Etiqueta: José García Sánchez

  • Tan bien que estábamos sin Trump

    Tan bien que estábamos sin Trump

    Todos los golpes de Estado en América Latina han sido impulsados por Estados Unidos. Desde la intervención militar directa hasta los golpes blandos ahora los protagoniza sin máscaras. Lo que hace Trump con el incremento de aranceles, como si se tratara de misiles, es un golpe de Estado contra un régimen democrático, progresista y liderado por una mujer. Tres factores que el presidente del vecino país no resiste en su concepción del mundo del que se considera propietario.

    Los anteriores golpes de Estado eran subsidiados por los empresarios para que la política estadounidense diera la cara, ahora los empresarios no quieren que ese golpe de Estado que lleva a cabo Trump, y la cuestión política pierde sus cimientos económicos, carece de bases en la productividad para convertirse en un capricho del nuevo huésped de la Casa Blanca.

    Siempre Estados Unidos tuvo detrás del apoyo a los golpes de Estado un fantasma para justificar su intervención, desde el comunismo hasta el narcotráfico, pasando incluso por los extraterrestres, han sido los pretextos para adueñarse de las riquezas de los países afectados por la violencia estadounidense.

    Así ahora, el fentanilo que consumen los estadounidenses, que ningún mexicano les obliga a ingerir, tiene que ver con la intención de desestabilizar económicamente al país, en pleno auge de recuperación luego de los regímenes que saquearon México.

    Si Trump quiere basar en la gasolina el futuro energético de su país los países con petróleo más cercano a sus fronteras es México y Canadá. Porque este señor no sólo quiere petróleo de calidad barato, lo quiere gratis. Para lograrlo debe derribar varios obstáculos que incluyen el patriotismo de los mexicanos y la identidad arraigada en los mexicanos.

    Canadá, al igual que Estados Unidos son dos países que se crearon con inmigrantes; de hecho, en ese país hay dos idiomas oficiales como prueba de su origen y conformación. A cuyo gobierno también insiste en incorporar como el estado 51 de la Unión Americana, porque asegura que Estados Unidos gasta mucho en Canadá y México y, que le deben mucho dinero.

    El golpismo de Trump tiene más aliados en la oposición mexicana que dentro de su propio país, esto es bueno para sus intenciones, porque es lo que se requiere para legitimar a quien la Casa Blanca coloque como títere de su política. Ahí está Jeanine Áñez, en Bolivia, Dina Boluarte, en Perú, y otras marionetas como Pinochet o Videla, cuando los golpes de estado eran sangrientos, pero no más violentos que los actuales.

    La víctima de los golpes de Estado en América Latina son los pobres, es decir, la mayoría de los ciudadanos del contente, los cuales forman una mano de obra especializada, precisa y barata. Si en sus países la cualidades de los trabajadores zona preciadas y tienen, poco a poco mayores ingresos por su esfuerzo cotidiano, es necesario imponer una pobreza generalizada para que lo que se ha avanzado en materia de recuperación del empleo regrese a lugar que Estados Unidos necesita ante la debacle de su economía.

    Cada vez que aumentan los salarios en México, Estados Unidos se inhibe la salida de mexicanos al norte, situación que deben tener en cuenta los empresarios gringos, porque pueden quedarse sin mano de obra barata de manera definitiva. A Estados Unidos le urge regresar la pobreza de los mexicanos a sus niveles anteriores para pagar cada vez menos y no cada vez más.

    Porque los latinos no van huyendo de la justicia, ni buscando libertades, ni quieren derrocar a nadie, ni desestabilizar gobiernos, van por dinero a cambio de trabajo, solamente.

    Al aumento de los aranceles no se les puede decir que sea una medida necesaria para la economía sino un capricho de Trump, porque en su imaginación considera que los empresarios que se verán afectados son los mismos que elaboran en una cocina doméstica el fentanilo. Considera que el gobierno subsidia los fertilizantes para sembrar droga y venderla y los trabajadores construyen en turnos de 24 horas laboratorios de fentanilo para que sus veteranos de guerra se droguen.

    Trump no pronuncia discursos como es propio de los presidentes, profiere amenazas. En eso basa un discurso que pareciera desprenderse cada día de una realidad que muestra desconocer el mandatario.

    Por lo menos esa es la visión que exhibe ante el mundo, la de un fascista caprichos que quiere ver al mundo de rodillas. Para Trump tener a una vecina mujer impone dudas sobre su hombría, más aún si tiene ideas contrarias a la de su concepción del mundo, pero lo que más le duele es el apoyo popular dentro de México, el cual le impide asestar un golpe de Estado duro o blando, con determinación y contundencia.

    La decisión de Trump no resuelve ningún problema, no encamina una salida digna sino una imposición que emana de un autoritarismo de barro.

    El apoyo popular de la Presidenta de México está impidiendo que el golpe de Estado sea más severo e irreversible. Los aranceles, única arma que puede utilizar Trump contra México, pueden negociarse, las balas y la cárcel para los políticos democráticamente electos no se evitan con una negociación.

  • Oposición odia a los migrantes

    Oposición odia a los migrantes

    La oposición le apuesta a la confusión, al desastre, al extravío, para echar abajo todo esfuerzo que realice el gobierno mexicano para rescatar en buenas condiciones a los paisanos que regresan a nuestro territorio. A estos personajes no les importa quién salga herido cuando se trata de golpear al gobierno ante la falta de argumentos propios para competir por el poder en igualdad de circunstancias.

