Gobernadores de distintos partidos y regiones suelen distinguirse por la manera en que ejercen el poder y administran los recursos públicos. Algunos destacan por el discurso, otros por las apariciones mediáticas, y unos pocos por el trabajo constante y silencioso que logra resultados visibles para su población. En ese grupo selecto se encuentra Manolo Jiménez Salinas, gobernador del estado de Coahuila, quien hoy representa un ejemplo de cómo hacer política con cercanía, disciplina y eficacia.
Lejos de la faramalla o de la confrontación innecesaria, Manolo se ha caracterizado por mantener un estilo propio: formado en la clase política, pero con los pies en la tierra. Lo mismo se le puede ver caminando por las calles, conviviendo con su familia, degustando la comida típica de la región o supervisando de primera mano las obras y proyectos estratégicos de su gobierno. Esa cercanía con la gente lo convierte en un líder que entiende a su estado no desde la oficina, sino desde la vida diaria de sus habitantes.
Seguridad como prioridad
Uno de los ejes más relevantes de su administración ha sido la seguridad, tema que históricamente ha sido un reto para todo el norte del país. Jiménez no solo ha reforzado la coordinación con las fuerzas estatales y federales, sino que también ha promovido estrategias locales que mantienen a Coahuila como uno de los estados más seguros de México, lo cual ha dado confianza a empresarios, inversionistas y familias. El seguimiento puntual a cada detalle operativo ha sido clave para consolidar esta estabilidad.
Desarrollo económico e industrial
El gobernador también ha impulsado proyectos de desarrollo económico que colocan a Coahuila como un referente en la industria automotriz, energética, minera y de exportación. Gracias a su ubicación estratégica y a una mano de obra altamente calificada, el estado se ha convertido en un punto de atracción para nuevas inversiones nacionales y extranjeras.
Hoy Coahuila mantiene en la región una presencia industrial sólida y de gran relevancia. Empresas de talla internacional como General Motors, Daimler, Stellantis, John Deere y Grupo DeAcero han encontrado en el estado un lugar seguro y confiable para crecer. A ellas se suman decenas de proveedores y armadoras que hacen de Coahuila uno de los principales polos manufactureros de México, especialmente en el ramo automotriz, donde se producen vehículos y autopartes que se exportan a Estados Unidos, Canadá y diversos países de Europa y Asia.
Este dinamismo industrial ha permitido que Coahuila se coloque entre los primeros lugares en empleo formal a nivel nacional, lo que refleja no solo crecimiento económico, sino también estabilidad laboral y confianza empresarial.
Gobernar sin mentirle al pueblo
A diferencia de otras figuras políticas que privilegian el espectáculo o el protagonismo, Jiménez se mantiene como siempre ha sido: franco, directo y sin adornos innecesarios. No promete lo que no puede cumplir, y concentra su energía en gestionar eficazmente los recursos para que cada peso se traduzca en resultados. Esa honestidad le ha valido el reconocimiento de propios y extraños, y ha generado un clima de confianza que se refleja en la percepción ciudadana hacia su gobierno.
Avanzar a pasos de gigante
Como él mismo lo ha expresado, Coahuila avanza a pasos de gigante, con rumbo firme y con una visión que combina tradición y modernidad. Manolo Jiménez se consolida así como un gobernador ejemplar: cercano a la gente, comprometido con la seguridad y enfocado en un desarrollo sostenible para su estado.
Desde este espacio, vaya una felicitación al gobernador Manolo Jiménez y al pueblo de Coahuila por el gran trabajo que juntos están realizando en un estado que hoy brilla con fuerza en el mapa político, económico e industrial de México.

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