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  • UNAM: AUTONOMÍA AL ESTILO JUDICIAL

    UNAM: AUTONOMÍA AL ESTILO JUDICIAL

    Las autoridades de la Máxima Casa de Estudios se jactan de la “autonomía” de esta institución que en el articulo 3ro fracción VII, encuentra su respaldo constitucional para mantenerse separada de la administración pública centralizada. La autonomía es gobernarse a si misma. Pero ¿Qué autonomía se tiene cuando una junta de 15 académicos decide por una comunidad de más de 400 mil personas? En efecto, la UNAM se quedó con una ley orgánica del siglo pasado y debemos repensar como es que se ha estado utilizando el término “autonomía”. 

    La cuestión se vuelve fundamental más aún, en el marco de la administración entrante, y con ello la integración de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti), pues ¿de qué forma se le quiere dar mayor impulso a la educación superior del país, si la “Universidad de la Nación” se encuentra en un profundo atraso? Ante tal escenario, las deficiencias saltan cada vez más a la vista, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, mejor conocida como “Polakas”, cuya matrícula es de poco más de 12,000 estudiantes, se encuentra en el proceso de sucesión. Entre las demandas más frecuentes del alumnado resaltan: actualización de los planes de estudio, renovación de la infraestructura, rechazo a los grupos porriles y a la desmovilización estudiantil, y la exigencia un proceso en que la comunidad universitaria participe por voto en la elección de la o el director de la facultad, es decir, la democratización de la UNAM. 

    En este sentido, la administración es altamente cuestionada, siguiendo con el ejemplo anterior, el pasado mes de septiembre, el comité estudiantil de la FCPyS realizó una consulta estudiantil sobre la situación de la facultad, aunque aún no se publican los resultados de dicho ejercicio, el comité informó a través de sus redes que la mayoría de   comunidad estudiantil manifestó su desaprobación hacia la administración de la actual Directora, Carola García Calderón. De forma que, las problemáticas de la UNAM convergen en un modelo despótico, sin apertura a la comunidad, y de participación limitada. Esto ha cerrado el camino a una fuerte y orgánica organización estudiantil. A su vez, que da margen a una gran opacidad en la trasparencia del ejercicio del poder. 

    La burocracia dorada de la UNAM se sostiene en una autonomía marchita al modelo del Poder Judicial. No es la autonomía misma, sino los tintes que ha tomado. Pues dicha “independencia” se usa como sinónimo de no reformar, no cambiar la estructura y ha sido la mayor arma para defender intereses ajenos al propio mundo académico. ¿Qué sucede con los casos de corrupción? ¿Qué hay de los lujos y excesos de aquella burocracia? ¿cuántos rectores han sido investigados y qué se ha hecho al respecto?  

    La Máxima Casa de Estudios tiene mucha tela de la cual cortar, pero no se mal entienda, la autonomía de la UNAM ha hecho posible que esta haya sido un faro en la historia de nuestro país; sin embargo, ya no solo basta con la ley orgánica de 1945, se requiere un cambio, que no se logra quitándole la autonomía, sino repensando la autonomía que queremos. Una praxis que nos lleve a una reforma que se adapte a los tiempos que vive México.  

    ¡Viva la educación pública y gratuita! 

  • RECUPERANDO NUESTRA ENERGÍA: LA REFORMA QUE DEVOLVERÁ EL CONTROL A LOS MEXICANOS

    RECUPERANDO NUESTRA ENERGÍA: LA REFORMA QUE DEVOLVERÁ EL CONTROL A LOS MEXICANOS

    El Senado de la República dio un paso histórico con la aprobación de la nueva reforma energética, con 86 votos a favor, 39 en contra y una abstención. Esta decisión, respaldada por una amplia mayoría, no es sólo una modificación técnica a la Constitución, sino una reafirmación de que los recursos energéticos de México deben estar en manos de los mexicanos. Los cambios en los artículos 25, 27 y 28 de la Carta Magna nos recuerdan que el Estado debe ser el responsable de administrar estos recursos vitales, velando por el bienestar de todos.

    El mensaje de la nueva administración de Claudia Sheinbaum es claro: México no puede seguir siendo dependiente de intereses privados o extranjeros para garantizar algo tan esencial como la energía. La reforma es el inicio de un camino para recuperar lo que nos pertenece a todos y asegurar que cada hogar, cada industria y cada comunidad pueda tener acceso a la electricidad de manera justa y equitativa.

    Antes de esta reforma, el panorama energético de México estaba desequilibrado. El sector privado tenía el control de más del 62% de la generación de electricidad, dejando a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con apenas un 38%. En términos simples, esto significaba que el Estado, a través de la CFE, no tenía la capacidad suficiente para garantizar que los beneficios de la energía llegaran a todos los mexicanos de manera justa. La reforma busca revertir este escenario, dándole a la CFE el control de un 54% de la generación eléctrica, lo que representa un cambio sustancial para el país.

    Esta modificación además de un ajuste de cifras, es una apuesta por la soberanía. Es la garantía de que la electricidad, algo que toca nuestras vidas cotidianas, desde prender la luz en casa hasta mantener en marcha nuestras industrias, esté bajo un modelo que prioriza el bien común.

    Para hacer posible este cambio, fue necesario reformar varios artículos clave de la Constitución. El artículo 25 fue modificado para reafirmar que el Estado tiene la rectoría económica en sectores estratégicos, como el energético. También se hicieron ajustes en los artículos 27 y 28, para que tanto el petróleo como la electricidad vuelvan a estar bajo el control del gobierno, gestionados por Pemex y la CFE.

    Estos cambios no son solo movimientos legales; son un recordatorio de que los recursos energéticos, que durante años fueron el orgullo de nuestro país, deben servir para impulsar el desarrollo nacional y mejorar la calidad de vida de todos.

