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  • #YoPorLas40Horas

    #YoPorLas40Horas

    La reforma laboral “paulatina”, frenada por Monreal y por Haces Barba, plantea que las 40 horas se vayan aplicando en áreas diversas y poco a poco, no de golpe, ni totalmente. Para los trabajadores es inaceptable. 

    En mi vida laboral pasé por una empresa en la que la jornada para la mayoría era de 9 horas por 5 días a la semana, se tenían 2 descansos de 15 minutos durante la jornada y 45 minutos para tomar alimentos, obviamente siempre podías ir al baño y no pasaba nada. La productividad era buena.

    En esa misma empresa había áreas con jornadas especiales, 12 x 36 y 11 x 37, dependiendo de la especialidad y del servicio. Otra área, tenía una reducción de jornada de 50 minutos, así que la jornada duraba 8 horas 10 minutos, con los 2 periodos de 15 minutos y 60 minutos para tomar alimentos el total de tiempo de trabajo era de 6 horas con 40 minutos. La productividad era muy alta.

    El sindicato le arrancó a la empresa importantes aumentos al salario base y nuevas categorías con funciones más especializadas en esa misma área de trabajo, pero cedió, con el consenso de los trabajadores y trabajadoras, que la reducción de la jornada desapareciera, así que la jornada ahora era de 7 horas con 40 minutos.

    La empresa argulló que la productividad aumentaría, pero eso no ocurrió, la productividad se mantuvo exactamente igual, e incluso se redujo en los meses en que había más trabajo. Yo mismo lo viví.

    Reducir la jornada de trabajo a 40 horas, será un acto de auténtico humanismo y una base sólida para la consolidación de la Cuarta Transformación, que se ve amenazada por errores puntuales y graves en Secretarías que son clave en la opinión y conciencia popular. 

    Me refiero a la SEP, donde los conflictos crecen por minuto: trabajadores de escuelas tecnológicas y politécnicas tomaron el edificio de Universifad 2000, mientras los académicos de la UPN tendrían que haber sido recibidos también hoy; la CNTE sigue exigiendo diálogo con la Presidenta Sheinbaum porque la SEP y su mesa de diálogo no resuelve nada, ni avanza. Delgado no funciona.

    Lo más deseable es que la Presidenta reciba personalmente a estos grupos, para que se desengañe, empezando por los compañeros de #YoPorLas40Horas, a trabajadores y trabajadoras académicos y estudiantes de la UPN, a los de escuelas tecnológicas y politécnicas y así pueda ver con claridad la ineficacia de Delgado.

    En otros rumbos, tenemos al Secretario Marath Baruch Bolaños López, sucesor de Luisa María Alcalde Luján ambos de Trabajo y Previsión Social, en quienes trabajadores y trabajadoras de México no podemos confiar; hay que ver la cantidad de expedientes que siguen en las supuestamente extintas Juntas Federales de Conciliación y arbitraje y no se diga en la Ciudad de México, a cargo de Inés González Nicolás, en cuya sobreviviente Junta Local de Conciliación y Arbitraje siguen existiendo expedientes de varios años, los que se han acumulado por la ineficacia de los funcionarios de las Juntas, tanto Presidentes, Secretarios y sobre todo Actuarios que no notifican a las empresas o notifican a los trabajadores en domicilios no señalados por ellos. Mucha negligencia.

    Hoy las trabajadoras y los trabajadores mexicanos no somos tomados en cuenta por el Estado, en cambio sí los empresarios y sus cámaras, aunque al llegar muchos de ellos ofendan a la Presidenta de la República. ¿Habrá todavía un poco de “La Esperanza de México? No se ve por ningún lado. A quienes movemos el país se nos ignora, lo mismo que a las bases de MORENA. Se cobrará en el 2027 y en el 2030, lo malo que será en favor de la derecha fascista. Todavía estamos a tiempo. No es Claudia, no es Andrés Manuel, es el Movimiento quien debe ser la prioridad y no su dirigencia, todo el poder a las bases.

  • Gramcsi y la generación Z

    Gramcsi y la generación Z

    A primera vista, para todos quienes emanamos de la sociedad civil, sería de sumo beneplácito el observar que movimientos impulsados desde la juventud, salgan a las calles para exigir una transformación profunda de aquellos temas que les aquejan, entre ellos, principalmente la inseguridad que no es un asunto menor y menos cuando se viven episodios tan lamentables como el asesinato del alcalde de Uruapan.

