La presidenta interina perdió el respaldo de sus aliados en medio del auge del crimen y acusaciones por corrupción y represión. Manifestantes celebraron su salida frente al Parlamento.
El Congreso de Perú destituyó anoche a la presidenta Dina Boluarte por “permanente incapacidad moral”, tras perder el apoyo de las fuerzas políticas que la mantuvieron en el poder durante casi tres años. Con 118 votos a favor de 122 posibles, el Parlamento aprobó la “vacancia” presidencial sin votos en contra ni abstenciones, marcando el fin del convulso mandato.
Afuera del Legislativo, miles de manifestantes celebraron la decisión, ondeando banderas peruanas y exigiendo justicia por las víctimas de la represión durante su gobierno. Boluarte, de 63 años, rechazó acudir al Congreso y denunció la falta de debido proceso.
La dirigente asumió la presidencia el 7 de diciembre de 2022, tras la caída de Pedro Castillo, quien intentó disolver el Parlamento y hoy enfrenta cargos por rebelión. Desde entonces, Boluarte gobernó sin bancada propia, sostenida por partidos como Fuerza Popular, de Keiko Fujimori, y Renovación Popular, del alcalde limeño Rafael López Aliaga, quienes ayer retiraron su respaldo.
Durante el debate, la congresista Norma Yarrow argumentó que “la extorsión y la criminalidad se desbordaron mientras la presidenta vivía en una fantasía”. Los legisladores también la acusaron de enriquecimiento ilícito por el uso de relojes “caros” y por su responsabilidad en la muerte de más de 50 personas durante las protestas de 2022 y 2023.
Horas antes de su destitución, Boluarte había asegurado que culminaría su mandato en 2026, año en el que se realizarán las elecciones presidenciales y parlamentarias. Sin embargo, la creciente crisis de seguridad, exacerbada por un reciente ataque armado contra el grupo de cumbia Agua Marina, terminó por acelerar su caída.
Después del anuncio, el Congreso de Perú nombró a José Jerí, del partido Somos Perú, como presidente interino, y estará al frente del país hasta los comicios programados para abril de 2026. En su juramentación, Jerí declaró la “guerra a la delincuencia” y aseguró que contará con el apoyo de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, al tiempo que solicitó la colaboración del Poder Judicial y la Fiscalía.
El mandatario describió su gobierno como un “proceso de transición, empatía y reconciliación nacional”, instando a construir acuerdos mínimos entre fuerzas políticas y encomiándose a Dios para recibir sabiduría en la conducción del país.