Etiqueta: Luis Tovar

  • GANAR LA CDMX SIN PERDER EL RUMBO

    GANAR LA CDMX SIN PERDER EL RUMBO

    Si bien pareciera que el morenismo capitalino, al menos su dirigencia, coincide en que la estrategia electoral fallida de 2021 llevó a la cuarta transformación a perder un significativo número de votantes en la CDMX, lo cierto es que lo que se niegan a reconocer son las verdaderas causas del tropiezo, entre otras el impacto negativo que siempre trae consigo la maniobra de mantener la parcela y circunscribir las designaciones a las alcaldías a partir de considerarlas como la jefatura política de la que dependen la definición a las diputaciones locales y federales.

    Estando así las cosas en la capital, existen razones para pensar que la realidad política del partido guinda no está siendo analizada de manera objetiva sino a partir de las aspiraciones de cada quien. Por esa razón, contrario a los análisis políticos que sostienen que la oposición no representa mucho peligro, existen otras voces identificadas con la 4T que no militan en MORENA cuya opinión hace énfasis en que el peligro es latente si se toman en consideración tanto los resultados del ejercicio de gobierno en varias alcaldías actualmente gobernadas por ese partido, así como la clara intervención del gobierno capitalino en el proceso de sucesión.

    A estos elementos que no debieran minimizarse, se suma otro que pone en verdaderos apuros al partido: la innegable falta de acuerdos mínimos entre los personajes que visiblemente tienen mayores condiciones para coordinar los comités de defensa de la cuarta transformación en la capital del país, pues mientras algunos hacen malabares para presentarse como los preferidos del presidente de la república, otros sencillamente optan por erigirse como los herederos de la izquierda en la que no hay cabida para aquellos a los que no consideran “puros” y que sólo les basta el cabildeo entre diputadas y diputados locales y con uno que otro funcionario necesitado de permanecer en el cargo. Ambas posturas polarizan a quienes van definiendo sus preferencias, pero también alejan la posibilidad de que el movimiento proclame unidad centrándose en el principal objetivo que es el de consolidar al proyecto desde el bastión histórico que ha significado la Ciudad de México.

    Si hoy se revisa a profundidad la narrativa de quienes dirigen al partido, incluso hasta la del propio jefe de gobierno, por ningún lado se observan señales claras que hagan ver a la cuarta transformación capitalina como una fuerza plural a la que sólo le resta ponerle nombre y apellido para dirigir sus destinos en la CDMX. Lo que se observa es una contienda que parece no entender que la definición debe emanar desde la propia ciudadanía que a gritos pide un representante capaz de interactuar con todos los sectores.

    MORENA tiene frente a sí un gran reto, parece que la orientación ideológica que abre paso a la consolidación de las conquistas alcanzadas y los esfuerzos que han hecho de este territorio una ciudad de derechos, se pueden ir por la borda si no se escucha la voz de las mayorías. Es decir, estamos frente a una coyuntura que exige cerrar filas en torno a lo que ha sido uno de los principales factores de fortalecimiento de la izquierda y que es la participación social cuya trascendencia ha marcado un hito en la construcción del México democrático. Sin embargo, todo apunta a que será el pragmatismo el que se imponga, aunque eso signifique abandonar la esencia de lo que es la izquierda en nuestra capital.

    Es realmente peligroso que por la falta de congruencia política se ponga en riesgo el futuro de la Ciudad de México, pero el peligro no es a partir de que se perdieran Alcaldías o incluso la jefatura de gobierno, el peligro radica en perder el rumbo pues eso sí representaría un grave retroceso para la agenda progresista impulsada desde el centro del país. Ojalá que la dirigencia de MORENA comprenda que esconder el polvo debajo de la alfombra no es la solución sino que se requiere limpiar el proceso y dejar la definición en manos de la ciudadanía para que, cualquiera que sea el resultado, se cierre el paso de manera tajante a las posturas retrógradas que son enemigas de nuestras grandes conquistas.

  • Tiembla la oposición

    Tiembla la oposición

    Por más que le den vueltas, lo cierto es que la oposición está aterrada después de los resultados del proceso interno de MORENA ya que la apuesta que tenían de una confrontación mayor dados los señalamientos de Marcelo Ebrard, estos no pasarán más allá de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del partido guinda que deliberará de acuerdo a sus facultades sólo para confirmar que el proceso, a pesar de las incidencias, es legal y sobre todo goza de una amplia legitimidad. Y, por cierto, esa legitimidad no sólo cuenta con el aval o se circunscribe a AMLO, la dirigencia partidista o la mayoría de los contendientes, sino que además cuenta con el respaldo de la militancia que ya tiene en mente el fin de la era del dedazo por más que el bloque opositor se empeñe en decir lo contrario.

    Así que la suerte está echada para el PRI y el PAN a cuya derrota habrá de sumarse la inevitable extinción del PRD. Pobre partido, su final sin duda puede mirarse desde dos perspectivas: la primera con la nostalgia de ver el fin del gran movimiento que aglutinó esperanza para cientos de luchadores sociales, dirigentes políticos, intelectuales y millones de personas que confiaron en lo que representaba; la segunda, de cara a las evidencias, sólo es el reflejo de las consecuencias de abandonar las causas y privilegiar los intereses de unos cuantos.

