Etiqueta: Reforma Judicial

  • Si hay Reforma…habrá ¡JUSTICIA!

    Si hay Reforma…habrá ¡JUSTICIA!

    Uno de los grandes obstáculos para la transformación durante todo el sexenio de AMLO ha sido el Poder Judicial. Un poder judicial que no empata con el pueblo y sí congenia con la delincuencia de cuello blanco, siendo un Poder nulo, inservible. La estabilidad de nuestro país y su salud política radica en gran medida en el equilibrio que debe existir entre los Poderes de la Unión.
    Si uno de estos falla, no hay armonía.

    A ningún mexicano actual nos ha tocado ver un gobierno en total consonancia, sobretodo durante el periodo neoliberal, cuando el poder judicial y el legislativo se sometían y se culimpinaban al ejecutivo. Al llegar AMLO a la presidencia, comenzó una nueva era para todos los mexicanos, efectuando cambios preponderantes en todos los ámbitos de gobierno. Y el pueblo experimentó en carne propia los beneficios.

    Impulsar iniciativas y acciones populares y sustanciales en materia laboral, energética, fiscal, económica y política han sido el soporte donde se basa actualmente la felicidad, la ventura y la tranquilidad de la mayoría de los mexicanos.

    El país estaba en cenizas, AMLO logró edificar de los despojos una nueva nación incipiente, fresca, destacable.

    Pero esta nueva Patria necesita consolidarse, lo que no será posible si el Poder Judicial permanece hundido en la corrupción, en la impunidad y violentando constantemente nuestra Constitución.

    Refresquemos la memoria. Todos hemos leído sobre los golpes blandos, golpes jurídicos o lawfare efectuados en America Latina.

    La destitución a la presidenta Dilma en Brasil, bajo pretexto de corrupción, el encarcelamiento a Lula, la persecución a Correa, el derrocamiento de Castillo en Perú, el golpe a Zelaya, las intentonas golpistas en México a manos de los medios alienados y de actores conservadores, han sido impulsados utilizando la ley, retorciéndola y manoseándola para tergiversarla en beneficio de neoliberales y conservadores de México, EU y UE.

    Ahí radica la importancia de transformar el Poder Judicial; efectuar en él una sanitización profunda para que la bazofia que lo pudre salga completamente.

    Aunque no seria suficiente para dejarlo impoluto, es cierto, el camino es largo, porque es una institución putrefacta; sin embargo, es urgente dar el primer paso, para lograr la armonía que merecemos y que debemos heredar a las siguientes generaciones.

    Si se logra la reforma al PJ, estaremos viendo uno de los cambios mas radicales del sexenio, tocando a los intocables, desafiando a la élite política y en consecuencia al poder económico, es sin duda una de las acciones mas grandes e importantes del presidente y su equipo, secundado por el pueblo entero. ¿Cual seria el beneficio de dicha reforma?

    ¡JUSTICIA PARA TODOS! AMLO, un estratega, un estadista nos heredará un México nuevo, un México justo.

    ¡GRACIAS PRESIDENTE!
    ¡GRACIAS SIEMPRE!

    … ¡LA REFORMA, VA!

  • EL PRECEDENTE QUE MARCA LA REFORMA JUDICIAL

    EL PRECEDENTE QUE MARCA LA REFORMA JUDICIAL

    México se está sacudiendo, y no porque sea septiembre (mes de terremotos), sino porque estamos a un paso de democratizar a uno de los 3 Poderes de la Unión, y a menos de que seas apolítico seguramente te has preguntado ¿Por qué estar a favor de la Reforma al Poder Judicial? O ¿Por qué en contra? 

    En los recientes días las calles y las plazas de diversos municipios y de la capital de México han presenciado manifestaciones a favor y en contra de este cambio constitucional. Los jóvenes, como en ningún otro sexenio, han salido a expresar su sentir, arrastrando consigo interrogantes. Desde este artículo me gustaría abarcar la reforma desde las siguientes preguntas: ¿Qué problemas resuelve la Reforma Judicial?, ¿Qué significa democratizar al Poder Judicial?, ¿Qué partes trastoca del sistema de justicia?, ¿Por qué no al intervencionismo estadounidense y económico? Y ¿Qué papel juega el mandato popular? 

    El actual Poder Judicial representa, me atrevería a decir, la red de nepotismo más grande del país, de acuerdo con estudios publicados por el propio Consejo de la Judicatura Federal (CJF), señaló que, dentro de esta misma institución (uno de los núcleos del Poder Judicial), el 49 por ciento de los trabajadores tiene al menos un familiar laborando, dentro de estas, la red familiar de mayor tamaño que trabaja ahí es de ¡65 personas! 

    Por otro lado, existe una deuda con la justicia social, en el sentido de que se viola el artículo 127 constitucional, fracción II que establece que “ningún servidor público podrá recibir remuneración por el desempeño de su función, mayor a la establecida por el presidente de la República”. Mientras el salario neto del Presidente López Obrador, es de 129, 087 pesos mexicanos (de acuerdo con los datos recientes de la Plataforma Nacional de Transparencia), las y los 11 ministros perciben un salario neto de 206, 948 pesos, a los que se les suman: aguinaldo, prima vacacional, pago por riesgo de trabajo y seguro de gastos médicos mayores, además de otras compensaciones. Que juntos; es decir, sueldo y prestaciones, alcanza un monto de casi 800 mil pesos mensuales de acuerdo a lo expuesto desde Presidencia. Esto sin mencionar los fideicomisos del Poder Judicial, los cuales son usados para cuestiones como el Mantenimiento de casa habitación de magistrados y jueces entre otros asuntos. 