    Difunden requisitos erróneos para que los indocumentados mexicanos desistan de utilizar los medios que el gobierno de la 4T ofrece. Ya no se trata de narrar una realidad paralela sino de destruir las alternativas que el gobierno ofrece a los inmigrantes que regresan a México, ahora se trata de hacer les daño para desgastar al gobierno, lo cual debería ser castigado severamente.

    En nombre de una lógica que acuerdan previamente, difunden por diferentes medios una versión tergiversada de lo que puede servir de tabla de salvación para muchos latinos y, sobre todo, mexicano en Estados Unidos, pero personajes como Mariana Gómez del Campo, un tal Jesús y Mario DiConstanzo, descalifican una aplicación que da esperanza a los mexicanos que regresen a nuestro país.

    Su método, saturado de mentiras e interpretaciones falsas, consiste en dejar de lado dicho esfuerzo del gobierno y los inmigrantes abandonar a su suerte. La derecha adopta un radicalismo que lacera la libertad de la población y sabotea el desarrollo del gobierno. Ambos motivos son auténticos delitos que deben colocar a esta escoria en la cárcel.

    Son títeres de interese que ellos ni siquiera imaginan, pero dicen tener la razón, aunque sea para destruir que es, de acuerdo a su discurso violento, una costumbre de la derecha.

    Utilizar los medios como sustituto de las urnas, es un trabajo que emprendieron desde 2018, que definitivamente lo les ha funcionado. Al contrario, al mostrar un nado sincronizado que dicen lo mismo en diferentes canales, los agentes de información perversa hacen evidente de donde proviene la línea propagandística que disfrazan de información personajes como Dóriga, Ciro, Alazraki, Pepe Cárdenas, Loret, Brozo, Pascal, entre otros, se desenmascaran ellos mismos; sin embargo, quienes vienen de estados Unidos, a quienes dichos personajes y medios le han servido para conocer las circunstancias del país para conocer lo que sucede en nuestro territorio, desconocen su albor manipuladora aunque la intuyen, pero siguen teniéndolos como ruta de noticias.

    La guerra mediática de la derecha tiene como objetivo un golpe de Estado blando, hace su trabajo para descarrilar la 4T. Nadie puede detenerlo, y si se intenta hacerlo acusarían en foros internacionales desaparición de la libertad de expresión.

    Esos personajes son utilizados a cambio de dinero para servir de carne de cañón que seguirán inventando la realidad de México, ya sea planeado el golpe a corto o mediano plazo. En esa perspectiva, los medios de la derecha surgen como hongos, representan, además de todo, un buen negocio y sin riesgos. Siempre habrá gente con dinero que le apuesta al regreso al pasado.

    Confundir con la información a la población es el primer paso para dominarla y crear un ambiente de incertidumbre, donde cualquier cambio se convierte en una esperanza para los poco informados, desconoce, porque carecen de elementos para saber la realidad del país, que los cambios que provienen de la derecha sólo benefician a sus similares, como sucedió por más de 100 en México.

    El deseo de exterminar a los pobres, que son para la derecha los enemigos de sus intereses se muestra con la tergiversación de los programas que dan la bienvenida a los deportados, los vocingleros del conservadurismo radical los descalifican al 100 por ciento, tratando de que no sean usados y que si los utilizan tengan en cuenta que no son seguros, por lo que la incertidumbre y el miedo seguirá acompañándolos incluso en si propia tierra a causa de la manipulación de uno personajes que han perdido el alma de tanto odio y la vergüenza por la ansiedad de rescatar sus privilegios.

  • Líderes de opinión o voceros

    Líderes de opinión o voceros

    Lo líderes de opinión obedecía a un orden y a una orden. La opinión pública es el antecedente de la marea rosa, se expresaba de acuerdo a los intereses de una oligarquía en el poder.

    Los medios cuando gozaban de credibilidad repitieron tantas veces sobre la opinión pública y los líderes de opinión que los mexicanos terminaron por creer que existía.

    Los líderes de opinión se vistieron de valores sumamente artificiales, crearon una ideología de la clase media que aún ahora la padecemos en algunos segmentos de la sociedad mexicana. Esos valores eran necesarios para que cada noche fueran invitados a los hogares mexicanos, hogares no casas, lo cual nos remite a esa misma forma de pensar convencional simplista, rutinaria y previsible que perdura a pesar del tiempo. Sin esos valores abstractos, volátiles, no hubieran podido influir en la sociedad.

    Los mensajes de los medios, en lugar de dirigirse al pueblo, palabra proscrita por esa misma oligarquía o a los mexicanos, en momentos de entreguismo y sumisión a los Estados unidos se destinaba a “La Opinión Pública”.

    La opinión pública, fue un intento por uniformar criterios y disciplinar posturas políticas alrededor del partido en el poder, que por lo regular fue el PRI, el cual también defendía, desde el poder, los intereses de los panistas y los grupos fácticos desde el clero que trató de combatirse en la guerra de Reforma hasta los extranjeros que se intentó expulsar desde la guerra de Independencia.

    La opinión pública representaba a los manipulados y los líderes a los manipuladores, que ahora tienen su referente en lo que se llama influencers, siempre con un nombre más allá de la realidad que engrandece una actividad cotidiana muy donde la influencia en la sociedad es cada vez menor.

    Eran el medio a través del cual gobernantes engañaban al pueblo, es decir a los gobernados. Los gobernantes no representaban al pueblo, lo utilizaban, fusionaban su individualidad y su conciencia en un mote que designa un ente amorfo llamado opinión pública, mientras los líderes de opinión eran los títeres de los funcionarios públicos desde el Presidente hasta el jefe de departamento. Los primeros daban línea, los otros filtraban información a los medios por dinero, venganza, intereses o placer.

