Inicia una nueva etapa en México, una donde se rompe la idea de que las mujeres no pueden asumir cargos relevantes en nuestro país.
Este 1 de octubre, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo asumió el liderazgo del Poder Ejecutivo de la Nación, ocupando el cargo más importante de México, de la mano del que ya es catalogado como uno de los mejores presidentes de nuestra historia.
Claudia llega al poder para continuar el camino que se inició desde 2018. No porque AMLO así lo haya indicado o porque no tenga la capacidad de innovar, sino porque en la izquierda mexicana no existen amos. Existe un colectivo que ha trabajado unido para devolver el poder al pueblo.
Es por ello que Claudia continuará con el proyecto de nación que millones de mexicanas y mexicanos han construido, pero lo hará a su manera. Esa será la distinción de su gestión: un enfoque propio que no renuncia a las raíces de este movimiento, pero que abre paso a una visión diferente, más inclusiva y plural.
Nuestra primera Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha insistido en varias ocasiones en que continuará con este proyecto, pero con una marcada perspectiva de género. No es que AMLO no haya abordado estos temas, pero su experiencia como hombre, y desde su lugar de privilegio, lo limitaba a comprender algunas de las realidades que las mujeres enfrentan día a día. Sheinbaum, con su enfoque, promete una agenda que visibiliza las luchas que aún permanecen.
Uno de los pilares fundamentales de su gobierno será el empoderamiento de las mujeres. Para Claudia, este no es un tema secundario, sino central. Combatir la violencia económica que sufren millones de mujeres es esencial para garantizar una verdadera igualdad. Por eso, sus propuestas se enfocan en crear oportunidades y apoyo económico, especialmente para mujeres mayores de 60 años, indígenas artesanas y para las madres que crían solas a sus hijos, buscando romper los ciclos de pobreza que afectan desproporcionadamente a las mujeres.
Asimismo, Sheinbaum ha puesto sobre la mesa una reforma electoral que promete reconfigurar la estructura del poder en México. En un intento por retomar el espíritu de la Revolución Mexicana, busca eliminar la posibilidad de reelección en el poder legislativo y en las alcaldías, así como prohibir que familiares directos sucedan a los funcionarios salientes. Esta medida busca impedir la perpetuación de dinastías políticas y garantizar una rotación auténtica de poder.
La llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia no solo marca un cambio en términos de género, sino también una profundización del proyecto de transformación. Es una oportunidad para que México dé un paso más hacia la justicia social, la igualdad y la representación. En sus manos está la responsabilidad de demostrar que el liderazgo femenino puede ser no solo igual, sino superior, en la medida en que rompe con las viejas estructuras patriarcales.
Su éxito no solo dependerá de la continuidad del proyecto de nación que ella hereda, sino de su capacidad para adaptarlo a las nuevas realidades del país, demostrando que un México gobernado por mujeres puede ser un México más justo y más equitativo para todas y todos.
Termina un sexenio histórico donde se alcanzaron logros impresionantes con el primer gobierno de izquierda presidencial en México en muchas décadas. Se nos va un gigante de la historia, Andrés Manuel López Obrador deja su camino y por más que les duela a los conservadores, no pudieron con él. De este hito hablaremos a continuación.
La guerra sucia
Desde los noventas -y quizás desde antes- a Andrés Manuel López Obrador lo atacaron los conservadores. Desde los intelectuales orgánicos, pasando por los grandes medios de comunicación y finalizando con los oligarcas que veían en el obradorismo un ataque artero a sus mezquinos intereses individualistas.
Por eso hicieron fraudes electorales al movimiento neocardenista y después obradorista en los noventas, continuaron con ellos en el siglo actual (2006 y 2012) buscando borrar de toda posibilidad al movimiento de izquierda mexicana.
No solo se robaron las elecciones, también hacían campaña mediática con noticias falsas en contra de AMLO y todo su movimiento, no existía ética periodística alguna, se debía mentir y destruir la figura de Andrés a como dé lugar.
De ahí que lo desaforaron en 2005 para meterlo a la cárcel y que no contendiera en 2006. Amlo salió avante de esa artimaña gracias al pueblo de México que lo respaldó y obligó al Estado a recular.
La historia
Aunque les funcionó por unos años esa estrategia, llegó el 2018 donde el pueblo de México con más de 30 millones de votos le dijo NO al neoliberalismo y le puso un alto, haciendo presidente a Andrés. Por fin llegaba la transformación a México.
La derecha conservadora no cambió su estrategia y continuó golpeando a AMLO día y noche a través de los medios masivos de comunicación y las redes sociales que les encantó mentir en todo momento.
Se volvió más encarnizada la lucha por la opinión pública. Pero llegó la mañanera y venció toda argucia de la derecha, fueron derrotados nuevamente por la transformación de las mayorías que ya tenían conciencia crítica más desarrollada, llegaba también la revolución de las conciencias.
Hasta siempre…
Ganamos, estamos contentas y contentos por que hacemos la historia y hemos tomado el rumbo de nuestro país hacia uno que vea por las grandes mayorías y combata la corrupción que generaba desigualdad social violenta.
Nuestro Andrés se va con la conciencia tranquila, sacamos juntos a casi 10 millones de personas de la pobreza, empoderamos a las personas más pobres con los programas sociales, defendimos la educación y la salud como derechos humanos y no como mercancías y un largo etcétera.
Termina el gobierno de nuestro Andrés con la llegada de la primera mujer presidenta en la historia de nuestro país, Claudia Sheinbaum. No podía ser de otra forma, debía ser con salida de este gigante histórico y con un gobierno de izquierda en una transformación, nuestra transformación.
Hoy puedo mirar a quien sea con la frente en alto y decir que me siento privilegiado por vivir y luchar junto a Andrés contra el neoliberalismo mexicano. Fue, es y será siempre un honor estar con Obrador. Gracias.
