La llegada del invierno profundiza la emergencia en Gaza, donde personas mueren por exposición al frío mientras equipos de rescate recuperan cuerpos entre escombros de edificios destruidos. La ONU advierte que la falta de recursos y refugios adecuados agrava el panorama humanitario.
La crisis humanitaria en la franja de Gaza se intensifica con la tormenta invernal que azota la región. La población “se está muriendo de frío”, advirtió Philippe Lazzarini, comisionado de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (Unrwa), al describir las condiciones extremas que enfrentan miles de personas sin vivienda ni servicios básicos.
En paralelo, brigadas de rescate recuperaron al menos 20 cadáveres atrapados bajo edificios bombardeados en 2023, derrumbados nuevamente por las lluvias y el mal tiempo. De acuerdo con autoridades de protección civil en Gaza, las labores se realizan con herramientas rudimentarias, luego de que gran parte de la infraestructura fuera destruida durante la guerra.
El deterioro de las condiciones climáticas coincide con nuevas tensiones políticas. En Jerusalén ocupada, autoridades palestinas condenaron planes de Israel para construir unas 9 mil viviendas en zonas estratégicas del norte de la ciudad, al advertir que profundizarían la fragmentación territorial. Hamas, por su parte, acusó que estos proyectos buscan imponer cambios demográficos aprovechando el periodo festivo judío.
La ONU y organismos humanitarios insisten en que, sin un alto a la violencia y sin acceso inmediato a ayuda, el invierno podría convertirse en otro factor letal para la población civil atrapada en el conflicto.
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