En México, la traición a la patria no es un chiste, la Constitución lo deja bien clarito, quien invite a una potencia extranjera a intervenir en nuestros asuntos, quien abra la puerta a que otra nación meta la nariz en lo que no le compete, se coloca directamente en la línea de fuego de uno de los delitos más graves: traición a la patria.
¿Cómo se atreven a pedir la intervención de Estados Unidos en México, con toda la historia que llevamos en la piel, con cada cicatriz que nos recuerda que el vecino del norte nunca ha venido a salvarnos, sino a despojarnos, humillarnos y dictarnos cómo vivir?
La senadora Lilly Téllez, en su eterna cruzada por ganarse un aplauso de Washington, volvió a pedir la intervención de Estados Unidos en México. Sí, leyó bien, intervención, como si no tuviéramos suficiente con la larga lista de países destrozados por la “ayuda” estadounidense, ahora quiere abrirles la puerta de par en par, mientras México carga siglos de historia resistiendo saqueos y abusos, ella sueña con alfombrarles la entrada, si claro, al Pentágono.
Y ahí está la senadora Téllez muy orgullosa ella de pedir “ayuditas”, del extranjero para arreglar lo que aquí, los mexicanos y mexicanas lo decidimos con votos, con leyes y con soberanía.
¿De verdad hay mexicanos tan miopes, tan colonizados mentalmente, que hoy en pleno siglo XXI se arrodillan y piden que la Casa Blanca meta sus botas en nuestra tierra? Y sí, los hay, y no se confundan, no es paranoia ni nacionalismo vacío, la historia mundial lo demuestra. Cuando Estados Unidos “interviene”, no trae paz, trae sangre y destrucción.
La lista es larga… Irak, Siria, Irán, Afganistán, Libia, Chile, Panamá, Guatemala, Filipinas, Cuba, El Salvador, Honduras, Sudán, Somalia, Nigeria, Vietnam, Granada, Haití, Honduras, Nicaragua, Palestina.
Hay que recordarle a la senadora que la traición a la patria no es un insulto que se lanza a la ligera, es uno de los delitos más graves que existen en la vida de un país.
Alito Moreno es un delincuente, es una de esas situaciones donde la realidad supera a la ficción. Tal vez por eso Dalí siempre se resistió a vivir en México, porque en ningún otro lugar del mundo alguien que debería estar portando uniforme carcelario portaría el fuero como lo pasea hoy Alejandro Moreno Cárdenas. No entraré en detalles de lo que todos vimos: una vergonzosa y criminal escena en el Senado de la República, protagonizada por los priistas. Recuerde usted bien los siguientes nombres, pues se trata de golpeadores y asaltantes que usted podría encontrarse en la calle: Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del PRI; Eduardo Gutiérrez Mancilla, diputado federal del PRI plurinominal de Chiapas; Alonso Erubiel Lorenzo, diputado federal del PRI plurinominal de Tabasco. Ah, por cierto, por si a alguien se le olvidaba, Alito también es plurinominal.
Es decir, los porros y criminales que asaltaron en el Senado ni siquiera tienen un escaño o curul ahí por decisión de la gente, son la herencia maldita del sistema electoral con la herramienta grotesca de los plurinominales. Si la reforma electoral de AMLO hubiera pasado cuando se propuso, ni siquiera hubieran tenido oportunidad de hacer lo que hicieron hoy. Pero todavía mejor: si se hubiera aplicado la ley sin miedo, tampoco hubiera sucedido.