Hace una semana, intente alcanzar al presidente Andrés Manuel López Obrador en la inauguración del Museo Vivo del Muralismo, en la calle República de Argentina del Centro Histórico, para agradecerle por todo lo que había hecho por el pueblo mexicano y de paso, que me firmara mi libro de Gracias. Salí de mi casa en Uber confiado en que llegaría a tiempo y, sin embargo, había un terrible tráfico. Al estar cerca del lugar, bajé del auto en República de Cuba para correr hasta el lugar en la que estuve a punto de ser aplastado por un metrobús. Una vez que llegué, había terminado el evento, había elementos de la policía y el ejército en el lugar. Me encontré al caricaturista Rafael Pineda “Rapé”; a Paco Ignacio Taibo II, escritor y director del Fondo de Cultura Económica (FCE); a Ezra Alcázar, escritor, ensayista y asistente de Taibo, con quien tuve una breve charla. La policía no me permitió ingresar al edificio, por lo que insistí en buscar al mandatario alrededor del edificio, sólo para enterarme que ya se había ido, lo que me causó mucha tristeza y más al enterarme que era uno de sus últimos actos públicos en la ciudad.
Para cuando se publique esta última columna del sexenio, López Obrador se retirará del escenario político y público, para irse a su finca “La Chingada” en Palenque, Chiapas, para dedicarse a escribir sus libros. No podemos negar que López Obrador ha trascendido en la historia del México contemporáneo, porque llevó a cabo políticas sociales que sacaron de la pobreza a 9.5 millones de mexicanos de la pobreza, de acuerdo a información del Banco Mundial; combatió la desinformación de los medios masivos de comunicación, a través de sus conferencias matutinas; recorrió cada uno de los 2,473 municipios de la nación para dialogar, escuchando las necesidades y las demandas de los ciudadanos. Cuál sería la enseñanza final del tabasqueño a las y los mexicanos que luchamos a su lado para que él triunfara aquel primero de julio del 2018.
Después de dejar la presidencia en 1940, el general Lázaro Cárdenas recorre los pueblos, viaja por Europa y Asia y se entusiasma con la revolución cubana. La solidaridad y compromiso de Cárdenas con el triunfo de Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara ante las fuerzas de Fulgencio Batista, no le impidieron convertirse en una presencia de gran calado político que redundaría en su compleja relación con el gobierno de Adolfo López Mateos, que buscaba mantener cierto equilibrio ante la creciente radicalización de las fuerzas políticas. A ello agregaba el compromiso de Cárdenas con la defensa de los presos políticos por cuya liberación insistió en varias ocasiones en sus encuentros con el presidente, al que incluso propuso derogar el delito de la “disolución social”. En las páginas de la revista Política, Carlos Fuentes contestaba con la misma respuesta a los jóvenes y grupos campesinos que lo abordaban para preguntarles cómo enfrentar a los abusos de los de arriba “organícense”. “Formando unidades políticas capaces de oír y defender los intereses de los jóvenes, los campesinos, los obreros y todos los que sufren nuevas formas de explotación, mediante la organización de todas las fuerzas populares, no con fines puramente electorales, sino para apoyar un programa económico y social coherente, que responda a las aspiraciones de la juventud y señale soluciones prácticas para resolver problemas…No basta con estar en desacuerdo con el PRI: hay que ofrecer algo más”.
Así fue que López Obrador nos enseñó a organizarnos para formar un proyecto económico y social coherente, que responda a las aspiraciones de la sociedad. Nos enseñó a ser partidarios de un desarrollo económico independiente y soberano, sin ataduras, ni presiones de gobiernos extranjeros o corporaciones privadas que lo único que persiguen es el aumento de sus grandes fortunas, la apropiación de los recursos y seguir utilizando al Estado como instrumento al servicio de sus intereses. Sobre todo, a que no todo se reduce a procesos electorales, significa la participación real y constante de la población en las decisiones que conciernen. Por eso, es importante la creación de espacios de participación en los que sea la ciudadanía y no los “comentócratas” o “políticos profesionales”, quienes opinen, decidan y ejerzan recursos pensando en el bienestar de las mayorías.
Una leyenda es alguien que deja una impresión inolvidable en los demás, toca vidas, se le recuerda, se le aprecia. Convertirse en una leyenda significa que lo que haces tiene un gran impacto en las vidas de los demás.
Les platico que fue un honor estar de este lado de la historia, siempre tuve la certeza de que transformarías la vida y la realidad de millones, sobre todo de los que menos tienen, de los olvidados, de los invisibles y marginados por el neoliberalismo y la codicia de los políticos corruptos que mal gobernaron nuestro país.
Confié en ti, lloré de felicidad cuando logramos codo a codo por fin llevarte a la presidencia, brinqué loca de contento, disfruté mucho este andar junto a ti, el despertar de las conciencias, la 4ta transformación, tanto que se me fue el tiempo volando, se materializaron las promesas que nos hiciste un día, no nos fallaste, nosotros tampoco te fallamos, día a día luchamos contra los agoreros del mal, combatimos a los amarguetas, combatimos la desinformación, el clasismo y el racismo, mi querido presidente, gracias por darle una mejor vida a tantos mexicanos y mexicanas, hoy tengo sentimientos encontrados, estoy muy triste porque ya te vas, pero a la vez estoy alegre porque confiamos en tu relevo y en el porvenir.
Quédate tranquilo nosotros vamos a cuidar de tu legado, si, el pueblo sabio. No tengo palabras, tan solo me resta agradecerte por tanto que nos diste, por todo lo que hiciste, por lo que sacrificaste, tu legado para mi es “el despertar de las conciencias”, “la cuarta transformación”, “por el bien de todos, primero los pobres”, “el humanismo mexicano”.
Andrés Manuel López Obrador has escrito la historia y tu nombre en letras doradas, te recordaremos a pesar del paso del tiempo, estas en nuestros corazones, eres leyenda.
¡Ha sido y será siempre un Honor Estar con Obrador!
Gracias, Gracias, Gracias.
Gracias infinitas a mis compañeros y compañeras de Los Reporteros Mx por ser equipo en esta aventura, por estar unidos, gracias Mary Carmen, gracias Hans Salazar, les mando un abrazo fraterno.
Quienes combatan la inseguridad debe contar con un alto grado de legitimidad en la sociedad para ser efectivos, de tanto nivel que los delincuentes sepan que detrás de las armas y el uniforme hay un pueblo apoyando las batallas y dejen de infiltrarse en la sociedad para convertirla en su cómplice.
Así, se garantiza la seguridad de las personas con la certeza de que las personas apoyan a quienes los protegen. Si en algún momento las fuerzas armadas fueron enemigos del pueblo, de los estudiantes, de los jóvenes, de los maestros, del pueblo, es hora de convencerlos que somos el escudo que consolida su fuerza en la guerra contra la delincuencia.