    Los anteriores puntos son temas a los que la reforma ofrece una solución, toda vez que como hemos visto, este Poder está bañado de una red de nepotismo y lujosos privilegios lo cual obstruye su labor y abre una enorme puerta a la corrupción y opacidad que acoge una justicia elitista, racista y machista que sobre pone los intereses extranjeros y económicos sobre el interés y beneficio públicos. En este sentido, la democratización de este Poder lejos de crear una subordinación al Ejecutivo entabla un vinculo con la ciudadanía. Aprovecho para desmentir uno que otro mito sobre la elección de ministras, ministros, magistradas, magistrados, juezas y jueces: No cualquiera podrá ser candidato para estos cargos, primero se necesita cumplir con el principio de idoneidad jurídica, y posteriormente pasar por un mecanismo riguroso. Los 3 Poderes de la Unión estarán involucrados para proponer los perfiles por los que votará la ciudadanía, por lo que no será imposición de un solo poder. Al hacer un análisis, esta vía, debilita al sistema presidencial de nuestro país. 

    Esta democratización implica una mayor politización de la gente, pues como ciudadanos debemos participar activamente en la cosa pública, ya lo decía Kant, hay que dejar el estado de niñez y ser ciudadanos. 

    Claro está, que la oposición se sustenta en el clasismo y desinformación para desacreditar esta demanda popular. Los lideres de la derecha se aferran a defender sus causas, que son los intereses de grupos creados o pregúntenselo al Senador Ricardo Anaya, tan cercano a los intereses extranjeros y tan alejado del pueblo. Las y los ministros, magistrados y jueces, no se quedan a tras, durante años han defendido intereses ajenos al pueblo de México, y recientemente lo volvieron a mostrar votando en contra de la LIE. 

    En fin, estos no son todos los puntos que la Reforma abarca. Después de la lectura de este texto si me preguntas ¿Está Reforma cambia la justicia en México? Te respondería: si le preguntas a una nutrióloga “¿Qué alimento o comida me puede dar mayor energía?” Seguramente te diría que “ninguno”, pues para lograr lo que deseas se necesitan una serie de procesos como: dormir mejor, tomar agua etc. Lo mismo ocurre en este caso, la Reforma no soluciona el sistema de justicia, pero es un precedente que ataca al tema del nepotismo, privilegios, corrupción de la cúpula, y al Poder Judicial le da otro sentido apegado al humanismo mexicano. De igual manera abre el paso para una Reforma Integral en materia de Justicia. 

  • No se va a destruir nada: AMLO batea “contrapropuesta” de Reforma Judicial de Norma Piña y reafirma que la intención de la 4T es reconstruir la impartición de justicia

    No se va a destruir nada: AMLO batea “contrapropuesta” de Reforma Judicial de Norma Piña y reafirma que la intención de la 4T es reconstruir la impartición de justicia

    Desde Palacio Nacional, el Presidente López Obrador respondió a las peticiones de la ministra Norma Piña Hernández, que ahora pide presenta una “contrapropuesta”, acusando sin evidencias que desde el Legislativo, se pretende “destruir” al Poder Judicial con la reforma del paquete del Plan C.

    Ante las infundadas declaraciones de la ministra presidenta de la SCJN, el tabasqueño fue claro y aclaró que la Reforma al Poder Judicial no busca destruir nada, sino por el contrario, reconstruir el sistema que debería ser el encargado de la impartición de justicia en beneficio del pueblo mexicano.

    Cabe mencionar que además de la elección de jueces, magistrados y ministros por la vía del voto popular, la Reforma de la 4T contempla un órgano que vigile y sancione las malas prácticas de los que deberían ser los impartidores de justicia, en donde se incluye terminar con la corrupción y nepotismo al interior del PJ.

    AMLO respeta el derecho de manifestación de Norma Piña y secuaces

    Durante la conferencia matutina de este lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Hernández Piña, está en su derecho de manifestarse en contra de la reforma al Poder Judicial, como lo han hecho otros trabajadores del mismo. El mandatario reconoció la postura de la ministra, señalando que en México se respeta la libertad de expresión, incluso dentro del Poder Judicial.

    López Obrador subrayó que la corrupción en el Poder Judicial es de “dominio público” y que la mayoría de los mexicanos están conscientes de esta realidad. “Es evidente, y la gente lo sabe, que impera la corrupción en el Poder Judicial y urge limpiarlo”, afirmó. Agregó que este problema afecta no solo a los ciudadanos, sino también a empresarios, banqueros y extranjeros con inversiones en el país, por lo que es necesario que haya legalidad y un verdadero estado de derecho que proteja al pueblo y a quienes buscan justicia.

    El presidente destacó que, a diferencia del Poder Judicial, en el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo ya se han implementado reformas que han logrado avances importantes en la lucha contra la corrupción. “En el Poder Ejecutivo se acabaron los negocios ilícitos realizados al amparo del poder. Ya no se entregan obras a dueños de medios de comunicación ni se privatizan los reclusorios para dárselos a empresarios influyentes“, puntualizó. En cuanto al Poder Legislativo, mencionó que ya no se reparten sobornos a los legisladores para la aprobación de leyes, práctica que calificó como “moches”.

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  • El legado en materia Judicial del Presidente Obrador, lo que debemos considerar y conocer de la Reforma Judicial aprobada por la Cámara de Diputados

    El legado en materia Judicial del Presidente Obrador, lo que debemos considerar y conocer de la Reforma Judicial aprobada por la Cámara de Diputados

    La reforma judicial propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador es un tema crucial que debemos entender y analizar. Sin embargo, los grupos conservadores que se niegan a perder sus beneficios han intentado boicotear e impedir que esta reforma constitucional se apruebe, lo que ha generado confusión y desinformación. 

