El día de hoy Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad del espurio Felipe Calderón, fue trasladado a un penal de alta seguridad en el estado de Virginia, EEUU.
Información publicada en el Buró Federal de Prisiones, indican que el brazo derecho de Calderón durante su fallida “guerra contra el narco”, habría ingresado en la prisión USP Lee, donde no está permitido recibir visitas.
Acusado de recibir sobornos del Cartel de Sinaloa, ahora podrá pasar su tiempo acompañado de otros mil 400 internos varones de alta peligrosidad, hasta el 8 de agosto del año 2052.
Se espera que sea en esa cárcel en donde García Luna cumpla los 38 años privado de la libertad, condena que le fue dictada el 16 de octubre de 2024, por el Tribunal del Distrito Este de Nueva York.
El 12 de diciembre, el exsecretario de Seguridad Pública fue primeramente trasladado al Centro Federal de Transferencia (FTC) en Oklahoma a unos dos mil kilómetros de la prisión de Brooklyn, Nueva York, en la que permanecía recluido tras ser encontrado culpable de 5 cargos criminales.
Un tribunal federal invalidó la orden de reabrir la investigación contra dos ex agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI), acusados de la supuesta tortura a Israel Vallarta, ex pareja de Florence Cassez, vinculado al caso de secuestro que conmocionó al país.
El Décimo Tribunal Colegiado Penal, con sede en la Ciudad de México, determinó cancelar la resolución dictada por el juez de control Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, quien había ordenado reabrir la indagatoria contra los ex agentes Germán Ovidio Zavaleta Abad y Carlos Alberto Servín Castorena.
Por unanimidad, los magistrados coincidieron en que la decisión del juez fue indebida, debido a que “no se citó a los indiciados” durante la audiencia realizada en mayo de 2021. Con base en el proyecto de sentencia de la magistrada Elisa Macrina Álvarez Castro, el tribunal concluyó que se violaron los derechos de defensa y audiencia de los ex agentes.
“Al no ser proporcionados sus nombres, ni datos de identificación por la (FGR), no pudieron ser notificados, para que comparecieran a la audiencia de impugnación, a efecto de que estuvieran en aptitud de llevar a cabo el ejercicio de contradicción, transgrediendo con ello las formalidades esenciales del procedimiento”, se lee en el fallo.
Como resultado, el colegiado ordenó la celebración de una nueva audiencia, esta vez con la presencia de los ex agentes o sus defensores, para determinar si la investigación debe reabrirse. Hasta el momento, la audiencia no ha sido agendada, al no considerarse como un asunto urgente durante la suspensión de labores del Poder Judicial de la Federación (PJF).
El contexto del caso
El amparo promovido por Francisco Javier Garza Palacios, ex director de Operaciones Especiales de la AFI, también está pendiente de resolución. Garza Palacios y Luis Cárdenas Palomino, ex director de Investigación de la AFI, fueron acusados junto con otros agentes subordinados de torturar a Israel Vallarta tras su captura el 8 de diciembre de 2005, en el rancho Las Chinitas.
La averiguación original fue cerrada el 7 de abril de 2017 por falta de elementos, pero durante el pasado sexenio, la Fiscalía General de la República (FGR) inició una segunda investigación, misma que fue archivada el 23 de febrero de 2021, al ser considerada cosa juzgada.
El juez Delgadillo Padierna había ordenado reabrir el caso bajo el argumento de que la FGR había incurrido en una “parcialidad”, lo que calificó como cosa juzgada fraudulenta. Sin embargo, esta resolución ha sido anulada, por el momento, en favor de los ex agentes.
Recientemente condenado a 38 años de prisión, Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, fue trasladado al Centro Federal de Transferencia (FTC, por sus siglas en inglés), una prisión federal en Oklahoma, EEUU.
Ubicada en el número 7410 del boulevard MacArthur, en la Ciudad de Oklahoma City, la prisión federal es un centro que alberga delincuentes y violadores de la libertad condicional, quienes aún no han sido asignados a un centro penitenciario permanente. Se trata de un centro mixto, para hombres y mujeres. Una instalación operada por la Oficina Federal de Prisiones (BOP, por sus siglas en inglés), que depende directamente del Departamento de Justicia estadounidense.
La ficha de ingreso del colaborador del crimen organizado durante la fallida “guerra contra el narco” de Calderón, tiene el número 59745-177 y registra a García Luna como un hombre de 56 años de edad, de raza blanca, con fecha de liberación: 8 de agosto del año 2052.