Pocas veces se ha podido acreditar y documentar una conducta criminal y pusilánime de manera constante y pública como la de Alejandro Moreno Cárdenas. No es posible que Morena y las fiscalías ignoren hechos ineludibles como su mansión valuada en 300 millones de pesos en Campeche, en una de las zonas más exclusivas de todo el estado. Simplemente su salario de servidor público no coincide con sus lujos, ni con los autos deportivos McLaren con los que se paseaba. ¿Ya se nos olvidó cómo sobornaba a diputados locales por 300 mil pesos? ¿Alguien recuerda el desvío de más de 83 millones de pesos del erario de Campeche? ¿O qué me dicen de su relación con la prensa, dejándonos joyas como aquella de: “A los periodistas no hay que matarlos a balazos, a los periodistas hay que matarlos de hambre, papá”? ¿Tal vez se acuerden de cómo confesó que Cinépolis le dio 35 millones de pesos para financiar al PRI? Y así podría seguir por horas, porque no hay un solo elemento en la biografía política de Alejandro Moreno que sea honorable. Este hombre es tan corrupto que hasta los priistas lo ven como una abominación. Ya ni hablar de la patética narrativa política que ha querido insertar en el debate público: habla de dictaduras cuando es el único dirigente a nivel nacional que hizo chicanadas con la ley para reelegirse hasta 2032; habla de narco-gobierno o de corrupción cuando en este momento hay más gobernadores del PRI en prisión que en activo. Este no es un hombre roto, es un mafioso, líder de una pandilla que toda la sociedad conoce: la Presidencia lo conoce, sus aliados lo conocen, las fiscalías lo conocen. Entonces, ¿por qué? ¿Por qué en nombre de Dios sigue en libertad?
Un hecho es que una de las varias víctimas del asalto de Alito Moreno, Gerardo Fernández Noroña, presentará una denuncia penal contra el líder del PRI por atacarlo frente a los ojos de millones de mexicanos. Esta denuncia la llevará la Fiscalía General de la República y, si la FGR lo considera pertinente en sus investigaciones, entonces solicitarán el desafuero del campechano para procesarlo por violento. ¿Por qué se tuvo que llegar a este punto? Con tantas evidencias y pruebas es un insulto que este hombre no esté en prisión, pero más aún, Morena y sus aliados no pueden cuadrar un proceso de juicio político, aun teniendo mayoría calificada.
Y este problema no es nuevo. Lo dijimos aquí: no desaforar a Lilly Téllez solo enviará el mensaje al resto de opositores de que el cielo es el límite. En México, tú como oposición puedes pedir la invasión de un gobierno extranjero y no te pasará nada. Ahora sabemos que también puedes golpear y asaltar al senador presidente, y el destino es el mismo. A Morena le sigue preocupando que, de aplicar la ley, sus opositores se victimicen, y de seguir con ese camino lo único que sucederá será que escenas como las que vimos hoy no solo se repitan, sino también se recrudezcan.
El priista ya prometió seguir siendo inflexible. Es decir, la amenaza ya está dada. Ser Alejandro Moreno es un crimen, pero tener el poder y la responsabilidad de castigar a quienes rompen la ley y no hacerlo, también los hace criminales, o por lo menos cómplices. Hoy Alito se irá a dormir tranquilo, pues ese blindaje jurídico del fuero, que solo sirve a los corruptos como él, lo protege. Cada día en libertad de Moreno Cárdenas es un día perdido para Morena y, francamente, para México también. Mi solidaridad con Fernández Noroña y con Emiliano, camarógrafo herido, a quien le deseo una pronta recuperación.
PD: Solo basta la voluntad de un presidente o presidenta para que las cosas sucedan. Iremos a Palacio a buscar respuestas. Nos leemos mañana.
Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, confirmó ser propietario de una vivienda valuada en 12 millones de pesos, la cual ha sido financiada con un crédito respaldado por sus ingresos como senador y creador de contenido en YouTube.
El legislador defendió su patrimonio frente a señalamientos: “Nadie me ha regalado nada, mucho menos un grupo criminal”, retando a la oposición a presentar pruebas, y aseguró que todos sus bienes están debidamente registrados en su declaración patrimonial.
Noroña también rechazó acusaciones de nexos con el narcotráfico: “Los narcos enviados a Estados Unidos pueden declarar lo que DEA o CIA quieran, pero cualquier acusación debe probarse en México”.
Además, criticó al PRI y PAN por respaldar las declaraciones de la senadora Lilly Téllez en las que pedía intervención de Estados Unidos en el país, calificándolas como “traición a la patria”.
Por último, advirtió que la renuncia de Néstor Camarillo al PRI y su paso a Movimiento Ciudadano dejará al tricolor sin la tercera vicepresidencia de la Mesa Directiva en el próximo periodo, afectando así la proporcionalidad del Senado.
