Etiqueta: Pablo Ocampo

  • Títeres y bufones

    Títeres y bufones

    El pasado 28 de febrero se suscitó una acalorada discusión entre Volodymyr Zelensky y Donald Trump, en la visita del primero a la Casa Blanca. Como era de esperarse, dicho intercambio se hizo mundialmente famoso en cuestión de minutos. Se sabe, después del intenso confrontamiento, que Trump exigía la firma de un acuerdo en el que el presidente de Ucrania, cediera los recursos de su país a la nación estadounidense. J. D. Vance, vicepresidente norteamericano, se confrontó con el mandatario europeo y le reprochó su negativa de terminar con el conflicto armado que Ucrania mantiene con Rusia, así como el apoyo que en su momento dio Zelensky a Joe Biden Y Kamala Harris, mientras se encontraban en campaña rumbo a las eleciones presidenciales. Así como su subalterno, Trump recordó que si la guerra entre los dos países del viejo continente se había mantenido hasta ese momento, era gracias al apoyo que habían dado los militares estadounidenses, bajo una inversión (según palabras del propio presidente norteamericano) de 350 mil millones de dólares.

    De esta manera se revelaba lo que desde un comienzo había sido visible para el mundo, un Zelensky que, mientras sirvió a los intereses del país americano, este le «apoyó», fue hecho famoso y puesto como mártir a los ojos del mundo; ahora, con el cambio de rumbo bajo el mandato del presidente republicano, en realidad, queda como títere, usado al servicio del país estadunidense. Esto no es nada nuevo, es Estados Unidos, siendo Estados Unidos, cobrando “favores” que hace, como siempre lo ha hecho. Esto también hubiera ocurrido bajo la administración Biden, seguramente con menos alboroto. La diferencia en esta ocasión fue el espectáculo, pensado para las cámaras y micrófonos en la oficina oval, gracias a la adicción al morbo del habitante de la casa blanca.

    En un momento del confrontamiento, a Zelensky se le preguntó con intención de burla (y de manera por demás estúpida), si poseía un traje el cual pudiera vestir para la ocasión; lo cierto es que, teniendo dicha prenda o no, llegó vestido a una confrontación para la que no estaba preparado, siendo tratado como peón de una guerra que no imaginó tener.

    Este capítulo de diplomacia internacional deja ver que en política, como mencionaba Andrés Manuel López Obrador, no hay amigos. El error del presidente ucraniano fue, creer que la ayuda que le era brindada era “gratis”, sin compromiso. Trump demostró su carácter autoritario, dictatorial, pero no traidor, ya que desde su campaña fue claro en la manera en que pretendía gobernar. Para eso lo eligieron los ciudadanos norteamericanos. La grotesca muestra de poder que empleó el mandatario estadunidense es producto de la dependencia que los países en todo el orbe, han dejado que se origine e incremente. En México, no fue distinto y si recordamos, hasta hace algunos años de este nuevo milenio, se nos hacía creer que éramos amigos, más que aliados, cuando en realidad siempre fuimos “el patio trasero”, en palabras del extinto Aguilar Zinser, lugar que la oposición mexicana estuvo gustosa de mantener cuanto pudieron y que con gusto sostendrían si pudieran tener el mando del país. Son el ejemplo, en nuestros tiempos, de querer ser un virreinato.

    La implementación de los aranceles prometidos por Donald Trump, en flagrante ruptura del T-MEC, en un capítulo más del intento de implantar un nuevo imperialismo, sin fachadas, subyugante y agresivo según haga falta, es la oportunidad ideal para que el mandatario gringo sea percibido magnánimo, omnipotente, objeto de la idolatría de sus votantes, justo como le gusta.

    Es ahora que vale la pena preguntarse hacia dónde va el mundo cuando vemos las claras intenciones del gobierno de Trump, de seguir una agenda  propia, alejada de sus socios mundiales. Si, por ejemplo, Estados Unidos se retira de la OTAN, ¿los países de Europa cambiarán su postura de sumisión hacia los deseos del gigante norteamericano, de agrandar su imperio, basado en el uso de las Fuerzas Armadas? ¿Qué significaría eso para el mundo cuando los propios países de Europa mantienen todavía, aunque encubierta, una visión semi colonial, hacia los países pobres, como los africanos? ¿Estarían dispuestos a cambiar su visión con respecto a estos y olvidarse del oro, coltán y cobalto que poseen y evitar con ello la esclavitud moderna y masacres que derivan de su sobre explotación? La verdad es que resulta difícil de imaginar.

    • @Pablo_OcampoEsc
  • Usted disculpe

    Usted disculpe

    No, no es que odien a los inmigrantes, sino que están protegiéndose de los enemigos, aunque estos construyan sus casas edificios o autopistas a cambio de poco dinero (para aquellos estándares, los de otro país), sin servicio de seguridad y protegiéndose de que la migra, el I.C.E., los arreste para después ser deportados. No es que sean racistas o que quieran revivir el fascismo como método de política interna, sino que buscan purificar la raza, seleccionando a los más güeros, a los más altos, a los de ojos más claros y que el blanco en la bandera con barras y estrellas, sea cada vez más blanco. Tan hitleriano sin ser hitleriano porque se enoja X.

    No es que quieran hacer menos a los latinos, es que ellos son más y mejores (al menos se sienten así), porque los apellidos Smith, Jackson, Williams, los llevan los héroes en sus películas de acción, capaces de salvar a todo el planeta en 150 minutos de los villanos de apellidos Castillo, Paredes o Mendoza, quienes por cierto, son los más grandes capos a nivel mundial, pues mueven el polvo blanco como si fueran chicles, afuera de las fronteras del país gringo, aunque una vez dentro de este nadie sabe quiénes son los mandamases. Antes tenía a Capone, de origen italiano, ¿y ahora?