    Si la convocatoria de la juventud, bajo la idea de un despertar ciudadano, no fuera contaminada por fuerzas oscuras, por supuesto que todos quienes formamos parte de un colectivo, nos sumaríamos con gusto, pues a eso nos hemos dedicado toda la vida.

    El problema aquí con la Generación Z es que no hablamos de un impulso espontáneo y realmente genuino de participación de la sociedad civil, sino de una convocatoria de las más decimonónicas fuerzas conservadoras que hayan en este movimiento la posibilidad de hacerse presentes a costa de auspiciar grupos vandálicos que poco les interesa el sentir de la juventud de nuestro país, y que, por cierto, poco les importa la muerte de Carlos Manzo de quien dicho sea de paso, ni su flamante vocera en el senado es capaz de recordar el nombre. Lo único que les interesa es capitalizar de alguna u otra forma, cualquier tipo de expresión que pueda en algo mermar la percepción de aceptación que tiene la presidenta del país.

    Hace un par de semanas señalábamos en este espacio que urge a quienes están formados en la izquierda releer a Gramcsi pues la sociedad civil no es un simple conjunto de individuos marchando y menos realizando actos violentos; es en el territorio donde se disputa la hegemonía, donde los grupos dominantes buscan fabricar consenso a través de sus aparatos culturales, mediáticos e ideológicos, es decir, la sociedad civil es, como lo señalaba Norberto Bobbio en referencia a Gramcsi, el espacio donde se construyen las “formas de legitimación” y donde los poderes dominantes buscan dirigir, persuadir y moldear la percepción pública antes de acudir a la coerción estatal. En este sentido, penosamente, el resultado de la marcha de la Generación Z del pasado sábado lejos estuvo de reivindicar la expresión libre de una juventud crítica, terminó siendo nada más un proceso de cooptación silenciosa. Por lo tanto, no es para nada casualidad que detrás de la logística, la amplificación digital y la narrativa “anti-política” se hagan presentes organizaciones políticas y económicas con influencers financiados (y por cierto, bien financiados) asociados a la derecha mexicana. 

    Con todo y los resultados negativos de los que se treparon a la convocatoria contaminando el sentido genuino de la sociedad civil, mediante un costoso mecanismo de manipulación y dirección ideológica cuidadosamente empaquetado para TikTok, hoy salen a decir una verdadera estupidez: comparar a Claudia Sheinbaum con Díaz Ordaz acusando de una represión cuando en honor a la verdad, las agresiones partieron en primera instancia de algunos personajes del llamado “bloque negro” sin que esto justifique ningún abuso de autoridad de la policía. Pero lo claro es el intento del bloque conservador de presentarse como encarnación del hartazgo social, disfrazando su intervención bajo una supuesta espontaneidad juvenil que, en realidad, responde a intereses muy bien definidos, pero eso ya es PAN con lo mismo, lo preocupante es que esta intentona de la oposición, no hace sino erosionar la legitimidad de la sociedad civil auténtica que lucha por la creación de contrapoderes, movimientos emancipatorios y formas de consenso que brotan desde abajo.

    En fin, la oposición (especialmente el PAN) debería entender que la batalla política de nuestros tiempos no se gana primero en las urnas, sino en la trinchera de la sociedad civil, deberían apuntar más hacia ese ideal y no en destinar cuantiosos recursos a cortejar a una generación valiosa en aras de defender las viejas estructuras de privilegio.

    • Luis Tovar
      Secretario General de la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente, FUDEMAH
  • En busca de la represión perdida

    En busca de la represión perdida

    La oposición pensó que las personas que querían irrumpir violentamente en Palacio Nacional serían recibidas con alfombra roja y un desayuno.

    La represión esperada por los conservadores nunca llegó. Se detuvo a quienes perpetraron delitos que nada tenían que ver con el derecho a la reunión y la libertad de expresión, sin embargo, todo estaba preparado para denunciar una represión inexistente.

    La transmisión sobre el tema inició desde la televisora de uno de sus organizadores, que anunciaba insistentemente que ya hay uniformados golpeando a “jóvenes manifestantes”, cuando todavía los contingentes no llegaban al zócalo.

    La tergiversación de la verdad por los medios convencionales provocó que la relatora Especial de la ONU para la Libertad de Asociación y la Asamblea, Gina Romero, expresara su preocupación por el uso excesivo de la fuerza y de armas menos letales contra manifestantes y periodistas este sábado.

