No es la primera vez que al actual gobierno federal se le vincula, por su carácter social, con el comunismo. Desde la campaña hacia la presidencia, a López Obrador se le llamó aliado del Kremlin; Javier Lozano, entonces coordinador de campaña de José Antonio Meade, comentó que cabía la posibilidad de que el candidato de Morena, tuviera nexos con el gobierno de Vladimir Putin; incluso el hijo de Enrique Krauze, salía presuroso a puntualizar en su columna de El Universal, que el mandatario ruso podía interferir en los comicios de 2018 como se suponía, había hecho con otras contiendas políticas en distintas latitudes. Tan solo la evocación de aquel recuerdo produce risas hoy, como ocurrió en el pasado y más, porque entonces, con un sutil uso de la ironía el ahora presidente, protagonizó un video en el que, mientras se encontraba de gira por el estado de Veracruz, salió a la espera del submarino que le trajera el oro de Moscú para su campaña.
Desde entonces han sido incontables las veces que se le ha llamado, a manera de ofensa, con aquel calificativo que expresa una visión político-social. La última de estas fue en días pasados, cuando el emisario de Tv Azteca, Javier Alatorre, expresó a las masas (disculpe usted la carcajada) su temor ante el “resurgimiento” del virus comunista, en la forma de los nuevos libros de texto de la SEP. Sin embargo y como ha ocurrido en ocasiones anteriores, detrás de las palabras del tristemente célebre “periodista”, existe una nueva andanada de golpeteo contra un gobierno por parte del magnate y dueño de Tv Azteca, Ricardo Salinas Pliego, como consecuencia del cobro de alrededor de 37 mil millones de pesos que adeudan sus empresas al SAT y que en sexenios pasados le fueron condonados.
Ha sido muy pública la manera en la que el propietario de la televisora, a través de cámaras y micrófonos, suelta el bozal a sus esbirros para que estos profieran cuanta desinformación sea necesaria, con tal de acallar a sus rivales. Basta recordar cuando, durante la pandemia, el mismo Alatorre llamó a la ciudadanía a no hacer caso a Hugo López-Gatell, ante los esfuerzos del subsecretario de salud para que las personas siguieran las indicaciones de la campaña de prevención contra el COVID-19, ello debido a que fue por indicaciones del funcionario que las tiendas Elektra tenían que cerrar sus puertas de manera obligatoria para evitar aglomeraciones, lo que perjudicaba en los negocios al empresario.
Por supuesto que dichos esfuerzos por coaccionar a López-Gatell no fueron bien visto por la mayoría de la ciudadanía, quien reprochó al comunicador semejante insensatez y este último tuvo que recular a las pocas horas y poner cualquier pretexto para salvar su reputación. Nadie se tragó el cuento. Desde entonces, el escaso buen nombre que le quedaba tanto a Alatorre como a la televisora, a la que ya de por sí le iba mal en aspectos de audiencia, ha ido en picada en el curso de estos años. Ahora para variar, parece que los negocios no han sido todo lo buenos que el millonario pretende y busca de manera legal no pagar impuestos y ahorrarse algo de dinero.
Pero a Javier Alatorre y a Salinas Pliego, también se les conoce por alardear públicamente y además con corroboración del propio presidente, de ser amigos del mandatario. El magnate es quien encabeza el consejo de empresarios del propio Andrés Manuel, mientras que a Alatorre le permitió entrar hasta la sala de su casa, desde donde tomó café y lo entrevistó como parte de sus labores de campaña en el lejano 2018.
Todos sabemos que el presidente no es tonto y que, detrás de esa amistad, real o no, también existe el interés por lograr sus objetivos de gobierno; por su parte, el empresario se vio beneficiado en más de la mitad del sexenio, al manejar el capital de los programas de pensiones y becas del bienestar hasta que viera la luz el Banco del gobierno del mismo nombre, pero ello no eximió al primer mandatario de cobrar hasta el último centavo de adeudo de Tv Azteca y Elektra. De hecho, en octubre pasado se dio a conocer que el dueño de grupo Salinas, pagó al fisco un adeudo de casi 2 mil 800 millones de pesos.
Con el último ataque en contra de los libros de texto, desarrollados bajo un nuevo fundamento educativo, a la animadversión del mencionado empresario se le sumó la que maneja toda la oposición mexicana unida bajo el dominio de Claudio X. González. Un día sí y otro también, han inundado espacio en medios para hacer que la población con hijos dentro del sistema educativo proteste contra el “virus comunista, ante la conspiración de comunistas trasnochados, quienes buscan convertir a los niños en esclavos sumisos de una dictadura comunista, que pretenden que los niños no lean, no aprendan matemáticas, lógica, ciencias, ética o historia sin distorsiones, que no quieren que sean mejores”, palabras del propio Javier Alatorre.
Como hacía mención, el presidente no es tonto, sabe de qué pie cojean sus “amigos” y sabe mantenerlos contentos, pero también a raya, en especial cuando se trata de un personaje voluble que un día menciona la amistad que sostienen los dos y al otro, ataca feroz a través de su televisora para cumplir sus caprichos. Es el clásico “ten cerca a tus amigos, pero ten más cerca a tus enemigos” que ejecuta con astucia el primer mandatario. Las habladas son pasajeras y los hechos para fortalecer la economía del país, permanecen y están a la vista.
Nosotros mientras tanto, seguiremos esperando que llegue el oro de Moscú y observaremos con detenimiento para ver si los nuevos libros de texto de la SEP son capaces de transformar a un apacible niño de Chiapas, Yucatán, Nuevo León, o Tamaulipas, en una especia de Dr. Jekyll y Mr. Hyde del comunismo. Por su parte, los señores del dinero no harían mal en tomar clases de actuación, pues la comedia, involuntaria pero hilarante, en la que han caído, no se les ha dado mal en lo que va de este sexenio.
- Twitter: @Pablo_OcampoEsc
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