    Por años, Pemex y la CFE fueron debilitadas por políticas que buscaban abrir el campo a los privados. Sin embargo, estas empresas son el corazón del desarrollo energético de México, y esta reforma busca revitalizarlas. El gobierno actual está comprometido a fortalecerlas, invirtiendo en infraestructura y tecnología para que puedan liderar en el mercado interno y en la transición hacia energías más limpias.

    El camino no es sencillo, pero es necesario. Pemex seguirá siendo clave en la administración de nuestros recursos fósiles, mientras que la CFE, con su nuevo control del 54% del mercado eléctrico, garantizará que la electricidad llegue a todas las familias mexicanas a precios justos.

    Uno de los puntos críticos de esta reforma ha sido su relación con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Las empresas extranjeras que invirtieron en el sector energético tras la apertura de 2013 argumentan que la reforma podría afectar sus derechos. Este tema ha generado tensiones, pero el gobierno mexicano ha dejado claro que la reforma respeta los acuerdos internacionales, aunque bajo nuevas reglas que priorizan los intereses del país.

    México no está cerrando las puertas a la inversión extranjera, pero está poniendo condiciones para que los beneficios de estas inversiones no se queden fuera de nuestras fronteras. Es una señal de que el país tiene el derecho y la obligación de velar por sus recursos, sin romper sus compromisos internacionales.

    Aunque Pemex y la CFE son pilares fundamentales de esta reforma, no podemos dejar de lado la transición hacia energías más limpias. El gobierno está apostando por desarrollar energía solar y eólica, aprovechando el potencial de regiones como el Istmo de Tehuantepec. Esta transición es una necesidad para enfrentar el cambio climático y una oportunidad para que México se posicione como líder en la generación de energías renovables.

    El equilibrio entre la producción de energía tradicional y la inversión en energías limpias permitirá que México cumpla con sus compromisos internacionales en materia ambiental, sin comprometer su crecimiento económico. Además, este cambio creará empleos y abrirá nuevas oportunidades para los jóvenes y profesionales del país.

    Más allá de los cambios legales y los desafíos internacionales, lo que realmente importa es cómo esta reforma afectará la vida de los mexicanos y mexicanas. El compromiso del gobierno es claro: Reducir las tarifas eléctricas para que el acceso a la electricidad no sea un lujo, sino un derecho accesible para todos. Este es uno de los beneficios más tangibles que las familias verán en los próximos años.

    Además, se espera que la calidad y cobertura del servicio mejoren, especialmente en las zonas rurales y marginadas del país. Esas comunidades que durante mucho tiempo han estado al margen del desarrollo podrán finalmente tener acceso a energía confiable y asequible.

    La reforma energética de 2024 marca el inicio de una nueva era para México. No es solo una reforma más, es una apuesta por el futuro. Un futuro en el que la energía sea una herramienta para el desarrollo de todas y todos, no solo de unos cuantos. El reto es grande, pero los beneficios serán aún mayores. La recuperación del control sobre nuestros recursos garantizará que tengamos energía suficiente y a precios justos, así como también sienta las bases para una economía más justa y sostenible.

    • La columnista, Mariuma Munira Vadillo Bravo, es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales, Subdirectora Ejecutiva en la Unidad de Desarrollo Regional y Bienestar Social del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, ex Secretaria de la Mujer Oaxaqueña. Puedes contactarla en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira.
  • Eterna agonía del PAN

    Eterna agonía del PAN

    Si se trata de dejar sin registro al PAN realmente la acusación de complicidad con el narcotráfico es una apuesta a largo plazo. No basta tener a uno de sus funcionarios acusado de formar parte del crimen organizado. El actual Talón de Aquiles, es el número de militantes, que no les alcanza para mantener el registro.

    Si se le presionara un poco al INE para que realizara un padrón de militantes, seguramente ese partido estaría fuera del panorama político. La acusación requiere investigación y pruebas, lo cual lleva tiempo. Y señalaría sólo a los implicados, no todos los panistas fueron cómplices de García Luna o de Cabeza de Vaca, o de Calderón o Margarita Zavala, o Roberto Gil.

    Si tomamos en cuenta la disposición del PAN para facilitar, protagonizar e impulsar un golpe de estado en México, es necesario que ese grupo esté a la vista de todos. Porque como grupo de presión no desparecerá, ni sus siglas se irán al cesto de la basura; pero, sería más complejo saber sus planes, sobre todo leer de su discurso lo que proyecta y con quién se asocia, que no son precisamente unos demócratas.

    El PAN como partido dentro del esquema de sistema de partidos, en busca de votos, es inofensivo. Fuera de este panorama se convierte en puente dela ultraderecha. Ya en nuestro territorio hay grupos, incluso asociaciones en busca de convertirse en partidos políticos de ultraderecha. Están al acecho.

    Hay partidos locales como Vida en Nuevo León, o el Partido libertario en ese mismo estado; además, una agrupación de estudiantes radicales de ultraderecha en las universidades privadas como grupo de choque, el clero tiene una buena parte de sus apuestas metidas en el golpe de estado también, el grupo de Verástegui, Viva México, quiere tirar la puerta de la democracia, con subsidio estadounidense, el Frente Nacional por la familia, que encabeza por los panistas Rodrigo Iván Cortés, egresado de la Panamericana, acusado de violencia política de género, y Leonardo García Camarena. Imaginemos a estos grupos unidos, formar un partido de ultraderecha en el cual muchos de los panistas brincarían con gusto, pero sobre todo, con una mayor identificación en el las ideas y las acciones políticas.

