La Ciudad de México celebró uno de los reconocimientos culturales más importantes para una de sus tradiciones más arraigadas. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró la representación de la Pasión de Cristo de Iztapalapa como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un hecho que reconoce casi dos siglos de trabajo comunitario.
En el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, destacó que este logro pertenece a los Ocho Barrios de Iztapalapa y a miles de vecinos que, año con año, mantienen viva una celebración que combina fe, identidad y una organización social única en el país.
Brugada recordó que esta declaratoria tomó más de una década entre gestiones, tanto locales como federales, hasta su inscripción en el inventario nacional en 2023. Además, señaló que este reconocimiento coloca a la capital en el mapa global de expresiones culturales vivas y anuncia una nueva etapa centrada en su resguardo. Por ello, instruyó a la Secretaría de Cultura de la ciudad a garantizar los espacios necesarios para los ensayos y actividades preparatorias, además de comprometer recursos para fortalecer esta tradición histórica.
El presidente del Comité Organizador de la Semana Santa en Iztapalapa A.C., Alfonso Reyes, subrayó que el expediente presentado ante la Unesco fue el resultado de más de 20 años de trabajo continuo, por lo que agradeció el respaldo de las autoridades y de la comunidad, y celebró que la Semana Santa de Iztapalapa reciba finalmente un reconocimiento mundial.

La secretaria de Cultura del Gobierno de México, Claudia Curiel de Icaza, señaló que la distinción no solo reconoce la fuerza comunitaria de Iztapalapa, sino también el papel social de la tradición, vinculada a valores como la inclusión, la igualdad de género y la construcción de paz. De igual manera, destacó que es un patrimonio vivo que entrelaza memoria, arte popular y trabajo colectivo.

Diego Prieto, titular de la Unidad de Culturas Vivas y Patrimonio Inmaterial, resaltó que es la primera vez que una tradición profundamente ligada a la Ciudad de México ingresa a la lista internacional de patrimonio inmaterial. Reconoció además la calidad del expediente y la importancia del consentimiento comunitario para la Unesco.

La ceremonia reunió a autoridades culturales, integrantes del elenco de la representación y funcionarios de Iztapalapa, quienes celebraron unánimemente este reconocimiento histórico. La Pasión de Cristo, nacida como una muestra de gratitud tras la erradicación de una epidemia de cólera en el siglo XIX, se consolida hoy como un tesoro cultural que trasciende fronteras sin perder sus raíces en los barrios que la han sostenido por generaciones.