Es verdad que los militares se ganaron su lugar en el desprecio de los mexicanos, principalmente en los años 60 y 70. De Díaz Ordaz a Peña Nieto los militares obedecieron órdenes equivocadas de comandantes supremos equivocados y espurios. El error no es de quien obedece sino de quien ordena.
Las dictaduras militares de América Latina contribuyeron de manera importante, en el desprestigio de los uniformados, la represión, tortura, desaparición como medidas de orden en esta parte del continente alejaron a los militares de la población.
Quienes fueron utilizados para combatir al pueblo en México tuvieron tiempo para rectificar su propia historia. Ahora, los herederos de esos represores quieren impedir el olvido y la reestructuración que realizan todas las fuerzas armadas en el mundo. Para los conservadores mexicanos las luchas del pasado son presentes y las actitudes de la historia deben ser inamovibles para poder entenderlas. No entienden la permanente evolución lógica de las sociedades de nuestro país y el mundo.
Esos mismos conservadores que impulsaban y justificaban la represión ahora exigen que los militares reduzcan sus atribuciones frente a la violencia y sea la violencia la que impere para magnificar un problema que desde el inicio del sexenio se ha inflado mediáticamente como parte del nado sincronizado que mostraba un enemigo común desde trincheras diferentes.
Definitivamente no es el mismo Ejército bajo el mando de Calderón que bajo el mando de Claudia Sheinbaum. La cantidad de votos, la legitimidad, la inteligencia, la ideología, la trayectoria, los estudios, la visión de país, etc. Los muestra en puntos antagónicos de la historia. Así también las estrategias de los militares.
La necesidad de los conservadores por mantener todo estancado para así poder entender la realidad y situarse en el presente tiene una constante que en este sentido les da elementos válidos para el debate y que tiene que ver que México padece como vecino al consumidor de drogas más grande del mundo. Esta condición no ha cambiado en más de un siglo e impone violencia en México obligadamente.
La inseguridad para los conservadores es un cheque en blanco, lo mismo la usan para desgastar a un gobierno, que para comprar y vender armas con el pretexto de las batallas por la tranquilidad social. La inseguridad ha sido parte reiterada y esencial del discurso de la oposición, la exageran o la reducen según sus necesidades políticas. Saben que, al incorporarse a la Guardia Nacional, su utilización política se reducirá considerablemente.
Es decir, la intensidad de la inseguridad nada tiene que ver con los niveles de guerra que tratan de someterla. Los factores políticos de la inseguridad se reducirán considerablemente y podrá medirse con mayor precisión y atacarse con eficiencia.
La derecha retoma la mala reputación del pasado de los militares y las expresiones de violencia a causa del narcotráfico. Por mucho que se eleve el consumo de drogas en México nunca será igual o similar al que existe en Estados Unidos. La violencia es a causa de la droga sus rutas, precios, clientes, socios, etc.
El panorama que combina mala fama de los militares y marinos y la violencia, sin patrimonio de la derecha. Su complicidad que mantuvo por tres sexenios Genaro García Luna, y personajes anteriores, incluyendo generales y presidentes de la República, requieren libre juego para el crimen organizado como el que se desarrolla desde hace años en Guanajuato.
La llegada de la Guardia Nacional a la Sedena complica la complicidad de la derecha con el narcotráfico, sobre todo en una fusión realizada por la izquierda en el gobierno. En remembranza de los golpes militares que reprimieron al pueblo escogen la palabra militarización que tiene que ver con el control del Ejército de la política y en su nombre rescatan en el discurso y el debate hechos que nada tienen que ver con el Ejército ni con la seguridad, como fue el caso de introducir, con calzador, la matanza de Tlatelolco del 2 de octubre en el debate del Senado como una continuidad de la opresión.
Militarización es un proceso de represión y control sobre la sociedad y la política. La presencia de militares en las calles y caminos es la consolidación de un nuevo pacto nacional, incluso fraternal, entre uniformados y mexicanos.
En todo caso se policializa el Ejército pero no se militariza la policía. En los congresos locales ya se aprobó y nada hay que hacer más que vigilar que el objetivo de erradicar la inseguridad se cumpla. El manejo mediático de los términos que sólo surgió al discurso de la oposición para desgastar.
Un gobierno que pusiera en su discurso y en los hechos primero a la población más pobre y menos atendida, no solo se antojaba lejano. Impensable. En un contexto donde el PRI y el PAN por orden de aparición, habían actuado en su tiempo de gobernar como obedientes lacayos del Fondo Monetario Internacional y por ende de los países más poderosos del orbe.
Nuestro presidente puso un límite firme como nunca en la historia, sin cerrar la cooperación internacional, sin cerrar los mercados, solo con un sesgo: el pueblo va primero. Y además sin sacrificar ni uno solo de los programas sociales.
Fue el sexenio en el que subió el salario mínimo como nunca en la historia, y el peso mexicano se mantuvo estable. Se construyeron importantes obras de infraestructura terrestre y área, y la gasolina también estuvo en un margen que nunca se excedió. Y todo esto se logró de manera pacífica.
Se demostró lo impensable: sí se puede gobernar con políticas públicas a favor de los que menos tienen, sin llevar al país a una guerra. Sin duda está forma de gobernar de AMLO ha sido una obra de arte. De un gran orfebre. Casi andar entre cáscaras de huevo. Con una oposición rabiosa que no se cansó de denostar todo lo realizado. A base de mentiras y más mentiras y de una política como siempre entreguista y agachona con el poder internacional.
Nuestro querido presidente nos devolvió la dignidad. Y nos recordó que hace ya 2 siglos México es una nación independiente. Que dejó de rendirle tributo a la corona española y a sus descendientes otrora dueños de bancos y de empresas en nuestro país (bienvenida la inversión, con respeto) Dejó muy claro que nosotros: somos antes que todo mexicanos, y que la política internacional se hace con la cabeza en alto.
Habló como nunca antes en la historia de nuestra nación del racismo y del clasismo con que tratamos a nuestra población indígena de las que todos somos descendientes también. Del respeto que merecen nuestros pueblos originarios. Gobernó con un profundo amor hacia el pueblo de México, y claro que sí. Amor con amor se paga, nuestro presidente deja una huella positiva enorme en nuestros corazones, y nuestro agradecimiento.