    El peligro está en que esas agrupaciones ubican sus sedes en estados gobernados por la oposición, pero, como sucede en el caso de Nuevo León, con aspiraciones de independencia, que una vez que se den cuenta de la realidad desistirán, pero serían territorios liberados para la ultraderecha y muy cercanos a Estados Unidos.

    El PAN en la oposición es un mal necesario para la democracia mexicana, un quiste benigno que mientras esté a la vista no puede hacer nada trascendente. Mientras más gritan sus plañideras su desgaste se profundiza. Mientras más sospechosos haya, más desgaste a su ideología.

    Cuando un político entra a la cárcel se deja hablar de él y se convierte, muchas veces en víctima. Al gobierno le es más útil un panista sospechoso, cuya reputación será su sombra de por vida que uno en la cárcel que estaría purgando una condena que no extirpa la corrupción ni el narcotráfico.

    Para los panistas la tribuna es el diván del psicoanalista, donde ventila sus sueños, expresa con toda libertad sus lapsus, da a conocer su discurso en momentos de exaltación, señala a sus enemigos más odiados, confiesa sus resentimientos. Es decir, ofrece todos los insumos necesarios para saber quién es, qué quiere, hacia dónde va y cuál es su malestar.

    El PAN es el embudo de la ultraderecha en México, siempre y cuando mantenga su registro como partido político, desde dónde se muestra descarnado. En la clandestinidad, o sea sin registro, ese embudo puede convertirse en puente.

  • Improcedencia del amparo de la Jueza Nancy Juárez Vs la Presidenta de la República

    Improcedencia del amparo de la Jueza Nancy Juárez Vs la Presidenta de la República

    El día jueves 17 de octubre la jueza federal Nancy Juárez Salas, jueza del décimo noveno de distrito en el Estado de Veracruz, con residencia en Coatzacoalcos emitió una sentencia contra la Presidenta de la República donde establece la orden para que la Dra. Claudia Sheinbaum, elimine la reforma judicial del Diario Oficial de la Federación. Hay que recordar que dicha reforma se publicó en el DOF en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y no en el de la Dra. Claudia Sheinbaum, de tal forma que el ordenamiento del juez, esta sobre un tema que ya causo estado o que ha sido definitivo. 

    Así mismo, el artículo 61 de la Ley de Amparo, en su fracción I, establece que es improcedente el juicio de amparo contra reformas o adiciones a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 

    “Aceptar la procedencia del amparo sería resquebrajar la unidad del sistema constitucional, con grandes perjuicios para la sociedad y el orden jurídico nacional” Es por ello, que la Presidenta de la República contesta con la denuncia hacia la Jueza, que a sabiendas de la improcedencia del recurso de amparo lo aplica en sentencia.

    Artículo 39.  La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.

    La representatividad del Congreso de la Unión en las cámaras federales, hace referencia al momento en que vía la participación electoral el pueblo decide nombrar a sus legisladores quienes al reformar la constitución son una expresión pura de la democracia y deben entenderse que la SCJ no puede controlar o intervenir en las modificaciones constitucionales mandatadas por el pueblo soberano vía sus representantes. Es importante señalar que los juicios de inconstitucionalidad e inconvencionalidad derivan de las violaciones a derechos humanos enmarcadas en el artículo primero de la constitución y en tratados internacionales y que solo si una reforma constitucional estuviera en este supuesto se podría argumentar la inconstitucionalidad de la misma. 

    La inimpugnabilidad del fondo de las reformas constitucionales, así como en la imposibilidad de efectuar el control jurisdiccional son base del artículo 61 de la ley de amparo, que ya tuvo sus discusiones en la SCJN y por ende la jurisprudencia suficiente que declara no inconstitucional dicho artículo que ampara las modificaciones o adhesiones a la constitución por parte del legislativo. 

    Por ejemplo, la tesis [J.]: 2ª 2/2022 “ En términos del artículo 113 de la Ley de Amparo, el órgano jurisdiccional que conoce de un juicio debe examinar la demanda y desecharla de plano en el auto inicial si existe una causa manifiesta e indudable de improcedencia, entendiendo por “manifiesto” lo que se advierte en forma patente, notoria y absolutamente clara, y por “indudable”, que se tiene la certeza y plena convicción de un hecho por ser seguro y evidente. Ahora, cuando en un juicio de amparo indirecto se reclama alguna adición o reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos –respecto a su contenido material–, se actualiza una causa de improcedencia manifiesta e indudable que da lugar a desechar de plano la demanda de amparo desde el auto inicial, en términos del artículo 61, fracción I, de la Ley de Amparo, pues conforme al artículo 135 constitucional, el Constituyente depositó en el Congreso de la Unión –y en las Legislaturas de los Estados y de la Ciudad de México–, con el carácter de órgano límite, la potestad (función) soberana de adicionar o reformar la Constitución General siendo, precisamente, esa capacidad normativa excepcional, en donde encuentra asidero la inimpugnabilidad del texto de la Constitución, partiendo de la idea para ello de que dicha norma fue emitida por un Poder Reformador cuyos actos no se encuentran sujetos a ninguno de los mecanismos de control jurisdiccional previstos en la Constitución General o en alguna otra ley secundaria. 

    Aunado a que basta la sola presentación de la demanda para advertir de su lectura que se impugnan normas de este rango y que al tratarse de aspectos insuperables del juicio, en nada se esclarecerán o modificarán de seguirse el proceso de amparo en todas sus etapas, por lo que la simple impugnación de algún precepto de la Constitución General, constituye un hecho de notoria y manifiesta improcedencia que da lugar a desechar de plano la demanda de amparo desde el auto inicial.”