    Por esa razón, hoy se ve en peligro la oposición que además de su natural preocupación, posee también una enorme carga de frustración dada la imposibilidad de hacer siquiera un poco de mella a Andrés Manuel. La base de las frustraciones del frente desideologizado tiene una razón de ser pues no logran por ningún lado hacer prender la figura de Xóchitl Gálvez y llevarla por la senda que la relacione siquiera con las mujeres o con el sector indígena al que dice pertenecer, además de que, para estas alturas, el tiempo para mostrarla como una figura cuya efervescencia impacte en el electorado ya se les pasó. Así que no quedará más remedio para este bloque que el de analizar distrito por distrito electoral la estrategia a seguir para que la derrota no signifique una caída estrepitosa que los reduzca sólo a una representación testimonial en las cámaras. Es decir, salvo en la Ciudad de México donde el votante tiende a castigar a los gobiernos, pocos son los distritos que pueden considerar prioritarios como aliados ya que éstos, necesariamente primero pasarán por los filtros del partido opositor que hoy impone condiciones a los demás, ni más ni menos que el PAN. Así que en esta etapa en la que por fin comienza el proceso electoral, al menos oficialmente, se viene la tarea más difícil para la oposición pues hasta el PRD buscará ser considerado sin mayor apuesta que la de aceptar las migajas que estén dispuestos a dejarle los otros dos partidos. Evidentemente existirán pataleos y amagues disfrazados de “pausas” pero en el fondo, no habrá más remedio para el sol azteca que someterse a la voluntad de sus jefes actuales y, sin eso va alguna candidatura para la cúpula enquistada en la dirección nacional, aceptarán bajo la consigna revolucionaria de “lo que sea es bueno”.

    Estando así las cosas, hoy tiembla de miedo la oposición, están completamente aterrados pues agotó todos los recursos a su alcance para posicionar a Xóchitl Gálvez y consolidar un proyecto viable que vaya más allá del proceso, así que están condenados a experimentar el comienzo de una nueva era en la que cada vez más verán reducidas sus posibilidades de acceder a las herramientas que por muchos años las ligó al poder y que significará una recomposición interna que seguramente detonará en el nacimiento de nuevas fuerzas internas cuya aparición puede verse cercana, sin embargo, un proceso de consolidación conlleva muchos años para construirse y más frente al poderío que hoy representa el bloque encabezado por AMLO.

    Ahí radica la importancia del proceso morenista, como advertimos muchas semanas atrás, la contienda requería de transparencia y así se realizó, pero también ocupaba de legitimidad y en este aspecto (también los advertimos) el papel de Adán Augusto era clave por el significado que tiene la estructura que logró construir en poco tiempo, misma que lo llevó a equilibrar el proceso con adeptos dentro y fuera del partido.

    Así que el respaldo inmediato mostrado a Claudia Sheinbaum por parte del tabasqueño, no sugiere la adhesión en aras de cargos, mucho menos a un cálculo político, sino a la lealtad a un movimiento histórico que no debe conocer de dobleces ni de sesgos, sino de firmeza e integridad. Hoy Adán Augusto jugará un papel determinante que nadie identificado con la causa puede regatear, ese papel es el de tender la mano a todas las fuerzas políticas que confían en el verdadero objetivo de este movimiento más allá de quienes militan en MORENA.

    Por último, Ebrard ha hecho un posicionamiento que emana de la libertad de expresarse y señalar lo que considere necesario y que a su juicio sea justo. Sin embargo, alejarse de un movimiento en el que ha desempeñado un papel digno hasta la etapa como canciller, no puede ser a partir de la descalificación. Puede o no estar conforme con el resultado, puede salir a construir un movimiento propio que le signifique algún avance político que en algún momento lo acerque a la presidencia, empero, dadas las circunstancias políticas que vive hoy el país gracias al movimiento de transformación más importante en décadas y, de cara al futuro, lo correcto es privilegiar la suma de esfuerzos en honor a quienes aún lo miran como una figura respetable e importante para la Cuarta Transformación empezando por López Obrador.

  • MORENA Y EL VIGOR ÉTICO

    MORENA Y EL VIGOR ÉTICO

    Hoy comienza una nueva etapa en la Cuarta Transformación que indudablemente provocará un reacomodo de fuerzas al interior de MORENA y su base electoral de manera significativa, sin embargo, a pesar del clamor de la oposición por un rompimiento, este quedará sencillamente en el jaloneo natural que se da en todo proceso interno, cuantimás en uno tan singular como este. Así que aquellos que apuestan por la fragmentación del movimiento, supuestamente en aras de las aspiraciones personales, se quedarán con las ganas pues con todo y la dureza y rudeza de algunos compañeros, habrá de prevalecer la unidad porque no se ve por donde alguien pretenda engrosar las filas de aquellos que sumieron a este país en el rezago y la desigualdad.

    Como en tiempos de Salinas, los que se creen amos del poder político le apuestan a la fractura de la izquierda con una cantaleta que han tratado de construir desde hace un par de años y que no les ha dado resultados, pero no les da resultados por una razón fundamental: en el fondo no entienden que no es Marcelo, Claudia o Adán Augusto por quiénes la mayoría expresa su preferencia, sino por un movimiento que ha sido capaz de otorgarles una causa, una bandera que les permitió visibilizar a todos los sectores que habían sido abandonados desde siempre.

    Así que por más que se orqueste una campaña mediática para alentar la división, está jamás permeará hacia el ciudadano que hoy ratifica su respaldo a una nueva forma de ver y entender la vida política del país. Pero por supuesto que este proceso que vivimos tendrá sus costos, no queda duda alguna, habrá (como en todas las expresiones políticas) quienes busquen garantizar la permanencia por la vía del chantaje o la simulación, sin embargo serán los menos, pues ahora se cuenta con un abanico plural que incluye fuerzas democráticas que han optado por la reconstrucción interna que les ha generado nuevas expectativas y ampliado sus horizontes más allá de los procesos electorales. Hoy se cuentan por cientos los sectores organizados que respaldan el proyecto comenzado por AMLO y por miles los no organizados que de manera libre manifiestan su rechazo por regresar al viejo régimen que atravesó por muchas generaciones, así que, mientras la oposición siga sin entender que se enfrenta a la sociedad y no al morenismo, seguirá conduciendo los destinos de la oligarquía hacia la derrota.

