Etiqueta: opinión

  • El “peor sexenio de la Historia”, ¿es en serio?

    El “peor sexenio de la Historia”, ¿es en serio?

    No sé sí a usted, querido lector, le ha pasado que está en alguna conversación y de repente alguien se avienta la puntada de decir que con el Presidente López Obrador se está viviendo el sexenio más terrible de la Historia y que la Cuarta Transformación ha sido un fiasco. Sinceramente cuando escucho este tipo de comentarios tengo sentimientos encontrados: Por un lado me asombra la tremenda ignorancia de estas personas y el consumo de propaganda e Infodemia y por el otro, también me parece muy ingrato el no aceptar todo el esfuerzo del Presidente López Obrador y su equipo por mejorar al país y además, esa extraordinaria distribución del Erario y la construcción de obra pública a pesar de haber enfrentado una PANdemia catastrófica a nivel mundial.

    Muchos de los que repiten esa perorata del “peor gobierno de la Historia” generalmente repiten el discurso de que #AMLO es como Luis Echeverría, generalmente yo “tolero” pero sí discuto y con razones claras. A uno de mis últimos interlocutores, que se veía un poco más grande que yo, le calculó unos sesenta años le respondí: Bueno, hay que reconocer que el sexenio de Echeverría no fue tan nefasto (Inflación de un 14.9%) en términos económicos que el de José López Portillo (Inflación del 33.2%) o cómo el de Miguel de la Madrid Hurtado (83.4%) , ¿Recuerdas las devaluaciones o cuando pusieron a flotar el peso? ¿Te acuerdas de cuando fuimos “Venezuela” con Carlos Salinas de Gortari y que le quitaron ceros a la moneda porque todo lo que comprábamos costaba carísimo y que la inflación era del 15.6% ? Es más, yo tengo libros de aquellos días que traían precios exhorbitantes o las monedas doradas con efigies de Sor Juana que eran de mil pesos y que ni para un boleto del Metro alcanzaba. ¿Y el asesinato de Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas cuyo móvil nunca se ha esclarecido del todo?

    ¿O qué tal el regalo de inicio de sexenio que nos regaló Ernesto Zedillo Ponce de León con el famoso “Error de Diciembre” que elevó las tasas de interés de los bancos y que las deudas de los usuarios de tarjetas de crédito se fueron al cielo y que hubo familias que perdieron todo y que muchas personas prefirieron suicidarse ante la imposibilidad de pagarle a los bancos? Y después en el fiasco que fue el sexenio de Vicente Fox el FOBAPROA? Que por cierto, los medios de comunicación callaron, sólo recuerdo al Periodista Francisco Huerta, en su programa #VozPublica exponiendo el tema y nadie mencionó que la deuda de los banqueros se haría pública. ¿Y qué me dicen del nefasto sexenio de Felipe Calderón en dónde literalmente teníamos un Narco Estado (Al que aún lo niegue, por favor investigue un poco acerca del Juicio a #GenaroGarciaLuna) o la muerte de personas inocentes, “daños colaterales”  les llamaba el inquilino de Los Pinos y la muerte de 49 bebés y 75 sobrevivientes del incendio de la #GuarderiaABC?, ¿Los gastos superfluos en las Fiestas del Bicentenario?, ¿La inútil #EstelaDeLuz? ¿La barda de la Refinería prometida de  Felipe Calderón? ¿Y losFraudes Electorales? ¿El enriquecimiento ilícito? ¿Los fideicomisos para apoyar a unos cuantos? ¿Los empresarios evadiendo el pago de impuestos? ¿Las promesas INCUMPLIDAS de Enrique Peña Nieto pero eso sí, firmadas ante Notario Público? ¿Extrañan acaso cuando nos subían menos de $3.00 el salario mínimo? ¿Qué tanto le añoran a los Hospitales inaugurados solamente para la fotografía de la Prensa y que estaban por dentro en obra negra y sin personal? ¿Y las fundaciones de los ricos que abrían ellos mismos, se hacían los donativos y luego el SAT se los devolvía íntegros? 

    ¿Acaso no recuerdan cuando las manifestaciones se reprimieron con granaderos, los desaparecidos?¿Estaban más contentos cuando en los Medios de Comunicación nos repetían constantemente que estábamos muy bien aunque en nuestros bolsillos habían unas cuantas monedas a pesar de trabajar de sol a sol? ¿Y las devaluaciones? ¿Es verdad que no se acuerdan de aquellos sexenios nefastos?

    Ah pero las respuestas son: Pero López Obrador saludó a la Mamá del Chapo, pero soltó al Ovidio (Aunque después lo atraparon pero el chiste que primero lo soltó para evitar que masacraran a civiles inocentes) pero se encaprichó con un Aeropuerto que no sirve, que tiene una Torre de Control inclinada, que es una Central Avionera y que venden tlayudas, ¿Oiga y usted ya fue a conocer el #AIFA? Pues no pero me han contado…

    Y cuando mencionas el #TrenMaya que se está acabando con la selva, aunque no hablan de la reserva gigantesca del Jaguar, de #SembrandoVida, de los #JovenesConstruyendoElFuturo, de la respuesta eficaz en la vacunación de los mexicanos en la Pandemia y las negociaciones para que fuéramos atendidos, de que gracias a los #ProgramasSociales la economía no colapsó durante la Cuarentena, del Corredor Transístmico (de ese no sé porqué no hay ningún argumento para denostarlo) o que las dos Refinerías no refinan y que son caprichos. ¿Se molestan por la apertura de sucursales del Banco del Bienestar o de la inauguración de las Universidades en comunidades remotas? 

    Mexicanos de corta memoria, perdón pero según ustedes, ¿Qué más quieren que haga López Obrador? De verdad, no entiendo qué extrañan del pasado o mejor díganme: ¿Qué les quitaron? O dejen de consumir #INFODEMIA . 

  • Los achichincles del patrón

    Los achichincles del patrón

    El filósofo y economista alemán Carlos Marx desde hace casi dos siglos ya hablaba de un concepto muy actual en la sociedad mexicana y mundial: Los desclasados. Quienes, siendo parte de la clase trabajadora, abandonan la lucha de clases y dejan de oponer resistencia a la explotación de la burguesía porque  reciben las migajas de sus patrones. 

    Según mi interpretación, estos son individuos que no sólo son aspiracionistas (a consumir y tener más) sino que además como ellos ya se sienten acomodados y superiores, tienen terror a que las cosas cambien, quizá ser desplazados y se colectivice el bienestar social.

    Crear desclasados ha sido y es uno de los objetivos del capitalismo, porque es el camino más corto para conseguir la ruptura entre el pueblo y tratar de desintegrar todo lo que suponga un obstáculo organizado y comprometido con la defensa de los intereses de la gran mayoría.

    Los desclasados se caracterizan, no por ambicionar la legítima mejora de su status, sino por olvidar de dónde vienen, reproducir los valores de sus patrones y repetir sin una seria voluntad de análisis, los discursos de los líderes de opinión de medios de difusión pagados o propios de intereses empresariales nacionales y extranjeros. Por eso también son apolíticos, se dicen neutrales, pero en realidad, terminan siendo de derechas. Adoptan una actitud de tener y poseer “a como dé lugar” y de colocarse laboralmente muchas veces, sin méritos propios.