Lilly Téllez volvió a la escena principal del banco de los acusados debido a que pidió una intervención militar de los Estados Unidos contra México para supuestamente atacar los cárteles y de paso quitar a un gobierno que eligieron 36 millones de personas hace un año. Vamos a hablar un poco de nuestra tía panista.
MORENA
Lilly llegó al poder por la vía del MORENA y de AMLO en 2018. La hicieron senadora por su estado, Sonora donde solo pasaron unos meses para que sacara sus filias conservadoras y rechazara la interrupción legal del embarazo y a partir de ahí en cascada vinieron sus posturas contrarias al obradorismo.
Es expulsada del MORENA y se va a las filas del conservadurismo (quizás siempre perteneció ahí, recordemos su estrecho vínculo con Salinas Pliego). Toma partido por todas las posturas del PAN y hace bloque con ellos. Sí, uno de los grandes errores de nuestro movimiento se ve encarnado en ella.
La tía
Es el claro ejemplo de tu tía panista que cree puras noticias falsas y que es hiper católica, aunque sea muy hipócrita moralmente. Así, se creyó e hizo todo un escándalo con la broma de la calavera que apoyaba a AMLO y dijo que adorábamos a la santa muerte, jaja.
Sus posturas en x son bastantes graciosas, pero también muy ofensivas. No ha parado de gritar a los 4 vientos que vivimos en una dictadura mientras miente como respira diciendo que somos un narcogobierno, obviamente los narcos son los del MORENA jamás los del PAN jaja aunque García Luna esté preso, esos hechos no importan en la cabecita de nuestra tía conservadora.
Gringa
Aunque Lilly parece un chiste muy gracioso y a veces de muy mal gusto, es un problema grave cuando ella explora otras posibilidades y dice abiertamente en sus redes que Trump solo quiere ayudar a México y que nos invada y cosas así.
Pero el colmo es que vaya al pasquín de derecha Fox News a decir frente a muchas personas, tanto en español como en inglés después, que todos los mexicanos (sí, alguien que hoy es plurinominal hablando en nombres de todes, el chiste se cuenta solo) queremos que vengan los gringos a liberarnos de los narcos y de los narcos políticos del MORENA.
La acusaron de traidora a la patria y se enojó. Dijo que ella solo pidió ayuda de los gringos, pero que haya coordinación que ella no pidió nos intervinieran. Bueno cree que somos pendejos pues.
Aunque no mencione la palabra intervenir, si dice que quiere la ayuda de los gringos y quiere que nos liberen. Sabemos que liberar para los gringos es un eufemismo para decir intervenir militarmente y destrozar a ese país para saquear más sus recursos. Ya lo han hecho con todos los países que según han liberado y jamás han mejorado las condiciones de sus habitantes.
Además, Lilly pide que derroquen al gobierno del MORENA por ser narcopolíticos y terroristas. Lo que no pudo conseguir en acciones democráticas porque pues nadie vota por ella, asquito, lo quiere ganar por las malas arrastrándose con los gringos.
Basurero
Pero la tía panista no sabe que su lugar ya está en la basura. Su presencia medieval nos recuerda a Miramón, a Almonte, a Maximiliano, y a toda la tradición conservadora, sería bueno recordarle cómo terminaron esos sujetos por traidores a la patria, como lo que ella es.
¿Saben cuál era —y sigue siendo— el día favorito de la derecha, de la oposición y de los medios de comunicación para mentir? Los viernes. Pero no a cualquier hora, no señor. ¿Qué tal si sueltan la mentira a las 7 de la mañana, corriendo el peligro de ser desmentidos por la presidenta Sheinbaum en la mañanera, en tiempo real? Bastante peligroso para la vida útil de un bulo.
Si usted desea atacar al gobierno de la 4T y al partido en el poder, tiene que hacerlo justo como lo hacen en la actualidad: suelte la mentira en viernes por la noche, deje que se difunda todo el sábado y, para el domingo, ya será una “verdad” consolidada. No hay mañaneras esos días que puedan neutralizar la infodemia. No por nada el propio López Obrador llegó a barajar la idea de realizar conferencias de prensa los fines de semana para detener el flujo de mentiras.