    No, no es que quieran estafarnos, es que quieren cuidar de nuestro dinero, hacerlo productivo, ver que crezca y que sea un ingreso confiable a través de su crecimiento en monedas virtuales, que de preferencia llegue a sus cuentas, sin importar si beneficia a quienes lo invierten. Luego, la suspicacias, los desacuerdos, las quejas y los comentarios mal intencionados los tienen que acallar los pobres medios de comunicación que buscan ser fieles a la verdad como lo han hecho siempre, aunque ello significara defender al más rico de las quejas del más pobre y desprotegido trabajador y de clase obrera porque para ellos mentir no es un negocio, ¿verdad?

    Los mal pensados somos nosotros, cómo se nos ocurre exigir un trato justo, humano y honesto en pleno siglo 21; primero están los asuntos que competen al imperialismo blanco, a las oligarquías, a no perder el renombre de potencia en el norte del continente o a recuperarlo en el sur de este (si alguna vez lo fue), por todos los medios posibles, incluida la apuesta libertaria, siempre y cuando tenga adeptos con la disposición de dejarse estafar, sin que se le llame estafa, porque ellos son inteligentes y no caerían en ninguna y para lo cual están dispuestos a justificar a su estafador, a quien le llaman presidente.

    Así es como de norte a sur en el continente y de un extremo a otro en el planeta, los políticos conservadores, en el poder o fuera de éste, esgrimen argumentos a su favor, con el uso de comentócratas y analistas a sueldo en medios de comunicación, para convencer a una parte de la masa que se asume más culta, más perfecta, más poderosa, más refinada; para quienes el resto, nosotros, sólo valemos el trabajo que hacemos, mientras lo hagamos de rodillas o agachados y pidiendo disculpas por no agradecer que los más poderosos económica y políticamente se vean tan bien en las portadas de los medios, como muestra de superioridad y estatus. Esa es la libertad libertaria para unos, eso es la MAGA para otros.

    Al final del día, los conservadores, son iguales.

    @Pablo_OcampoEsc

  • Retórica para idiotas

    Retórica para idiotas

    La retórica es el arte de usar las palabras para persuadir, conmover o deleitar a un público. Según Platón, es un elemento parecido a la “cosmética” que está pensado para complacer a las audiencias ignorantes, fundada más en lo verosímil que en lo verdadero, vinculada a la demagogia. Algunos elementos que influyen para dar más fortaleza al discurso pueden ser: belleza, prestigio, dinero. Dentro del mismo, existe la falacia, que quiere decir: mentir al utilizar un argumento que parece válido pero que, en el mejor de los casos, resulta ilusorio.

    El expositor dice lo que la gente quiere escuchar, de la manera en que lo entiendan mejor, utilizando palabras o frases que adulen a su receptor para hacerle creer que sus intenciones coinciden con las de ellos. Es así como Donald Trump llegaba a sus mítines, con la mirada fija y apuntando con el dedo índice hacia alguien en la audiencia, su primer contacto, para hacerles creer que los tiene en cuenta. Siempre para “hacer creer”.

    Cargado del aura de celebridad que se construyó con años de participar en la farándula de su país, la más frívola de todo el planeta; supo aprovechar sus virtudes como showman y las direccionó hacia su campaña para la presidencia de los Estados Unidos, en lo que fue su primer período al frente del país del norte.

    Y tal como hizo en aquella ocasión, lo hace ahora. Trump emplea el odio, el miedo, la indignación, entre otros elementos, para arraigar en sus seguidores, la idea de qué Estados Unidos tiene que ser salvado, recuperado de invasores y en el proceso definió a los migrantes como criminales y utilizó el rencor hacia la gente distinta a ellos y de manera velada, la superioridad basada en la raza y el color de piel, tal cual se hacía en Alemania hace 85 años.

    Pero la diferencia es que nos encontramos en un momento distinto de la historia. Lo que llevamos de este siglo XXI, ha sido definido por las innovaciones tecnológicas que permiten al hombre, entre otras cosas, mantenerse comunicado e informado de lo que ocurre en todo el mundo, con apenas unos movimientos de los dedos de las manos y un dispositivo con acceso a Internet. ¿Cómo es posible entonces que una gran parte de la población del país más rico y poderoso del mundo, donde esa tecnología, sinónimo del orgullo yanki, con acceso a infinitas fuentes de información y con recursos económicos muy superiores, en comparación con diversas poblaciones de otros países, sea tan crédula? No se trata de carencia de presupuesto o de acceso a las fuentes de la información sino, por el contrario, pareciera ser producto de la volubilidad e indiferencia ante la realidad que les rodea.

    De manera básica, mucha gente se conformó con la comodidad de vivir en el primer mundo, se tragó la diatriba de sus políticos de su poderío y de qué los demás países les envidiaban sus por avances y economía, por su liderazgo y hasta por sus modelos y estrellas de cine y por eso debían protegerse. Esta gente nada hizo para descubrir si la faramalla que montaban era real o no y se volvió recelosa, obstinada, y en algunos casos y con la complicidad de medios y redes sociales, generaron odio hacia el extranjero con apariencia distinta a ellos. Al rechazar el adquirir información de lo que ocurre dentro y fuera de sus fronteras, al negarse a investigar y evaluar a sus propios políticos, y al no entender quienes controlan los hilos de su propia sociedad, propiciaron su aislamiento. Se hicieron cortos de entendimiento.

    Luego, su convicción es hacer lo que esté a su alcance para prolongar su desconocimiento de todo, perpetuando su obnubilación, porque cree imposible que sus políticos mientan ¿y cómo iba a ser?, si ellos siempre hablan de valores y después enaltecen su país y su condición de poder, pero miran con malos ojos a todo el que no abuse de las sesiones de bronceado para disimular la piel pálida.