    Hoy, más allá de ser carne de cañón en las marchas conservadoras, en el fondo están aterrados, no sólo por el gobierno de la Cuarta Transformación sino como dice Lorenzo Meyer “se trata del temor histórico a las clases peligrosas”, a los pobres que desde tiempos del cura Hidalgo han estado dispuestos a morir por mejorar sus más básicas condiciones humanas.

    Los desclasados tienen sus orígenes en aquellos criollos que le dieron la espalda al movimiento independentista y que apoyaron a los españoles. Son a los que se les ha comprado la conciencia, regalado los derechos y que aseguran, hay un “orden natural divino” que predica que desde que el mundo es mundo hay ricos y pobres. A los aspiracionistas los medios comerciales les han hecho un “brainwash”  (lavado cerebral) como de zombies, desde hace siglos. Continúa el historiador Lorenzo Meyer: “…Basta leer la prensa de la época revolucionaria y su caracterización de los zapatistas, a los que describió como auténticos salvajes que debían ser exterminados para salvar a México.”

    La cobardía y la ignorancia los distingue porque en su pensamiento superficial y pusilánime ellos ya pertenecen a la elite dorada aunque en realidad sólo sean los lacayos y mayordomos incondicionales: “Sí jefe, lo que usted diga jefe…”. Es más, si por ellos fuera ya sería mejor que el país vecino del norte nos invadiera y que todos fuéramos gringos (a ver si mejorábamos la raza). 

    Son un sector al que cualquier molestia que se les cause la catalogan de anticonstitucional, sus derechos (que son los únicos que existen) han sido gratuitamente llovidos del cielo nada que ver con las luchas sociales de izquierda, obviamente creen ser de raza superior y en su egoísmo odian ferozmente (como ratas acorraladas) todo lo que ponga en peligro su frágil posición con el patrón. Como los capataces en las haciendas feudales que castigaban con más latigazos y más crueldad la osadía de la mirada rebelde de algún jornalero. No se identifican con el pueblo ya que se encuentran en una especie de negación de su clase social porque en su baja autoestima no se soportan en ella.

    Los desclasados, desde sus criticas pasivo agresivas, insultan y acusan de flojos y revoltosos a aquellos que se movilizan por algo colectivo, en cambio son muy rápidos a la hora de criticar de manera virtual en las redes sociales o en arreglar el mundo en las discusiones de café y ahí sí se rasgan las vestiduras y echan espuma por la boca con odio irracional. Aunque sus “debates” e ideas están llenas de insultos (¿Quién es el pelado?), frases hechas, lugares comunes vueltos verdades irrefutables para los necios y de librar batallas inexistentes como la ecología en peligro por el tren maya o la  del INE no se toca.

    En el fondo, desde mi perspectiva, los desclasados y aspiracionistas son las verdaderas víctimas de la ideología capitalista del consumismo, del pensamiento fascista de la supremacía de la blanquitud (como decía el filósofo y economista Bolívar Echeverría), del egoísmo, el miedo y el odio que desde una perspectiva psicológica y hasta espiritual, son los grandes causantes del aislamiento, confrontación e infelicidad humanas.  El problema es que los achichincles del patrón, son a final de cuentas, el ancla sorda, ciega y parasitaria que tenemos que cargar en el avance de la Cuarta Transformación de México que las mayorías soñamos consolidada.

  • Las mujeres, esencia de la 4aT

    Las mujeres, esencia de la 4aT

    Otra de las grandes trampas de la narrativa derechista -difundida desde grupos de poder y medios de comunicación convencionales contra la Cuarta Transformación de México- radica en desvirtuar el papel central y ejemplar de las mujeres en la conducción e implementación de las políticas y programas que están generando un cambio social, económico y cultural desde el México profundo, y a favor de los sectores históricamente excluidos y desprotegidos.

    Desde los orígenes del obradorismo como fuerza social del pueblo organizado en los años noventa y después en los años de la resistencia al neoliberalismo durante el cambio de siglo, las mujeres han sido el alma de nuestro movimiento, y las verdaderas protagonistas de una estructura social forjada a ras de tierra que han sostenido las luchas sociales, culturales y políticas que alumbraron la victoria del pueblo en 2018. 

    En el México contemporáneo, de las experiencias de las mujeres estudiantes de los movimientos universitarios de 1968, 1971, 1986-87 y 1999-2000 entre otros, de las luchas del movimiento urbano popular para buscar vivienda digna para sus hijos y familias, de las luchas de las costureras encabezadas por Evangelina Corona tras la negligencia gubernamental tras los sismos de 1985, de las luchas cívicas del Barzón cuando las mujeres y sus familias perdieron su patrimonio por el desastre económico priista, de las luchas en defensa del voto ante los fraudes electorales de 1988, 2006 y 2012, de la lucha contra el desafuero de AMLO en 2005, de la resistencia civil pacífica impulsada por el obradorismo en tiempos de la Convención Nacional Democrática, el Gobierno Legítimo de México, de las Casas del Movimiento, de las “adelitas” en defensa del petróleo en 2008, de todas esas mujeres que participaron, dieron su tiempo y vida, sacaron adelante a sus hijos, y también defendieron sus convicciones, enseñaron a luchar a sus vecinos, amigos y familiares, de todas ellas abrevamos todos, para seguir soñando y construyendo un México más justo, libre y fraterno.

    “Yo soy una mujer embarazada que viene a defender la patria y el patrimonio de mi hijo que viene en camino y de mi hija que está en mi casa”, decía una pancarta de una mujer anónima de la bridada “Enaguas Profundas” que defendía el petróleo como patrimonio del pueblo en las manifestaciones del 2008.

    No se podría entender la edificación de un Estado de Bienestar con enfoque de derechos sociales sin el papel de las mujeres en movimiento del cambio de milenio; gracias a esa larga lucha hoy 13 millones de 25 millones de personas beneficiarias de programas sociales son mujeres.

    Más allá de discursos oportunistas, y de los desplantes de los conservadores para buscar montarse mañosamente en las luchas de las mujeres, hoy los hechos son los que hablan: nueve mujeres son gobernadoras en sus estados, más que nunca en la vida pública del país son mujeres las que dirigen gobiernos locales. 

    En la 4aT por primera vez una mujer ha sido presidenta del Senado, también por primera vez una mujer dirige el Banco de México, y una mujer encabeza la prioritaria Secretaría de Seguridad a nivel federal.

    Por primera vez existe un gabinete paritario, se avanzó de la visión de las “cuotas de género” devenida de la “transición pactada” a la verdadera paridad. El principio de paridad es uno de los pilares fundamentales de la transformación. Para resolver los problemas y problemáticas de una sociedad que el neoliberalismo condujo a la degradación y la violencia, hoy las mujeres están en el centro de la toma de decisiones, para regenerar las condiciones básicas de vida con su sello, y que nunca más persista desde las altas esferas una visión complaciente o cómplice de la violencia hacia las mujeres. 

