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  • No es protección a los estudiantes, es APOROFOBIA

    No es protección a los estudiantes, es APOROFOBIA

    Indudablemente, el desprecio hacia los pobres es proporcional al miedo que los “ricos”, les tienen. La evidente aporofobia se refleja en todas las acciones que, desde finales de la década de los sesenta, con los gobiernos represivos y de la guerra sucia, y después los tecnócratas y neoliberales, instrumentaron con el pretexto de parecer democráticos, pero que no hicieron sino perpetuar la marginación y la opresión por medio de regímenes totalmente antipopulares y entreguistas que sin pudor, dedicaron todos sus esfuerzos a precarizar el trabajo, a profundizar las desigualdades sociales, educativas, de género y económicas.

    El esfuerzo histórico que representa la lucha del presidente López Mateos al instaurar la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, CONALITEG, significó un antes y un después, en el plano de la realidad para millones de niños que, desde el ciclo 1959-1960 tuvieron en sus manos materiales de texto con que podían hacer válida la prerrogativa enunciada en el artículo 3° de nuestra Constitución, donde expresa que el Estado garantiza la educación inicial, preescolar, primaria, secundaria y que ésta, la educación, debe ser universal, inclusiva, pública, gratuita, laica y obligatoria. Pero los esfuerzos de esa primera generación de libros de texto, se enfrentó al rechazo de todas las fuerzas de poder fáctico que buscaron, como siempre, conservar los privilegios por los que llegaban a ese poder.

    Como la humedad, se fueron extendiendo las influencias de los círculos de “los influyentes” y con el neoliberalismo y la oportunidad increíble que representó que el Estado se apartara de su misión de garante de las prerrogativas ciudadanas, los libreros y editores que se encargaban de la confección de programas de estudios y libros de papel bond e ilustraciones carísimas, se hicieran indispensables en el proceso educativo de las niñas y niños mexicanos. Supuestamente, los estudiantes de las escuelas de paga, habrían hecho una diferencia en la consecución de resultados de habilidades y conocimientos en pruebas como la Pisa, diseñada por la OCDE, pero como podemos acreditar, no supieron más ni mejor. Lo que sí hubo, fue una muy cruel estrategia de mediocridad programática que hizo menos cada vez menos, por los niños más desfavorecidos.

    Los tecnócratas que elaboraban los planes de desarrollo y los sexenales, también diseñaban planes de estudio que coincidieran por completo con las expectativas de las instancias internacionales, como dijimos antes, la OCDE, entre otras. Y es que no es difícil comprender que tuvieran que utilizar las mediciones que diseñaban para justificar la intromisión a los países “en desarrollo” que requerían asistencia técnica, económica, militar o de cualquier tipo; por ello, las políticas que se aplicaban, debían encajar en el discurso, a la perfección: como piezas de rompecabezas. ¿Cómo si no, usarían el fomento y los programas clientelares de cada sexenio, para infringir el mandato constitucional de organizar un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política, social y cultural de la nación, tal como señalaba el numeral 26 constitucional vigente durante el periodo salinista?

    En el plan neoliberal, los particulares podían impartir educación de cualquier nivel porque los presidentes se deshicieron de esa competencia, con la justificación de que quien tuviera con qué, debía pagar colegiaturas que separaran a los hijos de pudientes de los hijos de campesinos u obreros, y así, las escuelas ya no tendrían que ser construidas y operadas por el Estados, y los libros ya no deberían ser preparados e impresos por el Estado, porque eran producto de programas y planes de diseño sin identidad ni vocación patriótica que, además, se podían comprar porque solo eran vistos como mercancías. Lo fácil fue dejar que otros se encargaran de esas labores, pero ahora, este sexenio, que sí tiene Plan Nacional de Desarrollo y visión mexicanista, es que se está reviviendo esa lucha feroz en contra de la ignorancia y el poder económico, pero además, se debe hacer frente a poderes metalegales, como el de la iglesia, cuyos representantes violan sistemáticamente la laicidad que se enuncia en los artículos 3° y 130 constitucionales, al ser artífices del rechazo a los nuevos libros de texto y, en general de la Nueva Escuela Mexicana.

    En este escenario de lawfare que es inocultable, los actores contra la transformación y el desarrollo de México son algunas organizaciones de abierto sesgo religioso, disfrazado de “moral”, los ámbitos de “justicia”, ya sea local o federal y la instancia electoral, y expuestos en las ocho columnas, las pantallas de noticieros y redes sociales, como si de próceres se tratara, al “proteger a las infancias” del daño que los libros de texto les causarán, -que suponen o les han dicho-, y por eso la cargada actual donde vemos suspensiones exprés, ordenadas desde la mismísima Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que no se entreguen materiales; o la concedida a la Unión Nacional de Padres de Familia por una juez que asegura que los programas de estudio se elaboraron con posterioridad a la impresión de los propios libros, sin tener un ápice de conocimiento ni del proceso ni del desarrollo de un proyecto de esta envergadura y por ello, concedió la suspensión por violaciones a la Ley General de Educación. Admite en su documento que, aunque el Plan de Estudio de la Nueva Escuela Mexicana se publicó en agosto del año pasado (2022), se hayan publicado los programas de estudio hasta el 15 de agosto de 2023 y pone en duda que los maestros hayan sido adiestrados adecuadamente para el manejo de estos nuevos materiales y planes de estudio. ¿Pues a qué cree la señora juez, que se reúnen los maestros y van a tantos cursos de actualización? Los maestros son excelentes en la formulación de sus propias planeaciones, y la adaptación de los proyectos de los libros de texto, a las necesidades de sus grupos.

    ¡Como dijera mi abuela, son cuchillito de palo, no cortan, pero cómo molestan!

    Para la reflexión: no quieren libros de texto de mejor calidad porque no necesitan una mejor sociedad que piense y exija. No se atreven a revisar con verdadera intención los libros, sino con una lupa de la crítica malsana, porque sería admitir que son materiales de calidad, realmente multidisciplinarios, elaborados entre colegas para una sociedad en transformación, y de aplicación flexible, para adaptarlos a realidades y necesidades de nuestra diversidad poblacional. Pero sobre todo, no los aceptan porque es rendirse a que nosotros, a los que siempre han descartado por no pertenecer a los círculos exclusivos que comían y viajaban a expensas del erario, tengamos el poder de legitimar al presidente, sus decisiones y decretos y a nuestros representantes en el legislativo y demás espacios, para convertir esas disposiciones en políticas de la vida común. En resumen, lo que quieren es que a los niños de escuelas populares se les siga dando clases con ideas vetustas y nociones de enseñanza caducas, para que quienes quieren una mejor educación para sus hijos, inviertan en escuelas de paga, y que éstas, a su vez, tengan al alcance materiales como el sistema UNO, de Santillana, con links a materiales virtuales y que no son baratos, profundizando en la desigualdad de oportunidades para los niñ@s en edad escolar.