    Entonces, siendo así. ¿Qué motiva a la Lic. Nancy Juárez a determinar el sentido de amparo contra la reforma constitucional si es a todas luces improcedente? 

  • HECHO CONSUMADO

    HECHO CONSUMADO

    En la más reciente Reforma Constitucional al poder judicial, las bancadas de los partidos que la promovieron, cuidaron las formas y lineamientos con la finalidad de evitar que el propio poder judicial o los partidos de oposición tuvieran elementos para echar abajo el mencionado plan C conseguido por el movimiento de la Cuarta Transformación liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

    A pesar de la inconformidad de los sectores afectados por dicha Reforma, sobre todo de empresarios corruptos y delincuentes de los carteles de las drogas creados durante el sexenio del espurio Felipe Calderón. El proyecto cumplió con todos los requisitos legales, desde la iniciativa presentada por el presidente Obrador hasta su consumación con la Publicación de dicho decreto.

    Cómo ya se ha debatido en los medios informativos por parte de expertos Constitucionalistas, la Reforma al Poder Judicial al haber cumplido con todos los requisitos legales, no podría ser modificado sino a través de los mismos procedimientos, dónde el poder legislativo es el único al que se le confiere dicha facultad Constitucional…

    Incluso el proceso de elección democrática de los nuevos miembros del poder judicial ya está en curso, con la insaculación en el Senado de los espacios donde la mitad de los cargos se pondrán en competencia para su elección.

    En cuanto a la promoción de amparos por parte de jueces federales que a sabiendas de que están violando la Constitución como el caso de la jueza Nancy Juárez Salas, que inclusive amenazan con dar parte al ministerio público en contra de la presidenta Claudia Sheinbaum, lo cual es una aberración ya que cuenta con fuero constitucional, no tienen la mínima posibilidad de lograr echar abajo la Reforma al poder judicial, como es la intención de los grupos opositores al proyecto de la Cuarta Transformación.

    Así de inconsistentes son los argumentos tanto de los miembros del poder judicial como los de los comentócratas de los medios corporativos de comunicación, dónde se ha generado toda una narrativa absurda y mentirosa que solo busca hacer ruido entre la población tratando de confundir esperando que la sociedad se siga dejando manipular, como sucedió durante el periodo neoliberal donde el cerco informativo fue de tal magnitud que era casi imposible difundir una opinión distinta a la de los gobiernos del PRIAN ya que la colusión entre medios de manipulación corporativos y los gobiernos neoliberales produjo una crisis de credibilidad que prácticamente hizo desaparecer los lineamientos básicos que rigen el buen funcionamiento de un medio de comunicación al servicio de las audiencias.

    Es claro que a los grupos opositores al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum buscan por todos los medios a su alcance, incluyendo las violencia, para desestabiliza al país con la firme intención de hacer creer que el proyecto de la Cuarta Transformación está fracasando.

    Como bien lo mencionan algunos abogad@s interesados en ocupar los espacios de los jueces, magistrados y ministros insaculados, la Reforma al poder Judicial es un Hecho Consumado.

    La desesperación de los miembros del poder judicial y de sus cómplices opositores es de tal grado que anuncian la creación de una conferencia alterna a la Mañanera del Pueblo, buscado con esto contrarrestar el poder acumulado del pueblo en la más reciente elección.

    Al parecer veremos de todo, desde montajes en lo que son expertos aunque también ridículos, mentiras disfrazados y apoyadas por sus vacas sagradas, falsos debates sin equilibrio y sobre todo difusión masiva de sus falaces argumentos.

    Hay que prepararnos para una indigesta serie de mentiras a través de los medios corporativos, que seguramente serán desmentidas en la Mañanera del Pueblo de manera inmediata.

  • El Pueblo… ¡a escena!

    El Pueblo… ¡a escena!

    La política neoliberal que privilegió sin pudor ni recato a unos cuantos beneficiarios, tuvo como consecuencia obligada la emergencia en la escena pública del amplísimo sector social –llamémosle “pueblo” para abreviar- marginado y empobrecido por esa política. 

    Ya no nos quedaba de otra si todavía queríamos seguir teniendo algo a lo cual  de llamar “nuestro país”, convertido por el neoliberalismo en una agencia de ventas.

    La estructura era clara. Arriba se encontraban los rentistas multimillonarios en dólares que se alzaron con el botín de las empresas públicas sacadas a esa especie de remate en tercera almoneda comenzado por Carlos Salinas y continuado por Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.

    En el festín de los corruptos, a quienes por benevolencia se les llama “empresarios” sin serlo cabalmente porque nunca han emprendido o iniciado nada que valga la pena más allá de explotar los privilegios que le daba su cercanía con el poder, se caían algunas migajas del inmundo banquete y estas iban a dar a las sedientas manos de periodistas, medios de comunicación, intelectuales orgánicos, académicos, jueces y magistrados casi en su totalidad, integrantes de organismos autónomos y autoridades universitarias, a fin de que cerraran la boca como parte de su contribución al desastre.

    En esas condiciones, soslayado en sus necesidades y empujado a una situación de pobreza extrema y de violencia coordinada desde el poder con la colaboración decidida y entusiasta del ilegítimo presidente Felipe Calderón, el pueblo despertó y a través de los votos realizó la revolución pacífica que urgía al país para que reorientara el rumbo antes de que cayera al abismo al que lo conducía la desvergonzada élite que asaltaba en México al amparo de la ley.

    Fue el adiós de las élites a sus privilegios. Se acabaron las condonaciones de impuestos que llegaron a sumar cientos de miles de millones de pesos; se terminaron los salarios bajos con los que la clase trabajadora socorría a la voracidad empresarial; concluyeron los negocios –como el de las medicinas vendidas a instituciones públicas- fraguados al calor del contubernio entre los “empresarios” y los políticos prianistas que detentaron el poder. 