    Los líderes de opinión no sólo tergiversaban la realidad sino que inventaban una paralela. El 3 de octubre de 1968, incluso, quienes vivieron la matanza de Tlatelolco dudaban de que hubiera sucedido ante el silencio de los medios y la conversión del corrupto Jacobo Zabludovsky en encargado del clima de la Ciudad de México, al decir que había sido un día soleado cuando en realidad estaba manchado de sangre.

    Los líderes de opinión no inducían a la reflexión sobre la realidad sino en inducción del voto. No mostraban opciones políticas o partidistas porque en realidad, no existían, imponían a consolidaban una vertiente con variables donde ninguno de los miembros de la oligarquía salía perdiendo.

    La desinformación tenía, en la opinión pública y en los líderes de opinión, los límites de la participación política de la sociedad. Las restricciones eran fijadas desde los medios a través de sus líderes, en momentos en los que la opinión pública obedecía, era moldeable, a pesar de la irracionalidad de los contenidos.

    Se crearon mitos para apuntalar un régimen que nació vulnerable, porque se reinventó para que todo siguiera igual a pesar de la revolución, donde murieron un millón de mexicanos para nada; sin embargo, con ingredientes como la opinión pública, los líderes de opinión, los intelectuales orgánicos, la cultura de la zanahoria delante del pueblo para que avanzara pero sin alcanzarla, se fortaleció. Es decir, el gobierno en México tuvo apoyo social a base de las mentiras que los medios difundían todos los días, por eso obtenían un subsidio permanentemente, al igual que el campo, la educación o la salud.

    El poder de la política tomó la forma de noticia. Pocos lo advirtieron hasta que sus propios excesos descubrieron la verdadera cara de los medios convencionales y de los farsantes líderes de opinión, que no eran más que escribanos asueldo que preservaban el orden establecido.

    El poder de los líderes de oposición radicaba en su íntima relación con los funcionarios públicos, con los que desayunaban, comían, cenaban y hasta vacacionaban juntos para que tuvieran bien aprendido el guion que debían difundir.

    Las herramientas cambiaron pero las intenciones por sostener el poder desde los medios actuales, se mantiene, de tal manera que las opciones de información se abrieron y, al mismo tiempo, marcan una gran diferencia con el pasado: ya no engañan a nadie.

    Quien quiere consumir mentiras es libre de hacerlo y lo hace, pero con conocimiento de causa; quienes quieren cercarse a la verdad, escogen sus medios y sus personajes para iniciar el largo camino hacia la realidad. Un sendero que los medios convencionales trataron de esconder por muchos años.

    No hubo quien se salvara de ser engañado, Reconstruir la realidad de un país, el pasado individual y social, es una responsabilidad democrática en México.

  • Trump y Musk anuncian golpes

    Trump y Musk anuncian golpes

    “Daremos un golpe de Estado a quien queramos. Lidiad con eso”, dijo en algún momento el empresario Elon Musk, ahora ungido como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental en el gabinete del senil Trump.

    Musk intervino en el golpe de Estado contra Evo Morales, para tener acceso ilimitado al litio boliviano. Fue un golpe de Estado bando, conocido como lawfare, que, como dice el hombrecillo de los viajes interplanetarios pueden aplicar a cualquier país.

    La punta de lanza de un golpe de Estado podría ser la instalación de una planta que sirve, al mismo tiempo, como monitor de actividades y medición de la cohesión social de los países a atacar. Sobre todo, aquellos que tienen litio nacionalizado, como México.

    Elon Musk anunció a finales de julio de 2024, la suspensión de la construcción de la planta de ensamblaje de vehículos de Tesla, prevista en Nuevo León, que gobierna el emecista sin bandera, ni patria ni vergüenza Samuel García.

    La votación que se llevará a cabo en Nuevo León, el 1 de enero de 2026, organizada por el empresario Gilberto Lozano, para expresar el deseo de convertirse en un país independiente de México, seguramente ya tendrá en su territorio la planta de Tesla, programada a iniciar actividades, una vez que triunfo Trump, su construcción está prevista a principios de ese año, 2026.

    La razón que esgrimió fue que era necesario esperar los resultados de las elecciones de Estados Unidos; un gobierno democrático está expuesto, ahora más que nunca, a ser el objetivo de empresarios que quieran insumos baratos, incluso regalados de las tierras invadidas y gobernantes como Trump se convierte en gerentes de operaciones en este proceso de violación a todas las leyes internacionales.

    Desde luego que preparan a los medios, que en México hay muchos, dispuestos a culpar a mandatarios de corrupción, desvío de fondos y hasta tráfico de seres humanos como ha ocurrido en Bolivia, Perú, Brasil, Argentina, con Evo Morales, Pedro Casillo, Lula da silva, Dilma Rousseff, Cristina Kirchner, todos ellos elegidos democráticamente por sus pueblos y con un ideario progresista. Saben que la derecha no tiene ideología, ni patria, y una ambición exacerbada.

    Tampoco es gratuito el anuncio del 6 de enero que realizó la Presidenta de México para crear automóviles eléctricos a través de Olinia, primera armadora de mini vehículos eléctricos desarrollados en México.

    Desde el golpe de Estado contra Jacobo Arbenz, en 1954, cuya reforma agraria perjudicaba a la empresa transnacional United Fruit Company.

    Los golpes de Estado, violentos o suaves, siempre han beneficiado a empresarios. En un principio estaban ocultos tras los políticos. La CIA daba la cara por ellos, ahora son quienes les ordenan a los presidentes llevaros a cabo.