  • FORJANDO EL FUTURO DE LA 4T: UN PROCESO INTERNO EN BUSCA DE UNIDAD Y TRANSPARENCIA

    FORJANDO EL FUTURO DE LA 4T: UN PROCESO INTERNO EN BUSCA DE UNIDAD Y TRANSPARENCIA

    En medio de un contexto político que trae consigo desafíos y expectativas, el partido Morena se encuentra inmerso en un proceso interno de selección que trascenderá en el futuro de la Cuarta Transformación. En este escenario de transformación, es esencial garantizar la unidad y la transparencia como cimientos sólidos para la elección de la figura que dirigirá este proyecto hacia adelante.

    Desde sus orígenes, Morena se ha definido por ser un espacio de diversidad y pluralidad. En el actual proceso interno, el dirigente del partido, Mario Delgado, ha liderado un esfuerzo enfocado en asegurar la inclusión de todas las voces. Esta apertura, que se manifiesta en la transparencia y la igualdad de oportunidades, es una prueba fehaciente del compromiso del partido con la participación activa y la construcción colectiva de su rumbo.

    En Morena, se ha trabajado incansablemente para establecer un proceso interno que garantice certidumbre para los participantes. La claridad en los criterios de selección de las casas encuestadoras y el énfasis en la experiencia probada son indicativos de la minuciosidad con la que se ha desarrollado este proceso. La atención a los detalles no sólo proyecta una imagen de confianza hacia el exterior, sino que también promueve la cohesión interna.

    Sin embargo, en un proceso democrático, las diferencias pueden surgir y poner a prueba la solidez de un partido. Un ejemplo de esto fue la inconformidad expresada por Marcelo Ebrard debido a la exclusión de una casa encuestadora propuesta por él. Esta situación, lejos de convertirse en un obstáculo insuperable, demostró la capacidad de Morena y sus candidatos en la contienda interna, para lidiar con los retos de manera constructiva.

    El gesto de Ricardo Monreal al ceder su lugar de encuestadora en favor de Ebrard es un ejemplo responsable y de mucha visión estratégica para conservar la unidad y evitar rupturas y conflictos internos. Esta decisión no sólo preserva la unidad del partido, sino que también representa la capacidad de la política en su máxima expresión: Poner los intereses del país por encima de las individualidades. Es una lección sobre cómo la cooperación y la empatía pueden prevalecer incluso en medio de las diferencias.

    La unidad y la transparencia son elementos que Morena ha buscado incansablemente en este proceso interno. A medida que avanza hacia el desenlace, el partido reafirma su determinación de mantenerse como un frente unificado. La certidumbre en el proceso y la inclusión de todas las voces, incluyendo aquellas que expresan sus preocupaciones, son las columnas sobre las cuales se edificará el liderazgo que impulsará la continuidad de la Cuarta Transformación.

    Cuando las casas encuestadoras presenten sus resultados el 6 de septiembre, se pondrá de manifiesto el fruto del trabajo colectivo de Morena para salvaguardar la unidad, la transparencia y la inclusión. El partido no sólo elegirá a su próximo líder, sino que también reforzará la imagen de una fuerza política que valora la colaboración y la participación activa.

    La lección que emana de este proceso interno es clara: Los desafíos son oportunidades de crecimiento y fortalecimiento. Morena está escribiendo un capítulo en su historia que refleja la madurez política y la disposición de  trabajar juntos en busca de un México más justo y equitativo.

    El futuro de la 4T está siendo forjado en estos momentos, y el partido está demostrando que, a pesar de las diferencias, la visión compartida prevalece. En un contexto político tan dinámico, Morena se eleva como un faro de unidad y transparencia, encabezando un proceso interno que no únicamente elegirá a una o un líder, sino que también reforzará los fundamentos de la transformación que inspiró su creación.

    • La columnista es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales, subdirectora Ejecutiva en la Unidad de Desarrollo Comercial del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, ex secretaria de la Mujer Oaxaqueña, contáctala en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira
  • La mexicanidad disfrazada

    La mexicanidad disfrazada

    Se acerca septiembre, mes en el que reitera la falsa mexicanidad en la que hemos vivido engañados y, en algunos casos, engañados a placer, a gusto y sin cuestionar.

    La herencia arrebatada por los mexicanos a los españoles quedó instalada en la cultura mexicana como un cáncer difícil de erradica, pero no puede erradicarse sin antes detectarse. Sobre todo, en cuestiones de historia nacional todavía resalta la admiración por la monarquía, forma de gobierno que todavía es admirada por muchos mexicanos.

    Los nuevos libros de texto, que critican quienes carecen del hábito de la lectura y con una tremenda ignorancia a cuestas, muestra un ejemplo que debe hacer reaccionar las conciencias de los mexicanos. Una propuesta que años atrás había indignado a los conservadores, nostálgicos de las monarquías, se vuelve una lección de historia en los libros de texto al renombrar la batalla de la Noche Triste como la Batalla de la Victoria.

    La batalla por descalificar los libros de texto es parte de esa añeja guerra entre conservadores y liberales, donde la crítica de los primeros intenta destruir lo que construyen los segundos. Litigio golpista que perdura hasta nuestros días.

    Desde la perspectiva de los viejos libros de texto la derrota de los españoles es nuestra, es decir, de los mexicanos, como si fuésemos españoles. Ese malinchismo que caracteriza a generaciones de hombres y mujeres desde hace 500 años debe desaparecer o, por lo menos, ser cuestionado.

    Hemos vivido engañados por no abrir los ojos, por la falta de costumbre de cuestionar lo que nos imponen, por la inercia de que la historia es un museo del pasado. La historia se hace todos los días, y los protagonistas somos todos, incluso los apáticos, los apolíticos y los abstencionistas.

    El engaño voluntario se volvió una costumbre añeja por repetirse todos los días en conceptos que de no tener este significado parecería no tener trascendencia, pero la palabra es el vehículo que crea puentes y derrumba imperios.

    Así, los españoles nos obligaron a creer que el mariachi es el músico mexicano por excelencia, cuando ni siquiera la palabra es de origen español, cuando proviene del francés, tiene que ver con la música de las bodas de la campiña de ese país. 