    Dicha oficina nunca se ha pronunciado por el asesinato, y la violación de todos los derechos humanos de niños y niñas en la Franja de Gaza, contra el heroico pueblo palestino.

    El PRIAN confirma su simbiosis y muestra que ambos partidos son siameses, dos cuerpos unidos, con intereses comunes, con poco cerebro.

    El PAN responsabilizó al gobierno federal de responder con violencia a la manifestación, los medios avalaron esta versión y le dieron vuelo a toda hora.

    Oposición y medios, principalmente televisivos, insistían en llamarle la manifestación de la Generación Z, cuando la asistencia de jóvenes no llegó ni al 10 por ciento.

    Nunca nadie en esa marcha dio a conocer un motivo sólido de su movilización.

    Además, el partido minoritario, cuestionó la responsabilidad de la nueva titular de la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX, María Dolores González Saravia, así como la titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Rosario Piedra.

    Los familiares de los detenidos no van a decir que defienden a un delincuente, aunque son culpados de robo, daños y tentativa de homicidio.

    Por su parte, Alejandro Moreno Cárdenas, expresó su respaldo a la manifestación realizada, aunque nunca participó, pero convocó a un bufete fantasma de abogados llamado Ilustre Nacional Colegio de Abogados, habilitados para asesorar gratuitamente a los familiares de los detenidos.

    Por su parte, la protesta supuestamente convocada por la Generación Z frente a la Embajada de México en Madrid para protestar contra el gobierno de nuestro país, no reunió a ningún asistente.

    La asistencia a las víctimas de la represión estaba preparada para cientos de personas violentadas por las autoridades. Hay más abogados que detenidos; sin embargo, nadie acude a esas oficinas.

    Sería, según sus planes, el principio del fin de la 4T en el gobierno.

    La asistencia no llegó ni a la vigésima parte de lo esperado, los 90 millones de pesos gastados en la convocatoria y en tratar de convencer que se trataba de una movilización legítima y pacífica, se echaron a perder.

    La oposición estaba preparada para responsabilizar al gobierno hiciera lo que hiciera: Si actuaba, se ponderaba la represión, con respuesta inmediata y obsesiva de los medios; si no actuaba, señalaría ingobernabilidad, con la misma difusión en la decadente prensa convencional.

  • ¿Los buenos somos más?

    ¿Los buenos somos más?

    A muchas personas les gusta hablar desde terrenos morales, como si todo se pudiera distinguir únicamente si es bueno y malo. Pero tendríamos que debatir qué es bueno y qué es malo, ahí entraríamos en una gran discusión filosófica pues esas apreciaciones parten de nuestras ideologías individuales y colectivas. De esta creencia moral voy a platicar aquí pues ha sonado mucho en la opinión pública recientemente.

    “Los buenos somos más”, “no es lucha de clases o de géneros, es de gente buena contra gente mala” y más frases parecidas surgen con la idea de explicar de mejor manera las soluciones a conflictos sociales. Aunque en apariencia buscan ser una forma más didáctica y entendible de explicar la realidad, tienen algo muy perverso detrás.

    Y es que el sentido común siempre está en disputa por los poderes y grupos que se disputan el control de la sociedad o de ciertas partes o ramas de la misma sociedad. Aquí al entrar esas frases ya mencionadas logran su objetivo de despolitizar las luchas y de caer en ambigüedades pues cómo sabríamos qué es bueno y qué es malo, es más, quién lo decidiría eso.

    A estas posturas y frases se les encuentra mucho parecido cuando dicen “no soy de derecha ni de izquierda, soy mexicano” jaja o esas cosas que también andan diciendo con el afán de despolitizar aparentemente luchas y temas de interés público.

    Deben de saber muy bien que las categorías izquierda y derecha, la lucha de clases, el feminismo y demás construcciones científicas parten de análisis serios que llevan muchos años desarrollándose y que nos permiten comprender de mejor manera la realidad para poder transformarla.

    Que no nos engañen, no pueden estar fuera de esos espectros políticos ni sus luchas o posiciones reducirlas a cuestiones morales de buenos y malos. La realidad es más compleja y les invitamos a entrar en esos análisis.

    La lucha no es de buenos contra malos, es de posiciones de clase, es de proyectos de país, de formas de comprender el mundo, de lo que queremos para nuestros entornos sociales. De beneficiar a los ricos o de centrar nuestras políticas públicas en las personas históricamente vulneradas, de buscar privilegios para pocos o de garantizar derechos para todas las personas.