    Así se crea la falsa idea de vivir amenazado porque se es demasiado bueno, demasiado blanco y exitoso y no por ser el bully y acosador del mundo, el que invade países y mata con guerras, el que finge complots en su contra y arma campañas de publicidad, para justificar ataques a los países que llama “amigos”, el que hace hasta lo imposible para adueñarse de los recursos ajenos y el que criminaliza al migrante pero que tiene sentado en el escritorio de la oficina oval a un transgresor de la ley.

    Así se persuade al poco inteligente.

  • Cien días de continuidad y los que faltan

    Cien días de continuidad y los que faltan

    En días recientes se cumplieron los 100 días del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum o como ella le llama, el segundo piso de la cuarta transformación, la continuidad del movimiento político y social qué cambió la realidad de millones de mexicanos en nuestro país.

    Hasta antes de 2018, último año en que gobernó la derecha encabezada por el PRIAN, parecía inimaginable que algunas de las mayores contribuciones realizadas por este gobierno, fueran posibles. La disminución de la desigualdad, el aumento al salario de los trabajadores, el fortalecimiento al campo mexicano, los programas sociales como “Jóvenes construyendo el futuro”, el apoyo a adultos mayores y en general un presupuesto destinado al beneficio de instituciones públicas al servicio de la población, antes era utilizado para enriquecer a una cúpula tanto política como empresarial, que era ajena a las necesidades más apremiantes del pueblo.

    Las críticas realizadas al nuevo gobierno y al del presidente López Obrador, las auténticas, basadas en argumentos y pruebas, son importantes y necesarias dentro de un régimen democrático a diferencia de lo que ocurría en los mandatos del PRI y luego del PAN en donde, siquiera pensar en estar en desacuerdo, implicaba poner en riesgo la vida. Por eso es que ahora resultan inverosímiles los sesudos análisis de opinólogos de la oposición, cargados de palabras domingueras, en donde con ademanes y discursos previamente ensayados, lanzan flechas repletas de veneno, dirigidas a la cabeza de los más distraídos, con las consignas que se volvieron típicas en su arsenal de mentiras: autoritarismo, represión, demagogia, corrupción y agregaron, por supuesto, las correspondientes a las que implica tener como dirigente a una mujer: sumisa y títere, en un afán de aludir la falta de carácter y la rendición de cuentas al ex presidente López Obrador, como sí ocurría bajo los gobiernos del PRI, que no tuvo rival político y que mantuvo el control de las dos cámaras y todos los gobiernos estatales por décadas. Son ellos, con esa tradición cuasi imperial, quienes ahora pretenden emitir esos juicios de valor. Los descendientes de la dictadura perfecta.

    Proyectos de inversión de la iniciativa pública y privada.

    Se anunció, con beneplácito, la inversión de parte de Amazon Web Services de $5,000 millones de dólares y un plan de desarrollo basado en tecnología que impacte a la economía del país hacia el año 2030. Se expuso ante empresarios de la iniciativa privada, los dueños del capital, el llamado “Plan México”, que tiene como meta, entre otras, colocar a nuestra nación en el top ten de las potencias a nivel mundial. Se reafirmó, ante un zócalo capitalino repleto de seguidores de la presidenta, la convicción nacionalista y de cero entreguismo ni sobajamiento, frente a los embates y amenazas económicas de Donald Trump, quien se encuentra a menos de una semana de asumir su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos y quien ya ha anunciado la creación de un organismo para cobrar intereses a quien comercie con EUA desde el extranjero.

    Mientras el gobierno de México realiza convenios que beneficien a todos los mexicanos y se encuentra en un pico jamás pensado de aceptación popular, la derecha mezquina trabaja en el proceso de crear nuevos partidos políticos que le resten, aunque sea de manera imaginaria, poder a la izquierda y que les devuelva un poco del dinero y el poder que perdieron desde 2018 y que se reafirmó el año pasado. Para como van las cosas, mientras exista un gobierno que vaya de la mano del pueblo, que siempre recuerde las crudas lecciones del pasado sobre un buen manejo del presupuesto y las buenas maneras de conducirse, con todo lo que ello representa, tendremos dirigencia con enfoque de izquierda para mucho rato, a pesar de los enemigos extranjeros, pero también al interior de nuestras fronteras.

  • Bajo la sombra del pasado

    Bajo la sombra del pasado

    “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”

    Augusto Monterroso

    En su libro Gracias, el expresidente López Obrador recalca la importancia de trabajar con cuadros externos al de un propio partido, que conservan una misma ideología. Esto lo exponía al hacer énfasis en la necesidad que existe de trabajar con políticos formados en trincheras externas, en donde es más importante la manera de desempeñarse de estos y lo que los hace útiles para un fin común, más allá de catalogarlos como buenos o malos. Sin embargo, es indispensable tener presente que, cuando se refiere a estos personajes lo hace a través de la experiencia de luchar contra un régimen político enquistado, conservador, que no daba concesiones a sus oponentes y que representaba un lastre para la vida democrática del país.

    Desde entonces y a través de su sexenio, quedó claro que se puede disponer de ciertos recursos, cuando sean de utilidad y bajo el control de un líder. Pero en el caso de la presidencia de la doctora Sheinbaum, hablamos de la continuidad de un proyecto de nación, contrario a picar piedra y reunir esfuerzos desde un movimiento opositor. Se trata entonces de consolidar un gobierno de izquierda, refrendado y respaldado desde las urnas.

    Por eso resulta tan contradictoria la conducta de distintos personajes que se supone apoyan al gobierno federal, al encontrarse en puestos importantes de este, porque por un lado, se supone que defienden las ideologías de la izquierda, pero por el otro, copian los comportamientos y costumbres de la derecha.