Le tocó una fuerte pandemia, y nos mantuvo informados y cuidados. Nos vacunó a todos sin distinción de clases sociales.
Falta mucho por hacer sin duda, han sido años de estar gobernados por gente que debió ser impresentable. Y que se alió prácticamente en todas las ocasiones con el crimen organizado, y se convirtieron en gánsters de cuello blanco. Nuestro presidente gobernó con el peso de aquellos expresidentes que refugiados en el extranjero; seguían queriendo manejar el país, furiosos por perder sus canonjías entre ellas sus pensiones millonarias. Digo el peso porque se encargaron de orquestar una campaña sucia y ruin con todos los corruptos medios privados de televisión y radio: también muy enojados porque se les exigió que ya, era justo que pagaran impuestos (pues siempre coludidos y compinches con el gobernante en turno, no pagaban nada).
Lo que se logró fue impensable, decirle a las cosas por su nombre en la política, y no desde lo oscurito, ni en sobre mesas, o en charlas de café, sino desde la tribuna de AMLO. En sus famosas mañaneras, hablar con el pueblo de tú, informarlo con respeto sobre todo lo realizado en su gobierno.
Quizá no se comprendieron en un principio, así como su estilo único y sus bromas. Por eso “me cansó ganso” que las extrañáremos.
Y su última gran aportación de este gran presidente, al que se crítico de falta de sensibilidad feminista, quizá por algunos comentarios fuera de contexto o en su momento desafortunados. Es proponer a una candidata mujer para continuar de alguna manera su legado. Claudia Sheinbaum, votada con una amplia mayoría y quién se encuentra a punto de asumir el poder. Con eso nos calló la boca a los que dudábamos de su talante feminista. Sin duda un gran presidente que con el paso del tiempo será todavía más valorado. Como reza el refrán. “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”.
El político más importante en la vida contemporánea de México y el más querido, se retira dejando no solo un legado al pueblo (del cual hablé en mi anterior columna), sino que además un modelo a seguir para la esfera política, siendo una de las enseñanzas, el retirarse a tiempo, el soltar el poder.
Haciendo un escaneo de los gobiernos de izquierda de Latinoamérica, algunos han repetido el mismo error, la reelección. Fidel en Cuba, Lula en Brasil, Evo en Bolivia, Maduro en Venezuela, por mencionar algunos de los más sonados; y aunque cada país tiene sus particularidades, esta decisión afecta más de lo que se ve a simple vista. Crea estructuras de poder inamovibles que no permiten la renovación de liderazgos, genera un estancamiento de los movimientos progresistas y desincentiva la participación ciudadana.
El obradorismo, al igual que el maderismo se ha convertido en símbolo del “sufragio efectivo, no reelección”, y esto coloca una vez más a AMLO como un gran líder de la izquierda en toda nuestra América. Así como México proviene de metztli: luna y xictli: ombligo; es decir, “en el ombligo de la luna”, Andrés Manuel López Obrador ha convertido a nuestro país en el centro de la política como un ejemplo a seguir respecto nuestros países hermanos.
Analistas, politólogos e incluso periodistas han venido a México para aprender sobre el proceso que se esta llevando acabo en nuestro país y poder llevar está transformación a sus países desde sus trincheras. Puedo dar fe de ello.
Así pues, López Obrador soltó el poder y con ello añadió al obradorismo, a toda esa nueva cultura política, una izquierda democrática siempre a favor de la voluntad popular. Con estos principios, este movimiento lejos de marchitar, está vivo de esperanza y la muestra esta en que el Presidente se retira con un 77% de aprobación y la Presidenta Claudia Sheinbaum logra superar los votos obtenidos por el propio López Obrador en 2018.
En consecuencia, este martes 1 de octubre, día en que se pública este artículo, toma protesta la primera PresidentA de nuestro país, cuyo gobierno estaré analizando en mis próximas columnas.
Cierro esta columna con las siguientes palabras: Entre la gente continua y continuará el quebrantante suspiro que no es capaz de cesar, pues se va aquel líder social que al cual no solo vieron luchar sino que acompañaron en el combate.
“El enojo de los intelectuales contra la Cuarta Transformación es por el dinero que dejaron de recibir del Gobierno; aunque están vigentes las becas a sus allegados -porque no hay propósito de quitarles nada-, ya no son mandones ni tienen las influencias de antes y sobre todo, ya no tienen el erario federal a su disposición.
“… en lo personal, deseo concluir mi mandato a finales de septiembre del 2024 para retirarme en definitiva del ejercicio de la política y vivir en Palenque el resto de mi vida con salud y alegría, quedándome con el recuerdo y con la sublime satisfacción de haber servido al extraordinario pueblo de México y a nuestra gran Nación.”
A LA MITAD DEL CAMINO Andrés Manuel López Obrador Editorial Planeta Páginas 248 y 319
…” vamos a procurar que puntualmente a las siete de la mañana podamos hablar con ustedes, informarles para que a través de ustedes los mexicanos tengan información de lo que acontece en nuestro país. Se va a garantizar el derecho a la información”
Primera Conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador Palacio Nacional 3 de diciembre del 2018
…” Ustedes me van a juzgar, pero no olviden que todavía falta que a ustedes y a mí nos juzgue la historia. ¡Viva la dignidad! ¡Viva México!” Discurso por el Juicio de Desafuero del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador Palacio Legislativo de San Lázaro 7 de abril del 2005
Parece lejano aquel 3 de diciembre del 2018. Iniciaba un nuevo periodo para el México contemporáneo. Iniciaba el nuevo periodo presidencial del Lópezobradorismo, lo que no era nuevo; era, es y fue su estilo que muchos, principalmente los capitalinos, los que le conocimos cuando estuvo como Jefe de Gobierno allá por el año 2000 y hasta el 2005, cuando atentaron contra sus derechos políticos con el desafuero, también le brindó a la ciudadanía su derecho a la información.
Esta vez, ése 3 de diciembre, dieciocho años después de haber iniciado su periodo en la Jefatura de Gobierno, llegó al Salón Tesorería de Palacio Nacional con su equipo de seguridad, el Secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval, el Secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán (aguataron todo el sexenio), la Secretaria de Gobernación de ese entonces, Olga Sánchez Cordero, Alfonso Durazo que era el Secretario de Seguridad Ciudadana y el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, todos ellos, de pie y atentos, le acompañaron en esa primera conferencia matutina, ahora conocida mundialmente como “la mañanera”. Venían de su “reunión de seguridad” con ese equipo, como le llamó a esas reuniones que tuvo todos, todos los días.