    A pesar de esto, la Cámara de Diputados ha aprobado la reforma, y es importante que conozcamos sus detalles y lo que implica para el futuro de la justicia en México.

    La corrupción en el Poder Judicial es un problema que afecta a todos los niveles, desde las más altas esferas hasta las oficinas administrativas y los Ministerios Públicos. La corrupción influye directamente en la toma de decisiones judiciales, afectando la impartición de justicia en casos penales y en trámites legales.

    Desde las famosas detenciones por faltas administrativas hasta quiénes al amparo del poder público negocian el despojo de tierras, aguas y bienes a beneficio de grandes empresas y consorcios que llevan litigios a modo para beneficiarse en sus intereses privados. 

    Los jueces reciben cantidades astronómicas de dinero cada mes, incluyendo sueldos, pensiones y gastos de viaje. Estos fondos públicos deberían ayudar a los jueces a hacer su trabajo de manera imparcial y evitar la corrupción. Sin embargo, en la práctica, tiene el efecto contrario.

    La reforma judicial presentada por AMLO el 5 de febrero de este año ante la Cámara de Diputados, también tuvo foros públicos bajo los principios de pluralidad, inclusión, publicidad, oportunidad, máxima difusión, trasparencia, escrutinio, discusión y deliberación del 21 de febrero al 15 de abril, plazo que se amplió al 18 de abril. Posterior a ello, la Junta de Coordinación Política de la Camarada de Diputados el 21 de junio acordó ampliar el tiempo de los llamados Diálogos Nacionales para la Reforma del Poder Judicial, donde participaron ministros, magistrados, jueces, senadores, diputados, personal de la Poder Judicial de la Federación, abogados, académicos y hasta la Ministra Presidenta Norma Piña.

    La principal propuesta de la iniciativa de reforma al poder judicial está basada en la elección de Ministras y Ministros, Magistradas y Magistrados, y Juezas y Jueces por voto popular.  

    Esto es la modificación del párrafo octavo del artículo 94 de la Constitución, donde se establece que para juezas o jueces de distrito y magistradas o magistrados de circuito su elección se realizará por voto directo y secreto de la ciudadanía, actualmente los designa el Consejo de la Judicatura Federal.

    Se propone adecuar el artículo 95 constitucional para los requisitos de elegibilidad de las Ministras y Ministros de la SCJN, sustituyendo designación por elección.

    Se plantea reducir el número de integrantes de la Suprema Corte de Justicia de 11 a 9 Ministras y Ministros, establecer una sola sala en lugar de dos para que el pleno delibere de todos los asuntos que lleguen a la máxima instancia, así también la reducción del tiempo en el que permanecen en el encargo pasando de 12 años improrrogables a 9 años. 

    El artículo 96 constitucional se modifica a fin de dejar claro el principio democrático de que a las y los Ministros de la SCJN, las y los Magistrados de Circuito, las y los Jueces de Distrito y las y los Magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial serán elegidos de manera directa y secreta por la ciudadanía, esto es el voto popular.

    Para proteger la elección de jueces y magistrados, se propone prohibir cualquier influencia de recursos privados en las campañas. Esto incluye la prohibición de comprar espacios en radio y televisión, así como cualquier otra forma de intervención privada que pueda influir en la elección. Además, se busca evitar que los partidos políticos promuevan o critiquen a los candidatos.

    Se introduce un segundo párrafo al artículo 97 para establecer los requisitos de elegibilidad que deben satisfacer las candidaturas.

    La iniciativa de ley, también propone que las y los magistrados del Tribunal Electoral en su sala superior y regionales, prevalecerán en su encargo hasta 6 años y también deberán ser electas por voto popular.

    La reforma propuesta por el presidente considera modificaciones a las facultades y atribuciones de la Judicatura Federal, para implementar dos órganos nuevos el de Administración Judicial y el Tribunal de Disciplina Judicial. 

    El Tribunal de Disciplina Judicial, se conformará por 5 miembros electos por la ciudadanía y estará facultado para conocer, investigar y en su caso, sancionar responsabilidades administrativas y conductas contrarias a los principios de excelencia, profesionalismo, objetividad, imparcialidad e independencia de las ministras y Ministros de la SCJN, de las y los Magistrados de Circuito, de las y los Jueces de Distrito, así como del personal del Poder Judicial de la Federación.

    Este órgano podrá sancionar con amonestación, suspensión, sanción económica, destitución o inhabilitación, tendrá la facultad de llamar a comparecer y apercibir a los servidores públicos del Poder Judicial que se requieran para continuar sus investigaciones, así como presentar denuncias penales y solicitud de juicio político contra Magistradas o Magistrados de la SCJN, sus resoluciones serán inobjetables e inatacables, definitivas.

    Mediante la reforma al articulo 97 se establece que cualquier persona pueda estar facultada para presentar ante este Tribunal de Disciplina Judicial quejas o denuncias para investigar y en su caso sancionar a jueces, magistradas o magistrados incluyendo a los del Tribunal Electoral, por su conducta o por actos que violenten a las personas o por corrupción.

    En cuánto a justicia pronta y expedita, la reforma establece la obligatoriedad de actualizaciones para la solución de controversias en los tribunales de naturaleza administrativa o judicial o bien los Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación da un plazo máximo de 6 meses para que en caso de exceder el tiempo el órgano de Disciplina propuesto investigue y en su caso determine si la demora es imputable a la persona titular del órgano en controversia y de ser así ordene las medidas conducentes o imponga las sanciones pertinentes. 

