Etiqueta: Trabajadores

  • La ruindad rampante

    La ruindad rampante

    Desde el inicio del sexenio del nefasto dueño de la “Colina del Perro”, José López Portillo, quienes vivimos de nuestro trabajo en México, hemos sido violentados y victimados por la voracidad inclemente de los patrones que han estado protegidos y cobijados desde la cúpula del poder público, llámese Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial. 

    En algún momento de la historia reciente de la República, el poder Judicial llegó a ser más confiable que cualquiera otro, pero a partir de la llegada al poder de los tecnócratas neoliberales-neoporfiristas, esta confianza se convirtió en recelo y devino en franca desconfianza hasta convertirse en desprecio absoluto.

    Para la clase trabajadora llevar un asunto al nivel de un juez, magistrado o ministro, era garantía de obtener una justicia más o menos rápida y siempre favorable al interés de las organizaciones obreras o de los trabajadores y trabajadoras en lo individual, pero al llegar al poder Miguel de la Madrid Hurtado, la historia cambió radicalmente, pues él mismo siendo presidente electo, obligó a los trabajadores de Mexicana de Aviación afiliados al SNTAS en aquél momento en huelga, a regresar a trabajar con la empresa requisada, con la amenaza de reprimir con la fuerza pública a la Asamblea General, y lo hizo aun sabiendo del desfalco de más de tres mil millones de pesos que esa línea aérea había sufrido por parte de quien fuera director general Enrique Loaeza Tovar. La corrupción del sistema se generalizaba en el gobierno.

    A partir del inicio del salinismo, la destrucción de las grandes empresas que pertenecían al país, fue iniciada sin la menor consideración de las consecuencias económicas ni políticas que esta forma de desgobernar a la República tendrían sobre las generaciones futuras. Se instituyó la corrupción como forma de negocio para los funcionarios públicos y para el sector privado, grandes empresarios y nuevos millonarios fueron surgiendo con los recursos de las arcas nacionales, cuya riqueza viene de los vastos recursos naturales de nuestra tierra, pero sobre todo del trabajo de la población. Esa fue la “nueva política” que nos llevaría al llamado primer mundo y solamente ha servido para enriquecer a unos cuantos y empobrecer a las mayorías, especialmente a los trabajadores del campo, en quienes se generó la necesidad de emigrar para tratar de conseguir mejores condiciones, ya fuera en las ciudades como centros industriales, o fuera del país como jornaleros agrícolas sin ningún derecho en los Estados Unidos.

    Esta nueva clase de millonarios, pronto comprendieron que la única forma de continuar enriqueciéndose sin límites, era cooptando políticos o introduciendo a sus testaferros en las altas esferas políticas para controlar desde esos puestos, el poder público y los recursos del estado. Así crecieron los delincuentes de cuello blanco, creyendo que aquello duraría por siempre y como su ambición no tiene límites, ni tienen llenadero, empezaron a ocupar espacios que, en otros tiempos, se considerarían delincuenciales y devinieron en traficantes de influencias, drogas, armas, etc., y en secuestradores y estafadores de todo tipo. De este modo convirtieron al país en campo fértil de corrupción, racismo, clasismo y la violencia fue el resultado más lógico de la secuencia, dada la enorme competencia que en todos los casos apareció y que era imposible, por ilegal, regular.

    Hoy, que aparece un gobierno cuya arenga principal es “MUERA LA CORRUPCIÓN, MUERA EL RACISMO, EL CLASISMO” y que, junto con ésta, lanza un poderoso grito en favor de la paz mundial, las más ruines voluntades se manifiestan en contra, al unísono de los poderes más obscuros y fascistas de nuestros días.

    La 4T sigue en deuda con la clase trabajadora mexicana, pero su combate por una verdadera purificación de la vida de la República, deja una estela de esperanza que no puede diluirse en el futuro inmediato. “Con los trabajadores todo, sin los trabajadores nada”.