Fueron, de acuerdo a Los Periodistas Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela, 1,447 conferencias, de acuerdo al Noticiero en Redes 1,463 y de acuerdo al conteo en su plataforma, la del Presidente Andrés Manuel López Obrador fueron 1,448 conferencias; aquí el número es menor, quizá porque, recordemos que durante las campañas de las elecciones, el INE, el órgano electoral que se encargó de las recientes elecciones y donde ganó la ahora Presidenta Constitucional, la Dra. Claudia Sheinbaum, ordenó, sí, el INE le ordenó a Presidencia y por consiguiente al Presidente, que bajara varias conferencias pues “afectarían” por X o Y razón el curso de las elecciones: algo inédito e insólito que desde un órgano independiente le limitaran al Presidente de la República ciertos temas y le coartarán su derecho a la réplica. También, la Suprema Corte de La Nación, que no de Justicia, brindó varios amparos a diversas personas del ámbito político (como la excandidata de la oposición) para que no se mencionarán sus nombres en la conferencia, por consiguiente afectando esa conferencia con la indicación que fuera bajada de todas las plataformas, así la dictadura que gritaban y al mismo tiempo le prohibían al mismísimo presidente abstenerse de hablar de ciertos personajes.
“Se va a garantizar el derecho a la información, no vamos a tratar sólo temas de seguridad, vamos a tratar todos los asuntos que tienen que ver con la buena marcha de la cosa pública de la República” dijo el presidente en su primera aparición en esa comparecencia y cumplió, nunca dejó sin contestar alguna pregunta, por incómoda que fuera, eso sí, cada día ejerció su derecho a la réplica ante la andanada de basura y de mentiras que se dijeron desde muchos años antes, pero que en su periodo presidencial se incrementaron de manera increíble, voraz y cada vez más con mentiras más absurdas e infames.
Siempre estuvo de pie, sólo lo vimos sentarse cuando llegó el personal médico para aplicarle las vacunas, 3, sólo 3 ocasiones que debió sentarse y generar la confianza en el pueblo para aceptar ponerse las vacunas en la terrible etapa del covid y, a raíz de haber adquirido o haberse contagiado de la enfermedad en dos ocasiones, se tuvo que ausentar y ser cubierto, primero por la entonces Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero que asistió a la conferencia a contestar también cualquier clase de preguntas y después, con el siguiente contagio, ser cubierto por el siguiente Secretario de Gobernación, el ahora Senador Adán Augusto López Hernández y también, contestando directo y de frente cualquier cuestión, viniera de donde viniera.
Sobre este hecho, recordamos que la prensa envilecida corrió el rumor, sin tomar en cuenta las consecuencias de poder desestabilizar al país, cuando, en los famosos nados sincronizados, se esparció el rumor del fallecimiento del Presidente de México; tuvo que salir el propio presidente a dar un mensaje a la nación para frenar el río de miserias en los noticiarios de los medios de desinformación y calmar a la población que estaba expectante ante cualquier noticia.
Los medios corporativos no lograron ni lograrán ver la trascendencia de este ejercicio periodístico, aunque ellos le llamen propaganda, su obtusa mente nunca los dejó vislumbrar un poco de lo mucho que trascendió a nivel mundial la conferencia con la que iniciaba cada día y con la información y el diálogo circular que marcaba el paso en materia informativa. No tomaron ni en cuenta cuando el canal del Presidente López Obrador salió en el Top 10 de los streamers en español ocupando el sexto lugar. Algo verdaderamente increíble.
Más bien, se fijaron (ahí su interés) en sus zapatos, que si traía la agujeta suelta, que si llevaba los zapatos sucios o que si ya estaban acabados o desgastados, en fin, estaban acostumbrados a tener presidentes bien vestiditos, bien chulitos con sus trajecitos bien planchaditos, unas “monadas” pues, como maniquíes y como maniquíes eran, vacíos, huecos y sin esencia. Una de las últimas, con el nado sincronizado que sacaron donde estuvieron malinformando que el reloj que portaba el presidente todas las mañanas, de acuerdo a sus consultas, tenía un costo arriba de los 120 mil pesos… decían y malinformaban; lo aclaró, costó como 3 mil pesos y fue un regalo, un regalo que el último día también rifó (una rifa más como la del avión que compró Felipe Calderón unos días antes de terminar su sexenio) ahí mismo, en el salón Tesorería y entregó en propia mano al ganador.
Un momento de gran claridad fue cuando, ante la insistencia de los medios corporativos transmitiendo mentiras y manipulando la información sobre el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, realizó una llamada directa y sin escalas al Director del AIFA, al General Isidro Pastor, así, en vivo, directito y sin escalas para aclarar cualquier mentira que estaban sembrando en las audiencias.
Otro momento cumbre en las conferencias, cuando platicó, al borde del llanto y con sus ojos al borde de las lágrimas, cómo fueron perseguidos y asediados sus hijos cuando eran chicos y, en una ocasión, fue tanto el asedio hasta con helicópteros rondando y sobrevolando por arriba de su casa que tuvieron que ir por ellos para esconderlos y, por ese mismo asedio, no se los dejaban ni inscribir a la escuela por ser el opositor a los gobiernos oficialistas; y en ese entonces como ahora, fueron nuevamente asediados hasta con drones invadiendo su intimidad, queriendo comparar la casa gris que rentaba uno de sus hijos con la casa blanca de la “gaviota”.
Llegaron periodistas de diversos países a cuestionar la política, sobre todo la de seguridad queriendo manipular los datos, fueron insistentes, algunas veces agresivos y otras veces hasta testarudos los cuestionamientos, contestando el presidente y mostrando datos, les decía: “yo tengo otros datos” y con datos duros les mostraba datos fehacientes a los diversos periodistas que llegaron de Inglaterra, España, Chile, Colombia, Argentina, Canadá, Estados Unidos, Perú, Bolivia.
No viajó mucho, no salió, comentó que se perdían muchas horas viajando, no le gustaba estar horas y horas sentado en el traslado por avión a otros países, prefería usar ese tiempo atendiendo mil cosas en el interior del país y viajar a ras de suelo para conocer directamente la problemática.