Según la Oficina del Inspector General del Departamento de Justicia de EEUU, el FTC de Oklahoma es un centro de reclusión temporal, quien llega ahí lo hace en espera de ser dirigido a una instalación permanente, en la que pague su condena definitivamente.
Diseñado para albergar mil 72 personas, en el FTC de Oklahoma viven recluidas y recluidos mil 271 personas, por lo que García Luna se enfrentará a una sobrepoblación. Desde diciembre del 2019 y hasta el día de hoy 12 de diciembre del 2024, el ex mano derecha de Calderón permanecía recluido en Centro Correccional Metropolitano, Nueva York, ahí enfrentó su juicio y recibió sentencia.
Ahora que Felipe Calderón puso en tendencia a España como destino migratorio de fachos mexicanos, lo fue a seguir hasta allá el comunicador Ciro Gómez Leyva. Juntos participaron en un absurdo foro llamado “España y México, amigos para siempre”.
Organizado por la fundación NEOS, en el evento también estuvieron presentes representantes de la derecha conservadora española, como Isabel Díaz Ayuso, presidenta del Partido Popular, y alcaldesa de Madrid.
Bueno pues los mexicanos fueron a arrodillarse ante la Corona Española. Negaron la necesidad de que el Rey Felipe VI emita una disculpa oficial por todas las atrocidades, asesinatos, violaciones, saqueos, a los que fueron sometidas las poblaciones originarias de lo que hoy conocemos como México, y otros territorios de lo que hoy es llamado Continente Americano.
No podemos construir el futuro si estamos anclados en la sombra de los resentimientos.. A ningún mexicano y a ningún español de los que en este siglo vivimos convivimos puede imputársele culpa alguna de lo que hace siglos fue”, exclamó el espurio Felipe Calderón.
El vendepatrias calificó de “diferencias naturales en el encuentro de dos culturas” a las masacres, la viruela y el saqueo que durante siglos perpetró la Corona Española en suelo mexicano.
Por su parte, Ciro Gómez Leyva secundó a Calderón, sí así como lo leen, el panista que lideró la fallida “guerra contra el narco”, cuya magna obra de infraestructura fue una inútil barra “suavicrema” y cuyo brazo derecho, Genaro García Luna, ha sido recientemente condenado a más de 30 años de prisión en EEUU por nexos con el narco que tanto prometieron iban a destruir.
Bueno pues, Ciro minimizó la crisis que existe entre España y México, asegurando que lo único que importa es “don dinero”, ya saben, aprovechándose para además arrodillarse ante el poder económico.
Nos une la cultura, nos une el idioma, nos une la historia. No hay espacio para los rencores. México y España tienen que seguir adelante, no mirando hacia atrás”, suplicó el nuevo vasallo del Rey Felipe VI.
La de Calderón y la de Gómez Leyva, fueron ponencias que brillaron por su cobardía y alto grado de traición a la Patria y al Pueblo de México. Pues ya en el año 2019, el presidente de todas y todos los mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, había planteado la disculpa oficial por parte del Rey Felipe VI, heredero de las atrocidades cometidas por sus ancestros; misma propuesta que apoyó la primera mujer presidenta en la historia de México, Claudia Sheinbaum.
Hablemos de lo que podemos lograr juntos. Dejemos los reproches a un lado y enfoquémonos en la hermandad”, invitó por su parte Felipe Calderón, como si tuviera autoridad para hablar por todas y todos los mexicanos.
Habría que recordarle al que fuera el candidato del PAN en las elecciones del año 2006, que fue impuesto en la silla presidencial a base de un fraude electoral. Si bien en España les han impuesto reyes y reinas desde hace siglos, acá en México somos una democracia en la que se vota y se elige libremente, y él, Calderón, no ganó limpiamente ningún proceso democrático en nuestro país, por lo tanto no puede ni debe hablar a nombre del Pueblo de México.
Se emocionó Ciro Gómez Leyva con el discurso de Felipe Calderón en Madrid, España quien pidió "no anclarse en las sombras de los resentimientos" en el evento "México y España, amigos para siempre"… Añadió Ciro que al expresidente "se le ve bien". pic.twitter.com/4p4lOKelhL
Durante la fallida “guerra contra el narco” de Felipe Calderón, Marisela Morales Ibáñez fue procuradora general de la república, acumulando acusaciones por corrupción y fabricación de casos ¿se la imaginan como ministra de la SCJN?
