CCH Sur inicia toma de fotografía digital para más de 11 mil alumnos; paros y denuncias continúan en varias facultades ante agresiones y protocolos de seguridad.
La inactividad académica persiste en diversas facultades y colegios de la UNAM, pese a los recorridos del rector Leonardo Lomelí Vanegas. Ayer se activó el Protocolo de Actuación ante Posible Agresión en la Facultad de Filosofía y Letras, tras un mensaje en redes sobre una supuesta agresión a estudiantes, situación que se replicó en la Facultad de Economía, derivando en denuncias penales.
Los paros continúan en las facultades de Contaduría y Administración, Arquitectura, Medicina y Odontología, mientras que en Química no hubo clases debido a la toma de instalaciones en repudio al regreso a clases presenciales. En el CCH Vallejo, el paro fue motivado por la agresión de un vigilante contra una estudiante y su madre en la puerta 1, luego de una supuesta obstrucción vial.
(Foto: Cuartoscuro/Pedro Valtierra)
Ayer, la Dirección de Personal de la UNAM sostuvo una mesa de diálogo con trabajadores de vigilancia, movilidad y protección civil, donde se solicitó la destitución de cuatro mandos de la DGAPSU, medida que no prosperó por limitaciones legales, y se acordó una nueva reunión para el próximo lunes.
En el CCH Sur, inició la toma de fotografía digital a más de 11 mil 300 alumnos, trámite que se realizará hasta el 12 de noviembre y será requisito para el ingreso cuando regresen a clases presenciales. El procedimiento incluyó revisión ocular de mochilas y verificación de cita, sin generar molestias significativas entre los estudiantes.
Algunos alumnos expresaron emociones encontradas: alegría por reencontrarse con compañeros, pero también miedo y zozobra por el tiempo sin clases presenciales. Padres acompañaron a sus hijos por precaución, mientras las obras para torniquetes y cámaras de detección facial avanzan lentamente, poniendo en duda la reanudación de actividades el 18 de noviembre.
Ayer, Norma Piña, exministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), reapareció en la UNAM.
En un evento titulado “El Futuro de la Justicia: Independencia Judicial en México y su Entorno Regional”, Norma Lucía Piña Hernández presumió que durante su gestión como presidenta de la SCJN, un grupo de juzgadores se dedicó a “parar” proyectos emblemáticos del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, específicamente el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
La declaración fue realizada, en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), en un foro que reunió a una pléyade de virulentos opositores de la Cuarta Transformación.
Y aquí hay un dato clave: la afirmación de Norma Piña sobre “parar” el Tren Maya y el AIFA. Esto, dicho de manera sucinta, se refiere a la proliferación de amparos y suspensiones concedidas por jueces federales que obstaculizaron temporalmente (o buscaron detener definitivamente) la ejecución de obras prioritarias del Gobierno Federal.
La UNAM, especialmente el Instituto de Investigaciones Jurídicas, lleva tiempo se afanándose en buscar exponentes que tienen una clara afinidad ideológica y académica con la derecha.
De hecho, al revisar el directorio del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (IJJ) cualquiera puede percatarse de que, en efecto, ese lugar es una cueva de conservadores.
De hecho, la actual directora de ese instituto, Mónica GonzálezContró, no estudió en la UNAM, sino en el ITAM.
Ahora bien, si le echamos un ojo a la sociología del derecho, observaremos que esta supuesta invocación a la “independencia judicial”, en realidad, suele ser utilizada como una bandera de legitimación por grupos conservadores que se sienten amenazados por un cambio de régimen político.
Y no es necesario ser un genio para percatarse de cómo son las cosas.
Que Norma Piña haya admitido su modus operandi en la Corte revela que, durante su presidencia, las decisiones judiciales, que legalmente deberían haber sido neutrales, se convirtieron en actos con una clara –y tramposa– intencionalidad política.
Y eso reafirma muchas de nuestras sospechas: que la suspensión de obras no solo fue una aplicación del derecho, sino una estrategia coordinada de contrapeso al Poder Ejecutivo.
