Después de casi 20 años preso por un montaje televisivo que lo vinculó falsamente con secuestros, Israel Vallarta recuperó su libertad el 1 de agosto de 2025. La Suprema Corte declaró ilegal la evidencia en su contra y confirmó la fabricación de culpables en uno de los casos más emblemáticos de corrupción judicial en México. Sin embargo, su lucha no termina: su hermano y sobrino aún permanecen en prisión bajo cargos similares.
En una entrevista para Milenio, Vallarta detalla que fue víctima de tortura y acusado como líder de la supuesta banda “Los Zodiaco”, grupo inexistente según la Fiscalía General de la República (FGR). Su abogado, Arturo Robles Feria, denunció las trabas y dilaciones de la Fiscalía para evitar la revisión completa del caso, pero la justicia finalmente reconoció la inocencia de Vallarta y ordenó su liberación absoluta.
Aunque ya libre, Israel apenas duerme por la presión mediática y la exigencia de continuar la lucha para liberar a su familia. Aceptó una beca universitaria para estudiar Derecho y busca recuperar su dignidad tras dos décadas de injusticia. Junto a su esposa Mary Sainz, activista clave en su caso, planea consolidar un nuevo proyecto de vida y seguir exigiendo justicia.
Israel también prepara la batalla para que el Estado mexicano repare el daño causado, aunque sabe que los años perdidos no tienen retorno. Su caso es un símbolo de resistencia contra la corrupción y la impunidad, y un llamado urgente a proteger los derechos humanos en el sistema judicial.
La historia de Vallarta no solo marca un precedente en la lucha por la libertad, sino que evidencia la necesidad de transformar un sistema que aún encierra inocentes por montajes y abusos.
Tras casi dos décadas en prisión preventiva, Israel Vallarta fue absuelto por un tribunal federal que evidenció graves irregularidades procesales, pruebas contaminadas y violaciones a derechos humanos. La sentencia, de 425 páginas, desglosa siete razones clave que fundamentaron su liberación.
De acuerdo con Milenio, que tuvo acceso al expediente, la jueza Mariana Vieyra Valdés concluyó que la detención de Vallarta fue ilegal y que su presentación ante los medios como parte de un montaje contaminó la evidencia desde el inicio. El caso fue transmitido por televisión, simulando un operativo de rescate que nunca ocurrió. Esta recreación generó un “efecto corruptor” en todo el proceso.
Además, la confesión inicial de Vallarta fue descartada por presunta tortura. Aunque no se ha emitido una sentencia firme sobre los actos de tortura, la Fiscalía General de la República no investigó adecuadamente y eso invalida cualquier declaración extraída bajo ese contexto. La jueza subrayó que los derechos de las víctimas no justifican violar los del acusado.
También se acreditó una ruptura en la cadena de custodia de las armas y cartuchos asegurados. No hubo peritajes concluyentes ni pruebas balísticas que vincularan directamente a Vallarta con esos objetos. Incluso, las diligencias de reconocimiento fueron realizadas en condiciones sugestivas y sin presencia de la defensa, afectando la fiabilidad de los testimonios.
Se suman contradicciones en las declaraciones de al menos diez testigos clave, cambios de versiones y relatos que se ajustaban conforme avanzaba el caso. Además, no se probó su pertenencia a un grupo criminal organizado, ni que existiera estructura, permanencia o roles definidos que configuraran el delito de delincuencia organizada.
Finalmente, parte de las pruebas provienen de cateos ilegales. Ingresos a inmuebles como el rancho Las Chinitas y otros predios se realizaron sin orden judicial, violando flagrantemente la Constitución. Por lo tanto, todo lo recolectado carece de valor probatorio.
La jueza determinó que no era posible emitir una sentencia condenatoria sobre la base de pruebas obtenidas de forma ilícita, lo que llevó a la absolución definitiva de Israel Vallarta, tras más de 19 años privado de su libertad sin sentencia.
Por primera vez en libertad desde 2005, Israel Vallarta concedió una entrevista exclusiva a Los Reporteros MX, donde detalla los horrores que vivió durante su detención, la fabricación del caso y el silencio cómplice del sistema judicial. “Nunca dejé de luchar, pero no me movía el odio, me movía la verdad”, aseguró.
A 48 horas de haber salido del penal del Altiplano, Israel Vallarta habló desde su casa con el periodista Manuel Pedrero. Con voz pausada y clara, Vallarta narró los momentos clave de su detención, el montaje televisivo orquestado por autoridades federales y Televisa, y la tortura brutal que sufrió por parte de agentes de la entonces Agencia Federal de Investigación. Su testimonio reafirma lo que durante años se sospechó: que fue víctima de una fabricación del Estado mexicano.
El origen del infierno
Vallarta fue detenido el 8 de diciembre de 2005 bajo el argumento de participar en un operativo de despistolización. Encapuchados armados lo interceptaron en la carretera México-Cuernavaca, lo golpearon, le cubrieron la cabeza, le robaron objetos personales y lo trasladaron a instalaciones que después identificaría como del entonces SIEDO.
Ahí empezó el suplicio: golpes, asfixia con bolsas, descargas eléctricas en los testículos y el cuerpo, inmovilización forzada, violencia sexual y amenazas contra su familia. “Cuando me desmayaba, me despertaban para seguir. Me querían quebrar. Querían que dijera lo que ellos necesitaban escuchar”, relató.
El montaje y el bautizo mediático
Horas después, se grabó el famoso montaje en el rancho de Vallarta, transmitido en vivo el 9 de diciembre como un operativo real. “Luis Cárdenas Palomino me instruyó qué debía decir. Me advirtieron que, si no cooperaba, matarían a mi familia. Florence (Cassez) negó todo en la primera toma. Pararon la grabación, la golpearon y repitieron”, recordó.