    Las sesiones de la SCJN deberán ser públicas ya no habrá excepción a la regla para sesiones en lo obscurito o privadas. 

    Se establece que ningún personal del Poder Judicial de la Federación como ya está establecido en el artículo 127 constitucional pueda percibir una remuneración superior a la establecida para el Presidente de la República. 

    Se elimina el privilegio que reciben las Ministras y Ministros de la SCJN de la pensión vitalicia una vez que concluyan su encargo. 

    ¿Qué les pesa en las altas esferas del Poder Judicial? Pues que, en los artículos transitorios se establece que la elección extraordinaria de los encargos enumerados inicia a más tardar el próximo año de manera escalonada y paulatina. 

    Desde la constitución de 1917 los jueces inferiores, magistrados de circuito, jueces de distrito y jueces comunes son designados por los miembros del Poder Judicial, sin la intervención de otro poder o entidad. Esto quiere decir que la discrecionalidad, el nepotismo, influyentísimo y amiguismo imperan en el Poder Judicial desde hace 107 años, sin tener resultados satisfactorios en materia de impartición de justicia para la ciudadanía. 

    “De acuerdo con cifras emitidas por el Consejo de la judicatura Federal: En el 67% de los juzgados y tribunales había personas servidoras públicas con alguna relación familiar en el Poder Judicial.; El 23.8% del personal tenía más de cuatro familiares trabajando en la institución; Magistradas y magistrados tienen en promedio cuatro familiares en los órganos jurisdiccionales; La organización de concursos en los que sólo pueden participar quienes ya forman parte del poder judicial, ha sido una forma para premiar y perpetuar el nepotismo” (Lenia Batres, Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.)

    Finalmente, los privilegios y las percepciones inequitativas se reflejan en los 11 Ministros y Ministras de la Suprema Corte, quienes ganan al mes 50 veces más (314 mil 500 pesos) que 21 millones de mexicanos que en 2023 ganaban el salario mínimo (6 mil 223 pesos). Además, los Ministros y Ministras cuentan con privilegios excepcionales en el servicio público, que en 2022 representaron 73 mil 723 millones 020 mil 424 pesos: sueldos muy superiores al del Presidente de la República, de 297 mil 403 pesos mensuales; aguinaldos de 586 mil 092 pesos, que representan 40 días de sueldo; primas vacacionales de 95 mil 474 pesos, que representan 10 días de sueldo; un fondo para comer en restaurantes de lujo por 723 mil 690 pesos anuales; comedor especial en la SCJN con carta de alimentos y bebidas alcohólicas; presupuesto de 5 millones 540 mil 930 pesos mensuales para contratar personal; dos autos blindados tipo Suburban, con un valor de 6 millones de pesos que se renuevan cada dos años; pago por riesgo de más de 640 mil 372 pesos al año; apoyos para gasolina por 22 mil pesos mensuales; apoyos ilimitados para el pago de peajes en autopista; algunos Ministros cuentan con escoltas del Servicio de Protección Federal (SSPC); seguros para autos y casa habitación; atención especial para reservaciones en restaurantes, licencias, visas y otros trámites; atención personalizada en el aeropuerto, para no hacer filas ni ser revisados; viáticos para vuelos, hospedaje y comidas en viajes oficiales y pasaportes diplomáticos; salones especiales en el aeropuerto para ofrecerles comidas y bebidas exclusivas; dos períodos vacacionales al año de 15 días cada uno; tres equipos de cómputo e impresión; seis teléfonos celulares de gama alta, con plan ilimitado de datos con renovación anual; tres iPads con servicio de internet ilimitado; papelería personalizada; computadoras, impresoras e Internet en su domicilio pagado por la SCJN; seguro de separación individualizado de casi 20 millones de pesos al final de 15 años de servicio; acceso a un área de atención especial para ministros jubilados; un incremento salarial por estímulo por antigüedad de 1 mil pesos anuales.

    Por todo lo anterior, la reforma judicial es un imperativo ético y una necesidad absoluta en el sistema judicial mexicano. Es importante señalar que la misma ley aprobada por la Cámara de Diputados y que pasará al Senado de la República establece que el recurso que se ahorre de estos gastos honoríficos será utilizado para la Pensión del Bienestar, incluso a los Magistrados de la SCJN se les otorga el beneficio de renunciar previo al periodo electoral extraordinario para ser acreedores a su pensión vitalicia. 

    ¡Hasta con eso, los sinvergüenzas se niegan a aceptar que se les terminaron los privilegios! 

  • INMINENTE REFORMA JUDICIAL

    INMINENTE REFORMA JUDICIAL

    Tras la aprobación de la Reforma al poder Judicial en la Camara de Diputados, la protestas promovidas por parte de los miembros de la @SCJN no se han hecho esperar.

    Por supuesto que a quien en realidad afecta la mencionada Reforma es precisamente la cúpula del máximo poder judicial que sirve a la Oligarquía, a la llamada mafia del poder político económico y a miembros de la delincuencia organizada. Que junto con sus serviles comentócratas de los medios corporativos de manipulación se acostumbraron a imponer su narrativa tratando de influenciar a la opinión pública, incluidos miembros de la iglesia tratando de adoctrinar a sus feligreses como solo ellos saben.