    Hoy, el último de sus baluartes, la ciudadela construida por el Poder Judicial de la Federación desde donde ésta los mimaba cariñosamente y los veía con esa mirada de arrobo y embeleso que sólo se le puede dirigir a un costal de lona con un millón de dólares en su interior y les obsequiaba amparos como si fueran estampitas de primera comunión, está nada menos que al caer.

    Cualquiera que observe honradamente este panorama sabe que ya no hay marcha atrás. La politización del pueblo y su empoderamiento ideológico hacen imposible el retroceso, y menos aún si al frente de la transformación de la vida pública, social y económica del país se encuentra una presidenta sin titubeos ni quebrantos ideológicos, como Claudia Sheinbaum. Ni por dónde.

    La derecha, trastornada como siempre pero hoy viviendo en el delirio que acompaña a la agonía, considera que el pueblo renunciará tranquilamente a las alzas salariales, a los programas sociales y a la visibilidad pública de su existencia para que regrese el régimen de corrupción convertido en modelo de vida por los regímenes prianistas y para que los recursos de todos vuelvan a manos de sus patrones y titiriteros, que son aquellos que saquearon al país.

    Por eso, no les queda otro recurso que ponerle el pie a quien va avanzando para que tropiece. Sí se escucha, pero ya muy quedito, el desesperado lamento de medios y comunicadores, de partidos políticos nacionales y de embajadores norteamericanos. 

    Van abandonando la escena pública los mexicanos a favor de la corrupción no porque sea su voluntad sino porque se redujo su margen de maniobra en una sociedad que se renueva, y quién sabe si dentro de tres años todavía existan los periódicos donde hoy publican sus desconsuelos. Más temprano que tarde, a la mayor brevedad posible, dejaremos de oír a los corruptísimos organismos autónomos creados para vigilar que el despojo de los bienes públicos se diera en orden. Se harán nada los apellidos Aguayo, Crespo, Casar, Curzio, Castañeda, Camín, Krauze, pero la torpeza de su apoyo a la candidata Xóchitl los acompañará para siempre. Se escucharán menos los poquitos que creyeron que el país era suyo nomás porque ellos decían y porque su misión divina era robarlos fingiendo que los gobernaban. Enhorabuena.

  • García Luna: crimen y corrupción, narco y poder, una alianza letal

    García Luna: crimen y corrupción, narco y poder, una alianza letal

    La sentencia de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública en México, es un recordatorio contundente de los profundos daños que la corrupción ha infligido en nuestro país. Lejos de ser un caso aislado, su vínculo con el narcotráfico refleja un entramado en el que las instituciones responsables de garantizar la seguridad se ven infiltradas por intereses criminales. La complicidad entre las autoridades y el crimen organizado debilita el estado de derecho y deja a la ciudadanía en un estado constante de vulnerabilidad.

    La guerra contra el narcotráfico, iniciada en 2006, se ha traducido en un ciclo de violencia que, más de una década después, parece no tener fin. El enfoque punitivo, basado en la militarización de las calles, ha provocado miles de muertos, desapariciones y un clima de terror en amplias regiones del país. A pesar de estos costos, los resultados han sido escasos, y la violencia persiste. La condena de García Luna pone en evidencia que el problema no se resuelve con más fuerza, sino atendiendo las causas estructurales de la violencia.

    La corrupción, en este contexto, actúa como un motor que alimenta tanto la impunidad como el crecimiento del narcotráfico. Cuando quienes deberían combatir el crimen están al servicio de los criminales, el sistema se desmorona. En lugar de estrategias que privilegien la represión, es fundamental atacar de raíz la corrupción dentro de las instituciones de seguridad y justicia. Sin esta depuración, cualquier esfuerzo será insuficiente.

    Es necesario un enfoque de seguridad que considere las causas profundas que llevan a miles de jóvenes a integrarse en las filas del narcotráfico. La falta de oportunidades, la desigualdad y la exclusión social son factores que han sido ignorados durante años. No se puede pedir a una juventud marginada que elija otro camino cuando el Estado no les ofrece alternativas viables.

    La violencia no se combate solo con balas. Es indispensable que el gobierno invierta en programas de desarrollo social, educación y empleo, sobre todo en las regiones más afectadas por el narcotráfico. Estos esfuerzos, aunque tardarán en mostrar resultados, son los únicos que pueden garantizar una paz duradera. Por ello la importancia de programas sociales que implementó el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador y que Claudia Sheinbaum continúa como: Jóvenes Construyendo el Futuro, La Beca Benito Juárez, instituciones como el IMSS Bienestar, entre otros. 

    La guerra contra el narcotráfico iniciada por el fraude electoral de 2006, con Felipe Calderón, también tuvo un impacto devastador en los derechos humanos. Las violaciones cometidas por las fuerzas armadas debido a las ordenes de García Luna y Felipe Calderón, como ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y tortura, han sido documentadas una y otra vez por organizaciones nacionales e internacionales. 

    El caso García Luna también nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad de los políticos y funcionarios que impulsaron o defendieron esta estrategia fallida. La lucha contra el narcotráfico no puede ser usada como pretexto para justificar el abuso de poder y la corrupción.

    En definitiva, la seguridad debe entenderse como un concepto mucho más amplio que la simple reducción de la violencia. Implica construir un Estado de derecho sólido, donde la justicia sea accesible para todos y no esté sujeta a los intereses del poder económico o criminal, por ello la importancia de la Reforma Judicial, la cual garantizar condiciones dignas de vida para la población, cerrando las brechas de desigualdad que alimentan el ciclo de violencia y privilegia un estado de derecho y una justicia pronta y expedita.