Es triste pensar que el pueblo de México necesite de estas mañaneras para enterarse de quiénes mienten. En un país civilizado existen medios de comunicación y periodistas con estándares de ética; pero como en México eso no existe, no solo no podemos esperar desmentidos, sino todo lo contrario: la nómina de TV Azteca, MVS y Fórmula son las herramientas del PRIAN para dar eco a esas noticias. Como diría su infame referente periodístico Raymundo Riva Palacio: “La verdad ya es irrelevante”.
El bulo del fin de semana
¿Cuál fue la mentira de este fin de semana? Que Lilly Téllez será desaforada por órdenes de la presidenta Claudia Sheinbaum y, no solo eso, que el crimen organizado la busca para eliminarla.
Para sorpresa de algunos, esta falsedad no la inventó Téllez, sino Simón Levy, un personaje de redes sociales que él mismo ha confesado padecer problemas de salud mental. En un tuit mencionó que el CJNG iba a ir por Lilly Téllez “porque así lo quería la 4T”. Una irresponsabilidad que no solo mancha con estiércol el debate público, sino que además pone en peligro al propio Levy por hacerse pasar como vocero de una organización criminal extremadamente peligrosa.
A pesar de lo grotescamente irresponsable de la declaración, Lilly Téllez y TV Azteca —es decir, Ricardo Salinas Pliego— decidieron adoptarla para iniciar la narrativa. Ojo: no en México, donde ya casi nadie les cree. Si les creyeran, Lilly Téllez habría ganado su elección (y la perdió). Si les creyeran, TV Azteca sería un medio poderoso (y acaba de revelarse su caída abismal en rating). Esta narrativa de “perseguida política por una dictadura” ya no se vende a los mexicanos, sino a los estadounidenses.
Pero no a cualquiera: al gringo de a pie le importa poco lo que grite Lilly Téllez en Fox News, de la misma manera que le da igual lo que diga María Corina Machado en el mismo canal. Para el PRIAN vendepatrias no es importante que esas entrevistas se vean en todas las oficinas de Estados Unidos, sino en una sola: la Oficina Oval de la Casa Blanca, donde despacha un hombre con la misma madurez mental que la senadora panista.
La entrevista teatral
Al momento de escribir estas líneas, se viraliza una nueva entrevista que Lilly Téllez otorgó a Fox News. A diferencia de las anteriores, esta considero que tiene características claras de teatro político.
Conductora parcial. Téllez le da la entrevista a Rachel Campos, presentadora de Fox News y esposa del secretario de Transporte de Donald Trump. El sesgo está confirmado: Téllez no fue cuestionada por una periodista, sino por una propagandista de Trump.
En inglés. A diferencia de las dos entrevistas previas, realizadas en español, esta se desarrolló en su totalidad en inglés. Campos y Téllez conversaron en el idioma nativo de la televisora y, sobre todo, de Trump. Reitero: esta entrevista fue un filete servido en bandeja de plata para el huésped de la Casa Blanca.
La gran mentira. Téllez sube el tono y declara —en inglés— que teme por su vida porque la presidenta de México la ha amenazado con un proceso de desafuero. Eso es absolutamente falso. Para desaforar a un congresista en México se requiere un proceso de juicio político: primero discutido y aprobado en comisiones, y luego en el pleno. Morena y sus voceros han reiterado que no pretenden desaforarla porque eso la victimizaría (como si no lo estuviera haciendo ya). Hasta hoy, no existe ningún punto de acuerdo en el Congreso para iniciar un proceso de esa naturaleza. Por lo tanto, Téllez miente.
El guion. Durante toda la entrevista, especialmente en la parte donde dice temer por su vida y sentirse amenazada por Sheinbaum, Téllez lee un texto, un guion preparado con preguntas pactadas. No es raro: a eso se ha dedicado toda su vida, a leer lo que otros le escriben. La pregunta es: ¿Quién le escribe los guiones a Lilly Téllez?
¿Quién le dicta el libreto?