Y hay algo mucho más grave que lamentar:
El juicio de amparo, diseñado para proteger al ciudadano de abusos de autoridad, en la época de Piña en la Corte, fue instrumentalizado como una herramienta de freno político por actores con grandes recursos, convirtiendo la defensa legal de los ciudadanos en una batalla a favor de los grandes corporativos.
Es muy triste –y lamentable- que la UNAM se haya convertido en una cueva de itamitas y una trinchera contra el pueblo.
Un video que muestra a un vigilante jaloneando y tirando las muletas a una alumna en el CCH Vallejo desató indignación y protestas. El hecho ocurre a pocas semanas del asesinato de un estudiante del CCH Sur, que mantiene a la UNAM en crisis y con varios planteles aún en paro.
A poco más de seis semanas del asesinato de un estudiante del CCH Sur, un nuevo episodio de violencia en el CCH Vallejo volvió a encender la indignación en la UNAM. En redes sociales se difundió un video donde un vigilante jalonea y arroja las muletas de una alumna frente al plantel, mientras la toma del cabello y la hace caer al suelo.
La madre de la estudiante denunció que la agresión ocurrió cuando acudieron al colegio para exigir una silla adecuada, luego de que su hija sufriera un accidente dentro del plantel. “Mi hija se cayó por los pisos hundidos, pedí una silla de ruedas y nunca la quisieron dar. Cuando reclamé, me empujaron y golpearon a mi hija”, relató.
El CCH Vallejo confirmó el incidente y afirmó que brindó apoyo a la alumna y a su madre. La dirección anunció que colaborará con las autoridades universitarias para sancionar al responsable conforme a la legislación universitaria. Ante la indignación, estudiantes convocaron a paro de actividades y bloqueo vehicular, mientras que el plantel suspendió clases en lo que avanzan las investigaciones.
Durante la misma jornada, la Facultad de Química fue tomada por encapuchados, interrumpiendo el regreso a clases presenciales tras cinco semanas en línea. Su director, Carlos Amador Bedolla, llamó a los profesores a mantener contacto con los alumnos y ajustar las evaluaciones debido a las condiciones del semestre.
En la Facultad de Contaduría y Administración, la propuesta de un nuevo calendario escolar también generó tensión, ya que grupos estudiantiles señalaron que las instalaciones “aún no han sido entregadas” y que el documento carece de validez oficial.
Mientras tanto, en el CCH Sur, alumnos convocaron a una marcha para exigir la destitución de la directora Susana de los Ángeles Lira de Garay.
El rector Leonardo Lomelí Vanegas aseguró que “la situación se está normalizando” y confió en que esta semana será clave para estabilizar la Universidad antes del cierre del semestre. Sin embargo, las movilizaciones, las tomas y los llamados a diálogo continúan en distintas facultades.
Arquitectura anunció que sus instalaciones fueron reparadas y realizará una asamblea el 5 de noviembre, mientras que Odontología convocó a una mesa de diálogo para el miércoles al mediodía, en busca de acuerdos que permitan retomar las actividades académicas.
“¡Nosotros no fuimos! A los verdaderos culpables los dejaron libres”, asegura imputado en el caso del crimen de aficionado del Cruz Azul en CU.
El asesinato de Rodrigo Mondragón, aficionado del Cruz Azul, en las inmediaciones del Estadio Olímpico Universitario (CU), ha sacado a la luz pública la nebulosa actuación de la Dirección General de Análisis, Protección y Seguridad Universitaria (DGaPSu) de la UNAM, develando una terrible dinámica de impunidad y probable fabricación de responsables.
Pero demos un poco de contexto:
Hace unos días, cuatro trabajadores de la DGAPSU —Jose Rodrigo Valerio Carrillo, Luis Alberto Molina Bautista, Brallan Leonardo Islas y Noé Manzo Campuzano— fueron vinculados a proceso por el delito de homicidio calificado (asfixia por estrangulamiento, de acuerdo con la necropsia del Incifo).
Sin embargo, familiares y compañeros de estos trabajadores sostienen que los imputados son “chivos expiatorios” y que podrían ser una operación por parte de la estructura de seguridad de la UNAM con el fin de blindar a los verdaderos agresores.
El Juez de Control, con sede en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, ordenó prisión preventiva justificada para los imputados; además fijó un plazo de tres meses para el cierre de la investigación complementaria.