    Estando así las cosas y sin tratar de hacer una alusión a nadie, este proceso invita a reflexionar sobre la elección de 1988 donde el ingeniero Heberto Castillo declinó patrióticamente por Cuauhtémoc Cárdenas a pesar de la insistencia de los emisarios del PRI (Antonio Díaz Michel y Camacho Solis) de no hacerlo, argumentado que el país necesitaba a la izquierda. Heberto, siempre congruente y con una ética implacable hasta los últimos días de su vida, rechazó la oferta que probablemente le habría significado una serie de beneficios, anteponiendo la causa y lo que significaba la conformación del Frente Democrático Nacional de cara a la elección y lo que sería a futuro un parteaguas en la vida política de México. Ahí radica la importancia de reflexionar en ese suceso, en que vale más la voluntad de las mayorías y responderle con principios éticos en lo que demanda el pueblo que la aspiración individual por más que se trate de la presidencia de la república.

    El proceso ha culminado en esta etapa y la exigencia del momento es aferrarse al vigor ético que habrá de acompañar las tareas futuras; no hay ganadores ni vencedores, no habrá ruptura ni desbandada, todo lo contrario, hoy, quiénes participamos de este proceso saldremos unidos para demostrar que la fortaleza del movimiento está en los millones de mexicanos que rechazan profundamente al viejo régimen que, por el bien del país, tardará muchos años en regresar.

  • A cerrar filas

    A cerrar filas

    Ha culminado la carrera de los seis aspirantes a coordinar los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación y la mezcla de emociones recorre particularmente el interior de dos de los equipos que acompañaron las aspiraciones de sus corcholatas con una serie de dimes y diretes que mutuamente fueron elevando el nivel de las descalificaciones.

    Lo bueno es que el proceso a pesar de los amagues de una confrontación mayor, parece que no transitará más allá de la altanería, o sea que todo apunta que para el día 7 despertaremos en una nueva etapa comenzando con aquella máxima que olímpicamente dicta: “cada quien con su golpe”. Sin embargo surgen varias dudas: ¿cómo se manejará el equilibrio de las fuerzas cuando tenemos en puerta otras elecciones para el 2024, entre ellas la de la Ciudad de México?

    Este caso es el de mayor preocupación por varios factores que, en conjunto representan un riesgo latente. El primer factor es el pésimo resultado de algunas alcaldías que no dan una y que tienen al frente a personajes que no entienden los alcances del proyecto y que sólo alcanzan a mirar la posibilidad de mantenerse en un cargo, ya sea la reelección o brincarle alcaldía – diputación, viceversa o pa´ lo que alcance. Otro factor de riesgo es que la oposición por más decimonónica que suele sea, realmente posee una estructura aunque carente del más mínimo interés de discutir si ideológicamente comparte coincidencias que deriven en un adecuado plan de gobierno en coalición, o que tenga particular interés en representar a la ciudadanía que se muestra molesta en algunas alcaldías; más bien posee una estructura que tiene plenamente identificado a su enemigo y es el morenismo capitalino y todo lo que huela a López Obrador.

    A ambos factores hay que agregar uno más y en el que hay que hacer mayor énfasis: la deleznable actuación de funcionarios y operadores políticos que optaron por menospreciar nuevamente a muchos actores de la Cuarta Transformación, principalmente los emanados de la militancia de a pie. En ese sentido hay dos aspectos que provocarán que MORENA en la Ciudad de México lleve en el pecado la penitencia:

    • 1. Los funcionarios de la capital que operaron a favor de una propuesta, generaron una serie de alianzas con profesionales de la actividad política que encuentran en cada proceso la oportunidad de vender una fuerza inexistente ya sea para obtener recursos económicos o para acceder a un cargo.
    • 2. Esas mismas fuerzas, bajo el membrete de organizaciones sociales, especialmente fueron audaces para reunirse un día con una corcholata y el otro día con la otra, pues la vieja práctica de tener la pata izquierda metida en un lado y la pata derecha en el otro es el pan nuestro de cada elección. Y si alguien duda, con una vuelta que se den a los Vips y Sanborns de la periferia de la ciudad, les será suficiente para constatarlo. Por cierto, dicho sea de paso, me parece un exceso que los funcionarios capitalinos (con pocas pero admirables excepciones) en los hechos cerrarán toda posibilidad de diálogo (de la gestión ni se diga) con aquellos compañeros que optaron por apoyar una propuesta alterna a las dos que gobernaron esta ciudad en 2006 y 2018. Pero bueno, aunque no es nada nuevo, sí se torna interesante en un proceso tan suigéneris como este, pues la brecha que consideraron amplia en las encuestas hoy parece acortarse. De tal manera que no les deja más remedio que recurrir a la narrativa triunfalista, misma que no hace más que reflejar un nerviosismo justificado. “No vaya a ser la de malas” se escucha por los pasillos del gobierno capitalino.

    Si el proceso en su primera etapa quedó atrás y del cual habrá de resultar un solo coordinador o coordinadora, ahora la tarea obligada será plantear conocernos y reconocernos entre equipos para salir en unidad y juntos emprender acciones que consoliden los resultados de este gobierno a la par de construir propuestas viables, medibles y verificables que hagan frente a temas de prioridad como la inseguridad en el país. Pero para esto, todas y todos los que participamos en el proceso, por más humilde que sea nuestra aportación, estamos obligados a legitimarlo sin mezquindades y eso significa reconocer el resultado, cerrar filas respetando las diferencias y mantener una postura irreprensible en la victoria porque es lo que demanda este movimiento que va más allá de la carrera presidencial.