    México tiene litio, un empresariado sin identidad nacionalista, una oposición mercenaria y una prensa vendida. Toda una tentación para Musk y su siervo Donald.

    Musk tiene también un gran interés en la comunicación, aprovecha a su persona para intervenir señales de televisión, como lo hizo en 2022, con Telesur, a la cual él bautizó con el nombre de Tesla News, con un contenido para retasados mentales, muy diferente al que difundía el canal de Youtube anteriormente.

    Además, es el duelo de X, antes twitter y ahora Trump le ofrece en charola de plata Tik Tok.

    Los productores de litio en América Latina a Bolivia, Argentina, Chile, Perú, México y Brasil, de los cuales Bolivia, Argentina, Chile, México y Perú controlan más del 67 % de los recursos mundiales de litio. De estos países el púnico donde n ha habido un golpe de Estado en medio siglo es México.

    De los países de la región, Chile es el que más ha avanzado en su extracción y exportación. Se posiciona como segundo productor global, por detrás de Australia y seguido por China.

    En Bolivia, Brasil, Chile, México y Perú el litio está definido como recurso estratégico, su explotación está sujeta a concesión. En México los estados con litios son gobernados por Morena y sus aliados: Baja California, San Luis Potosí- Zacatecas y Sonora.

    El dinero que defiende Trump no es el de los aranceles con destino al erario sino algo más personal, particular, individual. Un negocio de amigos.

    Detrás de la perorata, las payasadas disfrazadas de amenaza, la simulación del expansionismo, su sketch circense expansionista, es sólo parte del espectáculo.

    Litio para Musk, medios para Trump. Los ejes necesarios para imponer un golpe de Estado en cualquier parte del mundo y allanarle el camino hacia el poder a la ultraderecha que financiaría su expansión por las buenas o por las malas.

  • Trump sienta a la mesa a la ultraderecha

    Trump sienta a la mesa a la ultraderecha

    Trump podrá recular sobre sus amenazas de inmigrantes y aranceles, pero donde no podrá echarse para atrás es en el liderazgo de la ultraderecha mundial que representa una amenaza para el verdadero mundo democrático.

    Su proyecto no tiene como prioridad elevar el nivel de participación política de los estadounidenses para profundizar en la aparente democracia ni rescatar el poderío económico. Su misión va más allá del nacionalismo de derecha y se ubica en el fortalecimiento mundial del radicalismo conservador.

    Intenta convertirse en el líder de la ultraderecha mundial, muy semejante a un Hitler del siglo XXI.

    El flamante presidente de Estados Unidos todavía menosprecia el poder de los inmigrantes dentro de su territorio, desconoce la fuerza de su lealtad porque nunca la ha practicado y entiende el nacionalismo sólo como una medida proteccionista de la economía. Pero en el campo de la política, en la realidad del siglo XXI, hay factores sociales que ni siquiera imagina.

    La lista de invitados de Trump habla por sí sola, entre ellos está Giorgia Meloni Viktor Orbán, Javier Milei, Nayib Bukele, Jair Bolsonaro, Santiago Abascal, todos ellos implicados en impulsar, de palabra y hecho en golpes de Estado y apoyo público a acciones desestabilizadoras en países con gobiernos democráticos.

    De ahí que el humanismo mexicano representado ante el mundo y dentro de nuestro país por la presidenta Claudia Sheinbaum, irrumpe como el filo de una navaja en la ultraderecha mundial. Su responsabilidad implica también un liderazgo, consecuencia de la popularidad dentro de México y su consenso internacional.

    Ante el surgimiento de una postura radical que intente liderar a la ultraderecha desde la Casa Blanca se requiere un liderazgo que haga contrapeso a esa reunión de radicales que, con el pretexto de la toma de posesión de Trump, se reagrupa para tomar el poder dentro y fuera de sus respetivos países.

    La invitación a estos personajes podría ser sólo una muestra de capacidad de convocatoria de la ultraderecha planetaria, pero puede convertirse en un cónclave que tenga en esta ocasión su primer encuentro y la creación de una agenda.

    Sin querer Trump hace líder a Claudia Sheinbaum, no sólo será un contrapeso sino alguien con quien tendrá que lidiar todo su mandato. Desde diciembre de 218, el mundo sabe que México que hay una larga frontera entre Estados Unidos y México, que no se diluye con la sumisión habitual de los presidentes que gobernaron nuestro país antes d esa fecha, ni se vuelven infranqueables con muros o medidas restrictivas para el libre tránsito de seres humanos.

    Es por eso que involuntariamente, pero no sin conocimiento de causa Claudia Sheiunbaun puede convertirse en el contrapeso del liderazgo mundial de un loco de ultraderecha que perdió la brújula y el calendario y añora la guerra fría, por eso invitó a representantes del pasado para sentirse en su ambiente.

    Si Trump comete el error de intentar convertirse en el líder de la ultraderecha internacional, surgirá de manera espontánea y automática –no sólo pro proximidad geográfica—, el liderazgo mundial de una democracia progresista y humanista.

    Tendrá un camino que no escogió pero que la comunidad designó, elección natural que surge desde el momento en que voltearon a verla ante el fanatismo de los conservadores en busca de venganza ancestral.

    Las contundentes declaraciones de la Presidenta de México, la presentan ante el mundo como la interlocutora que encara, de igual a igual, al emisario de pasado que intenta erigirse en el amo del mundo conservador, bélico y anacrónico.

    La capacidad política y diplomática de la Presidenta y su equipo puede contener esa posibilidad, sin enfrentamientos directos, ni rupturas. Desde luego que se antoja algo inédito pero son tiempos impredecibles para los que los mexicanos estamos preparados.