El juzgador basó su determinación de iniciar un juicio penal contra los guardias basándose en los peritajes de la necropsia realizada en el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo), a Rodrigo Mondragón, en la que se precisó que la causa de muerte fue asfixia por estrangulamiento.
Sin embargo, dos de los trabajadores Brallan Leonardo Islas y Rosas Noé Manzo Campuzano aseguran que fueron detenidos arbitrariamente y que ellos no son “responsables de lo ocurrido en el estadio”.
Estas personas sostienen que “a los verdaderos culpables los desaparecieron”. Y señalan que Gerardo Moisés Loyo Martínez, director general de la DGaPSu, habría dado la orden de “ponerlos”.
También sostienen que José Felipe Romero Pérez, alias Búfalo, quien funge como director de operaciones de la DGaPSu, les habría dado la instrucción para que fueran al túnel 16.
Noé Manzo Campuzano, a través de una serie de audios a los que ReporterosMx tuvo acceso, narra que Romero Pérez habría facilitado la huida de los verdaderos responsables, quienes, de acuerdo con su propio testimonio, habrían permanecido en la batea de una camioneta de la UNAM con el número 04.
El testimonio de Manzo Campuzano es una pieza clave.
El relato de Campuzano, que envió desde el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, señala que hubo un encubrimiento activo orquestado desde la cúpula de seguridad de la UNAM.
Otras voces señalan que la detención de los cuatro vigilantes habría sido una medida desesperada para presentar resultados rápidos ante la presión mediática y familiar.
Una cosa es cierta: la versión de estos personajes se conecta con otros señalamientos alrededor de lo que estaría ocurriendo en la DGaPSu.
Y es que investigaciones periodísticas paralelas a las de ReporterosMx han revelado denuncias sobre un presunto grupo de choque operando dentro de la seguridad de la UNAM.
Testimonios de otros guardias (obtenidos por diversos medios) apuntan a que mandos de la DGAPSU supuestamente encabezan un grupo de al menos 20 personas dedicadas a la extorsión y la violencia en la zona de CU, lo cual añade una capa oscura al contexto del crimen de Mondragón.
La UNAM concedió a Ciro Murayama la dirección de uno de sus ocho Centros de Estudios Mexicanos en el extranjero; sedes a las que la máxima casa de estudios destina más de 71 mdp, y cuyos resultados han sido escuetos o nulos.
Mientras la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) padece paros indefinidos que han detenido las actividades académicas en varios planteles, la cúpula dorada sigue cobrando y derrochando sin el menor remordimiento.
Tan sólo entre el 1 de enero y el 31 de septiembre de 2025, la UNAM gastó 71.7 millones de pesos en sus Centros de Estudios en el Extranjero.
Se trata de escuelas de extensión universitaria y Centros de Estudios Mexicanos que, hasta la fecha, no han reportado beneficios concretos para la comunidad estudiantil, más allá de eventos culturales ocasionales y “seminarios” virtuales a los que, prácticamente, no acude ninguna persona.
Curiosamente, estos centros presumen dar clases genéricas de español, arte, cultura y estudios mexicanos, cuyo programa académico es desconocido.
Hasta este 2025, en su compendio de Políticas y Normas de Operación Presupuestal, la UNAM dijo mantener en operación nueve Centros de Estudios Mexicanos en el extranjero y tres sedes de Extensión Universitaria en Europa, Asia, Norteamérica y el Caribe.
Los Centros de Estudios Mexicanos, de acuerdo con lo informado por la UNAM, están ubicados en las siguientes ciudades o países:
Los Ángeles, Estados Unidos
China
España
Francia
Reino Unido
Tucson, Arizona, Estados Unidos
Alemania
Boston, Massachusetts, Estados Unidos
La Habana, Cuba
Sin embargo, los resultados de dichos centros, cuya supuesta misión es “promover la cultura mexicana” en el extranjero y formar alianzas con instituciones locales, son prácticamente inexistentes.
Por ejemplo, el Centro de Estudios Mexicanos en España, que desde el 1 de enero de 2025 dirige Murayama Rendón, exconsejero del INE y profesor Titular tipo A de la Facultad de Economía, se dedica a organizar seminarios, conversatorios, conferencias web y proyecciones cinematográficas.