    A pensar que la charrería es un deporte nacional que reafirma nuestro nacionalismo, cuando los caballos los trajeron a América los españoles. Los charros de México son una élite de clasemedieros conservadores que tienen su propia inspiración monárquica para practicar ese “deporte”, que nada tiene de mexicano. Hay varios panistas que son campeones en la charreada.

    Que los todos es una tradición mexicana cuando son copia de las fiestas de los salvajes españoles que todavía practican en pamplona en la fiesta de San Fermín. El maltrato a los animales llegó de Europa.

    La primera corrida de todos se realizó en México en el zócalo de la Ciudad de México en 1535, organizada por los colonizadores.

    Las pastorelas son obras de teatro breves que exaltan el sentido religioso para imponer la religión católica a sangre y fuego, pero no falta quienes aseguren que se trata de una costumbre mexicana. La adopción de costumbres impuestas por los conquistadores nos habla de una adaptación cultura, que suele confundirse con la sumisión cotidiana de la conducta que condiciona ideologías, formas de vivir, y hasta el destino del voto.

    Las posadas tienen un mismo origen e imposición de la religión, que se amalgamó en las fiestas decembrinas que tienen como epicentro el nacimiento del Niño Jesús.

    La falsa mexicanidad no implica expulsar las costumbres arraigadas e impuestas desde hace más de 500 años, sino de tener la conciencia de que lo mexicano está detrás de los ídolos de barro y las costumbres, que practicamos por gusto, pero con la conciencia de que no son lo que nos dicen que creemos.

    Esto sucede en todos los países que fueron colonizados, pero en todos ellos se preserva la cultura anterior a la llegada de los conquistadores como la propia, la auténtica, la que otorga identidad. Una cuestión es la fusión de culturas, su mutuo aprendizaje y, otra, la manipulación de la identidad.

    Mientras no nos sacudamos este tipo de creencias que, como todo lo que trajeron los españoles, están basados en dogmas de fe, no podemos descubrir nuestra propia mexicanidad. 

    Lo mexicanos está detrás de los fantasmas impuestos y de las creencias originarias que fueron sustituidas por una realidad tan fantasiosa como llena de intereses, por lo regular económicos e ideológicos.

  • FIN DE LA PRIVATIZACIÓN NEOLIBERAL

    FIN DE LA PRIVATIZACIÓN NEOLIBERAL

    “Lo privado es mejor que lo público” repetían los políticos del PRI y del PAN mientras corrían rápidamente, a entregar las empresas públicas mexicanas al sector privado. 

     A escasos años de que el expresidente, Salinas de Gortari privatizara a más de 2mil empresas mexicanas; aún hay quienes inocentemente creen que la privatización durante el periodo neoliberal fue benefactora para el pueblo de México. Pero ¿qué significó realmente la privatización en nuestro país? La privatización forma parte del modelo neoliberal o capitalismo salvaje, que, al beneficiar al sector privado, la privatización se puede resumir en una desnacionalización

    Esto ocurre bajo el argumento de “modernizar y mejorar las finanzas del estado”. A todo esto, ¿cómo se vio afectada la economía durante este periodo? En primer lugar, se puede mencionar que no mejoró la competitividad; en su lugar surgieron nuevos y poderosos monopolios, mismos que han tratado de beneficiarse a costa de los mexicanos. En cuanto a las finanzas públicas, se continuó en una situación similar, pero ahora el estado se colocó en una situación de desventaja al poseer cada vez menos activos y le cedió inclusive, funciones de estado a los privados. De esta forma, el estado pierde su soberanía. Por si fuera poco, la privatización abarcó no solo empresas públicas, sino que también, recursos naturales e innumerables concesiones. En el caso de México este proceso se dio con nula información y falta de transparencia.  

    Por su parte, el presidente López Obrador, quien se opuso al desmantelamiento del estado desde aquellos años; en lo que va de su sexenio, regresó a la inversión pública. La más reciente adquisición es “Mexicana de Aviación”. Dicho sea de paso, la compra de esta aerolínea no resulta extraña pues, una de las promesas del ahora presidente de la república, fue apoyar a los trabajadores de mexicana. 

    Estas dos formas de utilizar el poder político, es decir, privatizando u optando por el nacionalismo son antagónicos. Es por ello, que el gobierno de López Obrador será histórico, pues después de 30 años en los que el sector privado ostentó el poder, comienza a tomar cada vez más fuerza la soberanía del estado mexicano. 

  • Son pobres porque quieren o la Cultura del “Echaleganismo”

    Son pobres porque quieren o la Cultura del “Echaleganismo”

    De acuerdo a lo que nos dice el diccionario: el “echaleganismo” no es otra cosa que el mito de la “meritocracia”, y aunque pueda parecer un término muy complicado de entender, en realidad es muy sencillo, pues en éste se cree que las personas pueden lograr todo lo que propongan si trabajan duro, en pocas palabras, si “le echan ganas” agregaría por si no acabara de comprenderse la idea, hacen méritos con quién sea que sea su empleador  o si trabajan por su cuenta para salir de la pobreza, lo lograrán tan solo con el poder de su voluntad y trabajando duro. Qué se lo digan al obrero/ra o peón  que desempeña diversos oficios y que sale desde las 4 de la mañana para cruzar la ciudad o su pueblo, y que regresa a su casa en la noche. 

    Con esta idea, para que las personas puedan llegar a la parte más alta de la pirámide social, alcancen privilegios y una situación de riqueza, solo necesitan talento, esfuerzo y dedicación; es decir su propio mérito. A pesar de que no suena algo imposible, esta idea no toma en cuenta EL CONTEXTO en el que se desenvuelven  todas las personas: si son ricas, tienen herencias, son trabajadores, o viven en situaciones de pobreza extrema.

    Esto es muy importante, ya que son situaciones que distorsionan la igualdad de posibilidades: “a pesar de la vasta creencia de que el ingreso es fruto del esfuerzo, la cantidad de ganas echadas no es proporcional al éxito obtenido”, explica Alice Krozer (Profesora investigadora del Centro de Estudios sociológicos en El Colegio de México con doctorado en estudios de Desarrollo por la Universidad de Cambridge. Ha escrito sobre la medición de la desigualdad, salarios mínimos, pobreza, género y el estado de bienestar. En su texto La mentira de la meritocracia, por lo que dice: para ser rico hay que nacer rico.