    Redes sociales

  • De 1968 a 2026: Por qué México se moviliza antes de los grandes eventos deportivos

    De 1968 a 2026: Por qué México se moviliza antes de los grandes eventos deportivos

    En momentos como el actual, sería inevitable preguntarnos por qué las protestas resurgen con tanta fuerza cuando México entra bajo la mirada del mundo. Cada ciclo de megaeventos activaría una tensión conocida: el Estado buscaría ofrecer estabilidad, mientras que la sociedad, especialmente las juventudes, intentaría usar esa misma visibilidad para amplificar sus demandas. Esta coincidencia explicaría por qué los periodos previos a Juegos Olímpicos o Mundiales suelen convertirse en termómetros de nuestro clima político. Cuando las miradas internacionales se concentran en el país, mexicanas y mexicanos revisamos con más intensidad aquello que deseamos transformar.

    La historia documentada muestra que este patrón no es nuevo. En 1968, mientras México se preparaba para proyectarse como una nación moderna, la juventud se organizó con un nivel de estrategia y disciplina que sorprendió al propio Estado. Las marchas, brigadas informativas y ocupaciones simbólicas revelaron que existía un país que quería dialogar, pero al que no siempre se le abrió espacio. Esa misma visibilidad internacional que el gobierno intentaba aprovechar fortaleció la protesta y dejó ver contradicciones internas que no podían esconderse detrás de un escenario olímpico.

    Con el Mundial de 1970 ocurrió algo similar: el país buscaba recomponer su imagen después de un periodo convulso, y encontró en el futbol una herramienta de cohesión y optimismo. La organización del evento mostró la alianza emergente entre el Estado y los medios de comunicación, una interacción que impulsó la narrativa de modernidad y fortaleció la presencia cultural de México. Aun así, el control urbano, la vigilancia reforzada y la reconfiguración temporal de las ciudades fueron señales claras de que cada megaevento exige un orden que inevitablemente genera fricciones.

    En 1986, México volvió a estar bajo los reflectores en medio de una crisis económica y de la reconstrucción por los sismos de 1985. El Mundial se convirtió en una apuesta simbólica para demostrar resiliencia nacional. La ciudadanía no fue convocada como protagonista, pero el despliegue de infraestructura, los operativos de seguridad y las decisiones concentradas en élites político-empresariales confirmaron que estos eventos transforman el territorio y alteran dinámicas sociales, incluso cuando el ánimo público intenta centrarse en el deporte.

    La secuencia se repitió décadas después con #YoSoy132, un movimiento juvenil que emergió en un contexto de escrutinio internacional sobre la democracia mexicana. Con el uso estratégico de medios digitales y una lectura fina del clima político, las y los jóvenes comprendieron que la visibilidad global ofrecía una oportunidad para cuestionar estructuras que consideraban agotadas. Ello anticipó un regreso generacional a la arena pública, con repertorios más horizontales y métodos de protesta adaptados a un entorno digital.

    Hoy, la Generación Z actúa dentro del mismo ciclo. Sus marchas, simbologías y confrontaciones con las vallas que rodearon Palacio Nacional muestran que la disputa por el espacio público sigue siendo un punto neurálgico de cualquier movilización. Aunque el gobierno actual ha insistido en el respeto a la manifestación pacífica y en privilegiar vías de diálogo, lo cierto es que la proximidad del Mundial 2026 incrementa el escrutinio internacional y, con ello, la intensidad de las demandas sociales. Las juventudes lo saben y actúan en consecuencia, conscientes de que cada gesto, cada video y cada irrupción adquiere mayor impacto cuando el país vuelve a convertirse en escenario global.

    Al final, la revisión histórica confirma que, en México, los periodos previos a grandes eventos deportivos generan condiciones que amplifican tanto el control estatal como la movilización social, particularmente de las juventudes. El 68, los Mundiales de 1970 y 1986, #YoSoy132 y la actual Generación Z muestran un mismo patrón: mayor visibilidad internacional implica mayor disputa por el espacio público y por la narrativa de estabilidad. Rumbo al Mundial 2026, los hechos recientes no deben interpretarse como anomalías, sino como expresiones coherentes dentro de ese ciclo. Reconocer este comportamiento estructural sería indispensable para evaluar con claridad el momento actual y anticipar sus implicaciones políticas y sociales.