Bueno pues Morales Ibáñez se registró en la primera etapa rumbo a la Elección Judicial que se llevará a cabo en junio del 2025. Ella se registró a través de la plataforma del Comité de Evaluación del Poder Judicial.
En el currículum de Marisela Morales Ibáñez resaltan irregularidades en las investigaciones que lideró como titular de la Procuraduría General de la República (PGR), violencia, represión y mentiras.
Fue muy cercana a Genaro García Luna, secretario de Seguridad también de Calderón. Y se sabe que le debe su ascenso en la función pública a Rafael Marcial Macedo de la Concha, militar y exprocurador de justicia durante el sexenio de Vicente Fox. El militar está relacionado a la época de la guerra sucia en los años 70s y 80s.
Trabajando hombro con hombro con García Luna, hoy preso en un penal de EEUU, Morales Ibáñez se encargaba de llevar a proceso todas las investigaciones viciadas del ex secretario de seguridad pública.
Para hacer esto instaló la llamada “casa del terror”, oficialmente conocida como Centro Nacional de Arraigos, en la cual se torturaba y extorsionaba a personas que luego fungen como testigos protegidos.
Después de armar los casos se utilizaba a estas personas para acusar de delitos inexistentes a opositores al régimen calderonista.
Entre los testigos protegidos más utilizados por Morales Ibáñez están José Salvador Puga Quintanilla, con nombre clave El Pitufo, el abogado Roberto López Nájera, con nombre clave Jennifer y Sergio Villareal Barragán, alias el Grande, con nombre clave Mateo.
Los testigos protegidos estrella conocían de todos los asuntos y convivieron con todas las personas a las que acusaban sin ni siquiera poder describirlos físicamente, y al contrario terminaban demostrando una agudeza mental y una memoria privilegiada para recordar días, horas y lugares exactos. Pero se les olvidó que en esos momentos según sus propias declaraciones, ellos se encontraban en otro lugar en ese preciso momento y hora, colaborando y declarando en diversas causas penales y averiguaciones previas”, cuenta César Gutiérrez, en el portal La Silla Rota.
Debido a este proceder, 98 por ciento de los casos derivó en la liberación de los acusados.
El más polémico de estos casos fue el del ex comisario general de la Policía Federal, Javier Herrera Valles, él pasó cuatro años en prisión gracias a la fabricación de delitos por parte de la PGR. Su gran delito fue haber acusado a Genaro García Luna de tener nexos con el narcotráfico, algo que era evidente y que por si fuera poco acaba de ser confirmado por la justicia estadounidense: Genaro García Luna fue condenado a 38 años de prisión precisamente por tener nexos con el narco.
Otro fue el caso del “Michoacanazo”, en el que Morales Ibáñez ordenó la detención y arraigo durante 40 días de 40 servidores públicos, entre ellos 11 alcaldes. Con esa operación en el 2009, se les fabricaron pruebas de tener vínculos con “la familia michoacana”.
Este es el flamante perfil de Marisela Morales Ibáñez. Pero nada esta seguro para ella, pues aunque esté inscrita en el proceso, aún falta que el Comité de Evaluación del Poder Judicial revise sus antecedentes, etapa de revisión que concluirá el 6 de diciembre, luego además queda pendiente la insaculación.
César de Castro, abogado de Genaro García Luna, anunció este miércoles que se alista para presentar la apelación de casi 40 años de sentencia interpuesta a su cliente, que de 2006 a 2012, se desempeñó como secretario de seguridad de Felipe Calderón. La mencionada apelación a presentarse, igual contemplará cancelar el pago una multa de 2 millones de dólares, por su colaboración durante una década con el Cártel de Sinaloa, a cambio de millones de dólares en sobornos.
“Por la presente se notifica que Genaro García Luna apelará la sentencia ante el Tribunal de Apelaciones del Segundo Circuito de los Estados Unidos. Entró en esta acción el 18 de octubre”, se lee en el documento que ya circula en redes sociales.
Cabe recordar que García Luna fue declarado culpable por un jurado de participar en una empresa delictiva continua, conspiración para la distribución internacional de cocaína, conspiración para distribuir y poseer con la intención de distribuir cocaína, conspiración para importar cocaína y hacer declaraciones falsas.