¿Será su jefe Ricardo Salinas Pliego, furioso tras perder otro juicio fiscal con Elektra por casi 5 mil millones de pesos? ¿Será su otro jefe, Jorge Romero Herrera, quien ya a través del PAN lanzó un comunicado apoyando el “derecho de libertad de expresión” de Lilly Téllez para pedir la intervención de Estados Unidos? ¿Será la línea del embajador-espía Ron Johnson? ¿O, de plano, fue la misma Rachel Campos quien le dio las respuestas que debía leer al aire?
La pregunta más importante es: ¿importa? ¿Importa saber que una lectora de teleprompters sabe leer guiones? ¿O importa más saber qué va a hacer el gobierno mexicano al respecto?
Apenas ayer lo advertimos: si la 4T no procede con el desafuero de Lilly Téllez por miedo al “qué dirán”, su estrategia habrá fracasado. Téllez se victimiza ante el Tío Sam y pide a Estados Unidos morder esa manzana llamada México que no prueba desde hace 180 años.
Seguridad nacional
El coordinador de los priistas en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, llamó a Lilly Téllez a moderarse, pues según su criterio no está bien tentar a potencias extranjeras para intervenir en México. Es decir, ni en la oposición la ven como alguien cuerda.
La culpa no fue de Maximiliano, sino de Miramón, que lo invitó a ser emperador. Desaforar a Lilly Téllez es un tema de seguridad nacional. No desaforarla es un signo de debilidad.
PD: Si un congresista demócrata pidiera un lunes la intervención de Rusia en Estados Unidos, ¿seguiría siendo senador el martes?
No les voy a mentir: cuando Lilly Téllez anunció que abandonaría la bancada de Morena en el Senado de la República para unirse a las filas del PAN, mi primer pensamiento fue: “AMLO, eres un genio, hiciste como que Lilly se peleó con la 4T para infiltrarla en el PAN”.
Claro que lo pensé porque la estridencia y el histrionismo de la sonorense eran tan desproporcionados que me parecía imposible que fuese real. Que alguien así viviera permanentemente con ese estilo —y peor aún, que hiciera política de esa forma— me resultaba surreal. Obviamente, la tesis de que Téllez era una doble espía se me cayó rápidamente. Aun así, algún mérito debe tener la senadora para seguir siéndolo. No es muy querida por sus compañeros de bancada, ni en esta legislatura ni en la anterior, pero ¿a quién no le sirve de vez en cuando un “buscapleitos”? Alguien que pueda generar polémica barata para arrebatar la narrativa oficial, aunque sea con escándalos y comportamientos dignos de los programas de televisión de donde proviene esta senadora.
La vida de Téllez, tanto pública como privada, se resume en una palabra: montaje. A mi parecer, incluso Carlos Loret de Mola palidece al lado de Lilly Téllez. Porque, claro, es ruin hacer un montaje televisivo junto a un narcotraficante como Genaro García Luna, listo para ejercer tortura en vivo y a todo color para encerrar a un hombre en prisión por 20 años; pero no es tan ruin como sentarse al lado del cadáver de una niña para lavarle la cara a un gobernador que eventualmente se convertiría en presidente. Ya ni hablar del montaje donde fingió un atentado afuera de las instalaciones de TV Azteca solo para golpear al líder de las izquierdas en ese momento: Cuauhtémoc Cárdenas.
Una vida de montajes cierra con otro. El montaje del momento ahora es una puesta en escena donde nuestra antagonista disfrazada de protagonista estelariza el papel de patriota. Pues, en busca de las barbas de Maximiliano de Habsburgo, encontró en Fox News su hogar (televisora favorita y chayoteada por el gobierno de derecha de Donald Trump). Ahí el micrófono se abre con la misma irresponsabilidad con la que se abriría en Atypical TV, además de que ambos medios de comunicación cuentan con los mismos estándares de ética. Tal vez por eso la comodidad de la senadora en asistir a esos foros.