  • Reprimir o establecer diálogo con los fascistas

    Reprimir o establecer diálogo con los fascistas

    Estoy convencido de que la oposición supuestamente mexicana, que ahora pide la Revocación de Mandato, a la que se opusieron tajantemente desde que fue propuesta por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y sus dirigentes, que están tratando de proteger al sombrerudo que perdió tantos juicios y amparos como promovió ante la Suprema Corte de la Nación y a quien había intentado favorecer la vil camarilla de Norma Piña, pero el pueblo dijo no, esa gente, está movida por intereses de fascistas transnacionales, desde España (¿Calderón, Salinas de Gortari?) Estados Unidos, Argentina, Ecuador (¿La CIA acaso?).

    Analizo con cuidado y puedo darme cuenta de que dialogar con ellos es imposible, ya están en una etapa en la que creen que su única opción para tomar el poder es la violencia. Son irracionales e iracundos, tienen la misma mentalidad de los fascistas del S XX y del dictador y asesino Porfirio Diaz, nunca cumplirán ningún compromiso, aunque lo hayan firmado y la prueba irrefutable es su actitud en el Congreso de la Unión.

    Dialogar con ellos es imposible y ni siquiera debería plantearse, a los fascistas nacientes habría que reprimirlos, acelerar la cobranza al Salinas Pliego o iniciar los embargos de sus empresas, quizás apoyar a los trabajadores para que formen un sindicato independiente que tome cada instalación de las empresas y obliguen al usurero a entregárselas para que conformen cooperativas de las tiendas y retirar la concesión a TV Azteca y a Banco Azteca, además de a las casas de apuestas donde lava dinero este criminal.

    Creo que se tiene que ser radical con estos grupos, detenerlos y cortarles el suministro de recursos económicos en sus ligas y asociaciones con el crimen organizado. 

    El asesinato del Presidente Municipal de Uruapan, Michoacán, ha sido solo el pretexto y es posible que se encuentre que Carlos Alberto Manzo Rodríguez (qepd), estaba asociado con la ultraderecha mexicana y avanzaba rápidamente para ser su candidato en 2030. Es bien sabido que era un hombre de derecha, incluso fue tachado por varios movimientos populares de Michoacán como fascista. Ojalá que esto salga a la luz.

    En el caso de la marcha del sábado 15 de noviembre pasado, la Generación Z que marchó, que fue bien llamada zeta-sexagenarios. En todas las transmisiones y entrevistas, solo vi a una jovencita rubia, de ojos claros, evidentemente de clase media alta, marchando. Los auténticos jóvenes de la Generación Z, repudian a la derecha y no, no son apolíticos y están cobrando conciencia.

    La violencia desatada por los porros que con equipos especiales rompieron la valla para penetrar a la SCJN, pero no pudieron y agredieron a la policía, debió ser reprimida como ocurría en el sexenio anterior; usar a la Guardia Nacional armada, encapsularlos y arrestarlos por atentar contra la propiedad pública. Partiendo de ahí, investigarlos para conocer el origen verdadero de los recursos que los movieron y castigar a los responsables; desarmar su tinglado y tomar del tiempo oficial en TV y Radio, pagar desplegados en todos los diarios con la aclaración total de lo acontecido y, desde luego, hacer lo que hizo la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en la Mañanera del Pueblo denunciando los hechos y condenándolos. 

    El montaje televisivo les falló, ya nadie les cree. El Estado Mexicano debe escuchar a los trabajadores #YoPorLas40Horas.

  • Marcha del KKK golpista

    Marcha del KKK golpista

    La esencia del clandestino grupo Ku Klux Klan fundado hace 150 años, fue el racismo, la violencia, el odio, y ahora, el antisemitismo, exactamente igual que se mostró en la marcha del 15 de noviembre, aparentemente patrocinado por la derecha mexicana, en nombre de una fantasmagórica Generación Z.

    La vinculación con el KKK no es sólo por la búsqueda de supremacía racial de los manifestantes sino porque ahora, como nunca antes, se mostró la mano de la CIA en su organización, la presencia de los desestabilizadores de las democracias. El actual embajador de EU en México trabajó en la agencia de inteligencia, experiencia que debió tomarse como parte del perfil necesario para estar en nuestro país en este momento.

    Los organizadores de la movilización tienen pleno conocimiento de la participación de la Agencia en esta marcha.

    En la marcha fueron pocos pero blancos, racistas, en busca de la raza superior extraviada en la historia.