Disfrutó las conferencias, fue un pez en el agua, un nato comunicador, hubo de todo, en sus1448 conferencias, invitados, gatitos, un ciudadano que burló la vigilancia y logró colarse hasta donde estaba él, mariachis, cantantes, Eugenia León, la visita de su esposa, son innumerables las anécdotas, los momentos inolvidables y que han quedado registradas.
Y llegó la última conferencia, la cerró con datos, muchos datos, fue una rendición de cuentas con gráficas y estadísticas, con datos de organismos externos para no darle espacio a la oposición a que haga algún tipo de manipuleo, que mueva la información para dárselas alterada a sus audiencias.
Pensaron, los medios chayoteros que tenían la patria potestad sobre la verdad, lo único que tuvieron, durante todo el sexenio y durante los más de 50 años que estuvieron contra el presidente, fueron mentiras, mentiras y odio hacia él.
Él se va y no dudo ni tantito que querrán ir tras él. Aún ahora que ha terminado su mandato, seguirán con su odio y querrán agarrarlo. Lo malo para ellos, lo siguieron tanto, lo asediaron y lo vigilaron tanto que ahora que terminó se va sin ninguna prueba para enjuiciarlo y los medios que sembraron tanto odio, poco a poco van quedando descubiertos en sus miserias y poco a poco se les va regresando.
Cómo vivieron nuestros antepasados el final del gobierno de los otros gigantes, del presidente Benito Juárez, del General Lázaro Cárdenas no tengo ni idea. Lo que sí, es lo que hemos vivido millones de mexicanos a lo largo de este sexenio y ahora teniendo que despedir al presidente que por muchos años tuvo el respaldo del pueblo y en cada convocatoria a reunirnos para respaldarlo siempre escuchó; ¡No estás sólo! ¡Andrés aguanta, el pueblo se levanta! ¡Sí se pudo! ¡Presidente! ¡Es un honor estar con Obrador! ¡Sí cumpliste! ¡No te vayas! Y para mí, ¡Es un honor, tenerle tanto amor!
No hay fecha que no se cumpla ni plazo que no se venza, el Presidente termina y deja el “Tengan para que aprendan”.
Disgregando
1
Los súbditos del Rey Felipe VI de España, como Adela Micha y Enrique Krausse (ya sabemos que es un “nuevo” ciudadano español que le juró lealtad a la corona española desde el 2015) ahora con su ciudadanía española, andan más enojados que los verdaderos súbditos nativos.
No han entendido que México YA es un país independiente, libre y SOBERANO… desde 1821, aunque claro, sentían que aún éramos súbditos y vasallos de la corona española y ¡cómo no! Si allá, en la madre patria… de ellos, de los expresidentes como Calderón, Salinas de Gortari y Peña Nieto están rindiéndoles pleitesía y pues pensaban que todo el pueblo estaría así, rendidos a sus pies…y ¡pues no!
2
Tanto fregaron con “vamos a ser Venezuela”, sí esa frase que Claudio X González, el líder moral de la oposición estuvo trayendo por años, años enteros desde hace más de dos sexenios, hace más de veinte años; quisieron que permeara en el colectivo ese pensamiento, primero degradando y violentando la hermandad entre los pueblos y luego repitiéndola como un dogma de fe. Ahí andaban gritando llenos de miedo, de coraje, de terror y de pavor, queriendo que la gente se quedará con esa frase y ese temor. Tanto para que al último, en una reunión después de la derrota estrepitosa de la oposición, finalmente aceptó, sí, el señor X aceptó que con Andrés Manuel López Obrador, ahora presidente, México nunca sería como Venezuela ni seríamos Venezuela o Cuba o Bolivia. Lo dijo él, lo gritó, lo ladró por muchos años con fuerza y vehemencia pero ahora, cómo quitarles a los seguidores de la oposición ese lema con el que tanto espantaron a los incautos que siguen informándose con esos medios miserables que se sirvieron de las mentiras para continuar malinformando. Cómo cambiarles ese chip que, a fuerza de tanto repetirlo, ellos mismos se la creyeron.
3
Felipe Calderón hizo lo correspondiente con el Poder Judicial, sí, con la Suprema Corte de la Nación, que no de Justicia, a la que le “pidió” cubrir y encubrir a los familiares (a la prima) de su esposa Margarita Zavala Gómez del Campo (exprimera dama) para que nadie de los de arriba, de los directivos de la guardería pisara la cárcel por el lamentable hecho de hace 15 años, en un 5 de junio de 2009 cuando se incendió la Guardería ABC y tuvo 49 niños calcinados y más de 100 familiares con secuelas.
Ahora, el Presidente López Obrador firmó y emitió, a unas horas de terminar su sexenio, un Decreto de Pensión Vitalicia para familiares afectados y víctimas del terrible incendio que dejó secuelas imborrables.
Qué diferencia de los expresidentes cuando terminaban sus sexenios, uno (Fox), con su Secretario de Gobernación (Santiago Creel) que firmó, a unas horas de terminar el sexenio, permisos para abrir más de 340 casinos de los cuales 143 fueron para él, para Santiago Creel. De Luis Echeverría a Zedillo se dieron permisos para 229, con Fox, los mencionados 340, con Calderón 145 y con Peña Nieto 123, en total, más de 800 permisos de casinos.
Las diferencias existen… y como siempre lo dijo el Presidente López Obrador: “no somos iguales”.
4
Pues no, no va a venir ningún rey, ni el Rey Julien de Madagascar ni el Rey de Bastos, ni el Rey de Oros, ni el de Espadas y mucho menos el de Copas, ése, el de las copas anda por allá, en España; ni el rey Carlos V que tiene sabor a chocolate, ni el que sigue siendo el rey como decía José Alfredo Jiménez. Ningún rey que quiera que alguien se le arrodille de este lado del océano.
A Marco, mi amor, mi gran amor, esposo y gran compañero que me acompaña, me acompañó y me apoyó en esta locura. Me enseñó esa hermosa palabra: Diletante, y esa quedó. Gracias cielo por todo tu apoyo y por ser mi refugio cuando desfallezco y me haces reír cuando sabes que lo necesito.