    Soy un convencido de que Adán Augusto habrá de resultar como coordinador por decisión del pueblo, también estoy convencido que tenderá la mano a todas y todos en esta nueva etapa de la 4T; pero no lo expreso desde la aspiración individual, la carga afectiva o de un triunfalismo malsano que ni siquiera encontraría justificación en las casi 200 asambleas o en los cientos de miles que abarrotaron las plazas para acompañarlo. Lo expreso desde la aspiración del movimiento campesino, desde la militancia de izquierda y, sobre todo, desde la confianza en el hombre grande. 

  • Beatriz Paredes y el bloque anti AMLO

    Beatriz Paredes y el bloque anti AMLO

    La semana pasada se dio a conocer a los finalistas de la carrera organizada por el Frente Opositor anti López Obrador sin ninguna sorpresa pero sí con dos sobresaltos: el de Silvano Aureoles que se muestra indignado con la decisión del área coordinadora y evaluadora de no permitirle continuar en la siguiente fase y el del senador Mancera que recurrió al Tribunal Electoral. A tal grado llegó la molestia del ex gobernador Michoacano que otro poco y se aparece en las puertas de las oficinas de Claudio X. González para pedir audiencia y explicación con todo y banquito. Pero bueno, ya estando excluidos ambos perredistas, el PRD requería de una posición firme por parte de su dirigencia que no tardó en llegar, así que la voz de Zambrano se hizo escuchar de manera enérgica exigiendo una explicación y poniendo contundente pausa a la participación perredista en el Frente, además de amagar con irse a perder el registro en otra alianza.

    Eso en principio, aunque más tarde, Chucho tuvo que (estratégicamente) echarse para atrás con tiento pues eso de envalentonarse o a irse a la de “sin susto” contra los que hoy le mantienen política y económicamente, pues no se ve nada bien. Así que parece que bastó una pequeña miradita para que ambos Jesúses (Zambrano y Ortega) se sentaran para cuidar el poco menos de millón de militantes que les queda en el país para ofrecer al Frente.

    Lo anterior parece burla pero es realidad, ¿De dónde sacarían Zambrano y Ortega que el PRD tendría oportunidad de participar dentro de ese frente con una propuesta firme capaz de ser reconocida por las cúpulas de los otros dos partidos para incrementar sus márgenes de negociación hoy prácticamente nulos? O sea, por donde se vea, no hay manera de que las propuestas perredistas pudieran disputarle ni al PAN ni a la miseria que hoy representa el PRI algún tipo de consideración, y no porque el PRI esté en la misma condición crítica del PRD, sino porque el enemigo principal es su propio presidente, lo que ha acarreado una desbandada que no dejará de seguir participando políticamente, pero no desde ese partido.

    Lo que si hay que destacar es el perfil de uno de los dos finalistas del PRI, ya que la consolidación de la trama que pretende imponer la derecha, mucho depende de la convalidación del tricolor y ahí se encuentra un hueso muy duro de roer que es Beatriz Paredes y si alguien sabe de operación política, presiones de alto nivel y manotear la mesa cuando es necesario es precisamente la Tlaxcalteca. No hay que ir tan lejos, la semana pasada hizo una declaración contundente refiriéndose a López Obrador: “Yo no estoy obsesionada por Andrés Manuel López Obrador, es un accidente histórico por los errores que cometimos”… y lo que sea de cada quién, yo le creo a doña Beatriz, creo que es sincera al decir que no está obsesionada con Andrés, sólo que, cuando habla de los errores que cometieron pues se quedó corta, le faltó hablar de devaluaciones, guerra sucia, fraudes electorales, bueno, hasta magnicidios como el de Colosio que, por cierto, se perpetró desde el Estado, el mismo que la mantuvo a ella como embajadora de México en Cuba por aquellos tiempos. 

    Regresando al Frente anti AMLO, el tema radica en que se les va a complicar el accionar por varias razones, y no, no se trata de menospreciar su capacidad para establecer una agenda común que dicho sea de paso, no han presentado, sino que el verdadero pleito estará en cómo determinar al o la elegida y cómo hacer que la convaliden los demás. Aquí entra en escena Beatriz Paredes quien a mi parecer sería la mejor apuesta del bloque opositor o cuando menos quién más tablas y trayectoria posee para enfrentarse a MORENA, sobre todo en un terreno en el que Xóchitl Gálvez no le puede competir: el de las ideas, ya que la Gálvez no posee cualidades o una trayectoria que la identifique con una causa o que al menos la posicione como artífice de un proyecto de gobierno, sino que se ha convertido en un producto manipulable por quienes están detrás de sus aspiraciones, o sea, lo que pretendía ser Lilly Téllez hasta que fue desechada por los mismos que le vendieron la idea de ser candidata. Por esa misma razón reafirmo mi teoría de que, conforme se acerque el proceso a su verdadera etapa oficial, no será Xóchitl la abanderada para desencanto de muchos que creo, se fueron con la finta.

    La trayectoria de Beatriz Paredes es bastante amplia y sabe perfectamente el manejo de los tiempos políticos, eso le hace lanzar una advertencia clara para quienes creen que el proceso del frente sólo es mero trámite, así que, adelantándose a lo que para ella misma pudiera ser una farsa, pone sobre la mesa las consecuencias negativas que representaría para ese bloque sujetarse a una decisión sin consenso. Así que en un par de semanas habrá un reacomodo interesante que quizá pocos se imaginen.