    Desde las nuevas masculinidades, nos corresponde respetar y reconocer todas y cada una de las luchas de las mujeres por sus derechos, y de cómo ellas decidan expresar su feminismo; y en el ámbito más general nos toca a todos seguir luchando por la paridad, por el reconocimiento a las contribuciones sociales, políticas y económicas que en todos los órdenes de la vida ejercen las mujeres.

    Falta mucho por hacer ante un sistema judicial que sigue teniendo características emanadas del viejo régimen, pero a partir de la clasificación en 2021 de los homicidios de mujeres como feminicidios, y reconocer la gravedad de esta lamentable realidad, se ha reducido este delito en 35.7%. Ahí está uno de los grandes retos de nuestro tiempo, abatir este y otros indicadores y brechas que nos remiten a la vulnerabilidad de las mujeres. En la lucha contra la violencia social, las desapariciones forzadas, los feminicidios y el machismo, cuenten las mujeres con el pueblo organizado.

  • EUA mete sus narices en México

    EUA mete sus narices en México

    En días recientes nuevamente se ha hablado mucho de lo que el gobierno de los Estados Unidos de América piensa acerca de nuestro país, donde han salido a relucir sus posiciones injerencistas que denotan que no se está contento con lo que sucede en el país vecino del sur. Debido a esa situación decidí realizar las siguientes líneas.

    A favor del INE y en contra de la democracia

    Después de la marcha que realizaron algunos miles de mexicanos en defensa de la corrupción y los privilegios del INE, el departamento de Estado de EUA afirmó que estaban a favor de quienes se habían movilizado y de la independencia y fortaleza de los institutos electorales, es decir, el gobierno de los Estados Unidos señalaba públicamente apoyar a las personas corruptas de nuestro país.

    Este apoyo mostrado le da cierta fuerza a la oposición de derecha que ve cómo los vecinos del norte les apoyan en que se regresen a las políticas neoliberales y se siga gobernando en favor de una pequeña minoría mientras la gran mayoría ve sus condiciones materiales inmediatas en claro descenso, atentando contra su dignidad humana.

    Desestabilizar por cualquier índole

    No contentos con esa postura, ahora que se reportó el secuestro de 4 estadounidenses en territorio mexicano y que ya se encontraron dos sin vida y otros dos heridos, sacaron nuevamente sus planteamientos de intervención militar estadounidense en nuestro país, quieren regresar a cuando sus corporaciones criminales militares tenían jurisdicción en todo nuestro territorio.

    Evidentemente, el tema de caracterizar a la delincuencia organizada de México como terroristas volvió a salir en el debate. Y es que no se cansan de buscar inmiscuirse en nuestra política de cualquier manera y a como dé lugar. No toleran que ya no sea la visión imperialista estadounidense la que prive por sobre la soberanía nacional.

    Incluso, nuestro presidente atinadamente les cuestionó que hace unas semanas se encontraron dos mexicanos que fueron asesinados por granjeros estadounidenses en su país y nadie dijo nada. Pues claro que cuando se trata de entrometerse en las políticas de otros países afirman que sus ciudadanos son de primera y los mexicanos de segunda o tercera, sus vidas no valen lo mismo según su postura.

    Nuestro derecho a decidir

    Pero se han topado con pared, ahora el gobierno federal en la medida de sus posibilidades defiende la soberanía nacional y el bienestar de nuestro pueblo, no permite que se le intimide militarmente o de manera comercial, pues tanto nosotros necesitamos de ellos como ellos de nosotros.

    Tenemos un gobierno digno que lucha por los más necesitados, eso les duele porque atenta contra sus mezquinos intereses. Lo sentimos, no vamos a cambiar el rumbo, no regresaremos a la etapa neoliberal, a sus políticas siempre les hizo falta calle y en la calle, se construye la democracia mexicana.

    • Redes sociales: https://www.facebook.com/chaarlie.brown.5 y twitter @CarlitosMarx5 
  • ¿Por qué nos enfrascamos en los pleitos banales de la oposición?

    ¿Por qué nos enfrascamos en los pleitos banales de la oposición?

    Cuando comenzaron las campañas presidenciales rumbo al 2018 desde la hoy oposición mexicana, se reinició un vaivén de declaraciones, habladurías y cizaña contra el entonces candidato por el partido de izquierda, que a la postre triunfaría en las elecciones, rival de los alfiles tricolor y blanquiazul, herederos de la corrupción, violencia y derramamiento de sangre, iniciado en el sexenio de Felipe Calderón y que prosiguió con Enrique Peña.

    Desde entonces, en las pantallas de televisión, radios, páginas de periódicos y distintos programas de plataformas en línea, además de las llamadas redes sociales, ese sector político minoritario ha invertido tiempo y recursos en fraguar una guerra de dimes y diretes contra el gobierno federal y su máximo representante, con la intención de hacer creer al público que aún poseen una fuerza que perdieron a pulso y, desde sus trincheras, pretenden infundir la idea de que pueden ganar las próximas elecciones federales del 2024.

    Si bien en los últimos meses la oposición se ha agrupado, una vez más, bajo el cobijo económico que le brindan personajes que ahora se hacen llamar “activistas sociales” como Claudio X. González o Gustavo de Hoyos, en realidad no pueden ofrecer más que un panorama incierto y lleno de duda a sus adeptos. La marcha que llevaron a cabo el pasado 26 de febrero, en la cual la premisa era resguardar de un supuesto golpe de autoridad a una democracia que jamás les importó, nos sirve como termómetro para saber en cierta manera, qué esperar de las fuerzas derechistas: mucho ruido y pocas nueces; es decir, muchos gritos, insultos, falta de tolerancia, escándalo (como el que acostumbran) y falta de ideas; casi ningún argumento, mucho odio, clasismo y racismo y algo que tal vez es más importante, una completa falta de compromiso con sus ideales. Quienes asistieron a ese supuesto ejercicio de participación ciudadana, duraron más en llegar a la plancha del zócalo, que en permanecer ahí.

    Se dejó al descubierto la manipulación mediática de la que son objeto sus simpatizantes, y se reveló también que las consignas que viven y arden en redes como twitter, fueron y han sido los tópicos que imperan, y parece que lo harán, en subsecuentes actos “masivos”. A eso le tiran, a eso juegan, porque saben que hay mexicanos a quienes les gusta vivir bajo el velo del engaño que les tienden cada mañana en sus noticieros, con las críticas desmedidas y falsas de sus analistas y que retuitean con fervor cualquier calumnia o difamación que ocurra. La última de todas, la que sufrió el periodista Álvaro Delgado a manos del expresidente Felipe Calderón, quien orquestó la andanada de ataques en contra del conductor de un medio de comunicación.

    A pesar de que no debemos dejar pasar semejantes dichos y embates, tampoco es imperante confrontarnos con las granjas de bots y odiadores, a sueldo o no, que pululan en las redes sociales. Su fuerza es inversamente proporcional a la atención que les otorgamos, el alcance de los golpes que pretenden asestar se mide por la cantidad de gente que les responde.