    Después de 6 años del triunfo de Morena en las urnas de 2018, uno de los primeros actos del presidente López Obrador fue mandar un oficio a todos los funcionarios de las dependencias del gobierno en las que les exhortaba a no permitir actos de corrupción, influyentismo, nepotismo, amiguismo, lacras políticas del antiguo régimen y que no se veían en la obligación de recibir a sus familiares, incluyendo hijos, y que él solo respondía a sus actos y a los de su hijo menor de edad.

    A pesar de que en su momento pudieron entenderse, ante la opinión pública, como actos fuera de estas bases y que nada tenían que ver con la austeridad institucional que manejaba el gobierno, lo cierto es que estas conductas estuvieron lejos de ser una constante de los servidores públicos. Así que resulta curioso que este, al ser un gobierno de continuidad con los valores que manejaba López Obrador, sea redundante que la presidenta Sheinbaum tenga que mandar una carta similar para pedir que los actos y conductas de los funcionarios en el gobierno federal, afines a la izquierda, se manejan con el respeto a la austeridad y los valores que rigen desde hace seis años.

    Tal parece que algunos de estos personajes creen que, al finalizar el gobierno pasado, quedaron en libertad de manejar dependencias, dinero y bienes públicos a su antojo. Como si les hubieran soltado las riendas de la humildad.

    Hace unos días nos burlábamos por el actuar incongruente del exdiputado Quadri, al hacer valer su derecho de cobrar la pensión que da el Estado a los adultos mayores. Nos parecía risible, toda vez que en reiteradas ocasiones expresó su negativa e inconformidad ante este beneficio que otorga el gobierno. No obstante, las incongruencias que no deberían darnos risa, son las de la izquierda, que es gobierno en distintas partes del país y mayoría en las dos cámaras.

    Los viajes en helicópteros privados como el que realizó el diputado Monreal; farolear en autos de lujo, como lo hizo la diputada de Guerrero Citlali Castillo Téllez, quien además hizo alarde en famoso video de su condición política, al soltar de manera socarrona un “¿les decimos que nos resguarden?”; o bien, utilizar instalaciones federales para llevar a cabo una boda como lo hizo Martín Alonso Borrego en el Munal, son actos que si bien no merecen una condena mayor que la del escarnio público, y en este último las sanciones correspondientes, al que son objeto dichos actores políticos, lo cierto es que la gente les entregó su confianza para llevar a cabo un buen gobierno, uno de izquierda, está HARTA de semejante representaciones públicas del desprecio a la autoridad que estos servidores representan. También es importante que ellos entiendan que a la gente ya no la pueden manipular como lo hacían las grandes televisoras en contubernio con los políticos de la derecha rancia y que cada vez les exigirá más, haciendo valer su derecho a ser bien gobernados, algo que antes era castigado exigir. Son tiempos de cambio.

  • De dicho en dicho

    De dicho en dicho

    Tal cual sucedió en el agonizante y terrible gobierno del presidente Peña y después, con el cambio de timón que dio Andrés Manuel López Obrador, se cierne de nuevo sobre la patria, la sombra funesta del autoritario gobierno del que será el próximo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en lo que es la prosecución de su mandato de 2017-2021. También como entonces, el empresario convertido en político, ha dirigido sus ataques cargados de racismo contra migrantes, en especial los latinos y todavía más en lo particular, los que llegan al país del norte que son originarios de México. Con la destreza que le ha caracterizado durante décadas por ser un showman, se ha dedicado a enfocar sus palabras, desbordantes de odio, hacía nuestros connacionales, para su electorado, que resultó ser afín a las ideas execrables del candidato.

    En el último gobierno federal priista y después de que el entonces candidato presidencial republicano calificara a los paisanos, que salían de nuestras fronteras en busca de una mejor oportunidad laboral, como animales y violadores, se le invitó desde la oficina presidencial a que se presentara con la pompa de lo que todavía no era. En ese entonces, Trump se pavoneó ante medios nacionales y de su país a quienes dio, junto al diminuto presidente Peña Nieto, una conferencia de prensa en donde no solo no se retractó de sus palabras, sino que reforzó su idea de hacer pagar a México por un muro que separara las fronteras de los dos países, así como sus intenciones de deportar a los millones de mexicanos que residían en Estados Unidos.

    Luego del penoso capítulo donde se arrastró el orgullo nacional desde la presidencia tricolor al verse evidenciada de sus actos de corrupción de los que Trump parecía no ser ajeno, vino un período de cambio en el que se recuperó, además del sentido de pertenencia a la nación, el respeto que se había perdido en los sexenios anteriores.

    Como entonces, y con la presidencia de la continuidad de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, ante las mismas amenazas y bufonadas del próximo presidente estadounidense, México ha mostrado ecuanimidad, prudencia pero también, la firmeza que debe tener un gobierno soberano libre de los fantasmas de la corrupción del pasado y tal vez esa sea la diferencia más grande con respecto a los gobiernos entreguistas que ahora forman parte de la oposición; Trump se encontrará en parte, en la encrucijada entre cumplir los dichos que lo llevaron a la victoria para la contienda presidencial o cumplir, como probablemente tenga que hacer, con los tratados vigentes entre Estados Unidos y México. Por su parte la presidenta Sheinbaum encuentra un país distinto al que dejaron los gobiernos prianistas en su momento al presidente López Obrador, con inversiones en el campo y leyes a favor de los trabajadores, favoreciendo la mejor y más justa repartición del erario.

    Mientras esto pasa, los restos de la oposición mexicana que quedaron luego de las elecciones federales, se encuentran en una guerra interna para ver quién de todos ellos logra liderar el próximo fracaso político que dé continuidad a los sufridos en 2018 y 24, al tiempo que sacan a relucir sus esfuerzos más apátridas, al ponerse del lado de todos los adversarios que enfrenta el gobierno federal, como si de ello dependiera el obtener alguna ventaja para recuperar el poder perdido. Lo cierto es que, a diferencia de cómo les gustaría ser vistos o recordados, no son ciudadanos del mundo, preocupados y con un ferviente amor por el país que entregaron en ruinas y abandonado sino, y muy a su estilo, dependiendo de la geografía y el momento que transcurre, se vuelven lacayos o plebeyos de los gobiernos extranjeros.