“Hoy fue un día muy importante para nosotros, es un paso necesario para nuestra apelación. Todos sabemos que presentamos mociones con nueva evidencia. No estamos de acuerdo con la decisión del juez en torno a la nueva evidencia, misma que será gran parte de nuestra impugnación. La presentaremos 14 días después de que la sentencia sea admitida por la Corte”, expresó César de Castro.
En caso de que la apelación sea aceptada, el futuro del ex mano derecha de Felipe Calderón ahora estará en manos de la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito, mientras que el equipo del ex funcionario panista declaran que llevarán la batalla hasta las últimas consecuencias, además de que han cerrado las puertas a una posible colaboración con las autoridades de la nación americana.
Subrepticio: 1. adj. Que se pretende u obtiene con subrepción. 2. adj. Que se hace o toma ocultamente y a escondidas. Sinónimos: – furtivo, oculto, clandestino, secreto, encubierto, solapado
Real Academia de la Lengua
“..habla de la decadencia, de la degradación del sexenio de Calderón, y después siguió, ¿eh?, hasta que llegó la Cuarta Transformación. ¡Cómo es posible que al frente de una guerra declarada…! Primero, ¡cómo declara una guerra en su propio país! Guerra quiere decir permiso para matar bajo condiciones de excepción.Y pone al frente de esa guerra a alguien, que ahora resulta que durante seis años no se dio cuenta… … Entonces, ¿por qué digo esto, más allá de los asuntos penales? Porque no puede volver a suceder en México. Seis años de reivindicación de una política que se sigue reivindicando hasta la fecha, que llevaron un crecimiento exponencial de los secuestros, que se aceptaba que hubiera víctimas colaterales. Hoy se sabe que quien estaba al mando de esa responsabilidad, lo dice el juez que dicta la sentencia, no hay diferencia entre este personaje y ‘el Chapo’, un personaje reconocido por ser narcotraficante…”
Conferencia de prensa de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo 17 de octubre de 2024 Ciudad de México
Se ve a una mujer atravesando una gran sala rumbo a la cocina llamando a un hombre, llega a la cocina y le pregunta a su hija por ese hombre. Salen juntas de su casa y cada una de ellas agarra su camino, la hija por un lado sube a una camioneta que la va a dejar al colegio y la señora se dirige a su camioneta, ambas tienen su chofer. Se nota que es una exitosa empresaria, y se sabe con certeza que se dedica al ramo de la construcción. Sube a su camioneta, se abre el gran portón de su residencia y sale a la calle. Afuera, un carro se encuentra vigilando y a la espera de la salida de la mujer. En la camioneta se escucha a la mujer que va dando indicaciones sobre la construcción de un puente.
El carro que estaba vigilando empieza a seguirlos y el sujeto que va al volante da información sobre la camioneta con la señora y se separa, enseguida se ve cómo otra camioneta negra le cierra el paso y otro carro más se coloca detrás de la camioneta para no dejarle espacio a escapar, descienden otros sujetos que matan al chofer de la señora y a ella la bajan entre violencia e improperios, la meten a la camioneta negra que les cerró el paso y se la llevan, en una escena que nos muestra el modus operandi de una banda dedicada al secuestro.
Por otro lado, el esposo recibe la llamada de su mujer para avisarle que ha sido secuestrada y en la misma llamada se pone al teléfono el sujeto secuestrador para informarle que, efectivamente ha sido secuestrada y le pide la cantidad requerida para dejarla en libertad y el tiempo que tiene para entregar el pago, de lo contrario… ya sabe cómo se la entregarán.
El marido empieza a tratar de juntar la cantidad solicitada y por otro lado su mujer, ya en un lugar (llamadas “casas de seguridad”) donde la tienen encerrada y vendada de los ojos, llena de terror pide agua, ahí se encuentran también los hombres que se la llevaron que están jugando, pero uno de ellos se desespera y empieza a golpearla llenándola de más terror y de golpes por todo el cuerpo. El marido sigue juntando por todos los medios el dinero, va acompañado de su hija a la que finalmente le tiene que decir la cruda realidad. El tiempo sigue su implacable avance.
En el lugar donde tienen a la mujer (que está llena de terror) llega un sujeto bien vestido, todo amable, de voz meliflua y atenta; revisa a la mujer y la ve llena de los moretones, le da agua y le promete, dándole su palabra, que no la volverán a lastimar… y toma las medidas necesarias para demostrar quién es el jefe. El esposo sigue buscando a conocidos tratando de juntar el dinero para el rescate, el tiempo sigue avanzando.