En las pantallas gringas, Lilly Téllez —siendo senadora de México— invita e incita al gobierno de Trump a invadir suelo mexicano con la intervención del ejército estadounidense. Ella, en redes sociales, se defiende afirmando que no dijo lo que dijo y que, en todo caso, no está pidiendo invasión, sino “ayuda”. Me parece una declaración de lo más tierna, porque estoy totalmente seguro de que fue lo mismo que pensó Juan Nepomuceno Almonte junto al grupo de conservadores cuando visitaron a Maximiliano en el Palacio de Miramar. Seguramente, ante el reclamo de los mexicanos a su regreso, alguno dijo: “¿Cómo creen que es invasión? Solo queremos su ayuda”.
Si Lilly Téllez hubiera hecho lo que hace hoy, pero en 1863, el último lugar que habría visitado sería el Cerro de las Campanas en Querétaro. Sin embargo, hoy, en pleno siglo XXI, hay formas más elegantes de castigar a alguien frente a la historia.
Primero: ¿Está cometiendo algún delito Lilly Téllez? La respuesta es sí: viola el artículo 123 del Código Penal Federal, en su punto 7.
Segundo: ¿Puede ser castigada por romper la ley? En este momento no, porque cuenta con fuero, un blindaje jurídico inventado por los priistas para que los legisladores no puedan ser investigados o juzgados.
Tercero: ¿Se le puede retirar el fuero a Lilly Téllez? Sí, mediante un proceso de juicio político y/o desafuero.
Cuarto: ¿Morena, que tiene mayoría calificada, procederá con el desafuero? No, porque según ellos eso la victimizaría y le daría la razón a la oposición, que insiste en que la 4T es una dictadura.
Aquí es donde me enojo por lo siguiente: si la van a llamar traidora a la patria, ¿por qué no la juzgan por traición a la patria? ¿Cuál es el punto de llamar “ladrón” a alguien si no se le juzga por ladrón? ¿Para qué tenemos leyes entonces?
Y así ocurre con otros casos: Alito Moreno, Jorge Romero y muchos más. La 4T se ha encargado (y eso es lo correcto) de señalar los complejos esquemas de corrupción que han inventado para hacerse ricos, para robar. Pero ¿de qué sirve exhibir si no se va a castigar?
Le tengo dos malas noticias a la 4T:
1. De nada les servirá no desaforar a Lilly Téllez si el cálculo político es que no los llamen dictadores, porque ya lo hacen y lo seguirán haciendo.
2. Más importante: el pueblo lo exige. Para cuando escribo esto, más de 270 mil mexicanos han firmado una petición en Change.org para desaforar a Lilly Téllez. Son más los mexicanos que piden el desafuero que los afiliados al PAN. No es una decisión ilegítima y mucho menos ilegal. Morena tiene que mandar obedeciendo; tiene que priorizar lo que pide la gente en vez de estar pensando en el “qué dirán”.
Cierro con una frase que dijo el escritor Ramiro Padilla el pasado viernes en Sin Máscaras: “Si Lilly Téllez se quiere victimizar, que lo haga, pero no con el dinero de nuestros impuestos. México merece una mejor clase política y, si no la depuran ellos, nosotros lo haremos”.
PD: Les contaré uno de esos secretos que no digo en el noticiero. Un amigo que trabajaba en SDP Noticias me relató cómo fue que Lilly Téllez aceptó ser senadora de Morena. Resulta que Lilly estaba grabando una de sus columnas para ese medio, cuando de repente se detuvo la grabación porque empezó a sonar su celular. Era Ricardo Salinas Pliego quien la llamaba. A continuación, la conversación:
Salinas Pliego: Lilly, hablé con AMLO, te van a hacer candidata a senadora de la República por Morena.
Lilly Téllez: Ay, don Ricardo, me da mucha pena, pero usted sabe que no me gusta la política. Es más, yo no coincido con López Obrador ni creo en su proyecto, no puedo hacerlo.
Salinas Pliego: Entiendo, Lilly, yo tendré que buscar otra persona… y tú tendrás que buscar otro trabajo.
La senadora Lilly Téllez enfrenta una creciente presión para su desafuero, con más de 271,300 firmas recolectadas en una petición en línea realizada por Tomador de decisiones: Ciudadanos de Sonora y México. Este número supera la cantidad de afiliados al Partido Acción Nacional (PAN).