  • AMLO reviviendo muertos políticos

    AMLO reviviendo muertos políticos

    José Ángel Gurría, Rosario Robles, Luis Carlos Ugalde, Elba Esther Gordillo, Graco Ramírez y los que faltan todavía en los meses siguientes, son apenas algunos de los muertos políticos que han visto en la Cuarta Transformación inmejorable oportunidad para reaparecer. Algunos de ellos con larga tradición en las corruptelas de la clase política de antaño en el PRI, otros con un pasado más reciente, pero, en conjunto, todos ellos identificados con el bloque opositor de la política actual.

    El Ángel de la Dependencia, famosísimo entreguista y orquestador del atraco a la nación llamado FOBAPROA, reapareció de la mano de la derecha para ocupar un papel preponderante en el proyecto que pretenden vender como alternativa política. Claro está que, si se trata de recuperar el terreno perdido por los vividores de la política neoliberal ¿Quién más que José Ángel Gurría para encabezar esos trabajos? Cierto que parece absurdo para la visión crítica de quienes se han enfrentado al modelo neoliberal desde la izquierda, para otros pareciera que apelan a la desmemoria como sucede con las ruinas de lo que fuera el perredismo.

    Así también, pisando el terreno de lo absurdo y la desmemoria se encuentra el caso de Rosario Robles, la misma que lejos de reflexionar sobre las verdaderas causas que la llevaron a la cárcel y los efectos de haber formado parte del sofisticado esquema de corrupción en la SEDATU durante el sexenio de Peña Nieto, hoy se presenta como el “Rosario de México” arremetiendo contra la política lópezobradorista tratando de vender una imagen que poco corresponde con su realidad, la de un personaje político marcado por la corrupción y, lo que es peor, por su traición a las causas que la llevaron en algún momento a presidir el PRD y ser la primer mujer en ocupar el cargo de Jefa de Gobierno del Distrito Federal.

    Ugalde por ejemplo, quizá en más burdo de los títeres que han estado frente al INE, un día sí y el otro también, trata de mostrarse como el paladín de la democracia mexicana con un cinismo desmedido que acompaña sus recién descubiertas cualidades: la de prever el riesgoso futuro del país si triunfa nuevamente MORENA recordándonos la famosa campaña que hacía ver a AMLO cómo un peligro para México. Vaya personaje nefasto, ahora resulta que el artífice del fraude electoral de 2006 reaparece en el ámbito de la “opinología” para abonar a las mentiras reiteradas de la oposición. Pero, para entender de mejor manera la forma en que atentó Luis Carlos Ugalde contra la democracia, hay que remitirse a Elba Esther Gordillo, la verdadera jefa de éste cuya relación data desde el primer trienio del foxismo en el que la maestra imponía condiciones en la Cámara de Diputados y en el PRI. Total que la maestra siempre ha dado de qué hablar, reiteradamente en el escándalo y marcada con la mancha de la corrupción que la llevó al encarcelamiento del que no la pudieron librar las cuentas en suiza; pero hoy, sí que estamos lucidos: no sólo marcha gritando que “el INE no se toca”, arremete contra este gobierno pidiendo a los maestros alzar la voz, o sea, a los mismos maestros que manipuló y vendió al sistema para enriquecerse, ¡haga usted el favor!

    Por último, aunque faltan muchos más por mencionar, el caso de Graco Ramírez es el que más cae en la burla para buena parte de la opinión pública. Tras la reciente vinculación a proceso en la que se dictó prisión preventiva justificada al desprestigiado Fiscal Morelense, Uriel Medina como presunto responsable del delito de obstrucción de la justicia, al intentar retardar las investigaciones del feminicidio de Ariadna Fernanda, aparece Graco levantando la voz para acusar persecución política en contra del fiscal y violación a la Constitución sumándose a la cantaleta esa de que en México se persigue a la oposición. Ya ni la amuela, el vil traidor del movimiento estudiantil, del PMS y su lucha democrática, avanzó desde la militancia activa a la gubernatura morelense manchando el apellido para terminar con señalamientos de delincuencia organizada, defraudación fiscal y operación con recursos de procedencia ilícita que lo alejaron de la vida pública. 

    Rosario Robles, Elba Esther y Graco Ramírez son corruptos para el imaginario colectivo, eso no cambiará, pero que hoy aparezcan nuevamente en el escenario político, por supuesto que no es una casualidad, forman parte del cinismo que caracteriza al bloque opositor y que se alimenta de la tirria profunda contra Andrés Manuel. Su reaparición posee una lógica clara: la idea de que el estigma de la corrupción puede borrarse de un “tuitázo” y que, a partir de enfrentarse a la Cuarta Transformación desde las redes sociales, puede configurar el escenario perfecto para regresar de una u otra forma al poder o a beneficiarse de éste. Cuanta pobreza intelectual y sobre todo, qué nivel de menosprecio a la sociedad mexicana. Hagan lo que hagan, por ningún motivo arrebatarán la exigencia de cambio que los desterró del poder en el 2018.

  • El futuro del movimiento

    El futuro del movimiento

    Existen muchos elementos para aseverar que el futuro de la oposición es por demás desalentador, tanto para sus seguidores como para aquellos que rechazan los cambios promovidos en la vida política del país desde palacio nacional. Al desempeño de López Obrador, con todo y las tareas pendientes, habrá que sumar que no tiene frente a sí a una oposición capaz de articular una agenda progresista que atraiga y articule un movimiento sólido contrastante con la Cuarta Transformación. Pero eso pudiera corregirse si el bloque opositor dejara de menospreciar a la sociedad y realmente priorizara generar adeptos a partir de nuevos liderazgos y propuestas frescas en ámbitos en los que siguen existiendo rezagos como la percepción de inseguridad de la ciudadanía.