    Tal vez, lo más inteligente a realizar para las personalidades de la izquierda gobernante en el país sería, no enfocar sus fuerzas a responder los ataques de la oposición conservadora, sino en unificar a sus seguidores, robustecer sus bases, depurar sus filas, tarea por demás NECESARIA, evitar la división de sus allegados; es decir, no propagar el odio entre sus distintos partidarios, sobre todo los de aquellos candidatos con miras a la presidencia de la república.

    En años pasados, una de las causas que generó la división y al final la derrota de los movimientos de izquierda fue la falta de unidad en sus altos mandos. Con lo poco que falta para que se lleven a cabo las elecciones que definan a quien será el próximo presidente, existe suficiente tiempo para llevar a cabo las tareas que permitan tener un movimiento sólido, que otorgue a sus votantes y al pueblo en general las herramientas para seguir construyendo el cambio que inicio en 2018. La derecha no dejará de hacer todo lo que sabe para poner piedras en el camino, la izquierda necesita seguir limpiándolo.

    • Twitter: @Pablo_OcampoEsc
  • Lago de Texcoco, un triunfo para el medio ambiente

    Lago de Texcoco, un triunfo para el medio ambiente

    La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México representó un verdadero triunfo para los genuinos defensores del medio ambiente y sobre todo para quiénes dedican su lucha a la defensa de los derechos humanos de los núcleos agrarios. Evidentemente, entre los principales argumentos de aquellos que nos oponíamos a la obra insigne de Enrique Peña Nieto, eran los innumerables casos de corrupción que habían acompañado el proceso de enajenación de las tierras, así como los daños irreversibles que se provocarían al medio ambiente.

    De manera por demás absurda, el Grupo Aeropuertario de la CDMX, publicó en su plan estratégico / institucional que la obra mejoraría la salud ecológica de la región, a la vez que rescataría de manera integral la zona gracias a la creación de un bosque metropolitano de 670 hectáreas. Diversos colectivos tanto campesinos como ambientales, denunciamos que una obra de esa naturaleza, lejos estaría de contribuir de manera favorable para el medio ambiente, todo lo contrario, terminaría por convertirse en un verdadero ecocidio, dadas las afectaciones a la riqueza natural que aún posee la zona a pesar de la degradación permanente del suelo.

    Gracias a la cancelación de la obra y el consiguiente decreto de López Obrador que declaró área natural protegida con el carácter de Área de Protección de Recursos Naturales, la zona conocida como Lago de Texcoco, en los municipios de Texcoco, Atenco, Chimalhuacán, Ecatepec de Morelos y Nezahualcóyotl en el Estado de México; se construyó una nueva realidad para el lago, que sin duda enfrentará nuevos retos para la restauración de los ecosistemas que, por cierto, han sido víctimas de la rápida y progresiva destrucción a causa de las políticas neoliberales.

    Pero hay que ir más allá, sobre todo si pensamos en el futuro y reflexionamos la manera en que la historia contribuye a su comprensión, por esa razón debemos comenzar con una revisión objetiva sobre el lago de Texcoco y su devenir histórico pues este representa para los mexicanos algo más que un espacio geográfico, se trata nada más y nada menos de un territorio con un valor histórico y cultural que otorgó su nación a una de las civilizaciones más emblemáticas de la historia de la humanidad, además de que emanó de ella el escudo que hoy nos dota de identidad y orgullo. Aunado a eso, agreguemos los valores ambientales, económicos, sociales y por supuesto ecológicos que han resistido la visión retrógrada de los poderosos de este país hasta el sexenio pasado. Esa reflexión hoy nos sitúa ante una innegable realidad: el decreto es un acierto por donde se quiera observar, incluso por encima de la visión reduccionista de los opositores de AMLO, pues, a pesar de que no ha transcurrido ni un año de haberse publicado el decreto lópezobradorista, se logra constatar el efecto positivo que comienza a generarse en la zona.

    La semana pasada se realizó un recorrido en la ANP encabezado por Adán Peña Fuentes, Titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y campesinos de la CODUC. El motivo era la revisión de los proyectos implementados que incluyen en una primera etapa, la plantación de nopales y magueyes en una extensión considerable. En el recorrido se pudo constatar que muchos de los ejemplares sembrados habrian sufrido el ataque de fauna no nociva como las liebres. Esto es completamente satisfactorio pues es fiel reflejo de que el objetivo del decreto comienza a cumplirse dado que la restauración ecológica es latente.

    Sin embargo, a pesar de que la evidencia científica muestra la nobleza del decreto y el cumplimiento del objetivo, hoy en día continúan presentándose actos ilegales que contaminan la zona con el contubernio (o cuando menos omisión) de autoridades locales con grupos antagónicos (o no) orientados por motivaciones políticas. Estos grupos que poco entienden el valor del decreto y los alcances que tendrá para la preservación de los ecosistemas, se cuentan por decenas y son alentados por todos los partidos (todos incluye a MORENA) que utilizan el periodo electoral del EDOMEX para amparar sus atrocidades. 

    Por esa razón, la CODUC reconoce el compromiso de la CONANP, la actitud de colaboración de su titular y la dependencia en general, que han realizado una labor por demás destacable en pro del medio ambiente, así como una posición férrea cuando se trata de hacer valer la razón sobre la motivación política. Habrá sin duda muchos detractores del decreto dentro y fuera de la propia Cuarta Transformación, sin embargo, mientras existan funcionarios públicos con verdadera vocación de servicio como en este caso, habrá también un colectivo organizado como los “Tlateles” encabezados por Marco Ortiz, Juan Loreto, Candelaria González y cientos de luchadores sociales de Chimlahuacán que respalden las acciones en beneficio de la madre tierra.

    Y no, no importa que estemos frente al silencio de los ambientalistas en este caso, su posición política plagada de hipocresía los obliga a no reconocer el triunfo trascendental de este decreto de AMLO, pero insistimos: no importa, ese silencio por demás cómplice de una oposición retrógrada, no limitará el avance de la justicia ambiental. Hoy tenemos de nueva cuenta un espacio que jamás debió abandonarse, regresa a su vocación ancestral, pero sobre todo, se mantendrá perenne para fortuna de las nuevas generaciones. Enhorabuena.

  • La desinformación a la calle

    La desinformación a la calle

    Nadie debe dudar que la concentración del pasado 26 de febrero aglutino a los principales defensores de la democracia ─reducida a al acto electoral─ y la libertad ─limitada a la libertad de consumo y de elegir como morir de hambre. Dicho evento tuvo sacó de sus mansiones a la crema y nata del conservadurismo nacional, personajes a los que pocas veces se les ve a nivel de suelo, quienes extrañamente se codean con la muchedumbre, quienes difícilmente recorren la calle a pie.

    Sin embargo, la virtud de la marcha en defensa de la parálisis y el anquilosamiento institucional del INE no se reduce al esfuerzo realizado por garantizar que ningún mexicano entienda que la democracia va más allá de la emisión de credenciales electorales y el conteo de votos, más allá de constreñir la lucha por la libertada a la libertad de elegir productos iguales, con etiquetado diferente de entre los estantes den el supermercado, y ─sin quitarle un gramo de importancia a la insignificante relevancia que tiene haber visto a Luis Carlos Ugalde, Fernando Belauzarán, Santiago Taboada, Claudio X. González, Claudia Ruiz Massieu, Marko Cortés, entre otros─ el desfile de políticos que se distinguen por su nula cercanía con la sociedad. No.