    Con un pueblo empoderado que está consciente de su fuerza, que saber que es escuchado se convierte en un arma política sin igual en el mundo. Estados Unidos, con más muros que raíces, tiene en su conformación inmigrante una dispersión de identidad que hace vulnerable a su propio gobierno.

  • Indiferencia política de derecha

    Indiferencia política de derecha

    Quienes son indiferentes a la política consideran que esa actitud les otorga inmunidad, incluso blindaje sobre las repercusiones de las decisiones del gobierno o la influencia, cada vez más débil, de la oposición.

    Al margen de victorias o derrotas ideológicas o partidistas, los que cierran su percepción a la práctica política son identificados plenamente, definidos y anda tienen que ver con el impulso a la evolución ni del país ni de la especie porque el ser humano es político por naturaleza.

    La participación ciudadana movió una parte muy pequeña de un segmento de la población que se le bautizó como marea rosa, sin identidad y con la única consigna de criticar al gobierno unida por la ideología del odio. La marea era un grupo de ciudadanos con ideologías amorfas, sin identidad, pero con una gran preocupación por el futuro, producto de la manipulación mediática, que impulsa su efímera participación.

    Su indiferencia tiene una larga trayectoria entre los usos y costumbres de la clase media, que recomendaba que a las universidades sólo se va a estudiar y no a andar de “revoltosos”, los que niegan cualquier participación política no por convicción sin bases sino por miedo.

    En el mundo hay quienes están descontentos con toda clase de política, la consideran un juego sucio, una manera extravagante de hacer caminar los gobiernos y un mal que podría erradicarse si el gobierno sólo administra las decisiones de otros, quienes, al no pertenecer a la política deberían tener una representación forzosa y eso ya ocupa el campo de la política pero algunos no lo entienden así y en esta práctica todo negro.

    Consideran que al no establecer contacto con el ejercicio político pueden estar al margen de sus consecuencias. Un estado de sitio no distingue religiones ni credos ni corrientes políticas, apolíticas o antipolíticas. Esta indiferencia favorece a algunos sectores de la política indiscutiblemente.

    El alejamiento de esta actividad inicia por el descontento que ocasionan sus ejecutantes en el ejercicio de su labor. No hay acto del ser humano que no sea político y el divorcio entre el individuo y la política le resta legitimidad al poder, al gobierno, al Estado y a la democracia.

    Así, los indiferentes a la democracia no creen que las cosas cambien, su individualismo exacerbado les obliga a pensar que al alejarse de la política se blindan de sus efectos, que a priori consideran negativos. Es decir, nada que sea producto de la política puede beneficiar al ser humano, lo cual parecería una consigna anarquista o de un origen más elaborado, pero los que se alejan de esta práctica voluntariamente lo hacen desde una situación de ignorancia.

    La indiferencia hacia la política les evita pensar como parte de la sociedad, su alejamiento de una actividad que involucra a todos fortalece un individualismo que termina por diluirse en la sociedad a final de cuentas.

    La posición de quienes critican la existencia de la política mantienen una vida convencional, previsible, rutinaria. Para ellos los caminos andados son más seguros ante la molestia de hacer camino al andar.

    La indiferencia, el aislamiento de las ideas sociales conducen a una manera fría de existir, alejados del calor de la muchedumbre, la política resulta para algunos algo que debe exterminarse. Algo antinatura.

    En la indiferencia política siempre existe un poder oculto, no porque sea anormal o común, le hecho es que es producto de una visión manipulada de la realidad, en la que incurren diariamente los medios convencionales en todo el mundo.

    La indiferencia es respuesta a un estímulo original que tiene que ver con la idea de sentirse desplazado, en este caso marginado de las sociales de los políticos, a quienes atribuyen los desprecian. Incluso por herencia, el desapego a la política se convierte en un arma de la disidencia que sólo aporta beneficios a la oposición, sin importar el color de sus banderas.

    La oposición asegura que los indiferentes les pertenecen, que están en esa posición ante el temor de ser reprimidos, como ocurría cuando la., ahora oposición, gobernaba. Los perdedores anuncian que pronto más de 60 millones de mexicanos, quienes no votaron por Morena, estarán en los partidos de oposición y vencerán de manera aplastante. La indiferencia no sólo es producto de la fantasía de los ciudadanos no que impulsa otras fantasías para los legos en la política.

  • Partidos nacerán muertos

    Partidos nacerán muertos

    Algunos opositores, muy pocos por cierto, se han autodenominado líderes sociales, y con los méritos suficientes como para crear un partido político. La realidad es que ninguno de ellos podría conformarlo en tan corto tiempo, porque deberán cumplir una serie de requisitos que anda tiene que ver con su circunstancia y personalidad.

    Aunque el camino más lógico que pudieran tener es la candidatura independiente, ellos escogen la creación de un partido porque de esta manera obtendrían dinero, del otro modo, espacio donde pelearían verdaderos líderes sociales con la convicción de ser competitivos, no ganan nada más que el triunfo electoral lo cual es muy poco para ellos.

    Están en la política por lo que pueden ganar individualmente y no por lo que pueden transformar socialmente. Con esto asesinan una alternativa electoral que puede ser viable en una democracia, que es la candidatura independiente, sin embargo, eso es para políticos no para oportunistas que no saben sobrevivir si no es del erario.

    Ninguno de los personajes puede crear un partido político. No es cuestión de dinero como inversión sino de poder de convocatoria y carecen de esto, de simpatías populares y de vocación de servicio.