    Es evidente que la marcha muestra un esquema preestablecido, ensayado y probado, mostró una preparación poco usual, aunque sin eficacia.

    Por declaraciones de los dirigentes del partido en cierne Somos México, o SomosMX, ellos pintaron las vallas con la palabra NARCOGOBIERNO, pero no sólo era la expresión fantasiosa de alarde fascista, sino el punto que alguien consideró el más vulnerable en el enlace de las vallas.

    La operación de separación de las vallas, estaba prevista, no sólo con las herramientas adecuadas sino hasta con químicos y cuerdas con las medidas exactas, que pudieran facilitar la tarea de derribarlas. Afuera, la exigencia a gritos de entrar al Palacio para tomar a los “malos gobernantes”. Es decir, iban por la Presidenta, por lo menos en el discurso, de ahí, a que hayan podido sacar a funcionarios públicos hay una gran distancia.

    Los grupos violentos llegaron antes que los contingentes, antes de cualquier acción algunos medios ya empezaban a dar cuenta de una imaginaria represión.

    Esto muestra una estrategia diferente a otras que se asemeja al diseño de golpe de Estado en Chile, en el 71, y otros golpes violentos en Latinoamérica. Es decir, un esquema estructurado por la CIA desde hace más de medio siglo para derrocar gobiernos democráticos.

    La historia señala que una vez el proceso de un golpe de estado que se encuentra en esta parte del proceso no termina hasta que se perpetra completamente. Aquí, la gran decisión la tiene el pueblo de México.

    El presidente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno se pronunció en sus redes sociales diciendo que “el cobarde narcogobierno de Morena, se esconde tras las vallas de la soberbia y lanza gases contra las juventudes que luchan por un México con rumbo”. El sempiterno líder del PRI no asistió a la marcha, pero denuncia represión, al igual que su homólogo del PAN, en un nado sincronizado que pareciera una alfombra roja para la llegada de una invasión extranjera.

    Una de las etapas de la preparación de un golpe de Estado, el calentamiento de calles, se mostró con precisión ese sábado en el zócalo.

  • CRÓNICA POLIFÓNICA DE UNA MARCHA USURPADA

    CRÓNICA POLIFÓNICA DE UNA MARCHA USURPADA

    1.

    Miles de personas marchan en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Sería una marcha de jóvenes –decían–, pero terminó siendo la de la generación Z: de zezenta y zetenta, es decir, de abuelitos que reciben su pensión del bienestar custodiados por un grupo de porros entrenados para la agresión, y los chavorrucos no podían faltar. Ni chamacos ni adultos ni viejos saben por qué marchan, y los que creen saberlo están desinformados; los últimos son desestabilizadores pagados. Tal vez se malinformen en Atípical, con Loret, con Ciro o quizá con el que grita fake news en Televisión Azteca. Estos están sumamente enojados con el gobierno de la Cuarta Transformación. Hay un extraño grupo que parece estar integrado por robots parlantes que repiten consignas, y para algunos la consigna es tumbar las vallas y destruirlo todo.

    2.

    En Cien años de soledad, el coronel Aureliano Buendía pregunta: “Dime una cosa, compadre: ¿por qué estás peleando?”. “Por qué ha de ser, compadre… por el gran partido liberal”. “Dichoso tú que lo sabes. Yo por mi parte ahora me doy cuenta de que estoy peleando por orgullo”. “Eso es malo”, le contestó el coronel Gerineldo. “Naturalmente –dijo Aureliano Buendía– pero en todo caso es mejor eso que no saber por qué se pelea… o pelear como tú por algo que no significa nada para nadie”. 

    Así los manifestantes.

    3.

    La marcha es disímil y polifónica. Por todos lados hay entrevistadores y entrevistados:

    Marchamos en contra de “la suprema corte del acordeón, por la justicia, por Carlos Manzo”. Y ahí viene la retahíla: inseguridad, narcotráfico, justicia, huachicol; es decir “el petróleo que sale en buques del país” (sic). 

    Otros: por la violencia, por los medicamentos, porque no hay medicinas. 

    —Una ya no confía en nadie, dice una mujer algo mayor.

    Pero usted cobra la pensión, ¿no? 

    —Es un derecho que promovió Fox (sic).

    —¿Dónde se informa?

    —En las redes.

    —Cada vez estamos más jodidos. Persiguen a los empresarios que nos dan trabajo.