Aunque Téllez no fue votada directamente por ciudadanos, los habitantes de Sonora expresan su descontento. La consideran una “vende patrias” por apoyar la intervención de EE. UU. En México y critican su traición a los principios de su partido original, Morena.
Los firmantes también señalan que la senadora ha dado la espalda a los valores que prometió defender. Además, acusan a Téllez de difundir desinformación, lo que agrava aún más su rechazo.
Con cada firma, los ciudadanos buscan que se escuche su voz y se actúe en consecuencia. La petición para el desafuero de Lilly Téllez continúa ganando apoyo, evidenciando la frustración de los electores con su falta de alineación a los principios prometidos.
A través del siguiente enlace https://chng.it/mLtJHgCf9f puedes firmar la petición y unirte a la causa.
Lilly Téllez, senadora plurinominal por el PAN y eterna protagonista de desfiguros en el senado, inventó que la presidenta Claudia Sheinbaum promueve el odio entre los católicos en un mensaje de Twitter, ello para generar odio, división y caos. Es a lo único que aspira ante la falta ya no de ideas, sino de un raciocinio y vergüenza mínimos. La reventadora de sesiones es valiente para seguir las instrucciones de su dueño, Salinas Pliego, pero la pregunta es, ¿lo sería igual para denunciar al Estado genocida de Israel después de que este bombardeara una iglesia católica en la Franja de Gaza y por el cual se manifestó firmemente el papa León XIV? Evidentemente no, porque es claro que ella sirve a intereses de élites ligadas al corporativismo e imperialismo anglo-sionista. Es en momentos como este cuando los mexicanos deberían notar la hipocresía característica de la derecha.
Esta señora ha perdido cualquier esbozo de cordura y demuestra poca inteligencia y clase. Lo suyo es gritar sinsentidos con un altavoz y ofender a cuanto se le pone enfrente e intenta argumentar con ella. Contrasta demasiado con la inteligencia y cultura del presidente del senado, Gerardo Fernández Noroña, quien está a años luz de conocimiento y calidad argumentativa en el debate político.
Gracias a la popularidad del presidente López Obrador y del movimiento de la 4T -hitos en la historia mexicana reciente- es que Téllez logra su entrada a la política. Después de la traición, se une al PAN por importarle más satisfacer a la cúpula de poder y no tanto al pueblo que votó por ella. Es tan incongruente como ridícula: cuando todos los mexicanos, incluso prianistas de altos vuelos como Anaya, rechazaron la pretensión de injerencia de Abascal y Vox, ella corrió a unirse a la declaración que hizo sobre la Iberósfera, aunque luego se arrepintiera.
Se la pasó vociferando que iba a meter a López Obrador a la cárcel, lo cual le valió la aprobación del prianismo para postularse como precandidata a la presidencia, pero hay tanta vacuidad intelectual en ella, que hasta alguien tan carente de idas y corrupta como Xóchitl Gálvez le ganó la partida, aunque luego fue aplastada en las urnas.
Molesta que el debate sea de tan baja calidad y que no haya argumentos mínimos. Por eso la tan necesaria reforma para eliminar plurinominales, en especial a aquellos como ella que degradan la profesión.
Pero es que incluso muchos panistas no pueden estar de acuerdo con su participación en política, al menos no cuando ella los representa porque los hace ver maniqueos y simplistas.
Téllez es una manifestación del cáncer que azota la política mexicana todavía, específicamente el que se manifiesta ignominiosamente a nivel local y legislativo. La política debe recobrar su lugar de debate de alturas a través de argumentadores con un mínimo de decencia, honor y conocimiento. Con tal de llevar la contraria, es capaz de esgrimir argumentos tan absurdos como la invasión de Estados Unidos a México, lo cual debería ser motivo no solo de vergüenza, sino de algún castigo por traición a la patria.
Algunos pensarán que es bueno que ella se mantenga en el PAN para debilitarlo y que MORENA se mantenga en el poder, pero no, el debate dialéctico que contraste tesis con antítesis y genere síntesis para la generación de más y mejores ideas es necesario si aspiramos a un México mejor.