    Y aunque esto no quiere decir que las personas que son ricas no trabajan duro, al criticar el “echaleganismo”, se hace ver que ellos los que no nacieron ricos le “echan” tantas ganas como lo hacen otras personas; pero no todas logran acceder a un nivel más alto, debido a que viven en situaciones desiguales. Pues mientras el 74 por ciento de las personas que nacen en pobreza en México nunca salen de ella; con o sin ganas, mientras que aquellos que nacen ricos casi nunca pierden su posición y heredan los privilegios a sus hijos, explica Alice Krozer.

    La idea central de la meritocracia es el criterio de un orden en el que el mérito prima como criterio de distribución, sin embargo crea una contradicción ante sistemas que están basados en la selección mediante características adscriptivas como riqueza heredada, clase social, etnicidad, raza.

    Con lo que se concluye que la riqueza es una montaña sin cima; siempre se puede subir más alto. En la miseria no se puede descender más bajo de cero”

    “Es difícil entender a esta sociedad que sigue caminando para que el 1% de la población tenga el 99% de la riqueza mundial; realidad que sigue avanzando con la estrategia de los enriquecidos, la complicidad de personas con dificultades económicas que viven en crédito continuo, y que no acaban de despertar y darse cuenta que nunca les alcanza; que con trabajos llegan a fin de mes. Así como con la indiferencia de políticos y empresarios corruptos” Sin embargo todavía algunos se asustan de la palabra distribución social a través de programas sociales que apoyen a los que menos tienen. Así como se asustan de la idea de pagar impuestos altos que sean cobrados de manera justa a los que más tienen. Cuando la desigualdad social en especial en los países subdesarrollados como América Latina, como México; llega a ser obscena, como bien lo anotan los sociológos y esposos franceses, Monique Pincon Charlot y Michel Pincon, especialistas en clases sociales y pobreza.

    Y señalan que “Llega a ser obscena la riqueza de unos, así como terrible la pobreza de otros ( el 99 % de la población en el mundo) “Hoy en día, algunos conducen automóviles lujosos, poseen yates capaces de cruzar los océanos y habitan quintas rodeadas de parques encantadores. Ellos ganan en un mes lo que otros jamás podrán ganar en una vida completa de trabajo. En contraste, cada día hay más personas que viven en la pobreza: tú sin duda, has oído hablar del desempleo y sabes que en el mundo hay muchas personas que no tienen trabajo. Otros trabajan, pero no ganan suficiente para vivir bien: les falta lo necesario para comer, no tienen cómo ir al médico y nunca salen de vacaciones”.

    Con su estudio riguroso de las clases sociales, en particular de las élites.  Se propusieron resolver la pregunta que le da título a su libro. “Por qué los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres”. ¿Cuáles son las raíces de la pobreza? La pobreza en el mundo tiene diversas causas: el colonialismo, la esclavitud, la guerra, las invasiones. La corrupción, empleos precarios (mal remunerados y sin prestaciones)

    Sin embargo todavía algunos se asustan de la palabra distribución social a través de programas sociales que apoyen a los que menos tienen. Así como se agobian ante la idea de pagar impuestos altos que sean cobrados de manera justa a los que más tienen. Cuando la desigualdad social en especial en los países subdesarrollados como América latina, como México; llega a ser obscena, como bien lo anotan los sociológos y esposos franceses, Monique Pincon Charlot y Michel Pincon. La pobreza y la desigualdad en México tienen raíces históricas ancestrales, que se relacionan con la estructuración desde tiempos coloniales, de una sociedad dual con grandes diferencias culturales, de acceso a oportunidades, y en su distribución geográfica o territorial. Así como de concentración de riqueza y poder. Entonces, ¿Solo se trata de echarle ganas?

  • ¡Todos los caminos conducen a Claudia, Ebrard se perdió en otro sendero!

    ¡Todos los caminos conducen a Claudia, Ebrard se perdió en otro sendero!

    Algunos precandidatos en desventaja, por obvias razones, realizan “juicios sumarios” con respecto a las encuestas: “son compradas”, “se equivocaron en el EDOMEX”, o simplemente, “no coinciden con mis datos”.

    Sin embargo, si éstas les favorecen, las esgrimen como trofeos definitivos.

    La semana pasada, en “Sin Censura”, yo argumentaba, en defensa de muchas casas encuestadoras serias cuya credibilidad y prestigio se lo habían ganado en las últimas elecciones, que el “fracaso aparente” que tuvieron en  el Estado de México, al pronosticar un triunfo de la maestra Delfina Gómez por más de veinte puntos, habiéndose logrado la victoria por sólo ocho, no representaban necesariamente errores imputables a sus técnicas o muestras elegidas. Quizá, se habría presentado una variable que escapaba a sus alcances alterando sensiblemente las mediciones. Me refiero a la compra del voto por parte del PRI mexiquense que se presentaba en todas las votaciones. El porcentaje era imposible de medir en números absolutos y por consecuencia en términos porcentuales anticipados.

    Aseguré también, las encuestas promedio en una sumatoria,  se significaban como  la herramienta más sólida para tomar decisiones en una campaña electoral.

    El proceso de los seis aspirantes de Morena, y sus aliados, no han sido la excepción, presentándose conductas inesperadas en uno de los participantes que entiende pierde terreno en los sondeos de manera alarmante, repartiendo culpas sin aceptar sus deplorables errores.   

    Marcelo Ebrard contó siempre, con la fortuna de haber estado cerca del actual presidente y verse beneficiado, inclusive, sin merecerlo. Su talante especulativo lo llevó  a desligarse de Andrés Manuel cuando lo consideró prudente pues pensó ya no le sería útil.

    En el año de 2011, López Obrador constituiría Morena (asociación civil). El 1º. De Agosto, en  2014, el Movimiento de Regeneración Nacional, después de un larguísimo proceso, se convertiría en un partido político y movimiento social de izquierda nacionalista.

    Su primer ciclo electoral fue en el año de 2015.

    Sin embargo, Marcelo, el ex canciller, decidió no seguir a su protector en el fatigoso peregrinaje. Permaneció en el PRD hasta el año 2015 en que decidió hacerse militante de Movimiento Ciudadano. Buscaba una candidatura para diputado federal que le diera cierta estabilidad política, y fuero. El gobierno de Peña Nieto lo había denunciado por irregularidades en la creación de un cartel inmobiliario en Santa Fe y estaba desesperado. Finalmente el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)  revocaría su candidatura. Marcelo Ebrard haría un exilio voluntario en Francia, permaneciendo en aquel país hasta 2017. Por algún motivo, que estimamos político, la anterior Procuraduría de la República se desistiría de la acción en su contra.