    —Queremos un mundo en el que sean felices, que el límite sea el cielo. Así que teme. ¡Teme! (lo que sea que eso signifique).

    —Tengo miedo de que nos contagien (¿?).

    —Arriba el Tío Richi, que es un chingón. No necesita robar, pues ya tiene dinero.

    —Calderón es un héroe.

    ¿Dónde se informa usted?

    —Con Ciro, Azucena Urióstegui (sic), Carmen Aristegui…

    4.

    —Este pinche gobierno de mierda nos está hundiendo. Nos quieren más pobres.

    Pero más de 13 millones salieron de la pobreza.

    — Son sus otros datos.

    5.

    He visto a jóvenes romper las tapas de las alcantarillas y lanzar los pedazos de hierro a los policías.

    He visto ancianos caminar y pedir un golpe de Estado.

    He visto a mujeres y hombres solicitar la intervención de Estados Unidos.

    He visto a familias enteras con pequeños.

    He visto un coraje desmedido y un desconocimiento similar.

    He visto una esvástica en el pecho de un joven vestido de negro.

    He visto a los porros del bloque negro.

    He visto a mujeres rezando y rociando agua bendita para que “todos mis compañeros sean liberados de los malignos demonios que están con Morena”…

    6.

    ¿Qué significa esta imagen de la generación Z?

    —Queremos buscar… Estoy marihuano. La verdad, no puedo contestar, pero estoy en contra de Morena.

    ¿A quién quieren poner en vez de a Claudia Sheinbaum?

    —A un independiente. Por ejemplo, a Ricardo Anaya; por ejemplo, a Ricardo Salinas.

    —A Lili Téllez, a lo mejor.

    —Estamos abandonados

    —Cuando Claudia dice una cosa, yo digo la otra.

    7. 

    Saldo: 60 policías lesionados; 40 más en atención hospitalaria; 20 personas detenidas; 20 más por faltas administrativas. Camisas de fuerza: ninguna, todavía…

  • La nueva revolución

    La nueva revolución

    El pasado 13 de noviembre de 2025, coincidentemente en el cumpleaños número 72 de AMLO, la Suprema Corte de Justicia de la Nación rechazó los amparos de Salinas Pliego y confirmó las sentencias de tribunales colegiados que lo obligan a pagar un total de 48 mil 326 millones 809 mil pesos al SAT. Desde el mismo día por la tarde, al conocerse el fallo, el aparato mediático de TV Azteca comenzó a despotricar en contra de la corte, acusando a los ministros de ser “títeres” del poder ejecutivo y haber perdido su independencia.

    En la infecta cloaca derechosa que ahora es la red social X, los fans de Salinas Pliego, que no están obligados a moderar su lenguaje ni a respetar a nadie, igualmente cargan descaradamente contra los “chairos”, “resentidos”, “zurdos de mierda” y demás calificativos -a estas alturas ya trilladísimos- con que el propio deudor fiscal se ha referido en últimos años a quienes pugnamos por la revolución de las conciencias.

    Lo que en su conjunto estamos atestiguando, es un hecho histórico sin precedentes. Usualmente, cuando hay una revolución política, sin importar su ideología, invariablemente el objetivo es cargar contra un régimen, contra un poder relacionado con la administración pública, independientemente de si fue electo o no por el pueblo. Sin embargo, aquí las circunstancias fueron distintas, y el triunfo del pueblo se dio de manera acompasada y con sabia espera.

    Cuando en abril de 2022 la SCJN desechó la reforma de AMLO para recuperar la soberanía energética, arguyendo que el Estado no debía monopolizar la producción y distribución, el mismo pueblo que se mantenía expectante, acató la resolución, rechazada por la bancada opositora.

    En marzo de 2023, entre las cámaras y la Suprema Corte, se encargaron de defenestrar la propuesta de reforma electoral de AMLO para el saneamiento de las condiciones de competencia, así como una reducción importante en los privilegios de los funcionarios del INE. No se hizo aspaviento alguno.

    Cuando Claudia Sheinbaum resultó ungida como candidata de Morena para 2024, la propuesta clara fue el llamado Plan C: elegir a las personas juzgadoras por voto directo y renovar de fondo el Poder Judicial. Aunque se minimiza en medios derechistas la capacidad de análisis y el entendimiento del pueblo, se votó avasalladoramente a favor de la continuidad del proyecto obradorista, del Plan C; pero sobre todo en contra de la derecha y la irrisoria candidatura de Xóchitl Gálvez.