    Como dice el dicho mexicano: a cada quien su santo.

    • Twitter: @Pablo_OcampoEsc

  • La comodidad de la inmundicia: la continuidad en el PAN

    La comodidad de la inmundicia: la continuidad en el PAN

    Como si de un presagio bíblico se tratara, las maldiciones caídas sobre los hombros de la oposición, no parecen terminar. Una sobre otra, se han convertido en derrotas electorales y han propiciado el cambio de rumbo que tanto anheló todo un país. Dicho destino, comenzó con la llegada de la 4ª transformación en 2018 y después con la tan esperada continuidad de esta, el segundo piso o el Plan C, a mediados del año en curso, con todo y sus triunfos intermedios en la mayoría de los estados, que no así en la cámara de diputados o la Ciudad de México en las elecciones intermedias.

    Así como ocurrió, estos resultados no fueron producto sólo del trabajo del partido oficialista en México ni del azar, tuvo mucho que ver el tipo de representantes que la oposición escogió para sí misma. Cuando en el 2018 fue elegido dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, el partido del que tomaba las riendas, poseía un control casi total al lado del PRI y fue durante el curso de seis años que lo llevó a una crisis que tal vez podría equipararse con la de los años posteriores a la fundación del blanquiazul.

    Y como no hay mala dirigencia que dure 100 años ni partido que lo soporte (y como muestra está el PRD), el relevo del michoacano llega de la mano de Jorge Romero, quien obtuvo la mayoría de los votos en lo que él mismo se jacta: “fue una elección abierta a toda la militancia”. Pero, ¿qué clase de personas se orgullecen de tener como su dirigente de partido a un político que ha sido vinculado a un esquema de corrupción inmobiliaria que le redituó grandes dividendos a unos pocos de sus allegados, de los que muchos se encuentran en la cárcel, mientras se aprovechaban de sus cargos públicos y se desentendían de los verdaderos problemas de los ciudadanos a quienes debían servir en la alcaldía Benito Juárez?

    Con la elección de Jorge romero como dirigente de acción nacional, dicho partido y sus asociados no podrían estar mejor representados. No obstante que, ahora coinciden en ser una minoría no sólo en las 2 cámaras sino, además, en las gubernaturas estatales, el flamante presidente nacional del partido azul, copia las estrategias pendencieras que han tenido otros líderes panistas, con infructuosas embestidas que complementaban con escándalos y que tuvieron como consecuencia que los ciudadanos, hartos de conductas gansteriles, evitasen votar por un partido conservador inmiscuido en racismo, clasismo y corrupción. Basta recordar el reparto que daba a conocer el propio Cortés en su cuenta de Twitter, ahora X que, en común acuerdo con Alejandro Moreno del PRI, correspondía al PAN, como se daría a la postre, elegir el candidato para la presidencia del país y la Ciudad de México.

    Pero a su falta de experiencia política, añaden descalificaciones a sus rivales y pretenden suplir su falta de inteligencia y sagacidad con unas terribles ganas de ser gobernados, sumisos y sobajados, por los poderosos gobiernos extranjeros que les devuelvan el control del dinero y poder; para ellos todo es poder, cueste lo que cueste al pueblo.

    Con alrededor de 300 mil militantes que tiene el partido acción nacional, la soberbia de su recién elegido dirigente, solo está rebasada por la crisis de identidad que atraviesa dicha institución. No parece ser de sabios criticar a un 54% de votantes que optaron por MORENA en las elecciones federales pasadas, que significaron 36 millones de votos, para después centrarse en hablar de haber ganado las elecciones internas de un partido con apenas 110 mil votos (según Romero) y jactarse de un imaginario poderío de su militancia, un poderío con el cual planea recuperar escaños en el congreso y gubernaturas, según ha dicho en entrevistas, basado en la misma soberbia con la que comenzaron sus antecesores.

    No hay que olvidar que desde Germán Martínez hasta Marko Cortés, a todos les sobró arrogancia e inteligencia en el discurso, que en los hechos resultó por demás escasa. Precisamente su diatriba a modo, bien ensayada, hecha para las cámaras y micrófonos, es la misma que en su momento utilizó Calderón para decir que tenía las manos limpias y después, al terminar su terrible sexenio, se fue con la cola entre las patas, mientras dejó lleno de sangre al país o bien, la de Santiago Creel, que habló a los militantes blanquiazules, haciendo alarde de un histrionismo digno del séptimo arte, por lo menos del cine de ficheras, en donde expresó entre lágrimas y gritos ahogados, su amor y pasión por México, aunque le faltó aclarar que se refería solo al que le proporcionaba generosos ingresos y no al de los mexicanos que él contribuyó a dejar sumidos en la pobreza.

    Dice Romero tomar protesta de su nuevo cargo este próximo viernes lo cual no representa ningún cambio sino, más bien, la continuidad de la ideología panista que ha imperado no solo desde la fundación del partido (donde tuvieron claras preferencias con el nazismo como documentaría Rafael Barajas), con especial enfoque donde Vicente Fox llegó a la presidencia de la república, cuando se dedicaron a crear acuerdos corruptos que les permitió disponer del erario mientras llevaban al país en picada.

    Si por algo deben ser reconocidos los integrantes de dicho partido, es por su actuar hipócrita, la preferencia por agachar la cabeza y besar zapatos extranjeros y su inclinación al clientelismo cuando llegan al poder. La vergüenza y el ridículo, si resultan descubiertos a posteriori, bien vale la pena tragárselos si antes firmaron un contrato que deviene en millones de pesos para sus cuentas. De lo que puede estar seguro Jorge Romero es que, con un actuar como el que han tenido en los últimos tiempos, la cloaca que han convertido en hogar los políticos de la oposición, la habitarán por muchos más años. Pueden ponerse cómodos.