    El problema es que no se puede corregir algo que no se reconoce, ni siquiera por sobrevivencia política, pues para las cúpulas sometidas a Claudio X González, poco les interesa el sentir de las mayorías y, por lo tanto, la única vía que les queda, es la de apostarle a blindar algunos cuadros dirigentes que se allanen al Congreso para desde ahí generar contrapesos pues la victoria de MORENA el próximo año es evidente. Sin embargo, y, ante el virtual refrendo morenista en el poder, existen riesgos que no deben dejarse de lado y estos fundamentalmente se hallan al interior del movimiento.

    En primer lugar, me parece por demás alarmante que el tono de las antipatías entre los seguidores del “corcholataje” vaya en aumento con una clara tendencia a la diatriba abandonando lo más elemental de todo movimiento que es el respeto y la unidad que el propio presidente ha exigido. Es alarmante porque se trata de un sinsentido que se expongan señalamientos con violencia desmedida para atacar a un compañero o compañera. Si bien no es nueva esta lamentable práctica, lo real es que se va propagando el encono que rebasa las simpatías para colocarse en el terreno de la descalificación. Por eso una pregunta emanada desde auténticos militantes toma singular importancia: ¿Qué pasará con el movimiento cuando se dé a conocer el resultado de la encuesta? La lógica indicaría que todas y todos tendrían que amalgamarse para atender las tareas, sin embargo, de continuar por la vía de la descalificación, lo primero que va a imperar son los vetos entre bandos que pueden caer en la tentación de expresar unidad en el discurso, pero operar en contra en los territorios donde tienen presencia considerable. 

    Sin duda en este problema juegan un papel importante las encuestas, ya que se han convertido en la principal arma propagandística de los contendientes cuando muchas de éstas reiteradamente carecen del rigor científico que exige un ejercicio demoscópico. ¿O acaso el morenismo ya se olvidó de las encuestas que siempre menospreciaron a AMLO? Peor aún, ¿Dan por válidas las encuestas que señalan a Xóchitl Gálvez con posibilidades de hacer frente a MORENA? ¡Evidentemente no! detrás de ciertas encuestadoras, existen intereses creados con claros propósitos, que obligan a tener mucho cuidado a la hora de promoverlas, pues la misma encuesta que pone a un personaje en la delantera dentro de un movimiento, es la misma que coloca a otro personaje de la oposición como serio contendiente y el movimiento no puede, ni debe convalidar ejercicios de esa naturaleza. Por lo tanto, la exigencia es que se recurra a casas serias que, de manera transparente y apegados a la profesionalidad, lleven a cabo dichos ejercicios.

    En otro orden de ideas, López Obrador me parece un político indescifrable e impredecible que nuevamente marca la agenda de la oposición, a ver si ese bloque da cuenta del lío que les acaba de generar al expresar las posibilidades de Colosio y Samuel García para 2024, a no ser que estén pensando que el comentario es simple ocurrencia. 

    El futuro del movimiento debe estar en la voluntad de todos aquellos que creen en la Cuarta Transformación y no en unos cuantos, razón suficiente para que se comience a cerrar filas en torno al proyecto y a la esperanza de un México próspero y equitativo. Para llevarlo a cabo y, tomando en consideración las expresiones populares, quizá sea hora de que las corcholatas hagan un llamado a la unidad y al compañerismo, pues a más de un mes de estar en las calles, el pulso debió haberles quedado claro. A estas alturas, todos saben el costo que significaría no pronunciarse en torno a una figura capaz de legitimar tanto el proceso como el resultado y que en mi opinión (dicho con excesivo respeto para los demás contendientes) es Adán Augusto López. ¿Quién está de acuerdo en reconocer a una sola figura de cara al futuro del movimiento y quién optaría por asumir el costo de no hacerlo? En lo personal, confío en que los demás compañeros optarán por la unidad, por más que alguien quiera señalarme de ingenuo.

    Finalmente, no quisiera dejar pasar la oportunidad de felicitar a Amir Ibrahim, Manuel Pedrero y Hans Salazar por la presentación del libro “El Hombre Grande”. Especialmente a Hans, a quién me une una historia de casi treinta años. Mi admiración y cariño siempre.

  • La estrategia de alentar el miedo

    La estrategia de alentar el miedo

    Rabia, coraje, desesperación, son apenas algunos de los sentimientos que acompañan al bloque opositor en nuestro país y no es para menos, a pesar de las estrategias que realizan y la cantidad de recursos utilizados para confrontar el proyecto lópezobradorista, poca mella le hacen. Y no, para nada se trata de señalar aquí que hay un lado absolutamente bueno frente a un lado absolutamente malo, o que uno es perfecto y el otro no, aquí de lo que se trata es de identificar que hay dos proyectos de nación: el que por muchos años nos fue impuesto y que dejó en claro el impacto negativo de la corrupción y, el otro, por el que votó la gente en 2018 que plantea una nueva forma de gobernar.

    Esos dos proyectos que aquí se mencionan deben examinarse con rigurosa objetividad, pues plantear que sólo por el simple hecho de que AMLO no sea corrupto, en consecuencia, nadie de su gobierno lo es, sería tanto como asegurar que, por avistar una golondrina, ya está en su cenit el verano. Por supuesto que en este gobierno hay errores y también corrupción, pero, sin soslayar en lo denigrable de dicha práctica y el combate diario en contra de esta, lo cierto es que existen avances significativos, si no suficientes para erradicarla, sí lo bastante suficientes para evidenciarla, denunciarla, investigarla y castigarla.