Cabe mencionar que desde el 13 de febrero hasta el 29 de octubre de 2025, el Centro dirigido por Ciro Murayama apenas organizó 34 actividades, entre ellas una conferencia sobre “Los orígenes del culto a la virgen de Guadalupe”; una proyección de la película “Tepeyac”, un filme sobre la figura religiosa, y algunas presentaciones alternas de renombrados investigadores/funcionarios de la UNAM como Gina Zabludovsky, socióloga e investigadora emérita, o Tatiana Cuevas, directora del MUAC.
La realidad, nos aseguran miembros de la propia comunidad universitaria, es que estos “eventos culturales” organizados por el Centro que dirige Murayama, que arrancó la programación un mes y medio después de asumir el cargo, solo sirven como pasarela internacional para los más renombrados miembros de la UNAM y de sus amigos externos.
Del INE a la UNAM
A inicios de enero de 2025, Ciro Murayama Rendón asumió la dirección del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-España, en sucesión del escritor Jorge Volpi.
Sin embargo, desde el 1 de mayo de 2023 es profesor de carretera titular A de la Facultad de Economía, año en el que el exfuncionario dejó el entonces INE.
Por si fuera poco, un año después, Murayama se hizo miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel II, un rango otorgado a personalidades internacionales consolidadas, gozando de un estímulo federal adicional de 36 mil pesos a su salario universitario, que hasta el 28 de febrero de 2025 fue de 56 mil 910 pesos netos.
Cabe señalar que la UNAM ha destinado al rubro de Remuneración a personal académico más de 7 mil 452 millones de pesos. Sumando aguinaldo, primas vacacionales, gratificaciones por separación o jubilación, cuotas de seguridad social y otras prestaciones, el total asciende a 33 mil 347 millones de pesos, 10 mil mdp menos que los ingresos generados entre enero y septiembre de 2025, que fueron de 43 mil 673 millones.
Lo cierto es que la manutención del personal académico de alto nivel como Murayama es uno de los rubros que más cuesta a la UNAM. De hecho, en ello se dilapida buena parte de los recursos, más que en becas (812 millones) o en mobiliario e instrumentos científicos (527 millones).
Lamentablemente, mientras la comunidad universitaria demanda mayor seguridad, instalaciones y educación de calidad, la UNAM gasta su presupuesto en conceptos que no reportan ningún beneficio real.
En 2024, la UNAM se negó a transparentar los talonarios de pago del entonces profesor, considerándolos “material confidencial”.
ReporterosMx ha vuelto a realizar otra solicitud de transparencia. Sin embargo, hasta la publicación de este reportaje, la UNAM no ha respondido.
A un mes del inicio del paro estudiantil, y ante las amenazas de bomba y la latente inseguridad en sus instalaciones, la UNAM se niega a dar respuestas. ¿Y el rector? Leonardo Lomelí, muy tranquilo, presentando libros en España e invitando a Krauze y otros de sus amigos a Europa.
Tras semanas de protestas y mesas de diálogo, la Facultad de Química acordó volver a la presencialidad, aunque permitirá que el profesorado mantenga actividades virtuales mientras continúan las mejoras en seguridad.
Luego de varias semanas de suspensión de actividades, la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) anunció la reanudación de clases presenciales tras una sesión extraordinaria del Consejo Técnico. El acuerdo se alcanzó después de una mesa de diálogo entre autoridades, docentes y estudiantes, en la que se evaluó el avance de las medidas de seguridad solicitadas por el alumnado.
A través de un comunicado, la institución señaló que el regreso presencial tiene como objetivo garantizar la calidad académica y dar continuidad a las actividades de licenciatura conforme a los horarios establecidos. Sin embargo, precisó que los profesores podrán ofrecer sus clases vía streaming y proporcionar tareas o materiales en línea para favorecer la flexibilidad educativa.
Durante la sesión, que se extendió por más de cuatro horas, se escucharon las intervenciones de estudiantes, académicos y directivos, quienes coincidieron en la importancia de retomar las actividades sin descuidar las condiciones de seguridad dentro del plantel.