    *Columna dedicada, de manera especial, al cumpleaños del Licenciado Andrés Manuel López Obrador, expresidente de México.

  • Hacer ley de la mentira

    Hacer ley de la mentira

    Desde la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador quedó claro que, mucho de lo que funcionaba mal o no funcionaba en absoluto en el país tendría que, cuando menos, replantearse para que coadyuvara en el desarrollo de un gobierno al servicio de sus ciudadanos. No por nada, la intención de desaparecer varios organismos autónomos como la Cofece, el IFT o el INAI, tuvo lugar con el fin de ahorrar miles de millones de pesos al gobierno, al ser instituciones onerosas y con procesos parcializados de sus funciones.

    En su ya famoso discurso del 2006, luego de que el Tribunal Electoral favoreciera a Felipe Calderón con el triunfo en los comicios federales, cuando el tabasqueño mandó “al diablo sus instituciones”, tenía claro que hay organismos que sólo sirven para beneficiar a los más poderosos a pesar de que, en su creación, se viese el propósito de que trabajaran en beneficio de todo el pueblo de México.

    Sin lugar a dudas, una de esas instituciones, que más ha beneficiado a los potentados e influyentes políticos conservadores de la nación es el Poder Judicial, integrante de un gobierno que debería rendir cuentas como lo comenzaron a hacer el ejecutivo y legislativo a partir de 2018; sin embargo, el primero ha sido el único de los 3 poderes que no sólo no defiende los intereses del pueblo sino que, con la entrada en vigor de la reforma judicial que promovió el expresidente López Obrador para combatir la corrupción que existe al interior de la máxima corte y sus distintas ramificaciones tanto federales como estatales, ha sido más que evidente que los magistrados y jueces que conforman este sector elitista del gobierno, trabajan para beneficiarse a ellos y a los pocos que puedan rentar sus servicios y que mediante el trámite de amparos, por ejemplo, les ayuden a evadir sus obligaciones legales.

    Desde que comenzó este duelo entre un representante emanado del pueblo y elegido por este y unos personajes que parecen sentir que fueron elegidos por Dios para ejercer su cargo y que sólo por acción divina se les puede juzgar y hacer que cumplan con las leyes que ellos mismos deberían defender, hemos sido testigos de las atrocidades en las que han incurrido los supuestos expertos en derecho para justificar, por ejemplo, tener un sueldo más alto que el Presidente de la República o bien, amparar a criminales comprobados o tratar de imponer su voluntad y declarar inconstitucional la constitución, todos los ejemplos anteriores de manera ilegal, asumiéndose con ello, como la máxima autoridad del país, por encima de los votantes de este.

    Total, que ellos parecen creer en su grandísima soberbia, que al ser representantes de un poder cuya labor es aplicar reglamentos llamadas leyes, establecidas en un acta, denominada Constitución, resulte en que sean los únicos que sepan de leyes en el país. Una verdadera estupidez cuando el presidente de la cámara de Diputados Sergio Gutiérrez Luna, el presidente de la cámara de Senadores, Gerardo Fernández Noroña, el coordinador de la Jucopo de Morena en la cámara de diputados, Ricardo Monreal, Hamlet Almaguer, consejero nacional de Morena, así como los abogados Andrés Repper o César Gutiérrez Priego, por mencionar solo a algunos expertos en la materia, han repetido las inconsistencias e ilegalidades en las que han caído Jueces y ministros para desacreditar y echar abajo una ley que ya no es reforma, sino que forma parte de la propia constitución.

    Ahora surge el ministro “iluminado” González Alcántara Carrancá que se envalentona con una autoridad, que no le confirió un electorado, para sentirse el representante supremo de todos los poderes en México, al decir en entrevista con un comunicador básicamente que, la ley es ley sólo cuando él así lo dice y que si el ejecutivo y legislativo hacen caso omiso de las resoluciones improcedentes del máximo tribunal, como el proyecto que votarán los ministros el próximo 5 de noviembre, para invalidar algunos aspectos de la reforma, entonces México se quedará sin Suprema Corte de Justicia. De risa loca.

    Luego están detrás de ellos, con la intención de justificar sus falacias leguleyas, la horda de corrientes analistas, comunicadores y seudo intelectuales, que les hacen el juego en los medios para convalidar las aberraciones legales que emiten, pero evitan hablar de las huelgas ilegales de los trabajadores del poder judicial, de los sueldos y prestaciones estratosféricas de los ministros o el nepotismo encubierto bajo rectitud, que abarca alrededor del 40% de los puestos de trabajo en dicha institución federal.

    Hoy queda claro que de esos actores políticos (hablamos de ministros y jueces), medios de comunicación y sus empleados, no podemos esperar que exista el apego a los hechos, sino que, por el contrario, parece una encomienda casi divina, que sea la mentira la que prolifere en sus espacios hasta convertirla en ley, no con la intención de apegarse a lo que está legalmente escrito, sino por el amor al dinero que reciben, ya sea del erario o de sus mecenas, y es por esa causa que tratan de convencer a la gente de las mentiras que emplean, lejos de informar con la verdad.

    Siempre alejados del pueblo, siempre alienados de las causas populares, en sus mansiones, con autos de lujo y vistiendo ropa de diseñador, parecen asqueados por los ciudadanos a los que dicen defender. ¿A qué le temen, por qué tienen tanta repulsión a la gente, por qué existe el constante deseo de separarse del pueblo, como si con ello tratarán de evitar acercarse, de ensuciarse o de parecerse a este?