Él, el esposo recibe otra llamada y avisa que ya tiene el dinero pero el hombre de la llamada le informa que el rescate ya subió. Sin tener salida, acude a la oficina de un hombre vestido de “militar” ofreciéndole un “pequeño incentivo” para que le ayude a rescatar a su mujer. El militar no le promete nada pero eso sí, le recibe el maletín lleno de dinero. En seguida, muy lejos, en otra colonia, de repente varios hombres uniformados van por la calle y llegan a la casa de seguridad donde se encuentra la mujer secuestrada, entran y empieza la balacera para rescatarla; varios de los “integrantes” de la banda van siendo balaceados y muertos; en ese momento, un sujeto de uniforme, de los “buenos” que están realizando el rescate acorrala al último de estos integrantes de la banda que trata de escapar, quedando frente a frente; el secuestrador todo asustado porque se encuentra sin escapatoria se relaja puesto que el hombre que lo tiene acorralado se quita el pasamontañas y ve que es su jefe.
Ya frente a frente, el segundo le recrimina haber subido la cantidad del rescate y haberle echado a perder el “business” y le dispara. Enseguida, vemos en las noticias de la televisión el anuncio que cayó otra banda de secuestradores y se escucha que al parecer la banda de secuestradores estaban coludidos con elementos de la policía de un estado circunvecino.
La mujer, nuestra mujer, llega a las oficinas de una dependencia del gobierno para levantar las denuncias pertinentes y al estar frente a frente con el sujeto que le tomará la denuncia y por lo que se ve, el jefe del lugar, al escucharlo hablar, se da cuenta que es el mismo hombre que le ofreció agua y la cuidó cuando estaba secuestrada. Ella se queda petrificada.
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Él, un cineasta, se está arreglando para salir a una cena a la que ha sido invitado; mientras se arregla, en la tele está pasando un anuncio donde se escucha que se ha creado una comisión para el “Control del Crimen Organizado” y al frente ha quedado el Lic. Julián Luna quien anuncia “la cruzada contra la delincuencia” y donde menciona que “juntos ganaremos la batalla”. Usando una camioneta de lujo llega a la cena en un restaurante donde ya se encuentran varios de sus conocidos, de repente un grupo de sujetos con máscaras, (de expresidentes: de Salinas de Gortari y de Bill Clinton), de luchadores y hasta de Barnie, entran violentamente al restaurante y los asaltan. Les quitan todo lo que tienen, hasta la ropa. Una vez que pasa el momento del asalto llega un comandante al lugar de los hechos para tomar las declaraciones de todos.
En otro momento, en el entonces Distrito Federal, hay otra marcha más contra la inseguridad, el cineasta, nuestro cineasta, está filmando y se escuchan las consignas “¡ya estuvo suave, el crimen es un desmadre!” y ahí mismo alguien sufre un robo.
Estando en la presentación de una nueva estrategia para la siguiente campaña de seguridad de la ciudad donde según los números del presentador, la criminalidad ha bajado, él, el cineasta, harto de sufrir constantes hechos de asaltos, comenta que están hablando de otro país puesto que él ha sufrido varios robos. Al retirarse del lugar, estando ya en la calle ve pasar la camioneta que le robaron en el asalto al restaurante y empieza a perseguirla y logra llegar a la bodega donde se ve que guardan todos los vehículos robados.
Acude al comandante que llegó cuando los asaltaron en el restaurante para solicitar la ayuda de los que resguardan el orden en la ciudad y le comenta en qué bodega está su camioneta para recuperarla. En otro momento, lo suben a la fuerza a un vehículo para “dejarle” (a través de una golpiza) un recado que deje de meterse en donde no lo llaman o sufrirá las consecuencias.
La banda de malandros sigue juntando camionetas robadas en la bodega. Él, el cineasta, sigue de necio queriendo descubrir el entramado, de cómo están inmiscuidos y ligados delincuentes con autoridades, hasta que, por medio de un plan todo descabellado con secuestro y todo, logran “desarticular” a la banda y descubrir a todos los malandros que formaban parte de la “peligrosa banda” mientras en la televisión se escucha el anuncio de ese “descubrimiento” y cómo las autoridades lograron su objetivo de cuidar a la ciudadanía.