    Como un acto de agobio ante su derrota inminente, Marcelo convocó el pasado miércoles 16, a un espectáculo deplorable que, por sus ataques infundados, han reducido, más aún, sus mejores expectativas.

    Ebrard, hay que decirlo con respeto, pero también, con crudeza, es un “político profesional” que elige su participación política bajo el amparo del éxito personal probable, no importa el partido, tampoco una ideología específica,

    Así vemos su extenso recorrido por franquicias y colores contrapuestos: En 1978 inicia con el PRI. 1997 es el año que ingresa al Partido Verde Ecologista logrando una diputación federal, pero en 1998 renuncia y se hace legislador independiente.

    En 1998, y hasta el 2000, cofunda el  Partido del Centro Democrático (no de izquierda, no de derecha, sino todo lo contrario) que pierde su registro en el  2000.

    Para no malgastar el tiempo, Marcelo encontraba en el PRD una opción pragmática y se incorpora ese mismo año al partido del sol azteca,  teniendo como premio, cargos con el gobierno de López Obrador y la jefatura de gobierno en el 2006. Su desempeño burocrático fue siempre aceptable.

    En el año 2015, lo dijimos antes, ingresa como militante de Movimiento Ciudadano.

    Apenas en julio de 2022, el inquieto Marcelo, rompería récords de movilidad política, alcanzando su sexta afiliación, ahora con Morena, el partido dominante que le haría soñar una vez más.

    Podemos afirmar, el sentido de pertenencia en el ámbito sociopolítico, pasa por compartir luchas y objetivos comunes, agregarse de última hora, tiene una percepción advenediza que los fundadores de Morena y sus simpatizantes, desprecian. La mayoría de los Ebrardistas deambulan en la indefinición, o también, en el antagonismo a la cuarta transformación, Por ello, derivado del “miércoles negro” y sus diatribas, acompañados por los partidos políticos de oposición, han generado denuncias en contra de Morena, los gobernadores y el propio gobierno federal.

    Hay especulaciones por el futuro de Marcelo Ebrard, que van desde una permanencia respetuosa hacia la ganadora, su reincorporación a Movimiento Ciudadano, como pronostica Fernández Noroña, o hasta la candidatura del “Frente por México”. Ninguna es viable, en mi opinión, por el ego sin fundamento. la preferencia de Dante Delgado con el apellido ilustre y la tácita elección de Xóchitl Gálvez.

    A pesar del falso descreimiento en las encuestas específicas por parte del multicitado aspirante, el “tiro” ya no es con Claudia Sheinbaum, quien es considerada por las mayorías como la más fiel continuadora del proyecto de transformación y líder indiscutible desde hace más de un año en todas las encuestas (a excepción de un ente amorfo denominado “RUBRUM”). La competencia por el segundo lugar es ahora con Adán Augusto López que su congruencia ideológica lo ha llevado a crecer desmesuradamente.

    “La política debería ser el arte de la sensatez, no de la competencia desleal”

    (anónimo)
  • Quince días más

    Quince días más

    A quince días de que termine el proceso interno de Morena para definir al nuevo Coordinador Nacional de la Defensa de la Cuarta Transformación, se cumplieron los objetivos inmediatos que permitieron que nuestro partido movimiento mantuviera los reflectores nacionales y obtuviera la atención de la mayoría de los mexicanos con la expectativa que de este proceso interno muy probablemente saldrá el nuevo presidente de México.

    Este proceso a su vez, permitió que los partidos de oposición adelantaran sus estrategias y tuvieran que entrarle a los procesos definitorios para no quedarse atrás en lo mediático, incluso el mismo Presidente de la República empujó los nombres de los candidatos de la derecha quienes cayeron en el anzuelo y levantaron la mano ante el destape que hizo Andrés Manuel de los mismos, dando con ello el inicio de un proceso de competencia al interior de los órganos políticos del país adelantado. En una jugada estratégica y de ajedrez político desgasta a las propuestas de la derecha y las enfrenta entre sí dejando ver su lado más miserable en la búsqueda del poder por el poder.

    Del otro lado y gracias a la disciplina militante que Morena practica se ha mantenido un proceso de promoción de las propuestas presidenciables somero, con convocatorias y grandes mítines por cada uno de los aspirantes, incluso dentro del mismo proceso las críticas al arribismo de Velasco han sido tímidas y se ha mantenido un proceso tranquilo a diferencia de lo que esperan los medios de comunicación al servicio de las minorías rapaces.

    Sin embargo, los medios de comunicación aprovechan cualquier elemento de crítica o discusión interna para gritar a los cuatro vientos que hay divisiones y que uno de los presidenciables saldrá a buscar la candidatura por los partidos del frente derivado de la corrupción interna y de la cargada hacia uno u otro precandidato.

    Están esperando que las propuestas de Morena caigan en el juego mediático y rompan los lazos sólidos de unidad.

    En primera instancia habría que mencionar que la unidad del movimiento no la garantizan únicamente las propuestas presidenciables como ocurría en torno a las viejas formas de hacer política, donde si uno de los propuestos rompe con el movimiento se provocaría una enorme desbandada del partido.

    Es importante recordar que esto ya le ocurrió al Dr Monreal en una ocasión, cuando amagó con salir del movimiento y recoger sus fichas. Ante la pregunta del entonces alcalde “¿Me acompañarán?”, la militancia hizo caso omiso y solo algunos leales a su figura manifestaron su posición a favor, la gran mayoría simplemente le deseó éxito, entonces el Dr. Reculó esa posición.

    Hoy, es el primero en pedir serenidad e incluso ceder a Ebrard la posición de que su propuesta de cada encuestadora esté en lugar de la de él, pues la suerte no le sonrió a Marcelo y no salió sorteada su propuesta para la encuesta.

    A gritos pide la derecha que Marcelo salga de las filas del movimiento e incluso piden que por oficio se persiga a Claudia Sheinbaum por los promocionales que existen a lo largo y ancho del país.

    El hecho es que aún no se ha comprendido que la militancia de nuestro partido y la ciudadanía en general no se desprenderá de las filas del partido del residente, al menos no ahora. Ya lo explico Andrés Manuel, el movimiento es sólido a pesar de los asegundes y las malas decisiones tomadas por Mario Delgado, la gente cree en AMLO y está en disposición de apoyar al que determinen las encuestas que son un proceso tan atípico, pero hoy recurrente método nacional para definir a los presidenciables de oposición y de la cuarta transformación.