  • Todo cambia. Nada cambia

    Todo cambia. Nada cambia

    Se cerró el ciclo del presidente López Obrador entre elogios de la mayoría de los mexicanos y la añoranza de decirle adiós a un grande entre los grandes luchadores sociales de nuestro país en toda su historia y con ello, se dio la bienvenida a un gobierno de total vanguardia. Por si el del originario de Tabasco no lo hubiera sido, estrenamos en el norte del continente americano, el comienzo de una administración de avanzada, bajo el liderazgo de la primera mujer presidentA, que además es de izquierda y que sigue de parte de los más pobres.

    Con el gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum, no solo continuarán los proyectos que se desarrollaron bajo el mandato del presidente Obrador, además se tendrán nuevas obras e infraestructura como nuevos trenes, se ampliarán y crearán otros programas de apoyo a la sociedad, en especial a los jóvenes y mujeres, se construirán nuevas universidades que alcancen a un mayor número de ciudadanos en etapa formativa, se desarrollarán tecnologías para la creación de medios de transporte sustentables como el primer auto eléctrico cien por ciento mexicano y se fomentará el comercio de artesanías, fabricadas por mujeres indígenas, entre muchas otras iniciativas. Todo cambia.

    Dado que ahora, quien se encuentra en el poder es una profesionista que ostenta como último grado académico un doctorado en ingeniería ambiental, que es investigadora en la UNAM, la mejor universidad del país, que habla de corrido, que no viene de origen rural ni de algún estado marginado de la república, que se puede comunicar en inglés, que da respuestas directas en sus mañaneras, las cuales duran apenas una hora y treinta minutos, que hasta camina derechita y que su color de piel es algunos tonos más claros que el del presidente López Obrador; ahora la oposición política mexicana, que tomó de pretexto todas las características antes mencionadas, para elaborar ataques cargados de racismo y clasismo contra el nacido en Macuspana, también detonó sus armas con ataques misóginos, dirigidos a la presidentA Claudia Sheinbaum y a algunas las mujeres notables que conforman el bloque del oficialismo.

    Las huestes mediocres del fascismo mexicano no han dejado duda de todo lo deleznables que pueden llegar a ser, al colocar en tendencia en redes sociales como X, antes Twitter, etiquetas con ataques directos a la mujer por ser mujer, algo que, por cierto, está castigado por dicha plataforma pero que ni siquiera llamó la atención de sus ejecutivos en México y que fue dirigido a aquellas que conforman la cuarta transformación. Pusieron en marcha dicha estrategia de golpeteo mediático, como si en ello, de repente, la suerte diera un vuelco para sonreírles y que, de alguna manera, los votantes del partido guinda, pudieran cambiar de decisión, para favorecerles a los otrora partidos poderosos.

    No conformes con eso, las mentiras han abarcado casi en su totalidad a los medios informativos de las cadenas de televisión privadas y sus filiales, tanto en radio como en periódicos. El mejor ejemplo de ello ha sido el seguimiento dado a la consecución de los efectos por la reforma al poder judicial; “que si van a correr a la base de la pirámide que lo conforman”, “que si la presidentA o el poder legislativo van a elegir a los ministros”, “que si vamos rumbo a una dictadura”; la misma cantaleta, con bríos reforzados pero, de los mismos guacamayos.

    ¿Es esta estrategia de la derecha, encaminada al desprestigio del rival político, mediante la calumnia y el engaño, lo suficientemente verosímil para convencer al electorado y a los poderes económicos de que la mejor opción de gobierno sigue siendo la de ellos, cuando en las últimas elecciones solo lograron evidenciar la crisis política en que se encuentran sumergidos al grado de casi desaparecer electoralmente? Por descabellado que parezca, para quienes les financian y crean sus campañas de odio, que solo demuestran cuán alejados están de la sociedad en general, es un rotundo sí.

    Aún después de dos grandes fracasos electorales, de una crisis que devino en la extinción del PRD, de los grandes escándalos de corrupción que supusieron el destape de la cloaca de la colaboración del gobierno federal con el narco y que le suponen ahora a Genaro García Luna una condena de más de 38 años de cárcel; aun a pesar de todo ello, existe quien cree que, la derecha fascista, clasista, misógina y racista y sus personajes, con sus trajes de diseñador, hechos a medida, con sus autos de lujo y relojes suizos, entre el cinismo y la soberbia, con sus nombres de quíntuple apellido que solo les sirve para farolear entre ellos y con estudios en Yale o Harvard que les adoctrina para sumergirse en una pensamiento netamente capitalista pero mortal y con su más terrorífica costumbre, la de embolsarse el dinero que corresponde al pueblo mexicano, aun con todo hay quien piensa que ellos son mejor opción. Ilusos, nada cambia.

    • Twitter: @Pablo_OcampoEsc

  • ¡GRACIAS, PRESIDENTE!

    ¡GRACIAS, PRESIDENTE!

    Han pasado casi seis años desde que, el entonces por tercera vez candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, se convertía en presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, después de atravesar un camino pedregoso, lleno de espinas y hasta empantanado representado por un fraude estatal y dos federales en su contra, cometidos por los entonces “partidos poderosos” en México y que, hoy en día, conforman la malnutrida y corrupta oposición. Para llegar hasta ese punto, el nacido en Tepetitán, Tabasco, tuvo que sortear no solo aquellos abusos de autoridad sino, también, como ha sido contado de su propia voz, enfrentó cara a cara, la pobreza transgeneracional en aquel estado sureño. Es así como comenzó el anhelo de justicia e igualdad, que se convertiría en el motor para buscar con obstinación y desde el poder, cambiar la realidad de millones de connacionales. El recorrer México, el conocer todos los municipios del país, proeza que pocos políticos han alcanzado por la ardua labor que representa, le permitió escuchar los testimonios de quienes fueron abandonados a su suerte. Olvidados.

