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    Mujeres liderando crimen organizado: fenómeno en aumento en México

    Una reciente investigación de Liliana Estevez para Milenio Diario reveló que la participación femenina en el narcotráfico crece rápidamente en México: las mujeres son cada vez más responsables de tareas clave y liderazgos en cárteles. Expertos analizan las causas y las implicaciones de este cambio.

    En México las mujeres están dejando una marca importante en el mundo del crimen organizado, pues el número de ellas detenidas por delitos relacionados con el narcotráfico crece de manera alarmante. De acuerdo a un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional, en 2012, solo 631 mujeres fueron arrestadas, pero, para 2024 esa cifra aumentó a mil 413. En los primeros ocho meses de este año, ya suman mil 737, superando el total de todo 2024.

    Este aumento refleja un cambio profundo en la estructura de los cárteles. Expertos en seguridad señalan que las organizaciones criminales necesitan más manos para sus actividades. De esta forma, las mujeres han sido reclutadas, muchas veces de forma forzada, para tareas secundarias. Desde guardar drogas hasta coordinar entregas, ellas ahora forman parte de la maquinaria del narcotráfico.

    No obstante, las mujeres también ocupan posiciones de liderazgo, pues en los últimos años han llegado también a ser jefas de plaza, de región o incluso líderes de sicarios. La guerra entre cárteles ha provocado que muchas mujeres tomen decisiones importantes dentro de estas organizaciones. Algunos casos llaman la atención, como el reciente arresto de Verónica Morales Soto, conocida como “La Jefa”, quien dirigía el Cártel de Tláhuac y coordinaba operaciones con drones en la alcaldía.

    Este fenómeno no solo tiene que ver con la violencia. La participación femenina en el crimen también responde a factores sociales y económicos, ya que muchas son cabeza de familia y enfrentan dificultades para acceder a programas sociales o empleos formales. La pobreza y la falta de oportunidades las llevan a buscar en el crimen una salida. La historia de Sandra Ávila, conocida como “La Reina del Pacífico”, o Enedina Arellano, “La Jefa” del Cártel de Tijuana, muestra que las mujeres han estado presentes en estos mundos desde hace décadas.

    Las mujeres en estas organizaciones también aportan ventajas: son más eficientes, más honestas y más dedicadas en sus tareas. Además, trabajan por salarios menores, lo que las hace preferidas en ciertos roles. En muchas ocasiones, su participación refleja una estrategia de las mismas organizaciones para diversificar y fortalecer sus estructuras.

    La historia reciente revela que muchas de ellas también enfrentan la justicia, como es el caso de Rosalinda González Valencia, esposa del líder del Cártel de Jalisco, o María de los Ángeles Ramírez, quien fue arrestada recientemente por coordinar finanzas y distribución de drogas.
    Este cambio en la participación femenina en el crimen organizado muestra que el narcotráfico evoluciona: las mujeres dejan atrás los roles tradicionales y toman decisiones que impactan en la violencia y el control territorial. La sociedad mexicana enfrenta un reto más en su lucha contra la delincuencia, pues las mujeres ya no son solo víctimas o familiares, sino también protagonistas en la estructura del crimen. (Con información de Milenio).