    Sin embargo, la postura que tomen unos y otros competidores solita irá descalificando al que muestre sus intereses personales y de grupo o incluso como históricamente ha ocurrido en los procesos internos, hoy aplicado a la inversa, esto es el que acuda al tribunal se le considera un traidor al movimiento, así paso con la militancia de base que se quejó de los procesos internos, ahora la misma moneda para la dirigencia del movimiento, de modo que los procedimientos una vez aceptados sin chistear al menos en Morena se consideran inamovibles.

    El problema deviene cuando se piensa que las cosas no están parejas y surge el conflicto interno, pero que para nada raya en división interna, pues más allá de los personajes (a excepción del presidente) está el corazón para el movimiento. Desde diversas trincheras de la militancia es común escuchar: “primero está AMLO y luego está Morena, nuestra lealtad es con los ideales y principios y nuestro presidente”

    Al menos al interior del movimiento, aunque se tengan favoritos, no se están dispuestos a rebasar la línea de lo que determine finalmente el proceso interno, aquel que se mueve un ápice a la derecha pierde la simpatía del grueso de la militancia y de la ciudadanía, para muestra Marcelo Ebrard coqueteando con los medios de comunicación que día a día atacan a nuestro presidente, o a Claudia sumando a los nefastos panistas de la CDMX y a los arribistas ex perredistas.

    Bien dice nuestro presidente el pueblo es sabio y determinará al que considere mejor para dar continuidad al proyecto presidenciable, pero no así con los grupos que se aglutinan alrededor. A estos les espera el juicio sumario de la ciudadanía. En la cuarta transformación no hay cabida para el retroceso.

    Hay claridad en que las propuestas Claudia y Ebrard son las principales, que Adán Augusto será el mediador, Noroña siempre estará en el corazón radical de la lucha histórica de la Izquierda, Monreal tendrá que recular nuevamente y Velasco por dignidad debe hacerse a un lado. Sin embargo, la sombra de la política de los ayeres del priismo, provoca que se mantengan en el cuadrilátero todas las propuestas para pescar lo que comúnmente se conoce como el “huesito”.

    Queda en la organización de base del movimiento no permitir que el acuerdo pase sobre el estatuto, ni que las definiciones del Consejo Nacional del domingo 20 dejen fuera la pluralidad y la democracia interna del movimiento partido.

    La dirigencia debe recordar que hay un pueblo vigilante, que el proceso ha sido tan exitoso, que si esto fuera un Reality Show cualquier equivocación o giro de 180 grados quedará para siempre en la memoria de nuestro pueblo mexicano.

  • La ambiciosa vulgaridad

    La ambiciosa vulgaridad

    En otros tiempos, ser candidato de la izquierda a algún cargo público equivalía a que le cayera al señalado una desventura personal. Ni el pintor de brocha gorda, ni el maestro de primaria, ni los obreros del calzado, ni el empleado bancario, ni el vendedor de colchas a plazo y a domicilio, ni el irremediable subempleado, ni el trabajador del departamento de Limpia municipal, ni el sindicalista que militaban en el partido se animaban a entrarle. La candidatura implicaba para el arriesgado desentenderse un tanto del trabajo diario o ponerse a tiro de piedra del desempleo. Políticos profesionales no había.

    Comenzaba la campaña y, con los propios y escasos recursos, había que comprar la pintura y las brochas para pintar bardas con el nombre del candidato; preparar el engrudo para pegar carteles en paredes y postes de alumbrado público, y “picar” el stencil marca Gestetner para imprimirlo en el mimeógrafo (sólo los muy muy veteranos sabrán en qué consistía esta tarea, hoy paleolítica). Comprar el papel revolución donde se imprimirían los volantes; preguntarle al director de la primaria “Martín Muñoz” si siempre sí daría chance de usar el mimeógrafo escolar el sábado, si no para pedir su apoyo al FAT. Llevar a los periódicos locales los boletines de prensa que nunca se publicarían; entregar en la Presidencia Municipal la solicitud para el uso de un jardín o plaza pública. Finalmente, realizar la asamblea popular en la que a veces había más gente arriba de la tarima que abajo entre los asistentes.

    Aquello cambió. Hoy, una candidatura de la izquierda morenista es casi como pasar a ventanilla a cobrar una factura autorizada por el gerente de compras: es un triunfo seguro, aunque no gracias a Morena sino a pesar de Morena, un movimiento que no ha articulado una organización de base que apoye en los hechos el impresionante trabajo diario del presidente López Obrador para enfrentar los desquiciados esfuerzos de la reacción por regresar al poder.

    Pero esa seguridad electoral parece operar en su contra, porque se suman a ella “vulgares ambiciosos” como Germán Martínez, Lily Téllez, Ricardo Mejía Berdeja o el procurador del consumidor Ricardo Sheffield1 que se suponen a sí mismos como poseedores de un irresistible carisma popular cuando en realidad son apenas políticos minúsculos que se nutren parasitariamente del trabajo de López Obrador. Y como ellos, muchos más.

    Muchos más como Marcelo Ebrard, cuya ambiciosa vulgaridad provoca hoy el desbordamiento de pasiones, no sólo en Morena sino también en grupúsculos, como el partido MC, que se encuentran al acecho de lo que les caiga porque por sí mismos no tienen nada que ofrecer.

    El suyo, como todo desbordamiento que lo sea de verdad, es ciego y arrasa y se lleva por delante lo que se le ponga enfrente, trátese del equilibrio mental, la decencia política o la visión de futuro de país. Al grito de “después de mí el diluvio”, amarga como fue esta expresión desesperada atribuida a Luis XV, Ebrard vaticina una catástrofe para millones de mexicanos si no es él el próximo presidente del país. Que sea menos, don Marcelo.

    Lástima. Porque un equipo de unidad integrado por Sheinbaum, Noroña, Adán Augusto y Marcelo aseguraría una continuidad tersa de la 4T para el próximo sexenio frente a una reacción derechista obnubilada y absolutamente carente de cuadros políticos como los mencionados. Xóchitl, Creel, Paredes y la muchedumbre de periodistas, intelectuales y jueces que los apoyan palidecen y se empequeñecen hasta la miniatura si se los coloca al lado de estos cuatro verdaderos maestros de la política.

    Pero Marcelo no quiere que sea así. Prefiere romper, seccionar, acusar, minimizar, desdeñar, soslayar, burlar, bocabajear, amenazar, separar, destruir, sospechar, excluir. Como los “ambiciosos vulgares” enlistados líneas arriba, piensa que sus ambiciones personales se encuentran por encima del pueblo y del presidente que encabeza a ese pueblo. La realidad le está demostrando no es así.