    La sentencia de García Luna marca un precedente importante, pero no es suficiente. Debe ser el punto de partida para una transformación real en la política de seguridad, donde la justicia, la honestidad y la atención a las causas estructurales del narcotráfico sean el eje central de cualquier estrategia, como la planteada por la Dra. Claudia Sheinbaum y su secretario de seguridad Omar García Harfuch. Sin ello, seguiremos atrapados en un ciclo de violencia y corrupción que solo beneficia a unos cuantos, a costa de millones de vidas.

    También hay que reconocer el esfuerzo que en la Ciudad de México se hace para prevenir la violencia y romper con las desigualdades, la propuesta que la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, implementó con su plan para erradicar la pobreza en la capital, permitirá que el centro político, cultural y económico del país se convierta en un territorio libre de violencia.

  • ¡Viva Dios!

    ¡Viva Dios!

    Ya lo sé, meterse en temas que tienen que ver con la religión puede ser delicado. Recuerdo que entre algunos de mis amigos de adolescencia se oía con frecuencia la consigna, “ni de religión, ni de política” cuando se iniciaba alguna plática; ¿Había que ser frívolo? Mi desacuerdo era patente y normalmente lograba llevar la conversación a esos rumbos. Hoy también.

    En mi tránsito por la vida, siempre tuve interés por leer con cuidado libros interesantes. Creo que el más importante que he leído es La Biblia, siempre buscando la Luz que es necesaria para comprenderlo. Se trata de un “Libro de libros” y contiene una gran división; Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. En el AT existe una clasificación para cada grupo de libros, así hay una sección que llaman Pentateuco, otra Libros Históricos y otros. Quiero enfocarme en estos dos grupos porque pareciera que Netanyahu, los fabricantes de armas y pertrechos de Estados Unidos, los políticos occidentales que sirven al imperialismo y sus socios y esbirros, están haciendo aquello que en su momento hicieron los judíos después de salir de Egipto. Ellos eran enviados a la guerra para tomar las ciudades y tierras que invadían con la consigna de exterminar a todos los habitantes de aquellas regiones, no esclavizaban, sino que exterminaban y les estaba prohibido tomar ningún botín, sólo en algunos casos les fue permitido, así que mataban todo lo que encontraban a su paso; niñas, niños, mujeres, hombres, y animales. Al mismo tiempo destruían las ciudades, los pueblos y procuraban que no escapara nadie.

    Al estar leyendo esto, siempre me he sentido mal, me queda duda, horror, miedo y un sobrecogimiento que solo el pensamiento de que hay un Nuevo Testamento que lo cambia todo puede calmar. Entonces, después de la Segunda Guerra Mundial y por iniciativa del Reino Unido aparece el sionismo. Hoy, Netanyahu y sus socios, siempre con la excusa de la vileza y la mentira descomunal y diabólica en su voz, enarbolan esa bandera que es, por decir lo menos, fascista.

    Vuelve el exterminio usando como pretexto a Dios. ¡Cómo se parece a las posturas de la derecha mexicana! El sucio imperio español no pudo exterminar a los pueblos originarios de Nuestra América, porque necesitaban la fuerza de trabajo, igual que Netanyahu, usaron a Dios como argumento y lo pagaron. La justicia tarda y debe llegar al Medio Oriente, la ocupación de Palestina, el inicio de la invasión al Líbano, los ataques contra los “Cascos Azules” y esta guerra asesina sin razón, debe terminar. Los cálculos del capitalismo salvaje que proviene de Wall Street, del FMI, de Washington y la CIA; están equivocados. 

    Esta guerra se les va a revertir, lo mismo que sus intentos de dominar a Ucrania, donde encontraron la respuesta rusa de manera contundente. El capitalismo intenta sobrevivir con la guerra y en su agonía se sacude como un monstruo que se niega a morir. La justicia verdadera va a tardar porque es lenta, pero llegará.

    En México, salvando toda proporción, ocurre lo mismo con el Poder Judicial y ahora, la rebelión provocada por Norma Piña y sus secuaces, se les ha salido de las manos porque hay quienes piden mejores salarios para ellos y reducción de privilegios y dispendios de los de hasta arriba, aunque otros parecen defender sus posiciones para seguir protegiendo criminales.

    Las cabezas de la derecha mexicana siguen cometiendo los mismos errores; Calderón “revolvió el avispero” de los narcotraficantes, como bien dijo Andrés Manuel y ahora Norma Piña, revolvió el de los de abajo en el PJ y de los protectores del crimen organizado.

    Los brotes de violencia en el país, bien pueden estar orquestados desde esos espacios de poder fáctico que tanto daño le hacen al Pueblo. ¡Cómo se parecen a Netanyahu! 

    Lo más triste de la falta de buen juicio de muchos elementos del Poder Judicial, es que, como producto de su necedad y de su desesperación al no aceptar la Reforma, están provocando que elementos incorruptibles, rectos y de carrera intachable, estén siendo enlodados y considerados igualmente corruptos y sucios sin serlo. Han golpeado a personas de integridad, preparación y capacidad sin par en la SCJN y lo han hecho solamente por defender sus privilegios y sus “cotos de poder e influencia”. Ojalá que haya forma de hacerlos pagar.

    Personalmente conozco y se de quién hablo, pero son personas que prefieren permanecer anónimas y saben que dar cualquier batalla podría enlodarlos más y no están dispuestos. Los golpes que han recibido tienen consecuencias que pueden ser devastadoras en su derredor a pesar de ser absolutamente intachables. Estas magníficas personas aparecen en la SCJN y en el Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación y son los indeseables e inaceptables daños colaterales producto de los reaccionarios corruptos del PJ.

