México vive una batalla silenciosa, pero feroz. No es una guerra con balas ni tanques es una guerra de percepciones, de manipulación mediática, de desgaste psicológico y político. Es el llamado golpe de Estado blando, ese que no necesita cuarteles ni generales, porque se libra desde las pantallas, las redes y las instituciones infiltradas.
Medios y opinólogos repiten que “todo está perdido”, “el país se cae a pedazos”, vivimos en una dictadura”, “vivimos en un narcoestado”,“estamos peor que nunca”.
En México, este proceso comenzó en cuanto un proyecto político de raíz popular y soberana tomó las riendas del país, en 2018.
Desde entonces, la derecha mexicana esa élite clasista, empresarial, mediática y religiosa no ha parado de operar con su maquinaria de mentiras, miedo y nostalgia por los privilegios perdidos.
Cada error gubernamental, real o inventado, se amplifica mil veces, cada logro se silencia, cada tragedia se aprovecha como combustible político.
¿La estrategia? cansar al pueblo, sembrar desesperanza y hacer creer que el país es ingobernable.
Provocar el caos, y detrás, en la sombra, Estados Unidos, observando, financiando y asesorando, porque un México soberano y fuerte les resulta incómodo. Cuando el discurso no basta, se fabrican crisis. En otros países se han usado atentados, disturbios o hechos violentos para justificar la “revocación de mandato”.
¿Les suena algo parecido? Pues nada más peligroso que una crisis fabricada con fines políticos, la supuesta indignación organizada, si, en marchas, campañas “ciudadanas”, llamados a la moral y a “salvar la democracia”.
Quienes están detrás, pues los mismos grupos de siempre, viejas élites políticas, empresarios, jueces y asesores extranjeros.
Primero vienen las declaraciones, luego las presiones financieras, el objetivo es desgastar hasta que el pueblo pida un cambio “por cansancio”.
El golpe blando no derroca, pero desespera, y cuando el país se quiebra desde adentro, los mismos de siempre regresan “para poner orden”.
El antídoto es información, conciencia y memoria. México no es ingenuo, hemos sobrevivido a imperios, dictaduras, fraudes, saqueos y hemos vuelto a levantarnos desde las raíces, por eso, frente a este golpe blando, lo que nos toca es informarnos, pensar, contrastar, defender el proyecto nacional con inteligencia, porque la historia enseña que los embates de los golpes blandos no se ganan con fuerza sino con lucidez colectiva, organizarnos desde abajo, cuidar la unidad y no dejar que nos arrastren al caos que tanto desean.
Les mando un abrazo fraterno
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