Han pasado casi seis años desde que, el entonces por tercera vez candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, se convertía en presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, después de atravesar un camino pedregoso, lleno de espinas y hasta empantanado representado por un fraude estatal y dos federales en su contra, cometidos por los entonces “partidos poderosos” en México y que, hoy en día, conforman la malnutrida y corrupta oposición. Para llegar hasta ese punto, el nacido en Tepetitán, Tabasco, tuvo que sortear no solo aquellos abusos de autoridad sino, también, como ha sido contado de su propia voz, enfrentó cara a cara, la pobreza transgeneracional en aquel estado sureño. Es así como comenzó el anhelo de justicia e igualdad, que se convertiría en el motor para buscar con obstinación y desde el poder, cambiar la realidad de millones de connacionales. El recorrer México, el conocer todos los municipios del país, proeza que pocos políticos han alcanzado por la ardua labor que representa, le permitió escuchar los testimonios de quienes fueron abandonados a su suerte. Olvidados.
El lema “por el bien de todos, primero los pobres”, significó la diferencia entre seguir sufriendo una vida de carencias, de falta de oportunidades para el trabajo o el estudio y el infortunio de la muerte, de manera literal para quienes, sexenio tras sexenio, políticos llegaban a endulzarles el oído y verles la cara, mientras veían desaparecer recursos públicos destinados a cambiarles la suerte, para salir de esa pobreza infligida como un destino maldito. Por eso, los logros alcanzados durante este periodo de gobierno resultan tan inverosímiles antes quienes conservamos en la memoria la pesadilla que fue vivir bajo el yugo del gobierno de Salinas y, con mayor pena y todavía más mediocridad, los que le sucedieron.
El elevar a rango constitucional los programas sociales como el apoyo a adultos mayores, jóvenes construyendo el futuro, así como las obras de infraestructura del calado del Tren Maya, el Tren Interoceánico, el Aeropuerto internacional Felipe Ángeles o la refinería de Dos Bocas, son algunos de los ejemplos más sobresalientes de este gobierno que se dedicó, a contrarreloj, a cambiar la tendencia que auguraba cada vez más y más miseria entre la población, sobre todo de la región sur, la que es tal vez, la más rica en recursos naturales de toda nuestra geografía. No por nada, en este sexenio se logró la hazaña de sacar de la pobreza a más de 9 millones de mexicanos, algo jamás pensado en otros tiempos, en donde en lugar de disminuir esa cifra, aumentaba.
¿Quedan retos por cumplir? ¡Claro! No se pueden juntar las millones de piezas de todos los grandes problemas de una nación, en solo 6 años. Aún es tarea pendiente mejorar el actual sistema de salud que en la mayoría de los casos deja mucho que desear, del cual los propios servidores públicos forman parte del entuerto, por su trato a la población; la inseguridad pública y la de los cárteles que la provocan o la falta de una fiscalía más ágil para resolver casos de gran corrupción antes de que los culpables de tales delitos, se marchen caminando o en sus autos de lujo, son algunos ejemplos pero, sin duda, en este periodo de gobierno se sentaron las bases para que la realidad de estos lastres que se iniciaron en otros sexenios y solo se aparentó que se atendían, dejen de ser un problema para el país. Después de tantos años, el discurso político del jefe del ejecutivo que se escuchó por años, dejó su acartonamiento y pasó de estar lleno de palabras huecas, a realidades concretas.
Te atacaron, de todas las maneras posibles, te denostaron y ganas no les faltó de acabar contigo, pero siempre te rodeó el pueblo que votó por ti, que nunca perdió la esperanza de un cambio, a pesar de los Fox, Calderones o Peñas. A una semana de terminar tu mandato, presidente, te agredieron por tu convicción de combatir las injusticias contra el pueblo, desde la vitrina del poder judicial. En la oposición aplaudieron a tu agresor, lo tildaron de “héroe nacional”, pero con ese acto, perpetrador y aplaudidores del hecho, solo acreditaron su bajeza moral representada en una botella de agua, mientras tú incrementaste la tuya al recibir el apoyo de millones de ciudadanos, que son una absoluta mayoría, en comparación con los que alientan el odio a ti y a lo que representas. Ya parece que, después de todos tus años de lucha contra el antiguo sistema y sus deliberadas injusticias, de las vejaciones y los fraudes electorales, de la zozobra ante gobiernos represores golpistas, que desaparecían gente y vendían la patria para repartirse las ganancias entre unos cuántos, ibas a claudicar ante el golpe de una simple, mediocre y pequeña oposición, perdón, botella de agua.
Se va un referente de la política mexicana que también es el de la incansable lucha por la justicia social y un ejemplo para las izquierdas de todo el mundo.
Para los otros, para los que se ofuscan de tu triunfo, de tu gobierno, de tus proyectos, de tus logros, para aquellos quienes creen tener la verdad absoluta, para quienes creen que sus letras valen, porque se encumbraron bajo la falsa luz que otorgan las luces de los reflectores y el reflejo de las cámaras, para esos que creen que el pueblo es tonto, iletrado, malo, corrupto, jamás lograron comprender que una ofensa a ti, era ofenderlos a ellos y tampoco les importo y con eso, la oposición del escaparate, también dejó de importar.
No te amilanaste, como hacían los gobiernos anteriores, frente a los poderes extranjeros, nos ayudaste a recobrar el sentido de identidad, porque ahora el mexicano es capaz de reconocer que no importa el gobierno que haya, este no lo define, sino que el ciudadano es quien lo elige y le exige y, además, porque lo definen sus raíces, su cultura, su trabajo, su mano de obra e inteligencia.
El 1º de octubre será un día bizarro, uno donde habrá alegría y a la vez tristeza pues enmarcará, por una parte, el inicio de la continuidad de tu proyecto de nación, pero por otra, significará tu despedida pública y política, algo que, después de todos estos años de lucha, ni tus rivales políticos pensaron que llegaría.
Estas palabras van dedicadas no solo para quienes pueden leerlas, sino, de manera principal, para los que el abandono institucional histórico de los gobiernos anteriores, los relegó casi a la aniquilación sistemática. A ellos, a sus descendientes, a los pueblos originarios, a los más pobres, a quienes su preocupación principal, radica en sobrevivir, a los que son mal vistos por una condición de pobreza que nunca pidieron y un tono de piel que los condenó al exilio en su propio país. Por ellos, por todos.