    Las revoluciones armadas, son transformaciones que siempre presentan víctimas inocentes por razones obvias, pero la Cuarta Transformación se ha concebido como una revolución pacífica y no violenta. Sin embargo, la respuesta de la oposición cada vez es más violenta. 

    En física se estudia el principio de “acción y reacción” y dice que “a toda acción corresponde una reacción de igual magnitud, pero en sentido contrario”. Socialmente no siempre opera así. Sin embargo, sí ocurre que, de la acción, no sobreviene un movimiento de igual magnitud, sino que la respuesta se potencia, desde luego, en sentido contrario, porque cada acto social repercute siempre en más de una sola persona y por ende la respuesta generalmente viene revestida de una proporción mucho mayor a aquella que la provocó. Así, la respuesta que el PJ va a recibir puede tener una proporción mucho mayor y revestida del Poder del Pueblo y es deseable. 

    Ojalá que no sea necesaria la intervención de las Fuerzas Armadas, aunque tanto la Guardia Nacional, como la Marina Armada de México y el Ejercito Mexicano, ya están actuando contra el crimen organizado, que bien parece el brazo armado de la derecha fascista mexicana, su brazo “legal” era el PJ, o al menos así parece, tanto en el caso de la liberación de los recursos de las cuentas de la esposa de García Luna, o las exoneraciones y amparos concedidos al “Güero” Palma, o tantas liberaciones de delincuentes detenidos en flagrancia. Creo que la palabra la tiene, de nuevo, el Pueblo en movilización, en quién la voluntad del Creador se manifiesta siempre. 

  • Obviedades y refrescamientos de memoria

    Obviedades y refrescamientos de memoria

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    Quizá la evaluación definitiva del gobierno de un presidente de la República sea el proceso electoral por medio del cual se define a quien lo sucederá. Teniendo esto en mente, digo que solemos olvidar que no sólo Enrique Peña Nieto, presidente emanado del PRI, perdió la elección presidencial que siguió a su mandato —es un decir—: en estricto sentido lo mismo había pasado invariablemente desde Ernesto Zedillo. Zedillo, también priísta, perdió las elecciones que siguieron a su período de gobierno: por lo menos a nivel formal, perdió el PRI y ganó el PAN con Fox Quezada. En su momento, se entendió aquello como una alternancia democrática. Después de Fox ocupó la Presidencia Calderón, también surgido de las filas del PAN, pero gracias a un fraude electoral, así que, en estricto sentido, en 2006 Vicente Fox también perdió para su partido el proceso electoral posterior a su gestión —también es un decir—. Enseguida, luego del desastroso sexenio de Calderón Hinojosa, el PAN perdió el Poder Ejecutivo Federal y ocurrió lo que parecía imposible, que un candidato del PRI regresara a Palacio Nacional. En 2018, AMLO arrasó en las elecciones, en buena medida porque logró evidenciar que el candidato del PAN y del PRI —quien había despachado, por cierto, como secretario de Hacienda tanto de Calderón como de Peña—, en realidad eran lo mismo: el PRIAN. Así que en 2024 se rompió una constante que venía sucediendo en México a lo largo de todo el siglo XXI: al término del primer gobierno de la 4T, el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, pudo entregar la banda presidencial a la candidata del mismo partido que lo llevó al poder, la doctora Sheinbaum.

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    Con Miguel de la Madrid Hurtado comenzaron los gobiernos neoliberales, y lo que siguió durante los siguientes cinco sexenios fue pan con lo mismo: ya fueran del PRI o del PAN, se acumularon seis gobiernos neoliberales. Eso cambió radicalmente en 2018. Contra 30 años de neoliberalismo rapaz, llevamos seis años de humanismo mexicano, una proporción de 5 a 1.

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    Luis Echeverría, quien era el secretario de Gobernación del presidente Gustavo Díaz Ordaz, fue beneficiado por el dedazo. Desde que asumió la candidatura del tricolor comenzó a distanciarse de su exjefe poblano. Dizque Echeverría disputó la Presidencia contra el panista Efraín González Morfín —hijo, por cierto, del primer candidato panista a la Presidencia, Efraín González Luna, quien había perdido contra Adolfo Ruíz Cortines en 1952—.  El siguiente dedazo recayó en José Guillermo Abel López Portillo y Pacheco, quien se desempeñaba como secretario de Hacienda de Luis Echeverría. En aquella ocasión, nadie se prestó al espectáculo y a las elecciones solamente se presentó un candidato, él, el candidato del PRI. Instalado en Los Pinos, las diferencias con Echeverría se acentuaron: metió en la cárcel a varios excompañeros suyos del gabinete anterior y sacó al expresidente del país, primero lo mandó a Estados Unidos y luego a Australia. Seis años después, López Portillo escogería para que lo sucediera a su secretario de Programación y Presupuesto, Miguel de la Madrid. El colimense, desde la campaña, se distanció de su histriónico benefactor. En su toma de posesión resumió el panorama nacional: “Vivimos una situación de emergencia…  La situación es intolerable”. Desde el poder público se incentivó la narrativa de que el culpable de todo había sido El Perro, Jolopo… Aquello de la “renovación moral de la sociedad” no era más que una condena a la inmoralidad del gobierno de López Portillo, del cual De la Madrid había sido integrante fundamental. Continuaría una excepción a la regla: en realidad no se apreció una ruptura entre Miguel de la Madrid y el siguiente presidente priísta, Salinas de Gortari, tal vez porque lo que se percibía y se decía era real: que desde mucho antes de ascender a la Presidencia el economista ya se había adueñado del gobierno. En 1994, el rompimiento entre Salinas y su accidental sucesor tuvo visos que llegaron a la tragicomedia, con todo y una huelga de hambre de 36 horas. El siguiente episodio correspondió a la que supuestamente fue la primera alternancia democrática en México: Fox echó víboras y tepocatas contra el PRI durante la campaña, pero después no hubo rompimiento alguno. Calderón criticaría un poco más a Fox que Fox a Zedillo. Llegaría el 2012 y otra vez presenciamos una supuesta alternancia: regresó el PRI con Peña y el señor, igual, no tuvo que distanciarse de Calderón, ni siquiera tuvo que atacar a la candidata del PAN. En 2018, Andrés Manuel se convirtió en el primer presidente de izquierda electo democráticamente en México, después no de una campaña electoral sino de años y años de resistencia y lucha, y sobre todo de un colosal trabajo de concientización encaminado a hacer ver a la ciudadanía que los tricolores son muy azules y los azules muy tricoles, neoliberales. Hoy es una obviedad, pero recordamos que cuando se comenzó a hablar del PRIAN desde ambos partidos y sobre todo desde sus gobiernos se negaba que eso existiera.