Aseguró que fue en ese momento cuando lo nombraron líder de “Los Zodiaco”: “Me preguntaron mi signo zodiacal, les dije cáncer. Uno respondió que él era acuario, otro piscis… y ahí dijeron: ‘Los Zodiaco’. Así se inventó la banda”, explicó.
Tiempo después, solicitó al entonces titular de la FGR y a Gobernación los supuestos antecedentes de la organización criminal. La respuesta fue contundente: no existía ningún registro oficial de dicha banda antes de su caso.
Televisa, Loret y la cadena de impunidad
Vallarta señaló que la narrativa oficial fue diseñada para justificar un trabajo de inteligencia inexistente. “Un camión de Televisa con antena satelital ya estaba listo desde antes. Eso no se arma en cinco minutos”, dijo, refiriéndose a las tomas previas al montaje.
Sobre Carlos Loret de Mola, quien transmitió la “detención en vivo”, recordó el testimonio de Laura Barranco, entonces parte del equipo de producción, quien alertó en 13 ocasiones que lo que estaban al aire era un montaje. La respuesta, según Barranco, fue: “Esto está chingón”.
Vallarta solicitó su comparecencia como testigo años después. “Se amparó. Perdió dos veces. Lo obligaron a declarar en videoconferencia desde su oficina. Pero sigue hablando desde la impunidad. Le digo desde aquí: te estoy esperando”.
Justicia tardía, pero justicia al fin
El 31 de julio de 2025, el Juzgado Tercero de Distrito le otorgó la libertad absolutoria. “No fue un perdón, no fue indulto. Fue una sentencia limpia, sin duda, basada en pruebas, no en discursos. Fue un fallo judicial, no político”, dijo Vallarta.
Rechazó haber tenido contacto con Florence Cassez desde su liberación. “Mi esposa sí se comunicó con ella por cortesía. Me enteré que tuvo una hija y enviudó. Le deseo lo mejor”, expresó.
También aclaró que jamás aceptó el indulto que le ofreció en su momento el Presidente Andrés Manuel López Obrador, porque significaba admitir culpa: “Si me indultaban era como decir: ‘sí lo hiciste, pero te perdonamos’. No. Yo no hice nada”.
Cárdenas Palomino: frente a frente
Durante su tiempo en prisión, Vallarta compartió el penal del Altiplano con Luis Cárdenas Palomino, detenido años después por tortura. “Nos vimos varias veces, frente a frente. Nunca me habló. Yo tampoco. Pero con la mirada nos dijimos todo. Él siempre altivo, yo siempre firme”, relató.
También recordó que su hermano René y varios sobrinos fueron detenidos años después con los mismos métodos: detenciones arbitrarias, tortura y fabricación de delitos. Todos fueron liberados por falta de pruebas.
La deuda del Estado
Aunque Israel Vallarta está registrado desde 2021 como víctima oficial, denuncia que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas nunca le ha ofrecido ni un solo apoyo económico. “Ni un chicle. Ni una pastilla para el dolor de cabeza. Solo papeleo, psicólogos, papeles. Nada real”, afirmó.
Pese a todo, no habla desde el resentimiento: “No odio. El odio enferma. Yo quiero vivir. Recuperar el tiempo con mi esposa, mis hijos, terminar mis estudios. Ser abogado. No para hacer política, sino para ayudar a otros que aún están presos injustamente”.
Un mensaje al país
Israel Vallarta sabe que su caso es símbolo de algo más profundo. “No soy el único, ni seré el último. Pero mi caso es el único en que el Estado tuvo que reconocer que mintió, que montó, que fabricó. Y lo hizo frente a millones”.
A la Presidenta Claudia Sheinbaum le envió un mensaje de respeto, y a quienes siguen difamándolo, les respondió con serenidad: “La jueza que me liberó no me conoce, no fue presionada, no fue sobornada. Lo que tengo es una resolución firme. Si aún así dudan, ya no es mi problema. Es el de ellos”.
Gustavo Cárdenas Fuentes deberá pagar 163 millones 82 mil pesos en concepto de restitución por no pagar el impuesto a la renta y al valor agregado del 2015. El total puede ascender a 342 millones de pesos por concepto de intereses y multas.
El tío de Luis Cárdenas Palomino, exdirector de la División Regional de Seguridad de la Policía Federal, interpuso un recurso de revisión ante la Segunda Sala de la SCJN en un intento de obtener el amparo para evitar realizar ese pago. Sin embargo, esta desestimó el recurso.
Cabe recordar que los ministros rechazaron en junio de este año la propuesta de su homólogo Luis Mara Aguilar Morales de darle a Cárdenas Fuentes el amparo de la justicia federal.
Además, ordenar que un Tribunal Colegiado realizara una nueva interpretación sobre el Código Fiscal de la Federación que establece los plazos para auditar a los contribuyentes.
Arturo Medina, fiscal de la Federación, había advertido previamente que, en caso de que la Corte protegiera a Gustavo Cárdenas, se generaría una jurisprudencia que afectaría al Tesoro público por aproximadamente 10 mil millones de pesos.
Este tema llevó al presidente Andrés Manuel López Obrador a criticar a los integrantes de la Corte.
El perro tuitazo de este miércoles es de Silvia y pode atención a la SCJN que una vez más busca ayudar a Garćia Luna y a sus cómplices, como lo es Gustavo Cárdenas Fuentes, tío de Luis Cárdenas Palomino, y que estafó al erario por más de 300 millones de pesos