    1 “Ricardo Sheffield Padilla es el candidato morenista que proviene de la ultraderecha. Fue alcalde de León de 2009 a 2012, como militante del Partido Acción Nacional (PAN). Antes fue conductor en Televisa del Bajío, subdirector jurídico del grupo Industrial Fox y socio de dos firmas de abogados.”
    ELECCIONES EN LEÓN: UN EX INTEGRANTE DEL YUNQUE VS. EL PRIMER CANDIDATO ABIERTAMENTE GAY
    Jennifer Olvera, estudiante, y Dulce Soto, reportera / Corriente Alterna | publicado el 02-06-2021 en https://corrientealterna.unam.mx/justicia-e-impunidad/elecciones-en-leon-un-ex-integrante-del-yunque-vs-el-primer-candidato-abiertamente-gay/

  • Tren del mame: ¿El nuevo oscurantismo mediático?

    Tren del mame: ¿El nuevo oscurantismo mediático?

    Nuestro país vive un proceso político y social tan particular que algunos lo postulan como caso de estudio en universidades extranjeras. Hubo en 2000 una falsa esperanza de democracia y alternancia en el poder construida en las cúpulas político empresariales e inoculada de manera muy efectiva en el sentir popular a través de una invasiva campaña a través de medios corporativos que cumplirían la orden para que Fox se alzara con el triunfo. Para 2005 ya nadie aguantaba a Fox ni al PAN, así que se operó el fraude de 2006, porque AMLO era “un peligro para México”. Calderón tuvo un gobierno desastroso, así que Televisa tuvo su canto de cisne como gran manipuladora de masas y puso a Peña Nieto en el poder. Pero como Peña Nieto fue el colmo de la corrupción y las redes sociales se convirtieron en herramienta de politización, por fin AMLO se alzó con el triunfo electoral.

    Las primeras dos décadas del siglo fueron sumamente oscuras, pues la industria cultural televisiva había manufacturado un statu quo en que los ciudadanos lo eran cada vez menos, es decir; estaban menos conscientes de sus derechos, no había esfuerzos por parte de los partidos (salvo por el PRD de AMLO, no el actual) para incentivar la participación en la toma de decisiones fuera de periodos electorales; y al tiempo, la televisión alcanzaba una época dorada con niveles de rating inusitados para los reality shows. Inserto en esos contenidos y otros como el infalible fútbol, noticiarios y telenovelas, estaba presente el mensaje disuasor que alejaba a la gente de la política, ya que ésta era mostrada como un espectáculo decadente cuyo resultado era siempre invariable, por lo que más valía evadirse de esa cruda realidad a través del entretenimiento.

    El programa Otro Rollo es un ejemplo paradigmático de aquella época, pues llegó a obtener 19.3 puntos de rating, que fueron registrados en octubre de 2002 por parte de la empresa IBOPE, dedicada a ese tipo de mediciones. El rating se calcula de la siguiente manera: existe un target, que es el grupo etario y/o socioeconómico a quien va dirigido cierto programa, de tal suerte que los puntos de rating representan un porcentaje del total, por lo que, si el target de Otro Rollo era de 20 millones de televisores, 19.5 puntos de rating equivalen a 3.9 millones de televisores encendidos sintonizando un programa en que el bullying era algo muy común y se le justificaba llamándolo “humor manchado” (término cortesía de Paco Stanley que tuvo en los ninis mediáticos Jorge Van Rankin y Esteban Arce a dos de sus grande exponentes) y donde no pocas veces se hicieron alusiones ofensivas a Andrés Manuel López Obrador, entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, quien obviamente no era que digamos muy popular entre la curia de Chapultepec 18.

    Otro fenómeno de masas televisivo que dominó al inicio de la década fue el programa llamado Big Brother, un concepto de reality show que nació en Holanda como creación de la productora Endemol. El concepto, cuyo nombre remitía al del personaje de la novela 1984 de George Orwell, consistía en encerrar durante 106 días a seis hombres y seis mujeres no famosos y seleccionados mediante un casting, para ser monitoreados en su día a día por cámaras colocadas en toda la casa, las cuales transmitirían las 24 horas del día para canales de Sky, la empresa de televisión satelital filial de Televisa. Las eliminaciones semanales se iban dando a través de votaciones vía telefónica, para que al final quedara una sola persona ganadora de lo que realmente era un concurso televisivo y no un experimento social. A diario había un show nocturno en torno al acontecer dentro de la casa, que era conducido por Adela Micha (no sé si, cuando algunos la consideran un referente del periodismo mexicano, estén dispuestos a incluir esto en su palmarés). El programa logró movilizaciones de personas involucradas con el contenido y dispuestas a apoyar a alguno de los participantes. 37 puntos de rating traducidos en 6.5 millones de espectadores fue lo que logró como punto máximo dicha emisión.

    La intención de Televisa como gran aliado del poder era difundir un mensaje disuasor para que las audiencias se alejaran lo más posible de la política y fueran capaces de lanzarse a las calles respondiendo a la convocatoria de un programa de espectáculos bajo la promesa de conocer a aquellas estrellas con las que soñaban. Como lo escribiera Nietzsche en El origen de la tragedia, los integrantes de la industria cultural cumplen la función de los dioses griegos; con todo y sus vicios y defectos, son objeto de adoración porque viven las vidas que nosotros quisiéramos.

    Afortunadamente, el furor por la televisión y todo lo que ofrecía se fue difuminando y las audiencias han venido desertificando poco a poco el espectro televisivo, puesto que prefirieron migrar a los contenidos digitales y al ocio en redes sociales. Si bien en un primer momento hubo una cierta integración entre los contenidos televisivos y la interacción en redes sociales, como parte de un proyecto que incentivaba la interacción con público dentro de un esquema tradicionalmente unilateral, las audiencias prefirieron consumir contenidos más interactivos y cercanos y a partir de los cuales podían formar comunidades y no clubes de fans.