    La iniciativa de Reforma Constitucional fue presentada por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, después de una serie de abusos mediante amparos por parte de grupos y organizaciones de la oligarquía, avalados por el poder judicial, en contra de proyectos en beneficio del pueblo como la refinería Dos Bocas, el Tren Maya, la Ley eléctrica, La guardia Nacional… Esto dio pie a promover desde la Presidencia de la República a la ciudadanía el mencionado plan C del que los opositores se burlaron, sin dar crédito al poder de convocatoria de nuestro presidente y de la capacidad de respuesta del pueblo de México que se refleja en el 80% de aprobación a la gestión del actual gobierno, junto con el aplastante triunfo en favor del proyecto de la Cuarta Transformación encabezado por la Doctora Claudia Sheinbaum, próxima presidenta Constitucional de nuestro país.

    La Reforma al poder Judicial es inminente, sabemos que no es suficiente para acabar con la injusticia y la corrupción ya que la mayoría de los vicios se dan en la instancias de procuración de justicia, en los procesos y en las mismas autoridades locales y federales, pero el cáncer se ataca desde la raíz, desde los liderazgos dónde se crean los vicios.

    Nadie puede estar de acuerdo en que el máximo poder en la impartición de justicia viole la ley de manera descarada y proteja a delincuentes del crimen organizado y de cuello blanco.

    ReformaAlPoderJudicial.

  • Derrotar a los necios

    Derrotar a los necios

    ¿Podría decirse que el triste y vergonzoso espectáculo que está dando el Poder Judicial en su conjunto y la Suprema Corte de Justicia de la Nación en lo particular al quebrantar el orden constitucional una vez más como es su costumbre, pero esta vez más sólo para su beneficio, es una consecuencia obvia de las políticas de la 4T? Porque, aunque los jueces han hecho un chiste de sí mismos, de todas maneras se necesita mucho talento político para motivar que esos perfectos caradura juren que están defendiendo la “independencia judicial”. No es fácil.

    ¿Sería posible pensar que el presidente López Obrador no hubiera calculado todas las vilezas que está dispuesta a cometer, entre la alegría y el alborozo, la mayoría de los integrantes del Poder Judicial con tal de conservar sus privilegios? Difícil creerlo así, porque si algo conoce al detalle el presidente de la república, además de la Historia del país, es el nivel de bajeza en el que vive, se desenvuelve y medra dicho Poder.

    Ese poder judicial que encarceló a los ferrocarrileros en 1959 y a estudiantes y maestros en 1968, y que en tiempos recientes se prestó al desafuero del propio López Obrador, además de cometer un sinfín de atrocidades legales contra el pueblo, ¿tendrá la capacidad de engañar al presidente y mostrarse como un Poder respetuoso de las leyes, cuando ni siquiera se sujetan al mandato constitucional de no devengar salarios mayores a los del presidente? No, definitivamente. 

    Evidenciado en su patética desnudez, mostrándose en vergonzosos paños menores jurídicos de donde se desbordan las lonjas de la corrupción, el Poder Judicial ha dejado de ser una junta de sombras reunida en la casa de ¡un magistrado! para juramentarse contra la decisión de 36 millones de votantes reformar la impartición de justicia tal como hasta ahora la conocemos.

    La conjura de los necios validó que el Poder Judicial perseverara tenazmente en sus vicios: que soltara peligrosos integrantes de la delincuencia organizada en fin de semana para que se impidiera la posibilidad de que se les cumplimenten órdenes de aprehensión pendientes en su contra; que liberara las cuentas bancarias a los mencionados personajes para que volvieran a tripular sus automóviles de alta gama; que enviara a descansar a sus casas a personajes políticos o ligados a la política y a políticos para que desde la comodidad de sus sillones, rodeados de sus nietecitos, siguieran adelante con sus fechorías; que se soslayara por años la urgencia del pago de impuestos de empresarios acostumbrados a evadir sus obligaciones fiscales, y que descartara leyes que beneficiarían al pueblo mediante la consolidación de empresas públicas como la Comisión Federal de Electricidad.

    Y a cambio de lo anterior, sólo esperan que ese Poder castigue con severidad extrema a la pobreza para que quien no alcance a comprar la justicia sea refundido en la cárcel: es curioso que tratándose de gente pobre las fiscalías siempre sean eficientes y elaboren expedientes de manera tan pulcra y minuciosa que los jueces nunca encuentren fallas al debido proceso, tan abundantes éstas cuando se trata de indiciados por delitos de narcotráfico.

    Si el sujeto pasa diecisiete años en prisión sin ser sentenciado, como en el caso de Israel Vallarta, pues será cosa de la mala suerte en la aplicación de la ley del embudo, que es la que manejan con sorprendente soltura jueces y magistrados.

    Aun si por hoy no se aprueba la reforma judicial –digo, es un decir– no sucederá nada fuera del cálculo político del presidente López Obrador y sólo será cuestión de tiempo para que el evento ocurra. El mejor ejemplo de que una vez movidos los engranajes de la historia éstos ya no se detienen es su propia candidatura presidencial, derrotada a fuerza de mañas en 2006 pero vencedora en 2018 y más aplastante todavía en 2024. 

    El presidente López Obrador convirtió la enajenante necesidad externa de justicia en una necesidad interna expresada en la lucha por liberarse de esa enajenación. En otras palabras, la táctica de presentar la reforma es una parte menor en la estrategia final y concluyente de evidenciar de manera incontestable ya no la necesidad sino la obligación de reformar al Poder Judicial.