    Al final se van a quedar sin nada a menos que tengan una capacidad que hasta el momento se desconoce, para lo cual tendría necesariamente que necesitar del apoyo extranjero. De lo cual debe estar muy atento el INE que acostumbra hacerse de la vista gorda en estos casos.

    Varios de esos autodenominados líderes sociales no esperaban la magnitud del rechazo social en las más recientes elecciones. Nutridos de las opiniones de sus incondicionales, inflados por la vacía veracidad de los medios y sin contacto con la población, desconocían su verdadera condición política.

    No sólo deben pensar en crear el partido sino sostenerlo sin ideología concreta. Uno de ellos, Guadalupe Acosta, extraviado afirmaba que su partido carecería de ideología, muestra de que desconoce los requisitos mínimos de la autoridad electoral que exigen definición política. Dice que “su” partido no sería ni de izquierda ni de derecha.

    Es decir, en el limbo y esas agrupaciones que se dicen alejadas de las ideologías son las que más hacen daño a la democracia porque esconden no sólo un conservadurismo anacrónico sino su relación con los grupos fácticos de manera evidente.

    Así, cada uno de estos líderes improvisados tiene carencias sustanciales que les impide, por su falta de conocimientos y vocación, avanzar en la conformación de partidos. Vivieron del presupuesto de los partidos pero como nunca trabajaron, desconocen la normatividad y los méritos sociales que cada organización debe poseer para avanzar hacia un estatus de esa índole.

    Mientras lo logran, ahí están los medios convencionales para dar a conocer su proceso como un exitoso camino hacia la constitución de partidos, con el servilismo hacia la oposición que les caracteriza. Aunque todo sea una frustración posterior, descubriendo la mentira, como suele hacerlo la derecha, dando a conocer triunfos en lugar de derrotas.

    Los medios otorgarán espacios optimistas, aunque fantasiosos, a un remedo de líder y a una fraudulenta estructura fascista con el objetivo de convertirse en partido. Versión que nunca reconocerán como consigna política.

    El 20 de enero se vislumbrará el destino de estos intentos que quienes nunca han estado en las ligas mayores y quieren competir luego de ser perdedores en la política amateur. La desesperación los lleva a este intento, porque de otra manera se mostrarán como verdaderos parásitos. No sólo estamos hablando sólo del difunto PRD sino del PAN, sin militantes, y el PRI, cuyo un dirigente tiene un pie en la cárcel.

    No cantan mal las rancheras el Verde y otros intentos en embrión, hasta El Yunque quiere salir de la mazmorra nazi para convertirse en alternativa política, la presencia de personajes como Juan Iván Peña Neder, quien primero se afilió como infiltrado al Movimiento de López Obrador, diciéndose de izquierda, violó a su esposa y estuvo más de dos años en la cárcel por este delito. Luego se fue a redes Sociales Progresistas donde dirigió el partido a nivel nacional, luego apoyó a Verástegui y ahora quiere tener un cargo importante en el partido de El Yunque, mostrando evidentemente su conservadurismo radical.

    Ninguno de los que quieren crear partidos es nuevo en la política, todos son producto del rechazo social y de la indiferencia popular, su trayectoria los tiene considerados como verdadera escoria y si a éstos sumamos los remedos de líderes sociales como la ex candidata de la alianza opositora o la llegada de oportunistas como algunos partidos evangelistas dl norte del país, encontramos que los parásitos quieren presionar para vivir del erario.

    Cualquier partido nuevo está condenado a ser de derecha, todos ellos quieren aprovechar la inconformidad social de una parte de la población ante el gobierno de Claudia Sheinbaum, aunque es minoría, es muy útil a la hora de darle voz a sus ideas en los medios convencionales.

    Para los medios convencionales estos grupos rechazados por la población y las leyes electorales, otorgarían la calidad de partido en sus espacios.

  • Dogmas de derecha

    Dogmas de derecha

    Los conservadores en México perciben la política mundial como un dogma de fe. Una especie de fanatismo religioso adoptado a lo que ellos creen que está muy distante de la realidad. No hay conservador que asegure que Maduro perdió las elecciones en Venezuela. Dudar siquiera los colocaría cercano a las llamas del infiero del comunismo.

    Ninguno de los que afirman que hubo fraude electoral se dio a la tarea de investigar o de explicar, con datos duros, el mecanismo de la usurpación.

    Sin embargo, estos grupos niegan el fraude de Felipe Calderón y hasta tienen voceros de la usurpación como Ciro Gómez Leyva, quien no tiene ni pizca de duda de que en 2006 hubo elecciones democráticas.

    Así también pensar que Vladimir Putin es un dictador porque el pueblo ruso lo ha reelegido varias veces es un dogma de fe que nada tiene que ver con la realidad y que en Nicaragua nadie votaría por Daniel Ortega, o que todos en Cuba están muriendo de hambre, o que el modelo de seguridad de Bukele es el mejor. En fin, repiten sin siquiera intentar averiguar si es verdad en lo que creen y discuten como si tuvieran razón, basada en datos sólidos.

    Ninguno de esos conservadores ha visitado Venezuela en los últimos 25 años, ni se atreve siquiera a mencionar la palabra Cuba, porque podría condenarlos a pecar condenándose, recuerdan a los dogmas de los antiguos pobladores de México que estaban convencidos de los poderes de Tlaloc, Tezcaltipoca o Quetzalcóatl, parte integral de una cultura, una cosmogonía que muestra la evolución del ser humano porque es historia, pero la forma de adorar ídolos de barro como si fueran santos ahí está la empleada de la CIA, María Corina Machado, convertida en una inmaculada deidad, al que han llegado a rezarle. Sandra Cuevas le regaló la bandera mexicana y la brutarga, la menciona cada ve que puede, como paladín de la democracia.