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A propósito de la sentencia por varios años, para mayor exactitud, de 38 años y 3 meses o de 460 meses de prisión como sentencia a Genaro García Luna por los cinco delitos de los que se le acusó y se le declaró culpable (que ya no suena en los medios informativos y muchos de esos medios aún se atrevieron a defenderlo), siempre se dice que la realidad supera la ficción y sí, estas dos descripciones son de dos películas, la primera (Cero y van cuatro) del 2004 y la segunda (Todo el poder) del año 2000. Ambas, en la etapa donde México atravesaba por una paranoia pero más que paranoia, sufría los embates de la violencia, en todas sus manifestaciones, que estaba desatada por todos lados.
No podías acudir a un restaurante, o al cine o a eventos de relevancia porque se escuchaba y se sabía de robos o secuestros. Simplemente, aparte de la ciudad de México y en varios estados de la república, la ciudadanía vivía atemorizada de sufrir cualquier tipo de delitos: robo, asalto, hurto, desaparición, violencia, balaceras, que entraran a tu casa, que fueras víctima de un secuestro, ya fuera express o del que dura días, lo que fuera. Hasta en las grandes empresas empezaron a tomar medidas con sus empleados para difundir que ni las credenciales del trabajo fueran portadas o a la vista ya que se tenía el temor de sufrir algún robo o secuestro express. Lo dicho, había paranoia en toda la población.
Lo irónico de esas dos películas era que, quienes debían cuidar de la ciudadanía eran los “cabecillas” o jefes de las mafias delictivas, y por increíble que parezca, la realidad superó pero por mucho e inmensamente a la ficción. Y sí, fue superada porque, aunque teníamos la ligera sospecha o a ciencia cierta lo sabíamos, los que estaban cuidando que no se violentara el “Estado de Derecho” de nuestra nación, eran los que estaban metidos en la organización de cuanta criminalidad había en cualquier de sus vertientes y de sus formas en México y para muestra tenemos muchos botones en nuestro país.
Bueno, hasta montajes se llegaron a mostrar a través de las “grandes” televisoras” para tener distraída a la población cuando, casualmente, se sabía de secuestros de alto impacto: cada que sucedía algún hecho que impactara en la vida nacional, enseguida se sabía de algún secuestro de alto, altísimo impacto, de helicopterazos, de matanzas, en fin.
Ahora vemos que por muchas “estrategias” de seguridad con “tácticas” de inteligencia y planeaciones para el “ataque frontal” a la delincuencia, no se lograba contener el estado violento que sufríamos en el país, y ¡cómo lo íbamos a contener si los que estaban para “cuidar” de nuestra seguridad”, eran los que tenían tratos con los capos de las grandes mafias.
Lo dicho, muchas veces la realidad, la triste, violenta y terca realidad supera por mucho la ficción y, en nuestro caso, en el de nuestro México, la realidad de ese contubernio llegó nítidamente a través de esa sentencia y para que no quede duda de ese contubernio, ahí quedó la sentencia declarada al secretario de “seguridad” que debía cuidar de la nación; y también, ahí tenemos a un expresidente que, con todas las evidencias, con la infinidad de avisos de sus subalternos, ahora, con toda la hipocresía del mundo dice que nunca lo supo, pero la realidad también le llegó a él.
Disgregando
1
Alguien puede explicar ¿cómo es que una enfermera técnica y militar es la “vocera” de los trabajadores del Poder Judicial? Ahora que anda muy empoderada dando entrevistas a diestra y siniestra por todos los medios convencionales. Ahí la vemos con Loretito echada para adelante y mandándole a decir a la señora Presidenta que no hable de leyes. Y siendo militar y siendo enfermera, ¿ella no le debería el mayor de los respetos a la Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas de Los Estados Unidos Mexicanos? Lo que hay que ver, arriba de un tabiquito y ya mandándole recados a la presidenta de México, ¡vaya!
2
Pues sí, el grupo parlamentario del PAN (para que se oiga fuerte, claro y lejos) esta pidiendo que se le devuelvan 4,800 m2 del Bosque de Chapultepec a una inmobiliaria; lo dicho, el PAN es el cártel inmobiliario. Esta es una de las linduras por las que no quieren la reforma al poder judicial, he ahí el interés de que no cambien ese poder que tiene atrincherados a todos los que protegen a ese poder económico que, con sus jueces en el poder judicial, no tendrán quién les siga cuidando sus intereses. He ahí el punto.
3
Tanto los calentó y los sacó a marchar, a manifestarse, a agredir, a vociferar, a violentar, a agredir al mismísimo expresidente López Obrador y hasta ingresar de forma violenta al Senado de la República para tratar de echar para atrás la reforma al poder judicial, ahora que ya han llamado a regresar a trabajar, después de estar varias semanas en “paro”, eso sí, cobrando puntualmente sus quincenas, pues ahora a ver cómo los mete en cintura.
