Etiqueta: PTET

  • Explotación disfrazada de oportunidad: el costo humano de los programas laborales

    Explotación disfrazada de oportunidad: el costo humano de los programas laborales

    Entre tomates y temperaturas bajo cero, miles de jornaleros mexicanos en Canadá alzan la voz contra los abusos laborales que enfrentan cada día. Mientras se preparan las revisiones del T-MEC y del programa agrícola bilateral, los trabajadores exigen algo más que un salario: el derecho a ser escuchados y tratados con dignidad.

    Entre los invernaderos de Leamington, en Ontario, Canadá, el sonido del reloj se ha vuelto símbolo de presión para cientos de jornaleros mexicanos que cortan tomates a toda prisa. Cada segundo marca no solo su rendimiento, sino también la amenaza de ser castigados con jornadas sin pago. En ese entorno, trabajadores agrícolas denuncian abusos y tratos indignos mientras aguardan la revisión de los acuerdos que rigen su estancia en tierras canadienses.

    A las puertas de una nueva evaluación del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT) programa vigente desde 1974 y del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), miles de campesinos piden ser escuchados. Reclaman ser incluidos en las negociaciones que determinan su futuro laboral y su dignidad como personas. “Queremos ser parte de esas conversaciones, no solo los que ponen el trabajo”, enfatizan desde las oficinas del Sindicato Unido de Trabajadores de la Alimentación y el Comercio (UFCW) en Ontario.

    Desde la creación del PTAT, más de 522 mil mexicanos han viajado a Canadá para trabajar en el sector agrícola, mientras que otros 66 mil lo han hecho bajo el Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales (PTET). En conjunto, ambos esquemas han movilizado cerca de 600 mil paisanos, la mayoría hombres, quienes laboran hasta nueve horas diarias por un pago promedio de 150 dólares canadienses. Sin embargo, detrás de esas cifras de “éxito” se esconden historias de explotación, hacinamiento y accidentes sin compensación.

    Los testimonios son numerosos: viviendas con cucarachas y ratas, jornadas bajo temperaturas de 40 grados bajo cero, exposición a pesticidas y despidos injustificados. A ello se suma la negativa de las autoridades a permitir su sindicalización en Ontario, a diferencia de otras provincias canadienses. Para muchos, el reclamo no solo es económico, sino de respeto. “Nos tratan como si no valiéramos nada”, lamenta un jornalero originario de Puebla.
    Leamington, conocido como “el pequeño México”, concentra el 60 % de los invernaderos de Ontario y recibe anualmente cerca de 8 mil trabajadores temporales, en su mayoría mexicanos. En sus calles se mezclan rostros morenos, acentos de Oaxaca o Guerrero, y un ambiente que intenta conservar la esperanza pese a las injusticias. Mientras los gobiernos se preparan para renegociar los acuerdos bilaterales, los jornaleros exigen que esta vez, su voz no quede fuera del campo ni del papel.

    Con información de Gardenia Mendoza Aguilar para Milenio