La Facultad recordó que el paro estudiantil se originó por exigencias en materia de seguridad dentro de las instalaciones, derivadas de un pliego petitorio que exigía cámaras, luminarias y botones de emergencia en todos los edificios. En respuesta, las autoridades universitarias aseguraron que el proyecto de reforzamiento de infraestructura ya se encuentra casi concluido.
“El pasado sábado se completó el 100% de los trabajos en los edificios centrales, donde se lleva a cabo la mayor parte de las actividades académicas”, precisó el comunicado, subrayando que se busca ofrecer mayor seguridad a toda la comunidad universitaria.
La medida marca el fin de un periodo de tensión interna en una de las facultades más emblemáticas de la UNAM. No obstante, el Consejo Técnico dejó abierta la posibilidad de mantener espacios de diálogo permanente con el alumnado para dar seguimiento a los compromisos adquiridos y evitar nuevos conflictos.
Trabajadores de seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se manifestaron en la Torre de Rectoría, exigiendo justicia y la destitución de mandos responsables en el caso de un homicidio.
El viernes, Ciudad Universitaria se convirtió en el escenario de una intensa protesta. Trabajadores de la dirección de seguridad de la UNAM se reunieron frente a la Torre de Rectoría expresando su preocupación y exigencias. Portaban carteles con mensajes como “No somos asesinos” y “Vigilancia protege, no lastima”.
La movilización inició con un llamado a la justicia y a la transparencia en los hechos recientes relacionados con la muerte de Rodrigo Mondragón, un aficionado del Club Cruz Azul. Los manifestantes culpan de omisiones a varios mandos de seguridad universitaria. Estas omisiones, de acuerdo ellos, fueron claves en el desenlace fatal del caso.
A medida que avanzaba la manifestación, los trabajadores bloquearon los carriles centrales de la Avenida Insurgentes, una de las vías más importantes de la Ciudad de México. De esta manera, buscaban llamar la atención sobre su demanda principal: la remoción de los responsables directos de la seguridad en la universidad.
El motivo de esta protesta se agrava por la reciente detención de cuatro empleados de seguridad de la UNAM. Las autoridades los acusan de estar implicados en el homicidio de Mondragón, ocurrido tras un partido de fútbol el sábado anterior. A pesar de las acusaciones, los trabajadores defendieron la inocencia de sus compañeros detenidos. Sostuvieron que la situación se basa en videos que supuestamente los implican, aunque ellos niegan cualquier responsabilidad.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCMDX) se encargará de determinar la responsabilidad penal de los implicados. La situación ha generado gran tensión en la comunidad universitaria y en las familias de los trabajadores. La demanda de justicia y defensa de sus compañeros resuena en el ambiente, mientras la comunidad educativa observa atentamente los acontecimientos.
El campus mantiene vigilancia interna y monitoreo, pero patrullas visibles se redujeron ante amenazas y tensión laboral.
En días recientes, Ciudad Universitaria (CU) ha operado con seguridad de bajo perfil, sin patrullaje visible en sus circuitos habituales, según constató el diario Excelsior, en un recorrido de casi 10 horas por diversos accesos y facultades. Aunque no se observaron patrullas de seguridad, sí circulaban unidades de movilidad y vehículos de emergencia.
La situación ocurre en un contexto de tensión laboral, luego de que personal de vigilancia de áreas comunes presentó una solicitud sindical. La Universidad mantiene diálogo con los trabajadores para normalizar la operación. El repliegue del patrullaje se da tras la muerte de un aficionado del Cruz Azul en inmediaciones del Estadio Olímpico Universitario y la circulación de mensajes de amenaza contra vigilantes, lo que llevó a extremar la discreción.
A pesar de la ausencia de patrullas externas, la vigilancia interna sigue activa. Cámaras de monitoreo cubren los circuitos, la movilidad interna realiza rondines y hay coordinación con seguridad pública para el resguardo exterior. En Medicina, Derecho y Economía hubo vigilancia interna, pero sin patrullaje externo. Ingeniería mantiene clases en línea, con estudiantes en explanadas y vigilancia mínima. Filosofía y Letras continúa con paro y toma sin resguardo vehicular.
