Por Ricardo Sevilla
En Los Reporteros Mx revelamos que Alessandra Rojo de la Vega recauda más de 4 mdp por cobro de plaza en Tepito, pero se niega a transparentar el gasto.
Le dijimos, con datos duros, que de enero a diciembre de 2025, la alcaldía Cuauhtémoc recaudó más de 4 millones de pesos en cobro de plazas, el doble de lo que destinó al rubro de salud.
Y la alcaldesa respondió, desde sus redes sociales, que, en efecto, la administración de la CDMX controla Tepito, Zócalo, Bellas Artes. Y trató de jugar a la ironía, diciéndonos que fuéramos serios..
Pero la seriedad es justo el ingrediente que a la alcaldesa le hace falta.

Vayamos a fondo con todo este tema porque, de acuerdo con testimonios de los propios comerciantes de la Cuauhtémoc, la administración de Rojo de la Vega es la que recibe ingresos por “cobro de plazas”.
Mientras la alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega sostiene un discurso de austeridad y “falta de presupuesto”, las arcas de la alcaldía Cuauhtémoc han recibido un flujo constante de efectivo proveniente de uno de los sectores más vulnerables y, a la vez, pujantes de la ciudad: el comercio informal.
En Los Reporteros Mx revelamos que, entre enero y diciembre de 2025, la administración recaudó 4,196,687 pesos bajo el concepto de “cobro de plazas” en zonas críticas como Tepito, el Zócalo y Bellas Artes. Sin embargo, este monto —que duplica la inversión anual en salud de la demarcación— ha caído en un “agujero negro” de transparencia.
El Contraste de las cifras
La alcaldía reporta 14 mil comercios informales. Y ojo con eso porque si dividimos el monto recaudado (4.19 mdp) entre el número de puestos, la cifra anual por comerciante resulta sospechosamente baja (aproximadamente 300 pesos al año).
Esto revela dos escenarios alarmantes: o existe una subdeclaración masiva de ingresos, o el grueso del dinero se desvía antes de entrar a la contabilidad oficial.
Clientelismo y presión
Testimonios recogidos en la zona de Tepito indican que el pago no solo es monetario. Los comerciantes denuncian una “cuota política”: la obligatoriedad de asistir a mítines y marchas de “Ale de la Vega” bajo amenaza de perder su espacio de trabajo. La gestión del espacio público se ha transformado, así, en una moneda de cambio electoral.
La relación entre la alcaldía y los comerciantes no es de regulación, sino de transacción. El “cobro de plaza” actúa como un impuesto extralegal que otorga el “derecho a existir” en el espacio público, validando la precariedad laboral a cambio de réditos económicos para la autoridad.
Se observa la transición del “voto libre” al “voto corporativo”. Al condicionar la estancia en la vía pública a la participación en actos políticos, se despoja al ciudadano de su agencia y se le convierte en un activo movilizable para el mantenimiento del poder.
¿Así o más seriedad, alcaldesa?
