El plan de Donald Trump contempla encerrar hasta 80 mil personas en almacenes industriales y pagar recompensas a empresas privadas por cazar migrantes, mientras se intensifica el despliegue militar y la retórica antimigrante.
El gobierno de Donald Trump avanza en una estrategia que transforma la detención y persecución de migrantes en un lucrativo negocio privado. De acuerdo con reportes de The Washington Post y The Intercept, la administración estadunidense busca habilitar almacenes industriales para retener hasta 80 mil personas, al tiempo que impulsa un programa de cazarrecompensas del ICE que podría generar más de mil millones de dólares para empresas contratistas.
Según la investigación, el plan federal incluye la remodelación de grandes bodegas ubicadas cerca de centros logísticos clave en Virginia, Texas, Luisiana, Arizona, Georgia y Misuri, con el objetivo de acelerar las deportaciones masivas. Estas instalaciones permitirían confinar a decenas de miles de migrantes de manera simultánea, en un esquema que organizaciones civiles califican como detención a escala industrial.

En paralelo, The Intercept documentó que al menos 10 empresas privadas ya han recibido más de un millón de dólares por participar en el programa de recompensas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Los contratos prevén la localización y captura de hasta 1.5 millones de migrantes, y uno de ellos podría alcanzar 365 millones de dólares, consolidando un modelo de negocio basado en la cacería humana.
La ofensiva antimigrante se refuerza con un nuevo despliegue militar. El Pentágono confirmó el envío de 350 elementos de la Guardia Nacional a Nueva Orleans, como parte de una operación que busca detener a 5 mil personas, con presencia federal al menos hasta febrero. A ello se suma el aval judicial a políticas restrictivas, como la tarifa de 100 mil dólares a visas de trabajadores altamente calificados.
Mientras tanto, Estados Unidos pactó con Palau el pago de 7.5 millones de dólares para que el país insular reciba a migrantes deportados. En su mensaje navideño, Trump reiteró su discurso contra migrantes, personas trans y la “izquierda radical”, al asegurar que “las fronteras ya no están abiertas”, pese a las protestas civiles que continúan en ciudades como Chicago.
