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    Pluribus: La condena de una utopía compartida

    Por Neri Torres

    Este 2025, Vince Gilligan —el arquitecto de la transformación moral en Breaking Bad— ha decidido alejarse del desierto de Nuevo México — aunque no tanto en hablando en términos espaciales—, para arrastrarnos a un desierto mucho más aterrador: el de la mente colectiva.

    En Pluribus, el dilema del individualismo no es solo un concepto, es una guerra de guerrillas psicológica contra una armonía que se siente, paradójicamente, como una invasión.

    El deseo que se convirtió en jaula

    Imagina que es fin de año. Estás en la mesa, rodeado de los tuyos, y faltan diez segundos para que las doce uvas se conviertan en esas pequeñas esferas de cristal capaces de albergar tus anhelos más profundos. Entre el caos de las campanadas, masticas con prisa y lanzas al universo el deseo más noble de todos: la paz mundial.

    Ten cuidado con lo que deseas. Inmediatamente después, despiertas en el mundo de Pluribus.

    Allí conocemos a Carol Sturka, una escritora de novelas románticas de ciencia ficción que se descubre varada en lo que, para sus ojos humanos, es un escenario postapocalíptico. Sin embargo, no hay zombis ni explosiones; lo que hay es un silencio absoluto. Un virus ha transformado a la humanidad —salvo a once náufragos de la conciencia— en una visión utópica donde el conflicto ha muerto. Pero, ¿a qué precio?

    La soledad de ser “uno mismo”

    La serie nos plantea una pregunta incómoda: ¿Es la felicidad real si no es elegida? Carol, con un sarcasmo punzante y arranques de una humanidad explosiva, se convierte en nuestro espejo. Ella es la imperfección gritando en una biblioteca infinita de calma.

    Gilligan nos obliga a mirar el abismo de la “Mente Única”. Si todos pensamos lo mismo, si todos sentimos el mismo bienestar radiante y constante, ¿sigue existiendo el “yo”? La trama de Pluribus sugiere que la esencia y el alma son, por definición, caóticas. Al extirpar el caos para alcanzar la paz, quizá lo que estamos haciendo es vaciar el cuerpo humano para convertirlo en un envase inmutable.

    “¿Qué queda de nosotros cuando el ‘yo’ se disuelve en el ‘nosotros’? Quizás el precio de la paz mundial no sea la guerra, sino la desaparición de la identidad.”

    El escenario inmutable

    A diferencia de sus obras anteriores, donde el cambio era la única constante (“Chemicals react”), en esta nueva entrega Apple TV nos presenta el horror de lo estático. Carol Sturka no lucha por sobrevivir a una amenaza externa, lucha por conservar su derecho a estar triste, a estar enojada y a estar sola.

    Pluribus no es solo una serie de ciencia ficción; es un examen de conciencia sobre nuestra propia naturaleza.

    Nos hace cuestionar si ese mundo ideal que pedimos cada año con las uvas no sería, en realidad, el fin de todo lo que nos hace humanos. Al final del día, ¿preferirías ser un átomo consciente y sufriente, o una célula feliz en un organismo que no te pertenece?