  • Trabajadores en riesgo

    Trabajadores en riesgo

    En casi todas las actividades productivas del país los trabajadores viven en permanente riesgo. Los periodistas son amenazados y esto parece importar mucho a las opiniones internacionales y es correcto, pero solo se usa para juzgar al gobierno y no para actuar en favor de los miembros de este gremio, aunque sus patrones sigan desprotegiéndolos, sobre explotándolos y justificando su actitud en lo bajo de sus ventas. 

    Los medios internacionales casi no se interesan por lo que ocurre con los trabajadores de la industria restaurantera y hotelera, cuya seguridad personal y laboral siempre está en riesgo por el tipo de contratación a la que están sujetos y por el trato y salarios que tienen que soportar sin que haya autoridad en la que se puedan apoyar y menos si comenten el sacrilegio terrible de siquiera mencionar la palabra sindicato.

    En la reciente visita a México de Guy Ryder, Director General de la OIT, se hizo patente por parte de Corinne Vargha, Directora del Departamento de Normas Internacionales del Trabajo de la OIT la situación tan irregular de los mineros en México, en especial en el norte del Estado de Coahuila con casos concretos en los que se han perdido vidas de mineros. 

    Otro gremio que normalmente ha sido más visible porque su trabajo y está a la vista de un número importante de personas y porque está sujeto a regulaciones internacionales estrictas, es el de las tripulaciones de las aeronaves de la aviación comercial que actualmente está en crisis, como producto de las actitudes de la patronal y de los sindicatos que agrupan a estos trabajadores y a los de tierra de estas empresas. Ya antes hemos conocido lo que ocurre al interior de ASSA, ASPA, STIA, el Sindicato Nacional de Trabajadores al Servicio de las Líneas Aéreas, Transportes, Servicios, Similares y Conexos Independencia (Independencia) y hemos consignado todas las irregularidades que ocurren al interior de estas organizaciones cuyas direcciones actúan de manera completamente antidemocrática.

    El gremio de los telefonistas tampoco es una excepción, la huelga estallada esta semana y resuelta unas cuantas horas después, con lo que parece una nueva dosis de “atole con el dedo”, porque el convenio para que las comisiones dialoguen y se suspenda el outsourcing utilizado por TELMEX para evitar pagar salarios y prestaciones justas a sus trabajadores y así continuar conservando el nivel de utilidades que obtienen sin mejorar en casi nada sus servicios, no resuelve la situación que llevó a la huelga.

    Puedo seguir citando ejemplos, tanto en empresas tan grandes como TELMEX Aeroméxico, Interjet, Aeromar y un larguísimo etcétera, pero todos me llevarán en la misma dirección; la Secretaría del Trabajo y Previsión Social no funciona como tendría que esperarse dentro del Gobierno que enaltece a los trabajadores, personificando en ellos al motor de transformación del país.

    Iré un poco más lejos; existe una explicación muy interesante de una docente de la UPN respecto del Calendario Escolar 2022-2023, que supuestamente es de 195 días, pero cuyas cuentas no cuadran; después de revisar y al contar todas las actividades impuestas resulta de 225 días para los docentes porque los días de descanso obligatorio, de consejo técnico, de taller de formación y de descargas administrativas, son “tomados” a cuenta de vacaciones lo que en el fondo implica una modificación a las Condiciones Generales de Trabajo sin que medie ningún acuerdo con los trabajadores, esto ocurre con los de la SEP, pero hay que aclarar que para los de las escuelas privadas las condiciones son mucho peores para el en todos los sentidos. 

    Es necesario que en los dos años que le quedan al Sexenio de la 4T, todas estas irregularidades y violaciones terribles a las leyes y a la dignidad de los trabajadores sean abordadas con valentía por las autoridades y se hagan del conocimiento de la Presidencia de la República. Se sabe que la oposición interna, de filiación más radical, está preparando una gran ofensiva que incluirá datos y hechos concretos de corrupción en el sector y podrían llevar a la derecha fascista mexicana a aprovechar el momento para volver a tomar el poder. Con los trabajadores todo, sin los trabajadores nada.