Tanto manipuló la ministra presidenta a todos los trabajadores del poder judicial diciéndoles mentiras, que si les iban a bajar sus salarios, que si los iban a despedir, que si les quitarían sus prestaciones; en fin, los trajo de un lado a otro con mentiras y manipuelo de ella para seguir defendiendo sus privilegios, y ahora que el Consejo de la Judicatura ya ordenó que deben regresar a trabajar, ahora los angelitos dicen que no, y háganle como quieran. A ver ahora qué hace la ministra tras haberle dado un podercito a la vocerita.
Ternurita, aún recuerdo a la ministra presidente feliz en sus marchas junto a los trabajadores del poder judicial, se sentía “empoderada” y desafiante. Ahora, a ver si puede meter al redil a todos los que tuvo de su lado, pagándoles puntualmente pero eso sí, sin trabajar… y les gustó y ahora no quieren regresar.
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Recordamos con cariño a Don Fernando Valenzuela, ejemplo de lucha, de superación y de dedicación. Comenzó la leyenda de El Toro, el gigante de Etchohuaquila, Sonora.
Ricardo Márquez Blas, funcionario de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y excolaborador de Genaro García Luna, fue detenido por agentes de la Policía de Investigación, por abuso sexual.
El pasado 8 de octubre el coordinador de Fortalecimiento Institucional en la SCJN fue denunciado ante la Fiscalía General de Justicia por abuso sexual dentro de las instalaciones de la Corte.
De acuerdo con la información revelada por el periodista Carlos Jímenez, la víctima detalló el día, lugar y hora en la que ocurrieron los hechos.
“DETIENEN por ABUSO SEXUAL a FUNCIONARIO de la SCJN, EXCOLABORADOR de GARCÍA LUNA. Ricardo Márquez Blas. Coordinador de Fortalecimiento Institucional, fue detenido por agentes de la Policía de Investigación de la Ciudad de México. Una subordinada lo denunció en la Fiscalía de la CIudad de México, por abusar de ello dentro de la corte”, escribió Carlos Jímenes en sus redes sociales.
Ricardo Márquez tenía un cargo en el Sistema Nacional de Seguridad Pública, coolaborando con el exfuncionario Genero García Luna, quien recientemente fue sentenciado a 38 años de cárcel.
La sentencia de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública en México, es un recordatorio contundente de los profundos daños que la corrupción ha infligido en nuestro país. Lejos de ser un caso aislado, su vínculo con el narcotráfico refleja un entramado en el que las instituciones responsables de garantizar la seguridad se ven infiltradas por intereses criminales. La complicidad entre las autoridades y el crimen organizado debilita el estado de derecho y deja a la ciudadanía en un estado constante de vulnerabilidad.
La guerra contra el narcotráfico, iniciada en 2006, se ha traducido en un ciclo de violencia que, más de una década después, parece no tener fin. El enfoque punitivo, basado en la militarización de las calles, ha provocado miles de muertos, desapariciones y un clima de terror en amplias regiones del país. A pesar de estos costos, los resultados han sido escasos, y la violencia persiste. La condena de García Luna pone en evidencia que el problema no se resuelve con más fuerza, sino atendiendo las causas estructurales de la violencia.
La corrupción, en este contexto, actúa como un motor que alimenta tanto la impunidad como el crecimiento del narcotráfico. Cuando quienes deberían combatir el crimen están al servicio de los criminales, el sistema se desmorona. En lugar de estrategias que privilegien la represión, es fundamental atacar de raíz la corrupción dentro de las instituciones de seguridad y justicia. Sin esta depuración, cualquier esfuerzo será insuficiente.
Es necesario un enfoque de seguridad que considere las causas profundas que llevan a miles de jóvenes a integrarse en las filas del narcotráfico. La falta de oportunidades, la desigualdad y la exclusión social son factores que han sido ignorados durante años. No se puede pedir a una juventud marginada que elija otro camino cuando el Estado no les ofrece alternativas viables.
La violencia no se combate solo con balas. Es indispensable que el gobierno invierta en programas de desarrollo social, educación y empleo, sobre todo en las regiones más afectadas por el narcotráfico. Estos esfuerzos, aunque tardarán en mostrar resultados, son los únicos que pueden garantizar una paz duradera. Por ello la importancia de programas sociales que implementó el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador y que Claudia Sheinbaum continúa como: Jóvenes Construyendo el Futuro, La Beca Benito Juárez, instituciones como el IMSS Bienestar, entre otros.
