La presidenta Claudia Sheinbaum busca un acuerdo con el sector empresarial para fomentar la inversión en infraestructura, ante la caída del PIB y la baja en la actividad económica.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, está dando un impulso urgente a un nuevo plan de inversión, el cual tiene el objetivo de establecer un “gran acuerdo nacional” con empresarios para revitalizar una economía que ha mostrado señales de debilidad. Recientemente, el Producto Interno Bruto (PIB) del país sufrió una caída del 0,3% debido a la baja actividad industrial y a una reducción en el consumo, así como en las inversiones tanto públicas como privadas.
Para hacer frente a esta situación, Sheinbaum se reunió con Carlos Slim, el hombre más rico de México, en el Palacio Nacional. Durante más de dos horas discutieron los principales obstáculos que enfrentan las inversiones en el país. Esta reunión, que también incluyó a Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, fue parte de una estrategia más amplia. La mandataria compartió a través de sus redes que durante el encuentro se abordaron perspectivas optimistas para la economía en 2025 y 2026.
El diálogo con Slim no es casual, pues desde el inicio de su mandato Sheinbaum se ha visto presionada por la situación económica. En este contexto, la política fiscal se ha convertido en un desafío, dado que la reciente aprobación del presupuesto, de 10,1 billones de pesos, no es suficiente para estimular el crecimiento. Ahora, la presidenta busca una vía alterna, la cual será presentada el próximo año.
El Gobierno planea crear una Ley de Inversiones en Infraestructura para el Bienestar. Morena, el partido mayoritario, espera que su aprobación se concrete antes del 15 de diciembre. Esta nueva legislación tiene como objetivo movilizar recursos del sector privado y facilitar la colaboración en proyectos de infraestructura con fines sociales. Además, busca reemplazar una normativa anterior sobre asociaciones público-privadas.
Sheinbaum y su equipo buscan atraer inversiones significativas de bancos y fondos, principalmente para reiniciar el sector de la construcción y la vivienda. De acuerdo a Alfonso Ramírez Cuéllar, vicecoordinador de Morena, el objetivo es activar un programa contracíclico que inyecte capital en la economía.
Sin embargo, el panorama económico de México sigue siendo incierto. A pesar de que la inversión extranjera directa alcanzó casi 41 mil millones de dólares en los primeros nueve meses del año, la inversión fija bruta, que incluye desembolsos en instalaciones y maquinaria, cayó un 9% en agosto. Este descenso es el más pronunciado desde 2021. Al desglosar estos datos, la inversión en construcción bajó un 7%, mientras que el gasto en maquinaria y equipo sufrió una caída de más del 10%.
Los desafíos son evidentes: La reducción en el gasto de obra, la estancada producción petrolera y las incertidumbres sobre la política arancelaria de Estados Unidos son factores que afectan la economía mexicana. Sin embargo, algunos analistas, como en Grupo Financiero Banamex, sugieren que hay motivos para un crecimiento moderado. La moderación en la incertidumbre y el cambio en la política monetaria podrían favorecer una recuperación gradual de la inversión y el empleo en el país.
La presidenta Sheinbaum está decidida a enfrentar estos retos y espera que su plan de inversiones pueda darle un nuevo rumbo a la economía.