    El lema “por el bien de todos, primero los pobres”, significó la diferencia entre seguir sufriendo una vida de carencias, de falta de oportunidades para el trabajo o el estudio y el infortunio de la muerte, de manera literal para quienes, sexenio tras sexenio, políticos llegaban a endulzarles el oído y verles la cara, mientras veían desaparecer recursos públicos destinados a cambiarles la suerte, para salir de esa pobreza infligida como un destino maldito. Por eso, los logros alcanzados durante este periodo de gobierno resultan tan inverosímiles antes quienes conservamos en la memoria la pesadilla que fue vivir bajo el yugo del gobierno de Salinas y, con mayor pena y todavía más mediocridad, los que le sucedieron.

    El elevar a rango constitucional los programas sociales como el apoyo a adultos mayores, jóvenes construyendo el futuro, así como las obras de infraestructura del calado del Tren Maya, el Tren Interoceánico, el Aeropuerto internacional Felipe Ángeles o la refinería de Dos Bocas, son algunos de los ejemplos más sobresalientes de este gobierno que se dedicó, a contrarreloj, a cambiar la tendencia que auguraba cada vez más y más miseria entre la población, sobre todo de la región sur, la que es tal vez, la más rica en recursos naturales de toda nuestra geografía. No por nada, en este sexenio se logró la hazaña de sacar de la pobreza a más de 9 millones de mexicanos, algo jamás pensado en otros tiempos, en donde en lugar de disminuir esa cifra, aumentaba.

    ¿Quedan retos por cumplir? ¡Claro! No se pueden juntar las millones de piezas de todos los grandes problemas de una nación, en solo 6 años. Aún es tarea pendiente mejorar el actual sistema de salud que en la mayoría de los casos deja mucho que desear, del cual los propios servidores públicos forman parte del entuerto, por su trato a la población; la inseguridad pública y la de los cárteles que la provocan o la falta de una fiscalía más ágil para resolver casos de gran corrupción antes de que los culpables de tales delitos, se marchen caminando o en sus autos de lujo, son algunos ejemplos pero, sin duda, en este periodo de gobierno se sentaron las bases para que la realidad de estos lastres que se iniciaron en otros sexenios y solo se aparentó que se atendían, dejen de ser un problema para el país. Después de tantos años, el discurso político del jefe del ejecutivo que se escuchó por años, dejó su acartonamiento y pasó de estar lleno de palabras huecas, a realidades concretas.

    Te atacaron, de todas las maneras posibles, te denostaron y ganas no les faltó de acabar contigo, pero siempre te rodeó el pueblo que votó por ti, que nunca perdió la esperanza de un cambio, a pesar de los Fox, Calderones o Peñas. A una semana de terminar tu mandato, presidente, te agredieron por tu convicción de combatir las injusticias contra el pueblo, desde la vitrina del poder judicial. En la oposición aplaudieron a tu agresor, lo tildaron de “héroe nacional”, pero con ese acto, perpetrador y aplaudidores del hecho, solo acreditaron su bajeza moral representada en una botella de agua, mientras tú incrementaste la tuya al recibir el apoyo de millones de ciudadanos, que son una absoluta mayoría, en comparación con los que alientan el odio a ti y a lo que representas. Ya parece que, después de todos tus años de lucha contra el antiguo sistema y sus deliberadas injusticias, de las vejaciones y los fraudes electorales, de la zozobra ante gobiernos represores golpistas, que desaparecían gente y vendían la patria para repartirse las ganancias entre unos cuántos, ibas a claudicar ante el golpe de una simple, mediocre y pequeña oposición, perdón, botella de agua.

    Se va un referente de la política mexicana que también es el de la incansable lucha por la justicia social y un ejemplo para las izquierdas de todo el mundo.

    Para los otros, para los que se ofuscan de tu triunfo, de tu gobierno, de tus proyectos, de tus logros, para aquellos quienes creen tener la verdad absoluta, para quienes creen que sus letras valen, porque se encumbraron bajo la falsa luz que otorgan las luces de los reflectores y el reflejo de las cámaras, para esos que creen que el pueblo es tonto, iletrado, malo, corrupto, jamás lograron comprender que una ofensa a ti, era ofenderlos a ellos y tampoco les importo y con eso, la oposición del escaparate, también dejó de importar.

    No te amilanaste, como hacían los gobiernos anteriores, frente a los poderes extranjeros, nos ayudaste a recobrar el sentido de identidad, porque ahora el mexicano es capaz de reconocer que no importa el gobierno que haya, este no lo define, sino que el ciudadano es quien lo elige y le exige y, además, porque lo definen sus raíces, su cultura, su trabajo, su mano de obra e inteligencia.

    El 1º de octubre será un día bizarro, uno donde habrá alegría y a la vez tristeza pues enmarcará, por una parte, el inicio de la continuidad de tu proyecto de nación, pero por otra, significará tu despedida pública y política, algo que, después de todos estos años de lucha, ni tus rivales políticos pensaron que llegaría.

    Estas palabras van dedicadas no solo para quienes pueden leerlas, sino, de manera principal, para los que el abandono institucional histórico de los gobiernos anteriores, los relegó casi a la aniquilación sistemática. A ellos, a sus descendientes, a los pueblos originarios, a los más pobres, a quienes su preocupación principal, radica en sobrevivir, a los que son mal vistos por una condición de pobreza que nunca pidieron y un tono de piel que los condenó al exilio en su propio país. Por ellos, por todos.

    Vivimos historia, la que eres, la que construiste y la que heredas a las futuras generaciones de mexicanos y luchadores sociales del mundo, pues convertiste a esta en pasado, presente y futuro de un México mejor, que hoy te dice: ¡Gracias, presidente!

    • Twitter: @Pablo_OcampoEsc