Roo; Xul-Há, Quintana Roo; Chichimilá, Yucatán y Don Samuel, Campeche.
Una vez realizadas estas consultas, se obtuvieron importantes acuerdos con los habitantes de toda la región. De cada cien empleos que se generen hasta el 2030 por la construcción del Tren Maya, el 46% será para los pobladores indígenas de las cinco entidades por donde cruzarán sus vagones. Esto lo dio a conocer el director de ONU-Hábitat México, Eduardo López Moreno. En la página web oficial de ONU-Hábitat, se informa sobre la participación de esta institución en el Desarrollo Integral Territorial y Urbano de la Región Sureste. En este medio, el organismo internacional describe al Tren Maya como “más que un tren, una oportunidad de ordenar el territorio para traer desarrollo sustentable e inclusión a la región”.
Cabe señalar que ONU-Hábitat proporciona apoyo sustantivo y técnico al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) en tres áreas: desarrollo territorial, regional y urbano; desarrollo social y desarrollo económico. Su labor se lleva a cabo mediante procesos participativos y colaborativos entre el Gobierno de México, los estados, los municipios y los habitantes de la región, de los cuales muchos son originarios de pueblos indígenas.
Son siete los rubros que deben cubrirse para realizar esta obra con la participación de sociedad y gobierno: procesos informativos, procesos participativos, diagnóstico, micro regiones, planeación urbana, observatorio regional y relocalización consensuada.
Gracias a la calidad moral del Gobierno de México encabezado por Andrés Manuel López Obrador, se ha logrado tener el respaldo de la Organización de Naciones Unidas en diferentes acciones de política pública, y el Tren Maya es uno de ellos. En todos estos proyectos, existe un genuino espíritu de equidad, eficacia, honradez y participación ciudadana.
Vaya este mensaje para todas las personas que están tratando de bloquear el proyecto del Tren Maya, incluyendo al Poder Judicial Federal. El pueblo ya decidió y con las decisiones del pueblo no se juega.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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