    La virtud de la macha va mucho más allá, tiene que ver con la praxis infodémica, con poner en práctica y llevar a la calle la desinformación, para que miles de personas protestaran en contra de algo que, en el mejor de los casos, desconocían y, en el peor, apoyaban.

    La gente ─poco acostumbrada a recorrer cualquier parte de la ciudad, salvo los centros comerciales, a pie─ salió y tomo el Zócalo para dar cuerpo a una manifestación política, que más que manifestación es un pretexto con esperanza de convertirse en bandera que de cause y sentido a la menguada oposición mexicana, que se opone ─¡Y como no!─ a que cualquier ciudadano mexicano pueda votar, pocas cosas son tan peligrosas para los privilegios de quienes nacieron privilegiados, como la posibilidad de que cualquiera incida en la toma de decisiones ¿Qué es eso de que personas en prisión preventiva puedan votar? ¿Para que queremos que personas en estado de postración puedan votar? ¿De que sirve y, sobre todo, a quien beneficia, facilitar el voto de personas en el extranjero? Si están fuera del país que no se metan en lo que pasa en el país, si no pudieron resistir el embate neoliberal que los expulso de su tierra, no es culpa de los defensores de una democracia light que se concentra en nada más que el acto electoral y la emisión de credenciales de elector.

    La gente salió a protestar en contra de una reforma que no modifica las facultades del INE para integrar el padrón y la lista nominal de electores, en contra del hecho de que los legisladores tengan que separarse de su cargo cuando busquen la reelección, en contra de que el conteo de votos inicie el mismo día de la elección ¿Qué es eso de contabilizar votos el mismo día de la elección? ¿Por qué no dejar los paquetes electorales a buen resguardo en un lugar donde nadie pueda hacer el escrutinio y así poder jugar con ellos ─en la medida de lo posible y siempre pensando en el interés de quienes velan por intereses ajenos al de los mexicanos─ como la clase aspiracionista juega con los días de corte de sus tarjetas de crédito?

    Imbuidos por este espíritu que defiende una democracia reducida a la elección de productos en un anaquel, la ciudadanía que sí lee, que no se deja llevar por la opinión de un líder, que resiste a la alienación ideológica gracias a la alienación de los aparatos ideológicos; armada con el discurso de Brozo y Loret de Mola, arropada con las consignas que la doctora Dresser alcanzó a expresar antes de que ella misma se declarara victima de asesinato verbal, mostró el profundo conocimiento que tiene en materia electoral, en el llamado “Plan B”, y una habilidad para leer entre líneas, que digo leer entre líneas, para adivinar las intenciones ocultas, no manifiestas, no plasmadas, no sugeridas, que el “Plan B” disfraza.

    Así, ese cumulo de consumidores aspiracionistas que prefiere ser denominado ciudadanos, sostuvo que la reforma al INE busca desaparecer, quitar, erradicar y destazar al INE al mejor estilo de un carnicero que ─cuchillo en mano─ corta en pedazos la carne de un animal para que otros puedan consumirla. Afirmaron que de la autonomía del INE depende la autodeterminación del país, poco importa si un concepto está relacionado con el otro, lo que importa es que los dos empiezan con el prefijo auto─ y suenan bonito cuando se utilizan juntos en una sola frase. Salieron a las calles, en un ejercicio democrático que no encontró fuerza alguna que se le opusiera, para declarar que la democracia y la libertad de expresión están en riesgo, que la reforma al INE elimina nuestra posibilidad de votar, de elegir, elimina el padrón confiable donde las personas son identificadas con fotografía y dirección, nos quitará la credencial de elector y perpetuará a López Obrador en el poder.

    En resumen, la clase aspiracionista salió a las calles a defender el legítimo derecho de la clase privilegiada a contar con un organismo estático, monolítico e intocable que garantice la simulación democrática, y salió con sentencias amarillistas tan cercanas a la realidad como lo está Acción Nacional, el PRI o el PRD ¿Quién quiere tener los riesgos de la democracia cuando podemos contenerlos jugando a las elecciones cada tres años? ¿A quien beneficia que la población decida el rumbo del país cuando un grupo reducido de personajes, por los que nadie ha votado, tiene clarísimo el rumbo que el país debe conservar para que ellos conserven sus privilegios?

    Entrados en gastos

    Afortunadamente, aunque no faltará quien piense que esto es un completo atropello a la voluntad popular, que nunca sabe que no sabe lo que quiere y necesita, podemos estar tranquilo y contar con que desde el Poder Judicial se dará marcha atrás a este democrático golpe que se le da a la democracia al intentar contar con un instituto electoral que sea más eficiente. Podemos estar seguros de que entre las 30 controversias constitucionales que la Suprema Corte de Justicia de la Nación admitió en contra del “Plan B”, Norma Piña y cia. encontrarán, un error de redacción, una coma mal puesta, una palabra no acentuada, para dar reversa a este dictatorial atentado democrático en contra de la simulación democrática en la que vivimos, si encontraron elementos para liberar a Rosario Robles, descongelar las cuentas de García Luna y Cárdenas Palomino, y cancelar la orden de captura contra Cabeza de Vaca, encontrar un clavo ardiendo del cual asirse para desmantelar el “Plan B” no representará ningún problema.

    • Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
  • 8 de marzo

    8 de marzo

    Contrario a lo que aún muchas personas creen, el 8 de marzo no es un día para dar felicitaciones, flores o regalos, sino que es una fecha conmemorativa con la cual se invita a reflexionar por la igualdad ante la ley.

    Mucho ha pasado de aquellos años en que a la mujer no se le permitía ejercer su voto en procesos electorales. Que se le denegaba acceso a más oportunidades y opciones para superarse.

    Con el tiempo, grupos de mujeres han logrado que se les reconozca como un pilar fundamental de la sociedad, y, al mismo tiempo, han logrado arrancar esa etiqueta de «sexo débil».

    Un fenómeno que no es privativo de México, sino que se ha extendido a nivel mundial; el éxito del movimiento es todo una hazaña espectacular.

    Actualmente, hay más mujeres que ejercen y encabezan el poder, por ejemplo, en este año, la SCJN ha quedado marcada en la historia, ya que ahora una mujer la encabeza. Igualmente, el INE será presidido por una mujer y cada día son más las que se suman. No se descarta que incluso en 2024 una mujer sea la elegida para dirigir el gobierno de México.

    Pero el éxito no solo radica en tales puntos: en las universidades, por ejemplo, son las mujeres las que han ganado más terrero; conservan ese espíritu de superación. Cada día las mujeres se preparan mejor y han logrado obtener muchas victorias.

    Al parecer, se va por buen camino. Sin embargo, aún quedan cosas por realizar. Y es un asunto general la lucha en contra de la violencia, los abusos y discriminación a la mujer.