    Otro triunfo implícito era el finalmente obligar a pagar a Salinas Pliego la millonada impuestos que debía y que resultará muy útil para seguir sufragando los programas sociales, que, a día de hoy, junto con el alza al salario mínimo, han sacado a 13 millones de personas de la pobreza. Y ha sido en este panorama que el empresario energúmeno ha dejado claras sus intenciones de ser candidato a la presidencia a base de una campaña de odio y victimización. Moviendo sus tentáculos mediáticos y cibernéticos, ha logrado mover a algunos sectores desinformados de la juventud y a los disidentes clasemedieros de siempre para engrosar la marcha del pasado 15 de noviembre de 2025.

    El objetivo original de la marcha era, supuestamente, que los jóvenes por fin manifestaran sus malestares en materia política. Ante la evidente campaña derechista para promover la marcha del 15, colectivos de jóvenes organizaron la suya propia el día 8, depurada de partidismo y sesgos de clase. La asistencia fue discreta, pero no hubo episodios de violencia como sí sucedió en la del 15, donde la presencia de la derecha fue muy clara y se echó mano de reventadores violentos que dejaron al menos 100 policías lesionados.

    El hito histórico que ha provocado esta reacción violenta ha sido el golpe al poder empresarial corrupto, aquel que nadie elige y que siempre sabe salir impoluto, porque siempre resulta efectiva la narrativa de que el malo es el Estado. La revolución en ciernes sigue siendo contra la derecha, pero ahora también contra ese poder que se vio vulnerado y que busca venganza. Una vez más invocamos la máxima obradorista: solo el pueblo puede salvar al pueblo.

  • Energía para el Futuro

    Energía para el Futuro

    La transición energética mexicana demanda soluciones que combinen rigor técnico, viabilidad económica y profundo compromiso ambiental. En este contexto, el hidrógeno verde y la fisión nuclear se posicionan como dos pilares estratégicos cuya integración puede redefinir la estructura energética del país, siempre desde una perspectiva humana, social y científica.

    El hidrógeno verde, generado mediante electrólisis alimentada por fuentes renovables, representa una alternativa real para descarbonizar sectores industriales que hoy dependen de combustibles fósiles. Su importancia no radica solo en su potencial energético, sino también en su capacidad para impulsar desarrollo regional, generar nuevas vocaciones productivas y fortalecer la seguridad energética. México, con su abundancia solar y eólica, posee condiciones excepcionales para producir hidrógeno a gran escala y de manera competitiva.

    No obstante, el valor del hidrógeno verde va más allá de lo tecnológico. Su implementación puede convertirse en un motor de bienestar social: creación de empleos especializados, fortalecimiento de cadenas de valor locales, innovación en infraestructura y oportunidades para comunidades que históricamente han quedado rezagadas de los grandes proyectos energéticos.

    En paralelo, la fisión nuclear se mantiene como una de las fuentes más estables y densas de energía libre de carbono. En un país donde la demanda eléctrica seguirá creciendo durante las próximas décadas, ampliar la capacidad nuclear es una decisión técnica con importantes implicaciones humanas: garantizar energía constante para hospitales, escuelas, sistemas de agua potable, transporte eléctrico y la industria nacional. La experiencia de Laguna Verde, sumada al avance global en reactores modulares pequeños (SMR), abre la puerta a soluciones más seguras, eficientes y adaptables al territorio mexicano.

    La complementariedad entre la fisión nuclear y el hidrógeno verde permite imaginar un sistema energético más robusto. La energía nuclear puede operar como base firme, proporcionando electricidad estable para producir hidrógeno incluso cuando las fuentes renovables sean intermitentes. Este enfoque híbrido fortalece la resiliencia energética del país y acelera su camino hacia la reducción profunda de emisiones.

    Sin embargo, la adopción de estas tecnologías requiere una visión integral: inversión sostenida en investigación, formación de talento científico, regulación moderna y diálogo social informado. La dimensión humana es fundamental: sin participación ciudadana, transparencia técnica y beneficios comunitarios tangibles, la transición nunca podrá ser plena.

    Apostar por el hidrógeno verde y la energía nuclear no significa solo innovar, sino construir un país más seguro, más limpio y más justo. La transformación energética de México no se define únicamente por kilowatts o reactores, sino por la oportunidad de colocar a las personas y al ambiente en el centro del desarrollo nacional.