Vivimos historia, la que eres, la que construiste y la que heredas a las futuras generaciones de mexicanos y luchadores sociales del mundo, pues convertiste a esta en pasado, presente y futuro de un México mejor, que hoy te dice: ¡Gracias, presidente!
Corría el año de 2004, entonces yo tenía 16 años, llevaba un año de haber ingresado al CCH-Oriente, era todo un logro en ese tiempo pasar el examen y quedar en la primera opción de estudios que registré.
Al enterarme de la injusticia que buscaba concretar Vicente Fox contra ti nuestro Jefe de Gobierno en aquella época, después de meditarlo un poco, decidí pedir un micrófono en uno de los colectivos del Colegio de Ciencias y Humanidades Oriente. Los jóvenes encargados, me cuestionaron ¿para que lo usaría? y entonces dije: “Quiero hablar del desafuero en la explanada”. Esa fue la primera vez que tomé un micrófono ante una asamblea pública, así inicié mi activismo político. Entre movilizaciones, asambleas, visitas al zócalo y al “parquecito” de Copilco muy cerca de tú domicilio a donde acudíamos a escucharte.
Desde entonces, camino con mis compañeras y compañeros casa por casa, visitamos vecinos en nuestra Alcaldía Iztapalapa, en la Ciudad, como en muchos otros estados de la República difundiendo el Proyecto de Nación. En 2006 durante la campaña, contra el fraude electoral; en los campamentos, sobre Reforma culturales, creativos e informativos; en la Convención Nacional Democrática, donde en votación a mano alzada determinamos que fueras Presidente Legítimo de México; en la elección del 2012 y contra el fraude electoral de entonces; en la constitución de nuestro partido político morena; en 2018, cuando triunfó el movimiento con el esfuerzo de cientos de miles y tú liderazgo. Decidimos no dejar de luchar por la esperanza y la transformación.
Ese día que ganamos, fuimos los más felices y preocupados, porque teníamos miedo a que nos robaran los votos o que se quisieran llevar las urnas, confieso que no fui al zócalo al gran festejo, con un grupo de compañeros, vecinos y amigos decidimos quedarnos a resguardar las casillas a toda costa, no pasó a mayores, los votos llegaron a su destino e iniciaba una nueva época en nuestro país.
Hoy, desde entonces, aún sigo caminando las calles, casa por casa, seguimos conformando comités y organizándonos con los vecinos y compañeros en la ciudad. Ahora ya tengo 36 años. Veinte años de formar parte de nuestro movimiento y de empujar la revolución de las conciencias, mi juventud la dediqué a construir. Ahora, ya no tan joven a consolidar la transformación que empujamos desde entonces contigo.
Me siento orgullo de haber caminado a tú lado, sirvan estas líneas para recordar aquellos días en que me tocó acompañarte a la Mixteca Oaxaqueña, en las comunidades más pobres de Oaxaca. Todos los días salíamos “tempranito” y regresábamos al lugar que nos prestaban para quedarnos a descansar cuando la noche comenzaba a ser mas densa. Recuerdo, que fue en Oaxaca, donde Gracias a Cesar Yáñez y Cesar Cravioto, pudimos platicar por segunda ocasión y me siento contento de haber sido el primero, a quien cuestionaste con la interrogante que daría después forma a una de las frases más concurridas en tus discursos.
“¿Para ti que es ser de izquierda?” Ante mi respuesta que he de confesar no tuvo la precisión de mis estudios en Ciencia Política y el trastabillo por no cometer error alguno en responder; dijiste, “Ser de izquierda es ser noble y tener buenos sentimientos”, posteriormente, en cada mensaje que dedicaste a los pobladores de la mixteca relució esta frase.
Desde un comienzo, aprendí el decálogo y los principios que siempre has enarbolado querido Presidente y no con un afán de repetir como loro o aprenderme a memoria cada palabra. Sino con la consigna, de poder llevar el mensaje de transformación tal cual lo habías explicado en las asambleas a las comunidades. conscientes del cerco informativo que enfrentábamos, los ciudadanos debían conocer tú mensaje.
En esta ocasión, no quería escribir solo sobre los logros de tú gobierno que son muchísimos, ni del cariño que hemos constatado que te tiene la mayoría de la gente en el país entero. Hoy, solo quiero dedicarte estas líneas Presidente, con la estima que te tengo y con el recuerdo de las tantas veces que pude caminar a tú lado y platicar, aunque el destino no me permitió continuar cerquita a ti como discípulo de tus enseñanzas del que tienen la dicha y privilegio muchísimas compañeras y compañeros a los que les tengo envidia de la buena, no he abandonado ni una sola vez el camino de transformación y las tareas que como ciudadanos nos habíamos impuesto para alcanzar el éxito rotundo.
Quiero expresarte mi respeto y admiración, mi agradecimiento por enseñarnos el camino de la lucha y marcar nuestros destinos, pues no creo dejar de luchar por ideales y principios durante el resto de mi vida, buscando en todo momento el bienestar común, defendiendo a capa y espada la democracia y la congruencia del movimiento que construiste.
Y aunque ha sido un largo y en veces sinuoso camino aquí estoy, con la cabeza en alto, concluyendo una etapa y con la disposición total de continuar preservando y cuidando el legado que nos dejas. Ten por seguro Andrés Manuel, que en las bases morenistas se encuentra el movimiento que no permitirá el regreso de la perversa forma en que los neoliberales ejercieron el poder político contra los mexicanos. La Resistencia Civil Pacífica, que en algún momento encabezaste como oposición, hoy es un vigía de las buenas costumbres, de los ideales y principios armados con las leyes progresistas que impulsaste como herramientas a futuro de este tu pueblo, para juzgar y revocar los mandatos de quienes resulten funcionarios contaminados con las viejas prácticas partidistas y de corrupción.
Solo me queda desearte siempre lo mejor y reprocharte con el cariño que te profeso mi molestia, ante tu retiro, porque para quienes hemos caminado gran parte de nuestra vida en esta lucha, la despedida sabe a luto.
Y aunque tengamos claridad de la tarea que nos toca afrontar, para dar continuidad al legado de transformación, no es lo mismo, tenerte en el recuerdo que poder escuchar tú catedra.
Gracias maestro y dirigente, dejas huella en nuestro andar, soy aprendiz de tú ejemplo, de tus enseñanzas y entrega al pueblo y no voy a fallar.
Te quiero Presidente, Andrés Manuel López Obrador.