    Por todo, es momento de reflexionar respecto a cómo es posible lograr vencer estos problemas. 

  • La Ciencia Neoliberal

    La Ciencia Neoliberal

    En el Artículo 27, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se establece que toda persona tiene derecho a participar en el progreso científico y en los beneficios que de este se deriven.  Esta visión que data de muchos años atrás pero que se establece en la reunión de París el 10 de diciembre del año 1948, es en sentido estricto, una visión social del conocimiento. Con esta proclamación se buscó establecer las bases para el progreso del conocimiento a nivel mundial con fines sociales e inclusivos. A lo largo de los años algo paso que quedó sin efecto en gran parte del mundo la materialización de este derecho.

    El neoliberalismo se instaló en todas las esferas, no sólo a nivel económico y político, sino también a nivel académico y científico, se apoderó de las instituciones e impulso la creación de organizaciones y de organismos a favor de la separación entre la ciencia y la sociedad. El mismo desprecio que el neoliberalismo le ha realizado desde siempre a garantizar los derechos fundamentales, lo realiza con el derecho que la sociedad tiene del acceso al conocimiento y a gozar de los frutos del progreso científico. Con el pretexto de que era la empresa la fuente del conocimiento y que esta, y únicamente esta sería la que podría materializar el nuevo conocimiento en innovación, sometió al gobierno y subordinó a las universidades. 

    Bajo este enfoque el gobierno se redujo a un simple mediador de los recursos destinados a la investigación y al supuesto desarrollo de las actividades científicas, mientras que la universidad, se enfocó específicamente en formar “obreros del conocimiento” que pusieran a disposición del mercado y de las revistas científicas de “renombre”, en su mayoría privadas, todo el conocimiento generado con presupuesto público pero que podría serle de utilidad a la industria y al sector privado para su explotación. 

    Es de esta manera que distintas universidades y centros de investigación del país se dieron a la tarea de enfocar sus esfuerzos en formar parte de la ciencia neoliberal. El neoliberalismo violó los principios de autonomía y sutilmente utilizó a las universidades desde adentro para poner su conocimiento, sus recursos humanos, sus instalaciones, su infraestructura, su talento, etc., todo al servicio de los intereses del gremio empresarial, muchas veces ni siquiera nacional sino extranjero. 

    Estas prácticas se hicieron habituales, se le llamaba “vinculación”, sin entender que lo que se hacía era impulsar la privatización del conocimiento financiado con fondos públicos. Al día de hoy los propios científicos e investigadores, esos que se encuentran inmersos en su laboratorio o en su cubículo de cuatro paredes, muchas veces son a esos a los que se les complica ver las relaciones políticas, económicas y sociales de lo que ello implica. 

    Por ejemplo, es difícil hacerle ver a un científico neoliberal que sus actividades científicas pueden estar realizadas con seriedad y en apego al método científico, pero que sin embargo sus resultados de investigación no tienen mayor impacto social como sí lo tienen en las ganancias de una empresa. Claro, ellos suelen decir que “si gana la empresa, gana la sociedad porque se genera empleo”, pero eso es muy fácil de desmentir, dado que en estas empresas que se aprovechan de la ciencia pública, son las mismas con falta de principios empresariales éticos que incurren en brindarle a sus trabajadores condiciones laborales paupérrimas o de explotación. 

    Son estas empresas farsantes, muchas veces multinacionales, las que dirigen su investigación supuestamente científica para ver la forma “más eficiente” para extraer minerales, para talar árboles y despojar indígenas de sus tierras, para explotar mantos acuíferos y dejar sociedades enteras en crisis hídrica, o para contaminar playas y océanos, para desarrollos inmobiliarios bajo el amparo de la corrupción, etc. Es precisamente la vinculación de estas empresas con los demás agentes (Gobierno y Universidad) los que constituyen lo que llamamos una economía de muerte, es decir, un sistema económico que emplea el conocimiento para dañar a las personas y destruir su medio ambiente. 

    Bajo el velo del impulso a la innovación, bajo la idea de la supuesta generación de “nuevo conocimiento” por parte de las empresas, se encerraba la promesa de que a mayor innovación mayor crecimiento económico, claro, eso es posible, la innovación y la inversión en investigación y desarrollo (I+D) favorece el crecimiento de la empresa o incluso del país, pero no implica que favorezca su desarrollo. El desarrollo salió de la agenda de discusión, incluso de la propia academia, esta absurda obsesión del crecimiento trajo consigo una ceguera permanente sobre el desarrollo social y el desarrollo humano. 

    Un ejemplo de esta locura de la ciencia neoliberal es la invención de lo que le han llamado Bioeconomía, que no es otra cosa que abrir el camino para que empresas transnacionales de los países desarrollados exploten los recursos naturales (flora y fauna) a favor de su progreso y en perjuicio de los países desarrollados, claro, nuevamente, con la mentira del supuesto progreso de la ciencia y de la tecnología (¿progreso para quién?). Frente a esto, toneladas de libros, de revistas científicas, departamentos de investigación, universidades de renombre en todo el mundo, y muchas horas y horas de grabación en videos y programas de televisión, se destinaron a difundir este nuevo paradigma (nuevamente, impulsado y financiado por la propia ONU). 

    Este como otros paradigmas anteriores está lleno de mentiras, como siempre, quisieron vender la idea de que el progreso de los ricos favorece a los pobres haciéndonos creer que “ellos tienen los conocimientos y la tecnología y nosotros los recursos naturales” y que de llegar a explotarse esas “grandes riquezas” se beneficiaría todo el mundo, sólo era cuestión de “acceder”, de “abrirse” de “no ser egoísta” frente al progreso, de no obstaculizar la nueva modernidad. 

    Puras patrañas, la ciencia neoliberal se presenta hoy en día como una nueva modalidad de colonialismo basado en el conocimiento, justificando las “nuevas ideas” desde el centro del poder para que estas sean empleadas, sin escrutinio por los países “atrasados”, de ahí que, entre otros objetivos, la ciencia neoliberal tenga el propósito de inhibir la generación de ideas propias de la periferia y fundamentalmente de adueñarse de las “mejores mentes”, aprovechándose, claro, de los recursos de inversión en educación local para que después este sea explotado por una empresa internacional.

    Es fácil entender esta lógica de privatización del conocimiento dado que la naturaleza de la empresa es esa, el beneficio, sin embargo, se requiere más que empresas innovadoras para el progreso social, se requiere algo más que investigadores que tengan como prioridad suprema la publicación de artículos en revistas indexadas tipo SCOPUS o JCR, para el desarrollo de una nación no solo requerimos de investigadores que hagan que este conocimiento y esta ciencia se derramen en la sociedad, sino también que este conocimiento verdaderamente se difunda, se divulgue y se aplique. 

    Recuerdo que en conferencias con especialistas sobre el tema justificaban que a la innovación no le compete el desarrollo sino solo el crecimiento económico, dado que este se presenta como la antesala del progreso. Está limitada visión de la economía explica por qué todavía se privilegian indicadores como el Producto Interno Bruto (PIB) para poder medir la riqueza de una nación sin que se mire al interior de la misma para escudriñar sobre sus condiciones socioeconómicas reales y su verdadera calidad de vida. 

