Por Ricardo Sevilla
Perry Bamonte ha muerto. Y es justo dedicarle un retrato a este músico sobrio y discreto al que tanto se le regateó en The Cure.
“Teddy”, como le llamaban sus amigos cariñosamente, no entró a The Cure por la puerta de las estrellas, sino por la de los cables. Originalmente parte del staff técnico (roadie), su ascenso en 1990 tras la salida de Roger O’Donnell marcó el inicio de la etapa más comercialmente exitosa pero internamente turbulenta de la banda.
Bamonte tuvo la tarea titánica de cubrir dos frentes: los teclados en la gira de Disintegration y, posteriormente, la guitarra líder tras la salida del icónico Porl Thompsonen 1993.
Porl Thompson representaba el “exceso” estético y técnico de The Cure (la psicodelia, los solos frenéticos). Bamonte, en cambio, asumió un rol de funcionalismo estético.
Thompson poseía un capital simbólico (era el cuñado de Robert Smith y miembro fundador “espiritual”). Bamonte, al venir de la clase trabajadora de la industria (el crew técnico), siempre fue percibido como un “empleado de confianza” más que como un par creativo.
Pero de eso, desde luego, se negaría a hablar Robert Smith.
Durante la permanencia de Perry (1990-2005), la banda produjo Wish (1992), su álbum más vendido, alcanzando el #1 en el Reino Unido y el número 2 en Estados Unidos.

Pero hay que ir un poco más a fondo en esta escena.
Cuando Perry Bamonte se integra plenamente para la grabación de Wish, la banda venía del éxito oscuro de Disintegration.
Sociológicamente, la banda enfrentaba el “dilema del superviviente”: ¿Cómo seguir siendo “alternativos” siendo la banda oscura más grande del mundo?
Perry fue la solución. A diferencia de sus predecesores, que tenían personalidades volátiles, Bamonte aportó una ética de trabajo técnica. Mientras Robert Smith lidiaba con la presión creativa, Perry aseguraba que las texturas de los sintetizadores y las segundas guitarras fueran impecables.
Infelizmente, tras 15 años de servicio leal, Bamonte fue despedido mediante un correo electrónico, junto con el bajista Daryl Bamonte (su hermano y también pieza clave del entorno de la banda). Este evento, conocido entre los fans como “La Purga”, dejó una herida abierta en la narrativa de la banda hasta su sorpresivo regreso en la gira Shows of a Lost World en 2022.
Ahora bien, la tragedia de Perry en The Cure no fue su falta de talento (que tenía de sobra), sino su falta de mito.
Robert Smith (y eso pocos de sus fans se animarán a decirlo) no busca iguales, busca espejos o herramientas; y Perry fue la mejor de ellas.
Lamentablemente, si algo nos enseña la historia del rock es que se puede ser parte de la historia sin ser parte de la leyenda.