    Para muestra un botón llamado SEGALMEX. Este caso, por cierto, el de SEGALMEX puede servir de ejemplo para ahondar en los enojos de la oposición, ¿Hubo actos de corrupción? ¡Claro!, ahí están, denunciados, investigados, etc. Luego entonces, es clara la determinación de la oposición de no señalar a fondo ese caso de corrupción porque de hacerlo, obligadamente tendría que reconocer que se ha actuado de manera transparente y tajante sin cubrir a nadie por cometer dichos actos.

    Evidentemente no lo harán, pues para ellos vale más la descalificación, la mentira o la calumnia por más vulgar que sea, porque es lo que más vende y, como hasta ahora no avanzan con buenos resultados en el terreno político electoral con todo y su más reciente apuesta encarnada en doña Xóchitl Gálvez, pues se ven obligados a emprender una nueva apuesta: alentar el miedo.

    Precisamente en la figura de Xóchitl Gálvez, los jefes de la derecha decimonónica y sus voceros ven la oportunidad de alentar el miedo en la población, sugiriendo que puede presentarse un atentado en contra de su persona como sucedió con Colosio en la primera mitad de los años 90. Pero esta narrativa no es nueva, forma parte del conjunto de intrigas que buscan infundir temor de manera estratégica tomándolo como eje del discurso político, no sólo de los principales actores, sino a través de los medios de comunicación y los famosos intelectuales y/o periodistas tipo Riva Palacio. Sin embargo, por más que pretendan extender un clima de miedo y preocupación en torno a la integridad física de la figura que hoy ensalzan como su posible abanderada, lo cierto es que la posibilidad es nula e inexistente, salvo la que va más allá de sus propias confabulaciones. Además, por fortuna, siguen pensando que la desinformación a través de las redes sociales es capaz de permear en la sociedad cuando en realidad ya no es así. Por más recursos que destinen a sembrar miedo, no lograrán su cometido pues hoy contamos con una sociedad más informada que, a la par que cuestiona a los actores políticos, al mismo tiempo dejó de ser manipulada por los medios de comunicación.

    Sin embargo, hay un cuestionamiento en particular que debe ser analizado profundamente por quienes conducen la cuarta transformación, incluido Andrés Manuel, pero no a partir de los que tienen un interés particular en mantenerse en los cargos, sino de los que realmente conciben un nuevo modelo de nación: ¿Quién de los aspirantes puede equilibrar las pasiones (hasta el momento desbordadas) de los morenistas, ajustándose a los preceptos de la cuarta transformación? En lo personal sostengo que Adán Augusto López aporta ese equilibrio al movimiento, pues en este proceso, no sólo se trata de la popularidad o de la confianza de AMLO, se requiere que la militancia en conjunto (no solamente la tribal) legitime al personaje. Incluso, más allá de la propia militancia, es fundamental la legitimidad de esa parte del pueblo que se identifica con el movimiento aunque no milite en él precisamente. 

  • El error de Xóchitl Gálvez

    El error de Xóchitl Gálvez

    A pesar de la amplia cobertura mediática a la imagen y actividades de Xóchitl Gálvez, sigo insistiendo en que, al final de la contienda opositora, no será ella quien encabece la candidatura de ese bloque en el 2024. Dicha aseveración no parte de un análisis simplista del acontecer político actual, mucho menos de mi identidad con la izquierda, sino del actuar maquiavélico que caracteriza a los verdaderos jefes de la oposición puesto que, entre sus cálculos, identifican a la perfección que ganar los comicios está muy cuesta arriba por más que se empeñen en promocionar encuestas donde favorecen descaradamente a la neo indigenista del panismo.

    No pretendo en estas líneas sumarme a la descalificación hacia la senadora respecto a sus bienes y empresas, sinceramente creo que es muy sencillo saber si se ha beneficiado del tráfico de influencias como todo parece indicar, pero eso le corresponde investigarlo a las autoridades competentes, al menos en el ámbito de lo legal, porque cuando menos para el imaginario de la colectividad, la tranza está más que acreditada. Tampoco pretendo abonar a la burla sobre el alarde de los aplaudidores a sus orígenes humildes, pues eso no debiera ser el centro del debate. Lo que si tenemos que observar es lo que representa y a quiénes realmente representa Xóchitl Gálvez y para nada se trata ni de los indígenas y mucho menos de los sectores populares de este país. 

    Xóchitl Gálvez ha cometido un gran error y me parece que en el pecado lleva la penitencia pues, a pesar de que sabe perfectamente que la oposición no tiene manera alguna de permear en la sociedad y atraer votos, aceptó jugar el papel de punta de lanza de la oposición y, por si fuera poco, literal se intenta poner “al tú por tú” con Andrés Manuel, sabiendo que no ha habido un solo momento de la agenda política en lo que va del sexenio que no haya sido marcada por el presidente. El error de la senadora está claro: optó por aventarse al ruedo pensando ingenuamente que podría aglutinar a las fuerzas partidistas en torno a su figura y despertar el interés de la sociedad que visualiza desde las redes sociales. Es decir, por un lado Xóchitl Gálvez cree que la ausencia de candidatos naturales dentro los partidos en automático la coloca por encima de sus estructuras y, por el otro, supone que la verborrea en las redes sociales, se traduce en apoyo directo en las urnas. Pues no, no es así, las estructuras son el todo para los partidos y las cúpulas de éstos son las que deciden y ella no forma parte de esos grupos, mucho menos decide por encima de ellos.