  • Cuando los jueces le temen al pueblo

    Cuando los jueces le temen al pueblo

    La discusión sobre la reforma al Poder Judicial ha revelado las tensiones existentes entre quienes defienden los privilegios del actual sistema y aquellos que buscan una transformación estructural. En medio de este debate, resulta evidente que el país necesita una reforma profunda que democratice el acceso a la justicia, combata los abusos y elimine los privilegios excesivos que durante años han caracterizado a este poder. La propuesta actual, que busca implementar la austeridad republicana y la elección popular de jueces, magistrados y ministros, es un paso necesario para acercar la justicia al pueblo y devolverle su función legítima: servir a todos los ciudadanos por igual.

    En un país con altos niveles de pobreza y desigualdad, es moralmente indefendible que un reducido grupo de jueces y magistrados perciban sueldos millonarios mientras la mayoría de la población enfrenta condiciones precarias. La austeridad republicana propuesta no es solo una medida de ahorro, sino un principio ético que refleja la necesidad de un Poder Judicial que esté en sintonía con las realidades económicas del país.

    Si bien algunos críticos argumentan que reducir los sueldos de los altos funcionarios judiciales no resolverá todos los problemas del sistema, esta medida es un primer paso indispensable para eliminar la percepción de que el Poder Judicial es un enclave de élite ajeno a las necesidades del pueblo. Al mismo tiempo, es una declaración clara de que los tiempos de privilegios excesivos han terminado. Esta transformación simbólica es necesaria para recuperar la confianza ciudadana en las instituciones.

    Uno de los aspectos más controvertidos de la reforma es la propuesta de elección popular de jueces y magistrados. Aunque algunos sectores han señalado que esta medida podría poner en riesgo la independencia del Poder Judicial, es importante entender que se trata de un mecanismo para hacer a los jueces más responsables ante el pueblo. En lugar de permitir que los jueces respondan únicamente a intereses internos o de élite, la elección popular abre una puerta hacia una justicia más transparente y accesible.

    Por supuesto, esta elección no puede ser un proceso sin restricciones. Es esencial establecer estrictos requisitos de idoneidad y profesionalismo, de manera que solo los jueces con la formación, experiencia y ética necesarias puedan ocupar estos cargos. Pero al incorporar la participación ciudadana en la selección de los responsables de impartir justicia, se asegura que el sistema sea más representativo y esté alineado con las demandas sociales de equidad y justicia.

    Lejos de debilitar al Poder Judicial, esta medida tiene el potencial de fortalecerlo. Al ser elegidos por el pueblo, los jueces tendrían un mandato más claro de representar los intereses de la sociedad, no los de un pequeño grupo de poder. Esto no solo democratiza el acceso a la justicia, sino que también puede servir para reducir la corrupción y los conflictos de interés que, en algunos casos, han permeado el sistema judicial.

    Resulta interesante observar cómo aquellos que se oponen a la reforma han recurrido no solo a la crítica, sino a la incitación a la violencia y a medidas que rayan en la desesperación. Este tipo de reacciones no son más que la evidencia clara de que los sectores privilegiados del Poder Judicial y sus aliados están temerosos de perder los beneficios que han acumulado durante años.

    La ironía más grande en todo este proceso es que dos jueces intentaron frenar los trabajos del Poder Legislativo al intentar impedir que el Congreso discutiera la reforma judicial. Es curioso que quienes siempre han defendido la autonomía de los poderes ahora se atrevan a invadir las funciones de otro poder, con el único objetivo de salvaguardar sus propios intereses. No se puede pedir más pruebas de cómo la resistencia a esta reforma no es más que el miedo a perder el control y los privilegios.

    La polarización no es un fenómeno nuevo en la política, pero la violencia retórica y física que algunos sectores han promovido revela el nivel de desesperación ante un cambio que es inevitable. Y como si no fuera suficiente, la presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, se ha sumado a los contingentes que se oponen a la reforma. Al parecer, la máxima representante del Poder Judicial tampoco está dispuesta a renunciar a los privilegios de su cargo y ha decidido convertirse en vocera de aquellos que quieren perpetuar el sistema tal como está.

    ¿No es curioso que aquellos que abogan por la imparcialidad y la independencia del Poder Judicial, de repente, se vuelvan activistas en contra de un cambio que busca justamente eliminar los excesos y poner al sistema judicial al servicio del pueblo? La ironía de que quienes deberían representar la justicia se alineen con quienes incitan a la violencia no puede pasar desapercibida.

    México ha vivido durante décadas con un sistema judicial que ha sido, en muchos sentidos, inaccesible y elitista. La reforma que se propone hoy no solo busca eliminar estos privilegios, sino también hacer que el Poder Judicial sea más transparente y cercano a la gente. Este cambio es urgente y necesario, no solo para corregir los problemas estructurales que enfrenta el sistema, sino también para garantizar que la justicia deje de ser un privilegio de pocos y se convierta en un derecho efectivo para todos.

    Es comprensible que algunos sectores se resistan a esta transformación, especialmente aquellos que han mantenido beneficios gracias al actual esquema. Sin embargo, el futuro de México depende de un sistema judicial que esté al servicio de la sociedad, no de intereses particulares. La justicia debe ser un espacio de equidad, imparcialidad y austeridad, y esta reforma es el camino para lograrlo.

    La reforma al Poder Judicial es más que una simple modificación legal; es un paso necesario para construir un sistema de justicia más democrático, austero y accesible. La elección popular de jueces y la eliminación de privilegios excesivos son medidas que fortalecerán la confianza de la sociedad en sus instituciones y devolverán al pueblo el control sobre uno de los pilares fundamentales del Estado. Aquellos que se oponen lo hacen por temor a perder sus beneficios, y su resistencia no hace más que confirmar la urgencia de este cambio. Es momento de avanzar hacia un Poder Judicial que verdaderamente sirva a los intereses de la nación y esté a la altura de las demandas de justicia y equidad que exige la sociedad mexicana.