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    Es obvio, pero al parecer más vale repetirlo: entre la actual presidenta de la República y el anterior primer mandatario no hay rompimiento alguno; antes bien, existe continuidad, la continuidad del humanismo mexicano. Desde al menos medio siglo el país no había transitado por un cambio de gobierno tan afortunado. Podemos estar contentos.

    • @gcastroibarra
  • La historia y las mañaneras del pueblo

    La historia y las mañaneras del pueblo

    Así como Andrés Manuel López Obrador definió la utilidad social de la historia a partir de la premisa que esta ciencia humanista es “maestra de la vida y de la política”, y la desplegó como herramienta de pedagogía política para el ejercicio de gobierno y el porvenir; la Presidenta de México, Dra. Claudia Sheinbaum también ha ratificado la importancia de la historia como uno de los ejes cardinales de la obra y discurso público del segundo piso de la Cuarta Transformación.

    En la nueva temporada sexenal de “las mañaneras del pueblo”, tres de las secciones permanentes versan en torno a la historia, la memoria y la presencia del pasado para construir el futuro.

    Los martes el eje es el “Humanismo Mexicano y la memoria histórica”, donde se cuenta con la presencia de un historiador o historiadora que aborda hechos significativos de la historia de México, en función de productos de la investigación histórica.

    Los jueves se da pie a la sección “Mujeres en la historia”, dedicada a las mujeres que han participado en la historia del país y una justa aproximación a terminar con la brecha de género, que había invisibilizado durante siglos a las mujeres de la propia historia.

    Los viernes la temática es la “Suave patria”, donde se recuperan con la participación de la ciudadanía, los acontecimientos o momentos que nos hacen sentir orgullosos de ser mexicanos.

    Poner la historia y la memoria en el centro de la vida pública no es un asunto menor, tampoco es un tema de tender a la sobre ideologización “desde el aparato de Estado” como claman los positivistas; porque los personeros del viejo régimen que subsisten en la retórica conservadora, asumen la amnesia colectiva y el llamado “fin de la historia” que se acuñó en el neoliberalismo, como la fuente del cinismo con que actuaron para cometer sus fechorías en un contexto de impunidad total y ausencia de rendición de cuentas hasta 2018.

    Hace más de 40 años, en 1980 vio a la luz un hermoso libro denominado Historia, ¿para qué?, que intenta responder a la pregunta ¿Para qué sirve la historia?, a través de las reflexiones de historiadores, filósofos, politólogos y escritores, el resultado fue un clásico, leído incluso más allá de los círculos intelectuales; recientemente, en el año 2023, para actualizar aquella discusión, vio a la luz la obra, también colectiva, denominada Ecos de Historia, ¿para qué?; que ha sido también en una publicación de gran alcance y pluralidad; siendo ambos textos altamente recomendables para sugerir un marco de actuación, del porqué es importante el papel de la historia en la comprensión profunda de las transformaciones que vivimos en nuestro país y en el mundo, además que contextualiza precisamente porqué es una gran virtud que la máxima autoridad ejecutiva del país, electa por su pueblo, vislumbre la historia no como un discurso de bronce, ni de legitimación personal, sino como una gran catedral de puertas y ventanas abiertas, desde las visiones del pasado e historias, para la construcción y la crítica del presente.

    Cobran vigencia las palabras del cronista Carlos Monsiváis en el umbral de la publicación de Historia, ¿para qué?: “La historia, para agregarle al presente la inteligibilidad del pasado, para alentar la disidencia y favorecer la cohesión de grupos o naciones, para crear y leer gozosamente, para contribuir a la inserción del individuo en la comunidad (o a la deserción, si éste es el caso). También, y a esta posibilidad dedicaré mi ponencia, la historia para fortalecer y ampliar la conciencia colectiva; para hacer de la recuperación y el olvido selectivo del pasado un instrumento de identidad crítica”. 

    La historia nos enseña (entre muchas otras cosas) que, somos seres sociales, colectivos, pues nadie aprende solo a caminar sin ayuda de otro. Que nos debemos a la comunidad. Difundir la historia, más allá de los claustros académicos no sólo es pertinente sino necesario, porque la comprensión de los sucesos del pasado, mismos que se presentan desde el gobierno AMLO y continúan por la Presidenta de México, con el rigor de las fuentes, y los trabajos historiográficos que parten de la labor de profesionales de la historia, con su respectiva metodología, análisis e interpretación de fuentes y narrativas, procesos intelectuales devenidos desde diversas épocas y escuelas; es decir, no se trata más que de situar en una vitrina popular los estudios de las diferentes historias de lo que hoy somos como pueblo, Nación y Estado, aunque esto también sea incomodo para el conservadurismo.