    Pienso que en realidad los verdaderos amos del frente opositor apuestan por otro personaje al que tratarán de hacerlo emerger como el verdadero ente aglutinador de la mayoría de las fuerzas contrarias al obradorismo y que éste saldrá de la clase empresarial para beneplácito de la derecha más retrógrada, no sólo de nuestro país, sino de otras latitudes, por lo tanto y, evidentemente con la enorme posibilidad que tiene el suscrito de equivocarse, la apuesta está en la división de una parte del morenismo que pueda caer en la tentación de abonar al bloque opositor a una nueva propuesta bajo el viejo argumento de pugnar por el bien de la nación. 

    Por supuesto que no tengo más elemento para dicha aseveración más allá de la historia de traiciones que ha vivido nuestro país cuando se trata de preservar el poder, pero, desde mi punto de vista, estoy convencido de que más de un morenista tiene un pie más allá que acá aunque sea de manera discreta. Sin embargo, aún con eso, creo que no habrá posibilidad de que la oposición logré posicionarse a tal grado de ganar la siguiente elección, lo que sí es claro es que sin duda habrá de cimbrar las bases del morenismo que está a buena hora de poner orden y dejar de lado a los personajes que lastiman al movimiento.

    Xóchitl tenía posibilidades de arrebatar a MORENA la Ciudad de México, posibilidad que aún no se descarta y que podría ser parte de la estrategia para bajarla de la contienda presidencial y regresarla con más fuerza para buscar la jefatura de gobierno. Pero el error de aceptar subirse desde ahorita a la carrera presidencial también le puede cerrar la puerta en la capital pues los partidos de oposición que gobiernan las Alcaldías tienen sus propios intereses y sea como sea, en la capital estamos acostumbrados al voto de castigo, en consecuencia, más de un alcalde opositor se ve con posibilidades.

  • El futuro de la capital

    El futuro de la capital

    Leyendo “Ciudad pérdida”, el imperdible texto de Miguel Ángel Velázquez que aparece dos días a la semana en “La Jornada” pude encontrar una serie de coincidencias en cuanto a la crítica que realiza al proceso de sucesión para la jefatura de gobierno y la elección del próximo año.

    Para quienes vivimos en la CDMX, por más motivaciones políticas que tenga cada quien, no se puede tapar el sol con un dedo, en esta ciudad ha habido grandes avances en materia de derechos que son atribuibles a la izquierda, pero también existen muchos pendientes por resolver, en tanto de que habitamos una de las ciudades más importantes del mundo por sus dimensiones, su cultura y sobre todo la pluralidad por la que se compone. Esos pendientes, por supuesto que están encabezados por la inseguridad pero no se deben solamente a la actuación del gobierno capitalino, pues, salvo los aplaudidores del neoliberalismo, se reconoce que las causas de la violencia, radican principalmente en la pobreza y desigualdad.

    Sin embargo, la situación política actual de la capital le ha cerrado el paso por completo a la sensatez, mientras la oposición se niega a reconocer los avances, MORENA por su parte se niega a reconocer los errores. En el primer caso puede entenderse la lógica de no reconocer los aciertos, y menos cuando ven que el partido en el poder tiene como puntos débiles la actuación de algunos funcionarios. El segundo caso, el de MORENA es verdaderamente incomprensible pues el rechazo a la autocrítica permea en todas las áreas de gobierno, ya sea estatal o el de las Alcaldías. Es incomprensible porque la andanada de la derecha exige de la contraparte la mejor de las actuaciones, y, en honor a la verdad, muchos de los gobiernos locales dejan mucho que desear.

    Por más que se quieran auto engañar las élites del morenismo, lo cierto es que en la capital no se ve por donde emerja un liderazgo capaz de hacer frente a las exigencias de todos los sectores de la sociedad capitalina, lo que si se es claro es la manera en que muchos de los grupos tribales de ese partido, comienzan a barajar las alianzas entre sí para ver más a la ciudad como botín que como el principal motor del movimiento lópezobradorista. Ahora bien, la carencia de dicho liderazgo irá colocando a ese partido en la necesidad de circunscribir el proceso de sucesión en la capital al proceso federal, lo que significa que la inmensa mayoría de las dirigencias capitalinas, apuestan por la candidatura de la ex jefa de gobierno con la idea de que en la ciudad el o la sucesora será por decantación. 

    Ante tal circunstancia pareciera no haber más remedio, se terminará haciendo necesaria la intervención del único liderazgo moral que existe en MORENA para orientar el rumbo en la ciudad o, de lo contrario, la posibilidad de que se presente un panorama adverso se irá incrementando. El futuro de la ciudad no puede quedar a merced de las cúpulas, mucho menos de los intereses que han venido agrupándose en élites menospreciando a la militancia, el futuro de la ciudad debe enmarcarse en lo que teóricamente es el proyecto de transformación.

    Para tal escenario, como expresa el articulista de “la jornada”, existe un antídoto: “los peligros para la continuidad de la 4T en esta capital se podrían esquivar con una buena decisión. Una buena o un buen candidato que no obedezca al capricho sería la forma de evitar un problema mayor” y me atrevo a sentenciar, ya es hora de que se acabe de una vez por todas con esos caprichos pero para hacerlo se necesita más que un discurso, se requiere un nuevo liderazgo distante a los hoy existentes pero apegado a los principios que enarbola la Cuarta Transformación.

    Que no cante victoria la oposición, puede que haya liderazgos en el movimiento de la ciudad que estén despistados, pero, aún con eso, existe una militancia férrea que defenderá las causas de esta gran ciudad y que aportará (como siempre) lo más valioso que tiene el movimiento: la dignidad que hizo de esta ciudad una entidad de derechos y libertades.