La guerra contra el narcotráfico iniciada por el fraude electoral de 2006, con Felipe Calderón, también tuvo un impacto devastador en los derechos humanos. Las violaciones cometidas por las fuerzas armadas debido a las ordenes de García Luna y Felipe Calderón, como ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y tortura, han sido documentadas una y otra vez por organizaciones nacionales e internacionales.
El caso García Luna también nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad de los políticos y funcionarios que impulsaron o defendieron esta estrategia fallida. La lucha contra el narcotráfico no puede ser usada como pretexto para justificar el abuso de poder y la corrupción.
En definitiva, la seguridad debe entenderse como un concepto mucho más amplio que la simple reducción de la violencia. Implica construir un Estado de derecho sólido, donde la justicia sea accesible para todos y no esté sujeta a los intereses del poder económico o criminal, por ello la importancia de la Reforma Judicial, la cual garantizar condiciones dignas de vida para la población, cerrando las brechas de desigualdad que alimentan el ciclo de violencia y privilegia un estado de derecho y una justicia pronta y expedita.
La sentencia de García Luna marca un precedente importante, pero no es suficiente. Debe ser el punto de partida para una transformación real en la política de seguridad, donde la justicia, la honestidad y la atención a las causas estructurales del narcotráfico sean el eje central de cualquier estrategia, como la planteada por la Dra. Claudia Sheinbaum y su secretario de seguridad Omar García Harfuch. Sin ello, seguiremos atrapados en un ciclo de violencia y corrupción que solo beneficia a unos cuantos, a costa de millones de vidas.
También hay que reconocer el esfuerzo que en la Ciudad de México se hace para prevenir la violencia y romper con las desigualdades, la propuesta que la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, implementó con su plan para erradicar la pobreza en la capital, permitirá que el centro político, cultural y económico del país se convierta en un territorio libre de violencia.
El exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, fue condenado a más de 38 años de prisión por un tribunal de Nueva York. La sentencia fue emitida por el juez Brian M. Cogan, quien determinó que García Luna recibió sobornos multimillonarios del Cártel de Sinaloa a cambio de facilitar el transporte de más de un millón de kilogramos de cocaína hacia Estados Unidos. Durante su mandato entre 2006 y 2012, García Luna ocupó el cargo más alto en materia de seguridad en México, controlando a la Policía Federal.
De acuerdo con un comunicado emitido por el Departamento de Justicia de EE.UU., García Luna permitió que el cártel operara con impunidad, desviando los esfuerzos de las fuerzas de seguridad mexicanas que debían combatir al narcotráfico. Además de los sobornos, se demostró que el exfuncionario proporcionaba uniformes y credenciales de la Policía Federal a los miembros del cártel, lo que les permitió transportar grandes cantidades de droga por el país y hacia Estados Unidos sin ser detectados. Esta corrupción dentro de las instituciones mexicanas fue clave para el éxito del Cártel de Sinaloa.
Este es el comunicado del Departamento de Justicia, respeto al la condena a Genaro García Luna: pic.twitter.com/lMKRxv3rG5
Anne Milgram, administradora de la DEA, destacó que esta sentencia envía un mensaje contundente: “Ningún funcionario está por encima de la ley”. Por su parte, Katrina W. Berger, directora de HSI, resaltó el compromiso de las agencias estadounidenses para desmantelar las redes de narcotráfico que afectan a ambas naciones. El caso de García Luna es considerado uno de los ejemplos más significativos de colusión entre altos funcionarios y organizaciones criminales.
La sentencia también contempló las acciones que García Luna tomó durante el juicio para obstruir la justicia. Según el tribunal, intentó sobornar a otros reclusos para que testificaran a su favor y así influir en el veredicto final. Estas acciones fueron consideradas como un agravante en la condena final. La colaboración entre el Departamento de Justicia de EE.UU., la DEA y otras agencias fue crucial para llevar a cabo la investigación y lograr esta condena histórica.
Este caso marca un punto de inflexión en la lucha contra la corrupción en México, particularmente en las instituciones de seguridad. La sentencia de más de 38 años de prisión de García Luna es vista como un paso decisivo en el esfuerzo por erradicar la influencia del crimen organizado en las estructuras del Estado.