    Como ya se dijo antes, vino el 2018 con todo lo que ello representa, y en medio de un genuino cambio de paradigma en las comunicaciones de masas. La clara tendencia hacia la politización a través de las redes sociales, la cual nombré como La primavera digital mexicana (título de mi primer libro), ha constituido un fenómeno aislado y novedoso con respecto al resto de Latinoamérica, pues la oleada de comunicadores pro AMLO no estaba prevista por la oligarquía, por lo que hasta hoy siguen sin diseñar una estrategia efectiva para contrarrestar la narrativa y el alcance del presidente, quien se regodea magistralmente en su labor de despertar consciencias en la conferencia mañanera. Cada vez más personas rechazan el mensaje de los medios corporativos y profundiza en el panorama político actual de México, así como en las coordenadas históricas que nos han situado en esta interesante coyuntura. Y de las redes sociales se ha pasado a los hechos, por lo que, después de la pandemia, todos aquellos conversos, otrora colonizados por la cultura de masas televisiva, han probado qué se siente tomar las calles.

    Sin embargo, quedan acontecimientos aislados que llaman la atención, puesto que Televisa recientemente reeditó Big Brother VIP (nombre de la versión en que solían colocar a personajes de la farándula) en forma de un nuevo show llamado La Casa de los Famosos. La ganadora del concurso fue Wendy Guevara, una influencer transexual, lo cual sirvió para que Televisa se diera un lavado de cara ante las nuevas generaciones, quienes probablemente ignoran que dicha empresa de medios siempre se caracterizó por explotar y estigmatizar a la comunidad LGBT a través de personajes caricaturescos que afianzaban el pensamiento conservador y homófobo en las audiencias. No hay mediciones sobre el rating, puesto que La Casa de Los Famosos se transmitió a través de lo que constituye el segundo intento de Televisa por consolidar algo parecido a una plataforma de streaming: VIX. La única medición y que pareciera dar visos de volver al medievo noventero y dosmilero, es la cifra final de votos obtenidos por la ganadora a través de redes sociales. Se habla de 18 millones de votos.

    Pero, aunque ese índice de participación hace que los poderes fácticos y sus voceros se relaman los bigotes, todo responde más a lo que en redes llaman ”subirse al tren del mame”, que se refiere a tendencias masivas que registran una enorme participación e interacción por parte enormes cantidades de usuarios. Más allá de que en diversos espacios se ha aclarado que la cantidad de votos se registró gracias a que no había un mecanismo para que los usuarios no pudieran votar más de una vez, estaríamos ante otro error garrafal por parte de la derecha en la lectura de los hechos. Los fenómenos de masas tenían una vida media mucho más prolongada fuera de las redes sociales en la época dorada de la televisión. Los fenómenos de masas en redes sociales son efímeros; algunos duran horas o hasta minutos y luego se difuminan para dar paso a otros. Los medios corporativos no tienen el alcance para hacer u verdadero usufructo de dichas tendencias.

    Así pues, el oscurantismo que la televisión implantó en la psique colectiva no va a volver, y si la derecha intenta revivirlo artificialmente, no será más que uno de tantos suicidios políticos que cometen al no entender cómo funciona realmente el proceso de politización a través de redes sociales, pero también al subestimar una vez más a las audiencias, que dejan de ser solo eso para plenamente tomar su lugar como ciudadanos politizados con conciencia de clase y panorama histórico; el terror de las empresas de medios y a la vez una sociedad utópica en ciernes. Sigamos en la lucha para concretar la obra.

  • No fuimos Venezuela, no seremos Argentina

    No fuimos Venezuela, no seremos Argentina

    Por más que la oposición salive y sus líderes se exciten con el triunfo, en la primera vuelta electoral, de Javier Milei en Argentina; no hay comparación que empate con la realidad que vivimos en México.  

    El presidente López Obrador fue contundente cuando se le preguntó su percepción, de lo acontecido en el país pampero:   

    “En el caso de Argentina les ha afectado mucho la crisis económica. El gobierno de derecha, conservador, de Macri endeudó por completo al país con la complicidad del FMI. Esto precipitó una crisis económica que desde luego afectó al pueblo de Argentina y produjo inflación”.

    Y aunque AMLO se mantuvo fiel a su compromiso de señalar las fallas de los gobiernos neoliberales del pasado me parece que fue demasiado benevolente al no mencionar que a diferencia de lo que pasa en nuestra República; Cristina y Alberto no pudieron ponerse de acuerdo y recuperar el terreno perdido por el anterior gobierno neoliberal.

    La izquierda en Argentina no es la misma izquierda de AMLO.  Tenemos que ser muy claros, en la actualidad la polarización de las conveniencias dogmáticas en los sistemas ideológicos es tan opuesta como en ocasiones coincidente.  O lo que es lo mismo, muchas veces los extremos son iguales.

    Repito, en México tenemos una izquierda al modo de Andrés Manuel López Obrador y eso hasta el momento es lo que nos resguarda del precipicio al que se acercan los argentinos.

    AMLO ha podido implementar la Cuarta Transformación en nuestro país porque hasta el momento no hay nadie dentro del movimiento de regeneración que desconozca públicamente su liderazgo.

    Argentina ya traía sus problemas.  La izquierda de Néstor y Cristina Kirchner no pudo integrarse a la izquierda de Alberto Fernández.  No quisieron ponerse de acuerdo y ver primero por los pobres, por los menos favorecidos.  Pasaron de apapachar a los privilegiados del neoliberalismo para sobreproteger a los privilegiados de la izquierda.  Diferentes grupos, pero mismo proceder.

    La mesa puesta para que un histrión de la talla de Javier Milei se siente al banquete que, por lo pronto, engulle sin saciedad.  Los desesperados argentinos (y uno que otro ilusionado mexicano de derecha) aplauden su vulgaridad sin darse cuenta de que tienen la batalla perdida.  No lo digo porque no le alcance para ser presidente en el país de La Plata, tiene muchas posibilidades de serlo.

    ¿Pero a qué costo?

    De las primeras coléricas declaraciones de Milei, tras su triunfo en las casillas, destaca y se viraliza la más explosiva: “¡Zurdos hijos de puta tiemblen, la libertad avanza!”.  La revancha no es buena consejera para reconstruir lo caído.  Sócrates lo sabía: “Cuando el debate se pierde, el insulto se convierte en el arma del perdedor”.

    Javier Milei puede convertirse en la perdición de Argentina.  Mucha palabrería sin sentido rematada por burdas profanaciones.  Terrible y lamentable manera de ganar votos, pero perder el espíritu.

    Existió una vez un famoso y popular político, militar y dictador alemán que arengaba a los alemanes cada que se paraba frente a un atril.  Durante nueve años les hizo creer que él tenía la razón hasta que ya no la tuvo.

    “Cuando se inicia y desencadena una guerra lo que importa no es tener la razón, sino conseguir la victoria”.

    -Adolf Hitler

    Milei inició la guerra, pero la victoria no será para los argentinos.