Sobre la libertad de expresión

Sobra decir que la libertad de expresión es un pilar fundamental para la democracia. Sin embargo, este derecho tiene límites, los cuales algunos no están dispuestos a reconocer.

Por ejemplo, durante el juicio de García Luna, su abogado se inventó (algunos aseguran que intencionalmente) que el actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador, tenía relación con el exfuncionario y recibió fuertes cantidades de dinero para una campaña política.

Con tal información, algunos personajes públicos (de los cuales unos se dicen periodistas, sin serlo) empezaron a tocar el tema y tomarlo como cierto, a pesar que, incluso durante la audiencia, se descartó, por completo, que existiera alguna relación.

No obstante, eso no detuvo la intención de aquellos que promueven noticias falsas. Obviamente, respaldado, según ellos, por la libertad de expresión.

Para ello, deberieran reconocer que la libertad de expresión tiene un límite con la mentira, ya que en tal caso se entra al terrero de la calumnia, como mínimo. Al menos en este caso, porque no hay un problema, verbigracia, en asegurar que la luna sea de queso.

Ahora bien, hay otros casos en donde la libertad de expresión se ve comprometida. En el caso descrito, si se limita dicha libertad, seguramente se hablaría de censura, aunque no sea el caso.

Por ejemplo, esta semana pasada surgió el debate entre una posible reforma a la ley laboral para otorgar licencia a toda mujer que tenga problemas durante su periodo menstrual.

Y más allá de lo que esto implique como tal, en el debate se da una constante: «los hombres no pueden opinar, porque nunca han tenido un periodo menstrual».

Pero ¿esto realmente es así? Claro que no se habla de tener o no el periodo, sino si no se puede opinar al respecto.

Si esto fuera así, entonces, tal proyecto de reforma no podría ser votado por diputados, sino solo por diputadas. Una forma muy atipica de proceder para la aprobación de un proyecto legislativo.

No obstante, tal escenario parece irreal, ya que los diputados no solo se expresan mediante palabras, sino también por votos. Con este caso, ya no solo sería un acto de censura, sino algo más serio incluso.

Por todo, resulta importante empezar a visualizar qué limites puede llegar a tener la libertad de expresión. Una democracia en construcción, depende mucho de esto.

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