    Entonces, ¿a dónde va todo el conocimiento? De nada nos sirve científicos eruditos que solo hablen un lenguaje rimbombante y fluido entre pares, por el contrario, se requiere una visión vertical del conocimiento, bidireccional no solo entre investigadores sino entre el científico y la misma sociedad. Se entiende que esta petición sea una labor ardua para un científico neoliberal, sobre todo si se viene de una etapa de neoliberalismo recalcitrante o si se pertenece a una cúpula de poder y se ha visto beneficiado de ella, sin distinción de género, científicas y científicos neoliberales que han sacado provecho y que hoy se niegan a cambiar sus patrones de comportamiento y sus malas prácticas. 

    Es frente a esta cúpula del poder científico conservador que el CONACYT y su directiva realizan una ardua labor de hacer frente a la ciencia neoliberal, primero buscando remover estas estructuras fuertemente establecidas (como en el caso del CIDE) que no solo tienen fuerza política, sino que tienen también presencia en la esfera económica y en la esfera cultural y estudiantil. Además del CIDE, un caso especial es el del Foro Consultivo, Científico y Tecnológico (FCCyT), que agrupó a un número de investigadores que operaban bajo el velo de una “asociación civil” pero que en realidad traían como agenda impulsar el tema de la innovación aliándose con empresas transnacionales y desviando recursos del erario público a favor de la ciencia de empresas privadas, es decir, sirvieron de intermediarios para trasladar recursos públicos a intereses particulares (Ej. MONSANTO).  

    Sin duda, esta élite dorada de las aulas de clases, ya sea como docentes-investigadores, eméritos o decanos de las facultades, se hacen pasar por personas “respetables” aun cuando obedecen a intereses privados beneficiándose de un sueldo que le paga la misma sociedad, esa misma que rechazan y perjudican con su actuar. Esta elite obedece a interés incluso de empresas extranjeras o abiertamente de organismos internacionales que les dan línea para continuar con sus “proyectos de investigación”. 

    Es esta misma élite de la ciencia neoliberal la que hipócritamente defiende la supuesta “autonomía universitaria”, son los mismos que se sonrojan o se indignan cuando se habla de su inmoralidad, de ver a un pueblo lleno de injusticias y de que ellos se suman a una injusticia más, a una ciencia injusta. Son también los mismos seudocientíficos que controlan las plazas académicas, los proyectos editoriales, las revistas académicas, los fondos para congresos, las ayudantías, los cubículos u oficinas, las disponibilidades de horario, la disponibilidad de asignaturas en días y horas privilegiadas, los mejores auditorios, son también los que controlan los centros de investigación e institutos, son los que imponen las líneas de investigación y campos de conocimiento, todo en beneficio de sus intereses personales y/o corporativos. 

    Con todo lo anterior podemos decir con certeza que el neoliberalismo termino por desprestigiar a todas las disciplinas (véase la Economía, la Medicina, el Derecho, etc.), algunas con más descaro que otras. Las universidades, como en el caso de la UNAM al día de hoy, han servido como refugio de ladrones y corruptos. Después de salir a la vida pública como funcionarios y de corromper y enriquecerse abruptamente, se lavan la cara y regresan a su alma mater (Véase el caso de Lorenzo Córdova y de Ciro Murayama). 

    Por un momento se les olvida a estos “científicos” corruptos su protesta de juramento, se les olvida que como egresados de la “máxima casa de estudios”, se comprometieron a poner al servicio de la sociedad sus conocimientos y no fue así, por el contrario, toda su formación que le costó cada peso y centavo al pueblo de México ha ido en perjuicio de la misma sociedad y en favor de una cúpula de poder económico y político. 

    De una forma anti-nacionalista y sin vergüenza, estos científicos neoliberales han avalado fraudes electorales, han corrompido instituciones, han provocado crisis económicas, han justificado saqueos al erario y endeudamientos para el pueblo, entre otras muchas cosas. Sin ética, sin valores ni principios morales le han vendido su dignidad al dinero y al capital. Lamentablemente, de forma servil y olvidándose de sus orígenes, le han dado la espalda al pueblo de México, yo me pregunto ¿con qué calidad moral pueden regresar a la UNAM a darle clases a la comunidad universitaria?  

    Es muy probable que esta élite dorada crea que todavía hay alumnos que quieran tomar clases con ellos, yo sinceramente lo dudo. México no necesita más de esa ciencia neoliberal, también en las aulas de clase necesitamos que la gente que esté al frente de un grupo sean honestos, genuinos y con un mínimo de solvencia moral. Gran parte de estos científicos corruptos con falta de ética han contribuido a generar un conocimiento sin sentido social y es momento de romper con esa sinergia. La labor es ardua y constante, sobre todo de la comunidad universitaria que es mucho mayor en número a esta élite compacta. Hoy creo que la misma frase de Hidalgo aplica también a las universidades: “la universidad que quiera ser libre, lo será”. 

    En el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) se sigue haciendo una limpieza profunda, en esta administración de la 4T se está realizando un mejor uso de los recursos de forma transparente. Actualmente la administración de este organismo se encuentra de la mano de gente honesta y que tiene toda la confianza y el apoyo del gobierno federal. CONACYT ha emprendido una larga lucha por romper esta cadena de privilegios y porque haya una plataforma más horizontal en la ciencia, además de subrayar el papel fundamental que juega la ciencia en el bienestar social y la importancia de que el progreso del conocimiento se dirija en atender puntualmente los principales problemas de México. 

    Romper con una ciencia neoliberal es romper con un paradigma, para ello se requiere de una mayor humildad por parte de los científicos e investigadores, requiere que se bajen de esa montaña del conocimiento (de esos “hombros de gigantes”) para volver a ser “personas normales”, lo que antes fueron. Basta con que recuerden de donde vienen, de que reconozcan que la ciencia y el conocimiento los han llevado hasta donde están gracias al dinero del pueblo, que es la misma sociedad la que aporta los recursos para su labor científica, que es la sociedad el origen y el fin último de todo. 

    Sin duda, también se requiere de una transformación en el sector de la ciencia y eso no es tarea fácil, estamos hablando de la seria necesidad de re-educar al científico, de regresarle su verdadera vocación de servir a los demás y no de servirse de su papel o posición universitaria para dañar a México. Se necesita revivir su esencia y ese amor profundo por la búsqueda de la verdad que lo caracterizaba, de regresarle esa autentica intelectualidad crítica y no rastrera y servil al poder. 

    Cada vez necesitamos de más científicos con ética y de más ética en la ciencia. Sí, que haya vinculación con sectores empresariales o de gobierno, pero que se ponga por delante del interés privado el interés social. El científico puede ejercer su labor con dignidad, con verdadera y genuina vocación universitaria, puede bien liberarse de las cadenas del dinero mal habido. Un investigador y científico respetable no se mide por la riqueza que genera para sí o para su familia, por el apego a su plaza o por las malas prácticas de su nepotismo, no, la valía del científico-investigador radica en lo que le aporta a la humanidad de forma trascendente, no de forma vulgar y efímera. Un científico se valora por sus aportaciones para mejorar la vida del ser humano, por dejar un mundo mejor, una sociedad con menos penumbras y oscuridad. 