La tensión interna persiste. En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, los estudiantes rechazaron la modalidad en línea y exigieron que se respete el paro activo. En el Colegio de Ciencias y Humanidades Oriente se desalojó el plantel por amenazas de bomba, mientras Química difundió protocolos ante objetos sospechosos. Artes y Diseño de Xochimilco abrió una encuesta sobre seguridad para docentes y alumnos.
Sumado a eso, el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, pidió a la comunidad universitaria regresar a las aulas y aseguró que la universidad no cederá ante las amenazas y presiones externas. Sin embargo, muchos en la comunidad se preguntan si esta llamada llega en el momento adecuado.
El rector de la UNAM, Leonardo Lomelí, llama a reanudar clases presenciales, pero muchos estudiantes cuestionan si hay suficiente seguridad para hacerlo.
El rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, pidió a la comunidad universitaria regresar a las aulas durante la entrega del Premio Universidad Nacional 2025. Aseguró que la universidad no cederá ante las amenazas y presiones externas. Sin embargo, muchos en la comunidad se preguntan si esta llamada llega en el momento adecuado.
Lomelí destacó la importancia de mantener la actividad académica, pero la sensación de inseguridad persiste en los campus. Las amenazas virtuales han sembrado preocupación entre estudiantes y docentes. Este contexto genera dudas sobre la efectividad de los protocolos de seguridad establecidos.
El rector proclamó que la UNAM no se detiene y que se han reforzado medidas de seguridad y bienestar. Sin embargo, los rumores de inestabilidad en algunos planteles siguen circulando. Muchos miembros de la comunidad universitaria exigen respuestas concretas y no solo palabras de aliento.
Las semanas recientes han estado marcadas por protestas estudiantiles y paros en diversas disciplinas. Estos actos reflejan un descontento profundo, que no se puede ignorar. Los estudiantes desean garantías de seguridad antes de regresar a sus actividades normales.
Lomelí también homenajeó a 33 premiados, resaltando sus contribuciones a la ciencia y la cultura. Sin embargo, en este reconocimiento, se olvida un aspecto crucial: el entorno en el que estos académicos operan. Sin un ambiente seguro, su valioso trabajo se ve comprometido.
La UNAM debe ser más que un espacio de conocimientos. Debe ser un refugio seguro y propicio para la formación de futuros líderes. Este es el verdadero reto que enfrenta la institución. Volver a las aulas sin un plan claro podría ser una decisión precipitada que ponga en riesgo a toda la comunidad.
Es esencial que el rector y su equipo escuchen las inquietudes de todos. El diálogo y la colaboración son la clave para construir un entorno educativo seguro y efectivo. La comunidad universitaria merece una respuesta que vaya más allá de las palabras. Así, se podrá restaurar la confianza y el sentido de pertenencia a la Máxima Casa de Estudios.
Los guardias son señalados de causar la muerte de Rodrigo, quien falleció por asfixia por estrangulamiento tras un partido en Ciudad Universitaria.
Cuatro trabajadores de seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fueron vinculados a proceso y enviados a prisión preventiva por su presunta responsabilidad en el homicidio calificado de Rodrigo, aficionado del club Cruz Azul.
El hecho ocurrió tras un partido disputado en el estadio de Ciudad Universitaria, donde el joven perdió la vida luego de un altercado con personal de seguridad del recinto. De acuerdo con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, la necropsia practicada al cuerpo de Rodrigo determinó que la causa de muerte fue asfixia por estrangulamiento, lo que llevó a clasificar el caso como homicidio doloso.
Los implicados fueron identificados como Brayan Leonardo (24 años), José Rodrigo (57), Noé (45) y Luis Alberto (38). De acuerdo a los archivos policiales, Noé y Luis Alberto ya contaban con antecedentes penales. El juez de control impuso la medida cautelar de prisión preventiva, mientras que la defensa solicitó la duplicidad del término constitucional para la siguiente audiencia.
Por su parte, la UNAM informó que entregó los videos del incidente a la fiscalía capitalina y mantiene comunicación con la familia de la víctima, reiterando su disposición para colaborar en el esclarecimiento del caso.