  • ¿Reforma político-judicial?

    ¿Reforma político-judicial?

    El gran tema de discusión en México es la Reforma Judicial. Su relevancia es alta porque implica la transformación de uno de los tres Poderes de la Unión y la idea es cambiar para bien la vida pública de México.

    Desde la filosofía del derecho, siempre se ha discutido cuál es el poder de los poderes. En tiempos del PRI hegemónico era el Ejecutivo y la palabra del presidente era la última en grandes temas de política nacional. Paradójicamente, antes sí había mesías tropicales en palabras de Krause. Durante la “transición democrática”, que no fue otra cosa que una gran simulación, se quería hacer pensar que había pluralidad cuando en realidad había un gran contubernio entra dos grandes mafias: el PRI y el PAN.

    En regímenes presidencialistas, el Ejecutivo y el Legislativo siempre han estado sometidos al escarnio público, no así el Judicial, que siempre ha sido un poder oculto, y según ellos mismos, objetivos y alejados de la política. Nada más falso y alejado de la realidad.

    La estrategia del conservadurismo y los oligarcas para mantener sus intereses, beneficiar sus negocios y evadir impuestos, ha sido cabildear, sobornar y someter altos mandos del Poder Judicial para poner jueces a modo, y lo han logrado. El caso más famoso es el de Salinas Pliego y cuya deuda asciende al equivalente al presupuesto completo de Estados de la Federación como Guerrero y Oaxaca.

    Desde criminales hasta políticos, todos los chicos malos entendieron y se dieron cuenta que la impunidad estaba al alcance de una chequera en blanco, por ello, la reforma judicial es absolutamente indispensable.

    Ahora bien, algunos críticos de izquierda han cuestionado si realmente la reforma propuesta es lo efectiva que se propone y logrará su objetivo, sin embargo, es importante señalar que el objetivo principal de la reforma no tiene como bandera los aspectos más técnicos y finos que deberían estar en manos de juristas, sino que es una reforma política que pretende darle una gran sacudida al Poder Judicial, democratizarlo igual que los otros poderes y deshacer las mafias enquistadas que impiden que realmente se imparta justicia. El presidente López Obrador, cuando hizo la reforma, pensó realmente en esto en el fondo para sacar de la zona de confort histórica en la que ha estado este Poder y que ha llevado a su cooptación por los grandes poderes económicos, criminales y políticos. Se trata de quitarle el poder a los mafiosos. Él sabe que más allá de formas, el fondo tiene que ver con voluntad política que, de momento, no defiende la justicia ni a la democracia, y que mientras esto no cambie, las iniciativas de la 4T no trascenderán como se pretende porque siempre serán rechazadas en los juzgados con argumentos leguleyos.

    La reforma también deja una gran pregunta, ¿es legítimo que el Poder Judicial sea el poder de los poderes y tenga la última palabra en un país democrático donde se supone que mandan las grandes mayorías?

    El tiempo y la evolución del movimiento de transformación dictará si la forma de gobierno actual seguirá siendo como la conocemos al día de hoy, o se generará una mejor en la que realmente haya democracia y se respete la voluntad popular. México tiene una oportunidad única de cambiar para bien su forma de gobierno y aspirar a tener un mejor país.

  • Injerencia de Canadá y Estados Unidos

    Injerencia de Canadá y Estados Unidos

    Resulta sintomático el hecho de que sean precisamente los socios comerciales de México los que estén en contra de la Reforma Judicial. En Estados Unidos 43 de los 50 estados los miembros del poder judicial son electos por la población y el embajador viene a unir fuerza con Norma Piña contra dicha transformación.

    Los inversionistas del norte están acostumbrados a tener en el resto del continente su patio trasero, empezando por el más próximo que es México, mientras en el resto del mundo lo que quieren es certeza jurídica que aquí todavía no la hay si no se aprueba la reforma al Poder Judicial.

    Los capitalistas de Canadá y Estados Unidos se acostumbraron a tratar con presidentes sumisos a sus órdenes, los hubo hasta agentes de su agencia de espionaje. Es por ello que las leyes de comercio internacional les estorban. Una vez instalados con sus empresas, el desarrollo legal de su producción es tarea de los jueces corruptos para explotar más y pagar menos. Incluyendo evasión fiscal y acoso laboral.

    Los empresarios de los países socios, integrantes del TLC, no han dejado de invertir en México, primero por las facilidades fiscales, de mano de obra barata, de carencia de derechos laborales, de sumisión de los sindicatos y sumisión de los jueces, con la anuencia de los funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno.

    Ahora, no sólo incrementan el monto de sus inversiones sino que llegan más empresas de esos países. De hecho, puede hablarse en este momento de repatriación de capitales, que salieron desde la campaña de López Obrador y ahora regresan ante la certeza jurídica a nivel de comercio internacional. Esto nada tiene que ver con la Reforma Judicial que se discute, pero ya dentro del contexto de la producción, hay un sinnúmero de temas que tienen que ver con esos jueces que no se identifican por su honestidad sino por aquellos que más dinero pueden aportarles.

    Es decir, la reforma Judicial, en el caso de los inversionistas extranjeros de Canadá y Estados unidos también contribuye a fortalecer los derechos laborales de los mexicanos en su propio país.