    Los venezolanos en el exilio tocan su ropa como si se tratara de una virgen, cuando en realidad la vida de esta mujer está muy distante de las gracias divinas.

    Así honraron a Capriles, a Juan Guaidó, a Jair Bolsonaro, incluso a Rafael Trujillo y a Augusto Pinochet. Todavía hay admiradores de Hitler y de Mussolini no solo en Europa sino en América y en el este del planeta. La derecha crea su propia religión y una trayectoria de su propia creencia mística basada en mentiras, las cuales son intocables, nadie puede cuestionar su convicción de que el comunismo existe y está a la vuelta de la esquina o que los sacerdotes de la política son en realidad representación de Dios en la tierra, que defienden a la humanidad de la maldad del progresismo.

    Sacerdotes como Milei que acaba de prohibir los salarios mínimos en Argentina, o la duquesa española que ofreció una conferencia sin público en la UNAM, incluso han legado a colocar a Trump como ideólogo de la derecha cuando dice que los mexicanos que llegan al vecino país son basura. Cuando los desechos humanos están de aquel lado, seres humanos inservibles que regresan de la guerra con una adicción que deben padecer el resto de sus vidas.

    Así, los dogmas son verdades absolutas pero sin cuestionar, nadie que se diga conservador puede pensar siquiera que Morena se ganó, con la ley en la mano, la representación legislativa. También contradice a sus dioses el hecho de que los organismos autónomos eran centros de corrupción, que quienes murieron en la pandemia fueron los menos o que la inseguridad rebasa cualquier antecedente en la historia de México.

    Los niños de la guardería ABC, nunca existieron, se preocupan más por hacer creer que hubo carestía de medicamentos contra el cáncer pro no que los priistas inyectaron agua a los niños con dicha enfermedad. Que Tlatelolco fue un acto que detuvo el avance comunismo en México o que la matanza de Acteal fue un caso aislado, aunque siga impune; esa parte de la historia, la que no encaja en los dogmas de fe de los conservadores simplemente no existe.

    Para ellos las muertes de los guerrilleros estuvo bien ganada, por andar de revoltosos, los estudiantes víctimas mortales de la represión priista y panista debieron ser castigados por la mano divina de los granaderos porque a la universidad se va a estudiar. Todas estas creencias, más cercanas a la fantasía que la realidad, según nos lo muestra la historia misma, son parte de una nueva creencia religiosa que nadie puede cambiar a pesar de las evidencias que tumbarían la mayor parte de sus dogmas. Dan como un hecho supuestos o noticias sobre países que no conocen pero de los que hablan mal los medios, según la presión que quieran ejercer sobre sus mandatarios, pero los conservadores hacen de la consigna una investigación periodística y de la verdad un dogma de fe.

    La derecha no tiene dudas de lo que cree, aunque en el fondo sepa que se trata de una religión sin fundamento en la realidad, sin congruencia en sus ciclos cronológicos. Esa es la verdad para los conservadores, de ahí su permanente inseguridad al conducirse dentro de una práctica estrictamente política donde prefieren romper el diálogo, el grito, la estridencia y el insulto.

  • La inseguridad ficticia

    La inseguridad ficticia

    La inseguridad elevada al primer problema social de país infunde miedo y una sociedad con miedo es mucho más manipulable, por eso los regímenes anteriores insistieron en la gran magnitud de la inseguridad como el enemigo número uno de la sociedad mexicana.

    El régimen anterior imponía la obsesión por la inseguridad incluso antes de que el narcotráfico apareciera como el protagonista de la violencia en las calles: era necesario asustar a la población para que no cuestionara la acumulación de dinero que se otorgaba al supuesto combate a la inseguridad, se abrían posibilidades de recurrir a alternativas presupuestales directas ante la inminente lucha por salvaguardar la integridad de los mexicanos.

    Quienes colocaron a la población en el campo de batalla entre las autoridades y el narcotráfico fueron las autoridades. Con la ayuda de los medios los gobiernos colocaron a la población como carne de cañón en su lucha por una delincuencia que el otorgaba un gran poder de manipulación y un enorme presupuesto.

    Cuando el mido dejó de ser la guerrilla en México el origen del terror se trasladó al narcotráfico. La propia Dirección Federal de Seguridad fue clausurada definitivamente con el pretexto de su actuación represiva, aunque en realidad se intensificó posteriormente desde las diferentes corporaciones policiacas del PRI y del PAN. Derivó en el CISEN que era una oficina de persecución de disidentes, que designaban como enemigos del país, cuando, en muchos casos, luchaban por la libertad.

    La impunidad garantizada de los elementos de la DFS y luego del CISEN, es una asignatura pendiente de la justicia en México. Los integrantes dela Brigada Blanca que torturaban para ver si acaso eran sospechosos los detenidos, en su gran mayoría jóvenes, hombres y mujeres que sufrieron las peores vejaciones en nombre de la defensa de la integridad de una sociedad que en el fondo despreciaban y robaban.

    Los funcionarios de la DFS, de la Brigada Blanca, del Cisen, salían millonarios de sus funciones inexplicablemente. Un solo comandante, que eran intocables y considerados casi héroes de la patria, no quedó pobre luego de trabajar como represor de jóvenes mexicanos, actividad que disfrutaban ejecutar y ver.

    La inseguridad, la violencia, la lucha por el sueño de caminar por las noches sin miedo hizo de la población el objetivo de miedo, pero no de la inseguridad, problema que los funcionarios públicos desde Ávila Camacho hasta Peña Nieto, que implantaron una fuente de ingresos sin auditorías y una manera más sencilla de que el pueblo obedeciera.