    Quisiera terminar diciendo que no es la absurda y obcecada producción de artículos científicos en SCOPUS o JCR lo que nos hará libres de esta ciencia neoliberal, por el contrario, son estos los derroteros que han marcado tanto el capital como fuente de financiamiento como el capitalismo como sistema de producción. Son estos los pilares de la ciencia neoliberal los que han colocado al científico en una caja de cristal explotando sus capacidades y ubicándolo como un obrero más del conocimiento. Es precisamente este modelo del que se nutre el capital intelectual global, generándole riqueza y dejando en segundo plano a la humanidad y al bienestar social. 

    Hoy, el investigador requiere replantear su labor científica, renunciar a su papel de científico neoliberal y terminar de una vez por todas con esta encrucijada de mentiras para darle paso a un nuevo científico, un científico humanista, todavía estamos a tiempo. 

  • UNA INCURSIÓN ARMADA EN MÉXICO

    UNA INCURSIÓN ARMADA EN MÉXICO

    En días recientes, William Barr, abogado y ex fiscal general durante la administración de Donald Trump, afirmó en un artículo publicado por el Wall Street Journal, que durante el sexenio de Felipe Calderón “fue el único que ha enfrentado al narcotráfico en México”. Por otro lado, el presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó las razones de esta postura en el contexto del juicio contra Genaro García Luna, el brazo derecho de Calderón y protector del Cartel de Sinaloa.

    Durante su conferencia matutina se preguntó: “¿no será que como ya está de nuevo en su despacho le va a llevar el caso a Calderón, lo van a contratar de abogado de Calderón o de quienes resulten arriba, aquí y allá responsables, porque puede hablar todavía García Luna?” ¿A qué obedece llevar a cabo intervención armada estadounidense en nuestro país? ¿Sería la solución al problema de la adicción al fentanilo?

    No es la primera vez que los estadounidenses llevan a cabo incursiones armadas a México.  A mediados del siglo XIX, la naciente Unión Norteamericana buscó expandir su influencia política hacia el Sur, el océano Pacífico y el Golfo de México y acceder a importantes recursos naturales. Reconociendo la superioridad militar de su ejército profesional, su rápido crecimiento económico y su fuerte confianza en su superioridad como civilización, fueron capaces de invadir territorio mexicano en una larga y sangrienta guerra (1846-1848). Como consecuencia, la Unión Americana reclamó y obtuvo los territorios de Texas, Alta California, Nuevo México, Utah, Colorado y Wyoming. México perdió más de 2.4 millones de kilómetros cuadrados de territorio nacional firmados en los Tratados Guadalupe-Hidalgo el 2 de febrero de 1848. 

    Durante la Revolución mexicana, Francisco Villa y sus seguidores saquearon el rancho de Chihuahua de William Randolph Heast, magnate de los medios periodísticos estadounidense, quien poseía millones de dólares en petróleo, minería, madera, chicle y propiedades descritas “del tamaño de Maryland y Delaware combinadas”. Los hombres de Villa se llevaron 60,000 cabezas de ganado y fueron distribuidas a los peones. Como consecuencia, Hearst instruyó a los editores de sus periódicos lanzar un ataque informativo a gran escala sobre México, presentándolo como un enemigo potencial de los Estados Unidos e instando al gobierno a enviar tropas para restaurar el orden. En respuesta a un ataque de las fuerzas villistas a Colombus (Nuevo México), ocurrido el 9 de marzo de 1916, el presidente Woodrow Wilson confió una fuerza expedicionaria al mando del general John J. Pershing y el primer teniente George Patton, quien tendría fama en el futuro como general de las fuerzas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.

    El 14 de marzo de 1916, la llamada “expedición punitiva”, con más de 10,000 soldados, equipada con armamento y un escuadrón aéreo, se internó en Chihuahua, con el único fin de “capturar a Francisco Villa y a su banda”. Pershing ordenó a sus fuerzas no atacar a las tropas constitucionalistas y esforzarse en convencer a los mexicanos de que sólo buscaban capturar a Villa y a sus hombres. Por once meses, los persiguió de manera infructuosa. El jefe revolucionario permaneció oculto en la cueva del Coscomate, una caverna ubicada en la cima de un cerro en la región central del estado y desde allí organizó el combate de guerrillas en contra del invasor estadounidense. La expedición fracasó, la población mexicana enfrentó a las tropas estadounidenses con palos y piedras, Carranza llevó a cabo una serie de negociaciones diplomáticas para negociar la salida de las fuerzas estadounidenses y se vieron obligados a salir de México para combatir en la Primera Guerra Mundial en 1917. 

    Con respecto al fentanilo, este narcótico es usado como analgésico y es un opiáceo es 50 veces más potente que la heroína. Es producido en los laboratorios clandestinos, a diferencia de un laboratorio farmacéutico. Su potencia y sus efectos inmediatos están detrás de la adicción que genera. Puede ser inyectable, pero aplicable también en parches y tomarse en pastillas. Se calcula, que el 95% del fentanilo pasa a los Estados Unidos por el sur, burlando todas las barreras puestas por la DEA y ha inundado el mercado al punto que el fentanilo confiscado en 2022, es decir, 379 millones de dosis, sería suficiente para matar a la población estadounidense. 

    Por otro lado, detrás de las afirmaciones del ex fiscal Barr está el legislador republicano de Texas Daniel Crenshaw. Hace dos meses, presentó una iniciativa en el Congreso estadounidense para facultar al gobierno federal la autorización de las fuerzas armadas para combatir el tráfico de fentanilo. En otras palabras, busca legalizar una invasión. Carlos Pérez Ricart, profesor e investigador del CIDE, afirma que los planteamientos de Crenshaw y Barr “pueden convertirse en la matriz de una campaña electoral del Partido Republicano estadounidense para las elecciones presidenciales del 2024, disgustados por las políticas del presidente Biden”.  

    Para concluir, retomó las palabras del cineasta estadounidense William Friedkin, director de Contacto en Francia (1971) y El Exorcista (1973) “Cuando veo a mi país provocando o amenazando a otro país siento vergüenza. Sólo se necesita un hombre loco para que ponga fin al mundo tal como lo conocemos”, agregó el cineasta. Llevar a cabo una incursión militar, en el nombre de “cruzada contra el terrorismo internacional”, implicaría no solo una violación a la soberanía mexicana, sino enfrentarse al pueblo mexicano dispuesto a repeler a los estadounidenses, de la misma forma que se hizo en la intervención estadounidense (1846-1848) y la expedición punitiva (1916).

    Estados Unidos cree tener la autoridad para ser la policía del mundo. Lo que debe de hacer, es administrar el problema de las drogas, legalizarlo con el fin de ejercer un estricto control sobre las drogas. De una manera similar a la derogación de la Ley Seca en 1933, evitando que las bandas criminales siguieran tomando el control de la venta ilegal del alcohol.