    Aunque los embajadores de esos países, Ken Salazar, de Estados Unidos y Graeme Clark, de Canadá afirmen que la aprobación de la reforma tendría impactos en el acuerdo comercial, en realidad lo que se busca deteniendo esa reforma es la impunidad. Independientemente de la injerencia que estas opiniones implican.

    México nunca ha opinado sobre las leyes internas de sus socios comerciales, a pesar de que algunas de ellas afectan directamente a los mexicanos. Sorprenden las atribuciones que ambos diplomáticos se toman para servir de muñecos de ventrílocuos de sus gobiernos al advertir peligros que no existen.

    Canadá no sólo es el socio más lejano en cuanto a ubicación geográfica, también en cuanto a cordialidad y amistad. Las minas canadienses en México carecen de condiciones laborales favorables, un ejemplo de ello es la Mina San Rafael, en Cosalá, Sinaloa que estuvo en huelga más de un año por las condiciones infrahumanas de los mineros mexicanos.

    Esa mina propiedad de Américas Gold and Silver, que encabeza el canadiense Darren Blasutti, ocupaba hombres y mujeres en una mina insegura que debió mantenerse cerrada ante el peligro y la contaminación que representa.

    Además de esta mina, Canadá tiene empresas como Torex Gold, concesionada la mina El Limón en Guaje, Guerrero; Agnico Eagle Mines, tiene la mina Pinos Altos, en Chihuahua; la Equinox Gold, con la mina Los Filos, en Guerrero; Alamos Gold, con la mina Mulatos, en Sonora; Panamerican Silver, con La Colorada, en Zacatecas, entre otras.

    A los dueños de las minas no les conviene una reforma judicial en México porque teniendo certeza jurídica ellos no pueden abusar de los trabajadores mexicanos y se verán, además, obligado a reportar con precisión la cantidad de minerales que sacan del país, de los cuales no hay un control estricto.

    No se van del país, ni traspasan sus negocios, porque aún con la reforma judicial, tienen contratos por decenios que los gobiernos anteriores les otorgaron a cambio de dádivas a los respectivos presidentes que subastaron el país.

    Al opinar sobre las reformas legislativas de México, los empresarios de los países socios consideran que las concesiones son propiedades y que en cualquier momento pueden ser canceladas, como sucedió en Calica (Calizas Industriales del Carmen) con empresarios estadounidenses por la depredación que implicaba su operación.

  • Siguen saliendo los trapitos de la corrupción: La SCJN “filetea” 10.2 MDP del pueblo para “donarlo” a su sindicato

    Siguen saliendo los trapitos de la corrupción: La SCJN “filetea” 10.2 MDP del pueblo para “donarlo” a su sindicato

    De acuerdo a una investigación de Nancy Flores, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), encabezada por la ministra Norma Piña, ha donado un total de 10 millones 221 mil 105.42 pesos al Sindicato Único de Trabajadores del Poder Judicial de la Federación (SUTPJF) entre 2021 y lo que va de 2024. Estos fondos fueron entregados bajo el concepto de “apoyos económicos destinados para la realización de eventos sindicales, en beneficio de los trabajadores del Poder Judicial de la Federación”.

    De acuerdo con la información oficial, los recursos públicos se distribuyeron de la siguiente manera:

    • En el primer trimestre de 2024, se entregaron 2 millones de pesos a la dirigencia encabezada por Jesús Gilberto González Pimentel, secretario general del Sindicato.
    • En 2023, la SCJN donó 2 millones 909 mil 854 pesos, además de materiales y útiles de oficina por un valor de 1 mil 860 pesos.
    • En 2022, la cantidad entregada ascendió a 2 millones 816 mil 896 pesos, aunque el Sindicato devolvió 240 mil 494.58 pesos, dejando la donación en 2 millones 576 mil 401.42 pesos; a este monto se sumaron 34 mil 975.90 pesos en materiales y útiles de oficina.
    • En 2021, se entregaron 2 millones 734 mil 850 pesos.

    Estos “apoyos económicos” contrastan con los montos entregados al Sindicato por cuotas sindicales descontadas a los trabajadores del Poder Judicial de la Federación (PJF), que sumaron 832 mil 769.8 pesos de enero a junio de 2024; 1 millón 603 mil 646.81 en 2023; 1 millón 506 mil 281.35 en 2022; y 1 millón 442 mil 302.42 pesos en 2021.

    Judicatura Acelera Beneficios al Sindicato

    En el contexto de la inminente reforma al Poder Judicial, el Consejo de la Judicatura Federal, también liderado por la ministra Norma Piña, lanzó el pasado 11 de julio un Programa Extraordinario de Retiros al Fondo de Reserva Individualizado 2024 para personal sindicalizado, equivalente al seguro de separación individualizado. Este programa permite a los trabajadores sindicalizados solicitar hasta el 31 de octubre el retiro de dinero de dicho fideicomiso.

    La circular DGSP 02/2024 del Consejo de la Judicatura indica que “las personas servidoras públicas podrán retirar, según sea su elección, el veinticinco (25) o el cincuenta (50) por ciento del saldo acumulado individualizado reflejado en su Reporte Informativo FORI”.

    El pago de las solicitudes con estatus de “Rescate Autorizado” comenzará a partir del 2 de septiembre, y se realizará en intervalos semanales conforme al orden de prelación del folio asignado. El plazo para presentar la solicitud y la documentación correspondiente al programa extraordinario será desde el 11 de julio hasta el 31 de octubre de 2024.

    Programas similares se lanzaron anteriormente en apoyo de la economía de los trabajadores sindicalizados durante la pandemia de Covid-19 y tras el paso del huracán Otis, buscando proteger los privilegios de los trabajadores a costa del erario.

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