    Los mexicanos conservan el miedo al comunismo, sobre todo una clase media desinformada y poco ilustrada, temor al que se suma el narcotráfico. Es una vieja costumbre el temor, que pasa de generación en generación sin más averiguación que la machacona insistencia de los medios sobre el grave problema número uno de México.

    Así como The New York Times participa en la campaña de montajes contra el gobierno, así también favoreció, junto con otros medios del vecino país, el miedo. Estados Unidos le convenía, como le conviene ahora, que la gente le diera prioridad una mentira porque de esa manera podría introducir soldados, agentes de la CIA, de la DEA y del FBI a territorios ajenos.

    Una manera de exorcizar el miedo es dando a conocer la verdadera historia de la guerra sucia, y así como hay homenajes post mortem, debe haber condenas a los muertos para que los mexicanos, de todas las edades, identifique, de una vez por todas, a los causantes originales del miedo, el cual no era gratuito porque en toda la existencia de la DFS sus agentes se dedicaron a castigar un pensamiento distinto al impuesto desde el gobierno a través de un partido político hegemónico, autoritario y represivo.

    Sólo con la condena a los numerosos integrantes de la represión que alcanzaron la impunidad con la muerte, se podrá conocer el origen del miedo inexplicable de los mexicanos hacia una inseguridad que se ha magnificado y colocado como la peor miseria humana en su historia del país.

  • Coartada de “perseguidos políticos”

    Coartada de “perseguidos políticos”

    Las estrategias para alcanzar la impunidad iniciaron con provocaciones verbales, uno de los primeros fue Felipe Calderón, quien, una vez dado a conocer el resultado de las elecciones de 2018, comenzó una serie de insultos contra Andrés Manuel López Obrador.

    La táctica brillante del ex usurpador consistía en hablar por todos los medios y hasta por los codos del Presidente, porque a la hora que llegara la justicia a aplicar la ley, pudiera decir, dentro y fuera del país, que era un perseguido político, debido a sus críticas” difundidas muchas veces en espacios pagados o a través de sus vocingleros que todavía transmiten Radio Fórmula. El Universal o Reforma.

    Posteriormente el usurpador da la orden a sus escribanos para que hagan lo mismo, provocar censura ante el cúmulo de insultos y mentiras. Así, quienes tenían cuentas pendientes con la ley, como delincuentes comunes y funcionarios corruptos, podían caber en la consigna de represión a la libertad de expresión., nunca le hicieron caso y sólo perdieron credibilidad.

    Comunicadores y funcionarios, líderes y militantes de la oposición hacen énfasis en la descalificación, incluyendo mentiras para justificarla, para alcanzar la impunidad acostumbrada. Toda una estrategia que de tanto repetir se hizo obvia.

    La búsqueda desesperada de cargos, puestos y candidatura habla de la urgente necesidad de inmunidad ante el cúmulo de delitos que han cometido, ejemplos hay muchos en todos los partidos Guadalupe Naranjo, quien fuera representante de Francisco García Cabeza de Baca en la CDMX; Jorge Romero, líder del cartel inmobiliario; Xóchitl que realizó tareas empresariales siendo senadora; Santiago Taboada, miembro activo del cártel causante de muertes por sus corruptelas; Ricardo Anaya, impulsor de la reforma energética, lavador de dinero; Santiago Creel, subastador de permisos para casinos; Enrique Vargas, golpeador de mujeres; Alito, quien hipotecó los edificios de su partido para seguir robando; etc.

    A quien fuera la candidata a la Presidencia de la República se le atribuye una serie de delitos que van desde el uso indebido de la administración pública hasta la violencia política de género, acciones que no sólo debieran tenerla no sólo inhabilitada sino en la cárcel; sin embargo, desde el expresidente López Obrador hasta la actual mandataria Claudia Sheinbaum, han sido muy cuidadosos en no castigarla, a ella y sus similares, como debiera ser, para no darle pretexto a toda la derecha de utilizar la aplicación correcta de la justicia como arma para aparentar persecución política.

    Algunos medios de Estados Unidos destacarían insistentemente la intención de castigar a la ex candidata a la Presidencia y no por sus delitos comprobados, sino por “no pensar igual” que la gente del gobierno, lo cual movería muchos grupos fascistas del mundo entero en favor de Xóchitl victimizándola. Se convertiría en la Corina Machado, pero con retraso mental.

    Aquí, la oposición sale ganando cualquiera que sea la decisión del gobierno. Si se aplica la ley tiene mártires que puede desatar no sólo un aumento en las simpatías de la derecha clasemediera sino hasta un golpe de Estado, si los políticos delincuentes conservadores siguen en la impunidad, como siempre ha sucedido, la debilidad del gobierno queda en evidencia.

    La administración pública, el nuevo Poder Judicial, la Presidenta, Morena y la 4T están entrampados con este grave problema al que debe darse solución cuanto antes. No sólo puede mostrarse la maniquea imagen entre tontos o autoritarios, ambigüedad que los conservadores han tratado de ver como las dos únicas dos caras de una moneda de la política mexicana, sino colocar una serie de incidentes como moneda en el aire con una parte del capital político.

    La revolución de las conciencias, reducida al Instituto Nacional de Formación Política, todavía no ha permeado lo suficiente como para asimilar que vientos como éstos no afecten la estabilidad política del Movimiento en el poder, puede que, suceda lo que suceda, no impulse ninguna reacción importante o bien puede, con ayuda de conservadores dentro y fuera del país, intentar descarrilar la 4T a sangre y fuego.