En la entrega anterior terminé escribiendo que seguimos hablando de indolencia, falta de vocación y de compromiso. Me refería a algunos compañeros trabajadores del IMSS en Villahermosa, pero también hay que decir que, ni son todos, ni son mayoría.
Estas actitudes se repiten en los Ayuntamientos y en oficinas de gobierno. Es un patrón de conducta que con mucha frecuencia también aparece en las empresas privadas, cajeras, empleados de servicio al cliente y demás. Observando y preguntando comprendí que hay varios factores comunes, salarios bajos, falta de recursos y equipos, nula capacitación y mucho maltrato por parte de jefes y supervisores.
Lo expuesto plantea la necesidad de denunciar y quizás pasar a la movilización ignorando a las instancias sindicales que se han convertido en parásitos y se adueñan del dinero que debería tener como destino mejoras para cada trabajador. Ejemplos sobran.
La parafernalia de un gran número de funcionarios de “alto nivel”, pero baja vocación de servicio, como Zoe Robledo, Monreal, Delgado, Svarch y un triste y largo etcétera, que con su palabrería no resuelven ni abonan nada positivo a la solución de las condiciones de trabajo y de vida de las bases, que somos los que movemos al país.
Claudia Sheinbaum sigue adelante, pero no todo su equipo le sigue el ritmo. A veces incluso corre grandes riesgos personales y muestra una gran convicción y congruencia con los principios de la 4T. Falta que su equipo sea congruente con ella.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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